DMSR (textos)

Iniciado por DMSR, 24 Junio 2005, 04:47:53

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DMSR

PURPLE RAIN (V.O. subtitulada)

Dedico este extenso relato a quien se tome la molestia de leerlo entero; a Tototote y Mari Jose, Bigjim99, SWEEZ! y Mike T. (estés donde estés  ;)); también a todo aquel que, con música de Prince de fondo, se haya enamorado alguna vez de una chica, de un chico, o del mismo Cielo.

Lo que sigue es una carta escrita a mi amiga XX el lunes 20 de marzo de 1995, al día siguiente del fin de semana que da vida al texto. Los "protagonistas" volvemos a ser "A." y yo (DMSR  ;D). Lo que me ocurrió supuso para mí un viaje en el tiempo. Hoy vuelvo a viajar... si lo lees, espero que te guste.


"Playa...
Playa... palas.
Playa... palas... bikini.
Playa... palas... bikini... colores.
Playa... palas... bikini... colores... sin gafas.
Playa... palas... bikini... colores... sin gafas... DMSR, me llamo DMSR, ¿y tú?"


Estas fueron las primeras palabras, así es como conocí a "A." hace ya casi siete años, a finales del octavo mes de 1988. La vida da muchas vueltas, y el destino, estamos hartos de comprobarlo, a veces te juega extrañas partidas.

Desde que soy un crío estoy platónicamente enamorado (es un decir) de la que es mi peluquera desde... joder, ¡desde agosto del 88! En realidad el pelo me lo corta casi siempre su hermana, que no tiene el mismo encanto. La peluquera que a mí me gusta cumple todos mis 'requisitos' físicos, y me desvía los ojos desde hace tanto tiempo que, quién sabe, quizá sea la mujer que introdujo en mi cerebro mi tan admirado arquetipo de "chica ideal": morena, bajita, muy guapa y con unos grandes ojos oscuros que te lo dicen todo con una mirada por fugaz que ésta sea.

Es una peluquería de señoronas, donde un montón de pedorras hacen cola a diario antes de que abran a las 9 porque es la única forma de conseguir cita. Yo vivo al lado, así que cuando me quiero cortar el pelo bajo a menos veinte con los walk-man, me coloco el primero mientras veo llegar a las pedorras, y consigo la hora que mejor me cuadre en mis horarios. El viernes pasado todo me encajaba bien a las dos del mediodía, tras mi último cliente de la mañana. Se me echó el tiempo encima, y con las prisas y unas cosas y otras, me presenté en la peluquería sin dinero. Nada más llegar, mientras me quitaba la chaqueta, me di cuenta: "Hostia, me he venido sin pasta", le dije a la hermana de mi peluquera favorita. "Tranquilo, tranquilo, ya vendrás en otro momento", me contestó con una voz -en esto coinciden ambas- que derretiría al hombre más pétreo.

Bajé con el dinero después de comer, camino de la consulta. Me atendió Itziar, mi peluquera favorita, recién maquillada, guapa, radiante, como siempre ante mis ojos. Ya nos estábamos despidiendo cuando me preguntó:

       -"¿Vas a ir a la fiesta?"
       -"Mmh... ¿qué fiesta?", respondí yo sin tener ni idea de lo que me hablaba.
       -"La de esta noche. Parece que va a estar muy bien. Aquí está todo el mundo llamándome para ver si voy a ir."
       -"¿Qué tipo de fiesta es?", interrogué.
       -"Pues funky-funky. Javi Pez, "Parafunk", estrena disco esta noche..."

Hablamos un poco más, me dio una tarjeta de presentación de la fiesta, le pregunté si ella iba (viva el peligro) pero me dijo que no podía. Le agradecí toda la información y me marché.

Calculo que sería octubre de 1988 cuando proyectaron "Purple Rain (V.O. subtitulada)" en un cine donostiarra con motivo de un ciclo de películas musicales. Algo latía en mi pecho respecto a ese músico que algunas semanas atrás me había dejado perplejo con su concierto televisado desde Dortmund, ese showman que me había nublado la vista dos años antes con el concierto de Detroit emitido en la TV francesa. Aquel día del 88 nos juntamos toda la cuadrilla para ir a ver "Purple Rain". Recuerdo haber llamado a "A." pero no pudo ir. Entre mis amigos Prince era un músico respetado, se imponía la opinión de Patxi a la que dábamos mucho valor.

Una experiencia muy interesante ver "Purple Rain" por primera vez en pantalla grande. Recuerdo que me quedé boquiabierto, Prince me impactó como ya lo había hecho en las ocasiones anteriores, sin duda fue una nueva pequeña/gran pieza que se añadió a las otras para ir formando el enorme castillo en que posteriormente se convirtió mi "princemanía". Tras todo aquello, yo introduje a "A." en la espiral de admirar a ese personaje y "A." me introdujo en la espiral de escuchar los sonidos que ese mismo personaje había juntado en forma de canciones. Nosotros nos enamoramos; también nos enamoramos de la música de Prince. Luego nos desenamoramos, y ella, incluso, se desenamoró de Prince. C'est la vie, mon amie.


El pasado viernes, 17 de marzo, con mi pelo "cepillo" de nuevo a lo Carl Lewis'85, me llamó al trabajo mi amiga Carmen con lo que ella creyó una noticia importante:

       -"¿Has visto en el periódico qué película echan esta noche?"
       -"Pues no, hoy no he leído el periódico..."
       -"¡Purple Rain! Del músico ese que te gusta... te he llamado por si te interesaba..."

Hablamos dos minutos, gracias y adiós. A la hora de la emisión yo iba a estar en el party así que el vídeo tuvo que cumplir su misión. La verdad es que las ganas de no ir a la fiesta se me multiplicaron cuando, al salir del trabajo a la tarde, hice doce kilómetros corriendo a buen ritmo. Pero me animé, y a pesar del cansancio y de la emisión de "Purple Rain" decidí ir, pues llevaba varias semanas bastante enclaustrado en casa, entregado a trabajar y entrenar.

El party se celebraba en una vieja casona con apariencia de ser la mansión de alguna viuda millonaria. Pero no. Desde fuera era muy sorprendente imaginarse una fiesta funky en aquel palacete, pero una vez dentro todo cambió...

La fiesta estaba muy bien montada: luces, diapositivas, buena música (mejorable pero buena), la barra bien surtida, las distintas salas decoradas... todo muy bien. Mano a mano con un colega, al poco de llegar me encontré, por primera vez en varios años, con "A.". Empezamos a hablar. Ella estaba despendolada, se estaba corriendo una buena farra. Había tenido una lesión esquiando, se acababa de comprar un piso, se había ganado la plaza de su trabajo para siempre... no parecía irle mal. Según me contó, aprovechando la baja por su accidente, llevaba saliendo a diario desde hacía dos semanas, una vida de locura. Con unas cuantas copas de más, ella estaba con un par de amigos, aunque coincidimos varias veces a lo largo de la noche. Avanzada la fiesta dejé de verla un rato bastante largo y llegué a pensar que se habría ido.

Haciendo yo cola para eliminar cervecitas, "A." reapareció no sé de donde y vino a despedirse. Me agarró de la cintura, de los hombros, empezó a hablarme de muy cerca y a preguntarme por mis cosas. Yo le pregunté por las suyas previendo el posible peligro que se me avecinaba. Agarrado y contra la pared, fui a despedirla con un par de besos que ella esquivó y cariñosamente me los plantó en los labios, mientras seguía preguntándome cosas y seguía besándome en la boca. Conseguí que aquello no pasara 'a mayores' y, finalmente, quedamos en vernos la tarde del domingo. La tarde de ayer domingo.

Quedamos ayer a las ocho, y fue una tarde-noche muy curiosa. Fue un encuentro directo con el pasado en un formato de presente. Se mezclaban recuerdos lejanos con las historias no comunes. Hablábamos de trabajo, de nuestros hermanos, de nuestros amigos. Hablábamos de música, de Prince, de mis líos de faldas, de sus líos de pantalones. Hablábamos de todas nuestras movidas de los últimos cinco años; era alucinante, era algo totalmente inesperado. Había en nosotros una esencia idéntica a la de cuando salíamos juntos pero estaba todo muy evolucionado, no sé cómo explicarlo, era lo mismo pero no era igual, como si O(+> hiciera hoy una versión de "I Feel 4U".

Terminamos en su casa, en la que aún comparte con unos amigos, y vi por primera vez al que ha sido su novio durante los últimos cinco años; es curioso, su rostro cobró vida para mí cuando ya han dejado de ser pareja. Él se fue y ni siquiera se despidieron con un beso. Revolviendo discos y más discos, improvisamos una cena y seguimos charlando hasta las tantas de la madrugada, junto a una de las chicas del piso a la que yo conocía de aquellos tiempos pasados.

Ya ves, XX, algo púrpura se mezcló con las nubes de la madrugada del viernes al sábado, y gran parte de mi pasado se me puso ante los ojos. Anteayer, el sábado a la tarde, volví a ver, siete años después, "Purple Rain" en versión original con subtítulos en español. Y la experiencia fue tremenda, quizá arrastrado por mi encuentro con "A." de la noche anterior y mi cita pendiente para el domingo. Esa película, ya lo sabes, siempre me conmueve. Me lleva de la risa a la congoja, de la carcajada a la seriedad más íntima con una facilidad que no soy capaz de controlar. La había visto por última vez (en inglés) el día de Reyes, así que los subtítulos en español hicieron especialmente intensa esta nueva visualización.

La experiencia del domingo, la experiencia de ayer, también fue fuerte. Estar con "A.", contarnos todo lo que nos contamos, percibir nuestros cambios, nuestra evolución... En la despedida creo que ella volvió a intentar besarme en los labios, pero lo ladeé un poquillo, "A." es un templo de mi biografía que no me permito ni pensar en profanar.

Regreso al futuro, XX, el regreso al futuro del que te hablaba hace varios meses vio la luz este fin de semana. Todo surgió de olvidarme el dinero al ir a la peluquería de mi peluquera favorita. "A." ya no es la chica que jugaba a palas en la playa con un bikini de colores, pero es todo tan curioso... algo de lluvia púrpura ha mojado mis pasos, el destino ha vuelto a ser caprichoso conmigo.

DMSR'1995 (2003)  8)
Mi novela homenaje: "TRACK AND PRINCE"

DMSR

THE RAINBOW CHILDREN

ALEGORÍA para quien quiera entenderla

Érase una vez un niño que tuvo un accidente. Volando en su avión de juguete se estrelló contra el Arcoiris y se mató. Hay que joderse con el crío.

Fue un accidente tan inesperado que cogió por sorpresa al mismo Dios, quien sin saber muy bien cómo reaccionar -los dioses también tienen sus LAGUNAS- decidió dejar al espíritu del niño vagando por la costa del Mar Morado, a la espera de tomar una decisión.

Y el alma del niño, sorprendida al verse separada de su cuerpo, separada de quienes habían sido sus amigos, emprendió un largo camino de longitud desconocida.

En su éxodo se encontró con un Poblado, un lugar que desde su llegada le ofreció nuevas e inesperadas satisfacciones. Al principio fueron algo confusas, pero poco a poco se hizo un hueco entre las gentes del lugar.

Dejándose llevar por las apariencias iniciales, fue engañado por una paloma llorona, que tras sus lágrimas, su plumaje y sus favores concedidos, resultó ser una abyecta criatura. "Ya he aprendido algo: en este mundo, como en el otro, las apariencias engañan", se dijo, consolándose, el espíritu del niño.

Se atrevió a llamar a otra puerta y abrió un hermoso sapo. Recordó lo ocurrido con la falsa paloma y pensó que, quizá, tras esa extraña apariencia encontraría un buen amigo. Esta vez no se equivocó, pidió permiso para entrar y el sapo le dio la más calurosa de las bienvenidas.

Recorridas todas las estancias de la casa, fue encontrándose con más y más amigos, y fue sintiéndose cada día más y más a gusto: un Bastón, que fue más bien una muleta, una Bota de tacón alto que insistía en decir "te odio" pero insistía más en hacer favores, unas altas Montañas -acogedoras donde las haya-, la sombra de un Almendro donde descansar, la Niña que le dio la mano y le llevó hasta un Maestro, la Mariposa con la que se entretuvo a jugar, la Cajita de música, el benigno Huracán, una sarcástica Letra T con el corazón más grande de lo que era capaz de reconocer, la serpiente de ojos pícaros, con su inagotable "suissseo", los 99 grandes hombres, los Amigos y Amigas del lejano Sur, los Amigos que encontró tras su viaje en el barco llamado "Sorpresa"... y sé que olvido a varios, que me sabrán perdonar el descuido.

Y ocurrió un día, tras la terrible epidemia del estafilococo, que la marea del Mar Morado subió más de lo normal. Y subió y siguió subiendo. Y fue anegando calles y casas, generando tristeza y desconcierto entre los habitantes del Poblado, que veían destruido todo aquello por lo que habían trabajado y peleado, todo aquello que habían defendido, cuidado y mimado.

Todos lucharon por salvar el Poblado de las garras de aquella marea desoladora. Todos pusieron de su parte, unos más, otros menos, cada uno dentro de sus posibilidades. La lucha fue cruenta, algunos de los que más habían luchado desde el inicio de los tiempos para consolidar la Ciudad sucumbieron, otros agotaron su último aliento en la batalla.

El espíritu del niño sobrevivió pero también se agotó. Entendió que la pelea se había convertido en una lucha desigual, las bajas eran muchas y la marea seguía creciendo, destrozando -incluso- algunos de los cimientos mejor asentados. Y decidió marcharse. Decidió que su paso por aquel Poblado había sido una etapa más dentro de su peregrinaje, mientras el Buen Dios decidía qué hacer con él. Y partió en cuanto encontró las fuerzas para hacerlo.

Emprendió la marcha con sus fatigados pasos, alejándose sin mirar hacia atrás. Varios días habían transcurrido cuando ante sí, en mitad del camino, encontró un enorme cartel en el que podía leerse en grandes letras: "Darete Más Si Retornas". "¿Más?, se planteó el espíritu del niño, "yo no necesito nada más, sólo necesito encontrar un lugar donde poder crecer", y siguió su camino.

Nadie sabe cuánto tiempo transcurrió. Un segundo cartel, aún más grande, apareció en el camino. Decía: "¿Dónde Mejor Serás Recibido?". Y el espíritu del joven exclamó en voz alta sin saber si alguien podía escucharle: "¡Lo sé! Pocos serán los lugares donde pueda crecer como en aquel Poblado. Pero no debo volver, pues Dios mismo es quien está decidiendo mi futuro, y esta etapa ya ha sido consumida". Y siguió andando...

Uno más uno más uno es tres. Un tercer cartel, mayor aún que los anteriores, volvió a presentarse en el camino. Enormes letras dejaban leer: "Dios Merece Ser Respetado". El espíritu del hombre se sobresaltó y empezó a comprender. "¿En qué me estoy equivocando?", se cuestionó. "¿Es Dios mi Señor quien pone estas señales ante mí?".

Y Dios se personificó, y enfrentó sus ojos a los del espíritu que hace tiempo había dejado de ser el de un niño, y mantuvieron esta breve y sorprendente conversación:

       -"¿Por qué continúas andando en la dirección equivocada?", dijo Dios.
       -"¿Equivocada? ¿No fuiste Tú mismo quien anegó el Poblado obligándome a partir?".
       -"No, no, lo de irte fue una decisión tuya. Ese Poblado era el sitio elegido por Mí para que te desarrollaras como persona. Mira que no darte cuenta antes, con lo que me costó llevarte hasta allí. Lo de las aguas... bueno, sí, un poco sí. Es que hasta los Dioses tenemos nuestras LAGUNAS. Y ésa se me escapó...

Atónito, el espíritu clavó su mirada en el rostro de Dios, y comprobó con perplejidad que Dios dibujaba en su cara una pícara sonrisa, y miraba hacia otro lado como un niño que disimulaba su torpeza.

       -"No sé si soy quién, pero Señor, me permito decirTe que deberías practicar más tu sentido del humor, porque eso de la laguna..."

Volvieron a mirarse fijamente a los ojos, ladearon sus sonrisas, y ambos estallaron en una sonora carcajada que se escuchó en todos los confines del Mar Morado y aun más allá. Cuando dejaron de reírse -y pasó un buen rato antes de esto- Dios le hizo una inesperada proposición al espíritu: "¿Qué te parece si practicamos ahora mismo? ¿Te apetecen unas cervecitas?". El espíritu se quedó tan descolocado ante semejante ofrecimiento que decidió aceptar, y estuvieron bebiendo cervezas hasta altas horas de la madrugada, haciendo grotescas imitaciones de Chiquito de La Calzada. "¡Me voy a cagar en tus muelas! ¡Cobarde! ¡Pecador!", decía el uno. "¡Por la Gloria de mi Madre, te voy a partir el fistro del diodeno, jarl!", contestaba El Otro. El espíritu se pilló una buena cogorza, pero no imagináis el aguante que tiene Dios bebiendo cerveza.

Al amanecer, cuando ya no pudo beber más, el espíritu decidió marcharse. "¡Hasta luego, Lucaaas!", le dijo a Dios emprendiendo ya el camino. "¡Griján de peich, hijo mido!", contestó Dios, aún con la lagrimilla en el ojo.

"Dios Merece Ser Respetado, Dios Merece Ser Respetado, Dios Merece Ser Respetado..." repitió, riéndose, una y otra vez el espíritu mientras volvía al Poblado. Y en el camino de vuelta, pasada la resaca, decidió que tenía que luchar. Se alzó, se sintió fuerte, se sintió preparado para hacer el Trabajo.

This Is The (Allegory) Ballad Of "The Rainbow Children". DMSR'2003 8)
Mi novela homenaje: "TRACK AND PRINCE"

DMSR

THE BEAUTIFUL ONES [Exteeeeended Medley Remix (Including Sexy MF, Little Red Corvette, LoveSexy & Adore)]

Dedicado a mi mejor amiga, EGC, la protagonista de esta historia, que este sábado 29 de noviembre ha traído al mundo a una maravillosa niña que, espero, algún día será una persona tan especial como su madre [y tan buena gente como su padre]

Dedicado a quienes hayan conocido el inusual sentimiento de hacer evolucionar el Amor (y/o derivados) hacia la Amistad más sincera y gratificante.

Dedicado a Purple7, que explicó tan bien aquello de que la música de Prince siempre ha acompañado sus pasos.

Dedicado a Gisela, por haber hecho que tu sonrisa fuera la mía.

Dedicado a PRINCe_, que me pidió que sacara más historias de "The Vault"  ;) ;D

Dedicado a XX, tú sí que me has aguantado las brasas  :P :D. Gracias por seguir ahí  [smiley=2thumbsup.gif]



[13 DE JUNIO DE 1995]    [...] Y para terminar mi carta quiero retomar lo dicho en el penúltimo párrafo y decirte que si bien comprobé hace tiempo que las más guapas siempre rompen el cuadro... el otro día volví a grabar "The Beautiful Ones" en una cinta para una chica (Bufff!!!). En la "carta interactiva" del pasado agosto te dije que no la volvería a grabar en mucho, muchísimo tiempo; quizá nunca. Diez meses después he sucumbido al encanto de una chica maravillosamente bajita, guapa y morena. Ha sido todo muy rápido y mis sentimientos por ella crecen día a día. Permíteme, una vez más, que te lo cuente con detalle. ¡Gracias! [smiley=2thumbsup.gif]

Es curioso que nunca te haya hablado de ella. Se llama EGC y la conozco hace cinco años o más porque también hace Atletismo. No sabría decirte si fue en 1990 ó 1991 pero yo sé que a esta chica le "entré". Bueno, quiero decir que una noche que me la encontré le estuve diciendo lo guapa que me parecía, lo mucho que me gustaban las morenas bajitas, y algunas 'lindezas' por el estilo  ::). Recuerdo que otra noche (puedo jurar que totalmente sereno) traté de invitarla a tomar algo, pero rechazó la oferta para otra ocasión en que no estuviera yo de farra (¡¡un alcoholímetro!! ¡¡mi reino por un alcoholímetro!!). Con ella comprobé años atrás que no basta con ser sincero, ¡hay que parecerlo!. Posteriormente, se echó un noviete y hasta hoy. Bueno, hasta hoy no, hasta hace mes y medio  [smiley=guitarist.gif]

El 23 de abril teníamos una competición en las Pistas de Anoeta. Con EGC yo sólo había mantenido, desde aquellas pinceladas que te he descrito, el saludo y la sonrisa. Aquella mañana de abril se acercó a mí y me dijo (algo así como): "Hola, DMSR, ¿me puedes poner una venda en el tobillo?" (¿Es a mí?). Me explicó que esa semana se lo había torcido, aunque había podido seguir entrenando, y que tenía que correr. Estuvimos unos minutos, lo que tardé en ponerle la venda, pero esa insignificancia derribó muchos muros entre nosotros.

Y a partir de esto todo ha sido muy acelerado. Yo quedé en darle una pomada para la hinchazón que aún tenía en el tobillo. A través de Alfonso, un colega que más o menos suele entrenar con ella, supe que actualmente debe tener bastantes rollos con su novio. Las dos o tres semanas siguientes traté casi a diario con Alfonso, y nos divertíamos hablando de ella, haciendo el gilipollas, diciéndole que EGC iba a ser la madre de mis hijos y demás chorradas, ya sabes, como críos  [smiley=earmuffs.gif] [smiley=earmuffs.gif] [smiley=earmuffs.gif] [smiley=earmuffs.gif] [smiley=earmuffs.gif]

Entre chorrada y chorrada reconozco que EGC me gustaba cada vez más. Últimamente, aprovechando el buen tiempo, voy a entrenar también por las tardes cuando puedo y así mato el gusanillo visual o incluso hablo con ella o con la gente de su grupo.

Con el poquito de confianza ganada, un día me llamó para que le diera un masaje en los gemelos, porque casi no podía ni andar (pobrecita pero... ¡¡qué bien!!  [smiley=2thumbsup.gif] [smiley=tongue3.gif]). Era nuestra primera "cita" (jeje  :P) y le hice algo de daño, pero eso era secundario, para mí lo importante es que estábamos hablando y conociéndonos un poco mejor. Me enteré, entre otras cosas, de que su cumpleaños era el 4 de junio, así que, como mínimo, se me ocurrió que le iba a grabar una cinta de regalo. También estuvimos hablando de Terence Trent D'Arby, que tocaba en Donosti justo el mismo día de su cumpleaños, y me dijo lo mucho que le apetecía verle pero que no sabía si encontraría alguien para ir (yo guardé mi oferta para más adelante).

En la cinta que le grabé no aparecía "The Beautiful Ones". Quería sorprenderla musicalmente, y, sabiendo que tiene el oído abierto a muchas tendencias, le grabé lo siguiente:

A.- The Ride (del Undertaker)/ The Undertaker (ídem)/ Dark/ Loose!
B.- Come (medley de Orgasm + Come 'video version')/ Interactive, Days Of Wild, Now, Shhh, Peack The Tecnique, Martial Low (del concierto del 13-2-94)

Algo rudo, ¿no crees? Como dedicatoria, sobre mi firma, puse: "In A Word Or 2", en referencia a "Sexy MF", a haber encontrado una deliciosa criatura que ha despertado mi corazoncito. Cuando hace algunos meses Carmen me decía que tenía que echarme una novieta, yo le decía que lo haría el día que en mi camino se cruzara una "sexy m.f.", una chica que fuera capaz de hacerme sentir lo que yo siento con la mejor canción que compuso Prince en sus últimos años antes de "morir"  [smiley=drummer.gif]. En fin, XX, creo que ha llegado, creo que EGC es una buena candidata para dar vida a la mujer de este hombre, tan sólo espero que sea muy culta en los temas de peleas.

No sabía cuándo iba a darle su regalo, pues piensa que nuestra confianza aún era nula para este tipo de sorpresas. Teóricamente, nos veríamos el fin de semana, pero durante las competiciones puedes no encontrar un momento adecuado para estas cosas. Todo se 'solucionó' cuando el miércoles previo a su cumpleaños volvió a llamarme para un masaje esa misma tarde.

Yo había envuelto la cinta, y cuando acabé el masaje le dije: "Bueno, EGC, a ti cuándo te gustan los regalos: el mismo día del cumpleaños o puede ser antes o después...".

Ella se estaba vistiendo y se cortó un poco. "A mí me flipan los regalos, cuando sea, antes, durante, después...", me contestó. "Pues encima de la mesa tienes el tuyo". La cinta estaba camuflada entre otras y ella no la vio, creyó que le estaba vacilando. Cuando acabé de recoger y limpiar la camilla cogí la cinta, se la di, y se puso roja como un tomate maduro  ;D ;D ;D ;D

- [smiley=blush.gif] "Hostia, creía que era broma, tío, qué puntazo. Qué es, de quién es, bueno, de quién va a ser..." (ella ya conocía mi 'afinidad'  :D)

Yo aproveché para hacer una referencia histórica y le dije: "¿Lo ves? Las chicas tenéis la costumbre de no creerme cuando os hablo en serio". Me lo agradeció entre balbuceos y mofletes colorados, le di dos besos y le dije: "EGC, en mi consulta ya has cumplido los 22."  [smiley=wink3.gif]

Se fue muy sorprendida, sin que su cara hubiera recobrado su color natural, y yo, para terminar de ponerla nerviosa, cuando se alejaba por el pasillo le voceé: "¡Pero no te pongas roja, ¿eh?!". Un poco perverso, pero no podía desaprovechar la oportunidad de que ella hubiera venido a mi terreno, pues en Anoeta soy yo quien tiene que hacer el paripé de adentrarse en el suyo.

El sábado 3, víspera de su cumpleaños y del concierto de TTD, estuvimos un rato juntos en Pamplona. Yo sabía que ella quería ir al concierto pero probablemente no tendría con quién. Traté de dejarle claro que podía venir conmigo, incluso traté de hacerle ver que ME APETECÍA que viniera conmigo, pero parecía claro que a ella le cortaba tanta confianza de sopetón. "No dejes de ir por no encontrar a alguien, ¿de acuerdo?", es lo último que le dije.

Al día siguiente, su cumpleaños, Alfonso y yo la llamamos para felicitarla tras una odisea para conseguir su teléfono. No estaba, dejamos nuestro saludo y listo. A las 19'30 me llamó un amigo para decirme que no le apetecía ir al concierto y que le sobraba la entrada. Tras intentar hacerle ver su error, me dijo que, definitivamente, pasaba. Le pregunté si me daba la entrada si conseguía quedar con una amiga y me contestó que EVIDENTEMENTE SÍ. Llamé otra vez a EGC pero tampoco estaba. Hablé con su madre, y creo que nos caímos bien. Charlamos unos minutos, y al explicarle para qué era la llamada me comentó el disgusto que, seguro, se iba a llevar EGC cuando se enterase. Me lo agradeció como si la estuviera invitando a ella y nos despedimos. Definitivamente, yo iba solo a ver el concierto de TTD, bueno, con la novia de un colega  :P

El lunes a la tarde fui a Anoeta y me encontré con EGC. Me contó que había estado diciendo "MIERDA, MIERDA, MIERDA" desde que llegó a casa hasta que se acostó, y yo le eché "la bronca" por no haberse atrevido a llamarme. El caso es que nuestra relación como coleguillas está en un buen punto, me agrada saber que no es algo platónico, que ella sabe que hay un interés por mi parte. Y si aún no se ha dado cuenta, ahí están sus amigas para hacérselo saber; estas cosas siempre son más evidentes para las amigas y, además, es algo que yo no he querido ocultar.

Quiero saber cómo es su vida, quiero saber qué movidas tiene con su novio, quiero arrancarla de sus brazos, quiero conocerla, besarla, amarla, quiero comérmela, quiero ser más que su madre, más que su hermano, más que ningún otro. La cinta con "The Beautiful Ones" aún no está en sus manos pero no me importa, aunque todavía no es amor lo que siento, la cuestión es que yo he vuelto a grabar esa canción para una chica. Como dedicatoria creo que le voy a poner "Little Brown Corvette", pequeña corvette morena, en una palabra o dos: bajita y morena. Una nueva chica bajita y morena ha llamado a mi puerta, y como cuando el amor llama hay que seguirlo, yo lo voy a hacer porque tengo bastante gasolina. Oh Yeah!

XX, gracias por haberme permitido meterte esta 'Extended Version' que espero que sólo sea una pequeña 'Intro' en lo que yo quiero cantar con esa chica. Quiero pintar un cuadro perfecto, quiero demostrar que no siempre son las más guapas las que rompen el cuadro.

This Is The Ballad Of "The Beautiful Ones (Exteeeeended Medley Remix)". DMSR'95 (2003)  8)
Mi novela homenaje: "TRACK AND PRINCE"

DMSR

COUNT  THE  DAYS  (Colectivo DMSR Records)

Dedicado a DIDAC: hace tiempo pediste ayuda para apreciar algunos discos y nadie te contestó. ¡¡Era una pregunta muy difícil!! Hoy te ofrezco este relato con el espíritu del "EXODUS" inspirando mi interior. Esta carta la escribí en un formato equivalente en tamaño a los libretos interiores de los CD...

***strictly  not  for  sale!!***

FOR    PROMOTION    ONLY     Nº003


[15 de mayo de 1996]  Mi interés por "Count The Days" es múltiple. En verdad, si quisiera explicarlo, sólo se me ocurren dos caminos: el corto, que sin duda es extremadamente escaso, o el largo, tan complejo como inabarcable. Pero la 'Factoría DMSR' es rica en recursos, y para intentar abarcar y apretar una historia tan espesa ha editado este 'Maxi Promocional' con numeración exclusiva. Quizá esta canción no se incluya en el próximo álbum, ya veremos.

Una de mis aficiones sagradas es la pintura. No, pintar no, nunca he sabido pintar nada; siempre me ha gustado la Pintura con mayúsculas, los grandes clásicos o no tan clásicos. Desde donde alcanzo a ver con la memoria me recuerdo con estupendos libros de pintura entre las manos. Qué maravilla, quién fuera capaz de hacer algo así. Leonardo, Goya, Míguel Ángel, mmh... Míguel Ángel. Los impresionistas, qué delicia. Por encima de todos ellos, no sé si mejor o peor pero con conexión total y directa con mi cerebro, VELÁZQUEZ, el gran Velázquez. Muchos, muchísimos cuadros (fotos de) han pasado ante mis ojos durante toda mi vida.

Mi pasión por Velázquez tan sólo era igualada por el -para mí- gran Maestro del siglo XX: el genial DALÍ. He visto cuadros de este cabronazo para rilarse por las patas, cosas brutales, inigualables. Cuando tenía 13 ó 14 años me compré un libro sobre Salvador Dalí, un libro con muchísimas fotos y algunos comentarios incomprensibles para mí en aquella época, incluso difíciles de comprender actualmente, ese tío estaba pirao o se lo hacía de puta madre.

Como ejemplo de todo lo que estoy diciendo, ahí va el título de un cuadro cojonudo: "Dalí a los seis años, cuando creía ser una niña, levantando la piel del agua para ver a un perro dormir a la sombra del mar". Joder, he duplicado mi edad desde que lo leí (y vi) por primera vez y todavía no he salido de mi asombro. Pensamientos como éste son los que me hacen comprender que existen cien mil millones de formas distintas de ver el mundo, de ver cosas, quizá de ver una misma cosa. XX, somos una diminuta mota de polvo en el cosmos.

En 1988 otro genio del siglo XX se incrustó en mi alma. Sorprendentemente se trataba de un músico, curioso, curioso de verdad en un tipejo como yo. Con etapas mejores y peores, mi relación con su música fue fructífera y gozosa. Acostumbrado a sus excentricidades, con la que  no conté nunca fue con su decisión de retirarse. Todo quedó en un susto pero ahora, con el tiempo transcurrido, compruebo que no fue nada fácil asumirlo y mucho menos entenderlo. Y cuando conseguí ambas cosas, y volví a disfrutar como un enano con el ídem, saltó una bomba atómica en mi cerebro, una bomba con título propio: "EXODUS", un disco de mi músico favorito con su grupo que superó en un 100% cualquier sensación que yo podía imaginar a esas alturas. En ese CD había canciones increíbles, diversión por un tubo, más magia que en un programa de Tamarit, más misterio que en la sonrisa de La Gioconda. Canciones complejísimas y canciones muy sencillas, y como de una preciosa chica sin maquillaje yo me enamoré de "Count The Days".

Éste fue el arranque de otras múltiples causas que no puedo entrar a detallar ni en esta 'Extended Version Promocional' y que llevaron mi cerebro a una total explosión de positividad y divergencia, y aunque decirlo me raspe ahora las tripas, debo ser sincero y reconocer que me enamoré, sí, me enamoré de una chica deliciosa, que muy a pesar mío no correspondió a mis proposiciones, quedando todo en una agradable/sorprendente Amistad. Pero sí, me enamoré de EGC como me enamoré de "Count The Days", como me enamoré de "Exodus", como me enamoré del mundo en aquellos apasionantes meses del pasado año.

El mundo, tras mostrarme todas sus sonrisas y obsequiarme con todos sus placeres, se fue distanciando y me mantuvo en un ostracismo controlado; sin llegar a ser desagradable no era, ni de lejos, agradable. El cénit de este desasosiego llegó en el mes de diciembre, cuando empezaron a desmoronarse los frágiles cimientos que me mantenían activo.

Tras varios años de olvido, rescaté para entretenerme mi libro sobre Dalí, para volver a deleitarme e inspirarme con su pintura y su genialidad. Me sorprendí al descubrir que con los años había mejorado mi capacidad para ver todo con una visión más amplia, y encontré, tras cientos de intentos de infructuosa búsqueda, los rostros camuflados, "invisibles", que Dalí había introducido en algunos de sus cuadros. Pequeña gran victoria.

Llegaron las navidades y llegó mi hermano de Madrid. Con él, entre otros discos, vino un CD-single de "Count The Days". Su contenido, en lo que a aportación musical se refiere, no era muy brillante, nada nuevo bajo el sol. Sin embargo, la parte gráfica, el diseño de la portada y del disco, era increíble, maravillosa. Un reloj derritiéndose, como los 'relojes blandos' de Dalí, "La Persistencia de la Memoria". Años buscando paralelismos implícitos entre mi músico y mi pintor favoritos y, por fin, los hallaba de un modo tan explícito: relojes blandos, la persistencia de la memoria. "Count The Days" pasó de ser una deliciosa canción, una deliciosa chica sin maquillaje, a ser un enigma, un deseo de conocer todo lo que le hiciera referencia: su letra, su porqué en el disco, lo que decía, lo que quería decir, lo que quisiera decir. Todo.

No sé por qué, pero esta canción siempre me hacía pensar en EGC y en mí, en el deseo que tuve de conseguirla, de conquistarla; en lo poco que me importaba contar los días uno a uno hasta que esa chica cayera en mis brazos. Ya te lo dije, no sabía cuándo ni dónde pero esa chica caería en mis brazos, contaría los días que hiciera falta. Cuando quise regalarle una cinta -junto a otras cosas- por el fin de año, le puse en la portada un fragmento de 101 x 63'5 mm. de la cubierta interior del single de "Count The Days", el esclavo con el corazón a flor de piel, contando los días, contando las horas si es necesario. Yo soy el tío de la portada de ese disco. Yo soy el tío de la portada de ese disco.

Veinte días quedan para que EGC cumpla veintitrés años. Hace dos semanas empecé a pensar qué podría regalarle, tras los regalos navideños no tengo mucho margen de maniobra. La semana pasada mi hermano me llamó desde Madrid, tenía que venir el viernes a una boda, y quería decirme que me había comprado el CD-single de "Girl 6" y ante su fracaso por hacerse con el de "Gold" había comprado 'a ojo' el de "Count The Days", sin darse cuenta de que ya me lo había conseguido. Mi cerebro saltó en una millonésima de segundo y resolvió cuál iba a ser la parte musical del regalo de EGC el 4 de junio: el CD-single de "Count The Days". Contaríamos juntos los días, en la distancia, como cuando hicimos el amor con las palabras allá por diciembre, en la distancia, pero contando los días juntos. (Yeah yes).

Me quedaba por averiguar el significado real del tema y por eso te pedí con tanta urgencia que me tradujeras la letra. A decir verdad, creo que me he quedado igual que antes pues, como tú, no me entero del significado de la canción. Es evidente que lanza un mensaje, pero la comunicación falla y en este caso el receptor (o sea, yo) no capta el mensaje del emisor, así que una vez más me voy a quedar simplemente con lo que yo siento al escuchar la canción, con la magia de Tamarit y la sonrisa de La Gioconda. Seguiré contando los días, mañana quedarán sólo 19, y el sábado... 17.


This Is The Ballad Of 'Count The Days'. DMSR'96 (2003)
Mi novela homenaje: "TRACK AND PRINCE"

DMSR

Marchando una dePIRATAS  [smiley=pirate.gif] (Lo siento, me aburría  ;D ;D ;D)

La historia que os voy a contar está incompleta, y llegó a mí en uno de mis viajes a la Tierra de Nosedónde. Me la refirió un viejo truhán, que en las noches de invierno compartía tragos de aguardiente con aquel que quisiera pagarle el licor, a cambio de dejarse achicharrar con sus vivencias de retirado lobo de mar. Él afirmaba desconocer el origen de estos hechos, nunca vio a los protagonistas, pero juraba por todo lo que le resultaba valioso la veracidad de sus palabras.

En algún lugar y en alguna época remotos existió la Isla de la Ameba. Los designios de sus habitantes estaban dirigidos por un príncipe, el Príncipe Rogelio, cuyos discursos y mensajes de amor, concordia y caridad tenían confundido a su Pueblo, que dividía sus opiniones entre quienes lo consideraban un elegido mesiánico, un tirano absolutista o, aún peor, quienes no eran capaces de saber cuál era la verdadera naturaleza de su regente.

La confusión estaba originada por varios hechos conocidos y ciertos: Por un lado, el príncipe les ofrecía más privilegios y beneficios que ningún otro gobernante conocido. La calidad, e incluso la cantidad de dichos favores sobrepasaba lo imaginable por muchos de sus súbditos. Pero por otro, todos conocían el lado oscuro de su regente, escondido en lo más profundo de su blanco castillo: DEBOL, el refugio secreto de una ignota pero sin duda desorbitada cantidad de joyas y piedras preciosas, oro y demás metales nobles, todo engarzado en cofres redondos, cuyo disfrute estaba consentido en exclusiva para el príncipe y algunos elegidos.

Así pasaron muchos años y, finalmente, algunos habitantes de la isla decidieron reunirse y mobilizarse, junto a los saqueadores de tesoros más hábiles de los que se tuvieran noticias, para asaltar el castillo y acceder a Debol. Eran, en verdad, los piratas más audaces y despiadados que surcaban los siete mares en busca de los codiciados cofres redondos. Temidos por sus adversarios, sus conquistas eran conocidas en todos los confines; incluso el mismo Príncipe Rogelio era consciente de aquella fama y los peligros que entrañaban los piratas, por eso luchaba denodadamente por fortalecer su querido Debol contra los ataques de aquellos sanguinarios hombres sin nombre y sin rostro.

Se juntaron todos, habitantes y piratas, en la tasca llamada "La Bola de Cristal". El Capitán Tototote dejó sobre la mesa su pinta de cerveza y, tras frotarse la boca con la manga, dijo:

-"Señores, conocemos la isla, conocemos el castillo. Conocemos, incluso, parte del contenido del tesoro guardado en Debol. Sabemos que merece la pena, que habrá cofres dorados para todos. Unámonos y acabemos con la, para mí, segura tiranía del Príncipe Rogelio."

Muchas voces se alzaron para aclamar las palabras del Capitán Tototote. El Corsario Funky Funk, situado como era su costumbre al abrigo de la penumbra, asintió con la mirada, y tomó la palabra el Bucanero Bigjim...

-"¡¡Hagámoslo!! ¡¡Más antes que después!! ¿Quién nos obliga a esperar? ¿Qué miedo nos retiene? ¿No están aquí presentes y con nosotros los piratas Sexyweapon, Kyke y Mike T.? ¡¡Por las barbas de Dios y el rabo de Satanás que yo digo que Debol será nuestro!! Juntemos nuestras naves mañana, juntemos nuestros cañones, y ataquemos con todas nuestras fuerzas. Al grito de ¡¡AL SABOTAGGGE!! la victoria sólo puede ser nuestra."

Todos prorrumpieron en aplausos, vítores y vivas; sí, al día siguiente atacarían la isla y el castillo con el objetivo de saquear Debol, y desenmascarar o divinizar al Príncipe Rogelio.


Al llegar a este punto del relato, el viejo lobo de mar apuró el último sorbo de su vaso, prometió terminar la historia al día siguiente a cambio de más aguardiente, y se quedó profundamente dormido, babeando sobre la mesa. Yo tuve que abandonar precipitadamente la Tierra de Nosedónde y no he vuelto por allí. Lo siento, no conozco el final, ni siquiera sé si se consumó el asalto. Ya dije al principio que ésta era una historia incompleta.

Pero si alguno de vosotros se encuentra una noche de invierno con un viejo que cuenta historias de piratas a cambio de un trago, sed generosos con él, quizá sea la forma de saber qué ocurrió en aquel lugar, en aquella época, con la conspiración pirata contra el castillo blanco que coronaba la Isla de la Ameba.   8) [smiley=bandana.gif] [smiley=pirate.gif] [smiley=pirate.gif] [smiley=pirate.gif] [smiley=earmuffs.gif] [smiley=tongue3.gif]
Mi novela homenaje: "TRACK AND PRINCE"

DMSR

DEDICO EL SIGUIENTE RELATO:

 ... Al Genio que inventó la guitarra.
 ... A la chica con nombre de canción.
 ... A Prince, por toda su música, por el Amor Sexy y por tantas otras cosas.
 ... A Borges, Poe y algunos otros. Gracias.
 ... A quienes lo leáis SIN prisa y CON gusto (es bastante largo  :P pero creo que no está mal del todo  :D)


D.M.S.R. (Elegía navideña)

El amor es vida
y la vida es muerte.
Quien encuentre la línea
que el azar descoloca
llamándola suerte,
ganará la partida
del beso en la boca
o del disparo en la frente.
Puede parecer un invento,
algo nacido en mi fantasía;
yo afirmo que todo es cierto,
y mantengo firme mi teoría
de que lo que algunos llamarán cuento
yo lo llamo poesía.

Quienes me conocen saben
que estoy muerto y enterrado;
y, sin embargo, aquí estoy,
contando el extenso relato
de una historia de amor
que aún no ha terminado.
Para explicarlo mejor
y que quede bien claro:
fue Dios mismo quien me mató,
y como Dios es Amor
y yo sigo enamorado,
no le guardo ningún rencor;
lo digo orgulloso y con fuerza:
Dios Merece Ser Respetado.

No fue un día cualquiera.
Era un domingo por la mañana,
de esos que la primavera engalana
con luz, flores, fiestas,
inocencias e infancias.
De pronto, un sonido me reveló
que el aire se transformaba;
la culpa era de un viejo músico
que sus demonios exorcizaba.
Me hizo sentir miedo
el llanto de su guitarra...
Con el tañer de sus dedos
y la forma en que cantaba,
con aquella voz grave y profunda
consiguió desgarrarme el alma.

"Era la noche oscura.
Triste, amarga... Larga...
Casi locura..."


Cuando llegué a su altura
le di cuanto llevaba.
Con un acorde infinito
él me dio las gracias.
No cambió su postura
pero sé que alegró la cara.
Pensé: "Este hombre conoce el amor.
¿Cuántas cicatrices necesita un corazón
para que suene así una guitarra?"
Le miré como se mira a un amigo.
Él siguió mi mirada.
Aturdido, seguí mi camino
temblando de emoción.
El viejo volvió a su tonada.

El amor que yo conocí
también tenía nombre de canción.
Surgió a la orilla del mar
y acercó su danza hasta mí
para enseñarme a rezar
con la más sincera devoción,
con mis manos puestas en su cuerpo,
con mi cuerpo entregado a sus labios,
cambiando para siempre
mi idea del tiempo,
cambiando para siempre
mi idea del espacio.
Aquella mujer, aquel rostro perfecto
con el que tantas veces había soñado,
necesitó tan sólo un momento,
al final de un largo verano
que me supo a miel y a fresas,
para convertir en realidades
mis pueriles entelequias.
Y con palabras celestiales,
que dieron luz a un pasado oscuro,
dijo el amor con la fe de quien reza:

"En mi corazón está tu futuro.
Estoy aquí para amarte.
Si para ti yo soy la belleza,
y juntos, tú y yo, una obra de arte...
Si yo puedo sentir el tuyo,
siente tú el latir en mi pecho.
Te lo grito a golpe de susurros,
atiende la música de mis versos:
necesito saber que sabes
que he venido desde muy lejos,
necesito saber que sabes
que llego hasta ti sintiendo
que necesito saber que sabes
que contigo yo también doy vida a un sueño".

Me perdí en sus manos suaves,
penetré en sus ojos castaños.
En los ojos están las claves
que pueden trenzar los destinos
de quienes momentos antes
se creían dos extraños.
Sumados nuestros caminos
comprendí por qué los amantes
pasean cogidos de las manos;
supe que ser feliz
es corresponder un abrazo,
y alcancé a entender el matiz,
el concepto más alto,
de que el Cielo es un beso
y un "te quiero" inesperado.
Y que si "Al principio era el Verbo",
como a mí me han enseñado,
sexo y Génesis desde aquel tiempo
mantienen vivo un pacto
contra el poder de la muerte.

Cuando estás enamorado
olvidas tus secretos,
y te sientes tan fuerte
que te ríes de tu pasado.
Cuando estás enamorado
y quieres volar,
cierras los ojos
y extiendes los brazos.
Cuando estás enamorado,
si te sientes solo
da gusto llorar,
porque sabes que al terminar
tu amor está a tu lado.
Cuando estás enamorado,
el universo, todo él, es tu romance
(eso es Amor)
Cuando estás enamorado,
el mundo entero gira a tu alrededor.
...Y hasta puede que te alcancen
canciones que siempre has despreciado.

"Fue tan hondo mi dolor,
tan eterna mi amargura,
como eterno aquel sabor
que en mis labios aún perdura.

Se repite en mi mente
y me tortura.
Da vueltas en mi memoria
y me tritura
girando salvajemente,
girando en mi cabeza
como una noria.

Algo se va y algo empieza...
Se repite la historia.

Habrá de llegar el día
en que ese nombre será
sólo seis letras".


Cuando conseguí entender
el fondo de este lamento,
en vez de llorar me eché a reír,
en vez de cantar, pensé:
"Eso no puede pasarme a mí".

Otoño. Empieza a soplar el viento,
y un cuervo, desde el aire,
me pide que esté atento,
mientras mi alma grita ¡adelante!
convencida de lo que siento.

En otoño, en mi pequeña ciudad,
el viento es una bendición
o es una calamidad,
así que cuida bien la explicación
que das a esos dos pentagramas
que han reclamado tu atención.
Quizá mientras sepas a quien amas
y no te falte su compañía,
tan sólo busques las notas de esa canción
que haga que la noche no apague al día
sin haber consumido sus llamas.
Y esas mágicas notas son
el acompasado ritmo de los latidos
de dos cuerpos unidos
por un mismo corazón.
El acompasado ritmo de los latidos
de dos cuerpos unidos
por un mismo corazón.
El acompasado ritmo de los latidos
de dos cuerpos unidos
por un mismo corazón...

O tal vez no.
Ay de aquel que se equivoca,
quien descubre que en el más puro amor
también hay un sitio para el error,
para que sea el disparo y no el beso
lo que le parta la boca;
como tuve que aprender yo,
enamorado, ardiente, poseso
del espíritu de una ciega pasión
desmedida, desmesurada, casi loca.
A mí nadie me avisó de todo esto,
así que si parecido trance le toca
padecer a alguien que lea este escrito,
pasará a estar de acuerdo conmigo
en que hay cañones entre las flores;
y que si le das la espalda al destino
será la Guadaña quien te haga conocer
que los más angustiosos dolores
que se pueden padecer
no derraman sangre,
pero te ahogan en tus propios estertores,
y transforman tu sed y tu hambre
en el espantoso palidecer
de las carnes que se encogen,
de alguien que pasa a estar inerte,
sombra, espejismo y espectro de un ser
que poco antes había sido un hombre
pletórico de esperanzas.

Esta es la crónica de mi propia muerte.
Con cada recuerdo yo vuelvo a caer,
cada letra más tripas me rompe,
pero doy por buena cada palabra
convencido de su fuerza omnipotente:

Fue aquella tarde de aquel frío día de invierno...
Nos cruzamos ante una tienda de juguetes,
casi no nos vemos...
El viento cubría su cara
revolviendo su pelo.
Desplegamos nuestras alas
y echamos a volar...
Me llevó a un lugar
donde el cielo era gris
y las flores de metal;
pero yo me quise divertir
y me abracé aún más fuerte a ella,
preguntándome por qué busco una sola estrella
pudiendo elegir en tantos cielos.
Y entendí qué difícil es
encontrar algunas respuestas
si no sabes qué es la Fe...
(Por eso leo cuentos
y escribo poesías,
o ambas cosas a la vez)
...cuando fundidos como esculturas vivas,
desnudos como niños recién nacidos,
arrodillado yo ante tan glorioso altar,
sintiendo el alma envolviendo nuestros cuerpos
húmedos por un manto de rocío,
con el corazón saliéndose de mi pecho...
necesité ponerme a rezar.
Porque me embriagó un delicado misticismo,
la total seguridad de que Dios es el Amor,
y fui testigo de que el Amor es Dios,
porque nada, nada puede ser tan poderoso
como la fuerza del castigo,
del martirio doloroso,
que aquel día me destruyó.

El conjuro lo inició
algo así como un rezo.
Fue un susurro, una palabra o dos...
Se las dije al oído a Dios,
y fue un lacónico "te quiero".
Y habló Dios con gesto grácil,
señalándome con el dedo:
"Vas a ir a un sitio donde todo es más fácil,
donde no existen los sueños
ni se oyen los cañones,
donde siquiera existe el viento,
ni hay cuatro estaciones
porque es probable que el sol
no te acompañe en mucho tiempo.
Tú eres mortal, yo soy eterno...
Paradojas entre la vida y la muerte
(¡sus ojos cambiaron de color!)
El destino nos obligó a conocernos...
Tú llegaste a este mundo a morir,
así que, culpable o inocente,
yo te hago ese favor,
(¡¡llega el peor recuerdo!!)
prepárate a sufrir...
MUERE".

¡En nombre del amor
y del poder de su veneno
mil pentagramas se completen!
Aunque tarde, ahora entiendo
el aviso del cuervo: "Nevermore".

"Tus palabras prometían algo eterno,
tus besos perfumaban tanto el aire,
y al llegar el largo invierno
volví a no ser nadie.

Son tus labios los culpables
del vacío que yo siento.
Son tus labios responsables
de promesas y de besos;
promesas incumplidas
y besos incomparables.
Son tus labios los culpables
del dolor de mis heridas,
de haber dicho algún "te quiero"...
y otras muchas mentiras.
Tú única verdad: "Ahí te quedas".
Mi última verdad: "Hoy me muero".

Tus palabras prometían algo eterno,
tus besos perfumaban tanto el aire,
y al llegar el largo invierno
volví a no ser nadie".


Paradojas entre el Cielo y el Infierno,
estoy en un Reino junto al mar,
no sé si cerca o lejos del lugar
en que el amor vino bailando hasta mí
con sus promesas de dar vida a los sueños,
consiguiendo hacerme sentir
el dulce poder de la inmortalidad.
Aunque en este momento,
con la mano en el corazón
no puedo decir,
comprobada mi nueva realidad,
que el amor me engañara,
exclamo, dudando de mi propia convicción:
supongo que fui yo quien no supo elegir
o me equivoqué al escoger la canción
o quizá no acerté con algunas palabras.

Ya no tiene importancia,
soy sincero cuando lo digo;
ahora que estoy aquí
sólo quiero encontrar un amigo
que me enseñe a tocar la guitarra,
que me enseñe a cantar
y me ayude a exorcizar la cicatriz,
aunque yo, a cambio, no puedo ofrecer nada.
Voy a buscar al viejo músico callejero,
por ahí debe andar;
seguro que está cerca
porque él también estaba muerto.
Él me ayudará a reunir nuevas fuerzas,
a pintar del rojo al violeta
lo que ahora es blanco y negro.
Y cuando cantemos a una voz
nuestros nuevos poemas,
volveré a exclamar emocionado
que el Amor sigue siendo Dios
y que Dios Merece Ser Respetado;
y que en mi perpetua elegía navideña
asumo que le quiero, que le quise y le querré.
Paradojas entre la vida y el amor,
entre el amor y la muerte,
me queda un último clamor:
¡¡¡VOLVERÉ!!!

JOTACEHACHEO - D.M.S.R.

[Aquí dejo mi autorretrato.
He intentado pintar un cuadro perfecto
como dice Prince en "The Beautiful Ones",
pero yo me quedo satisfecho
si alguien ha pasado un buen rato]

Pintado en San Sebastián
el 14 de febrero del año 2004.
Mi novela homenaje: "TRACK AND PRINCE"

DMSR

SI YO FUERA PRINCE (If I Was Prince)

Si yo fuera Prince,
¿Te acordarías de decirme todo
Lo que olvidaste cuando yo era tu admirador?
Si yo fuera tu músico favorito,
¿Me dejarías tocar la guitarra
Y hacer todo lo que sólo hace un músico de verdad?

Si yo fuera Prince,
¿Me dejarías cantarte?
Quiero decir, ayudarte a elegir una canción antes de salir.
No es que tú no sepas,
Pero a veces esas son las cosas que se hacen cuando se está enganchado.

Si yo fuera tu mejor y único músico,
¿Correrías hasta mí si alguien te hiciera escuchar una mierda?
¿Incluso aunque ese alguien fuera yo?
A veces alucino pensando en las Jams que podríamos hacer...

Si yo fuera Prince,
¿Me dejarías cambiarte el pelo?
¿Podría prepararte alguna vez los acordes iniciales?
¿Podríamos no hacer nada,
Ir al cine y llorar juntos?
Porque para mí eso sería cojonudo.

Si yo fuera Prince,
¿Me dejarías cantarte?
Quiero decir, ayudarte a elegir una canción antes de salir.
No es que tú no sepas,
Pero a veces esas son las cosas que se hacen cuando se está enganchado.

Tío, ¿sabes lo que te estoy diciendo esta noche?
Quizá creas que soy un poco egocéntrico,
Pero quiero ser todo lo que tú eres para mí.
Estoy seguro, seguro de que lo entiendes.

 [smiley=rolleyes3.gif] [smiley=rolleyes4.gif] [smiley=rolleyes3.gif]
Mi novela homenaje: "TRACK AND PRINCE"

DMSR

Pablo, aquí tienes el relato que te prometí. Muchas gracias por tu colaboración (y la de tu "amigo" Víctor Hugo -la transcripción ha quedado perfecta-) Espero que te guste, y que tarde en cobrar vida el fondo del cuento...

CUATRO PALABRAS

Abrumado por un exceso de melancolía que aún no era capaz de explicar ni acaso entender, Pablo Argento cedió a una fuerza que se reveló más fuerte que él y aquella mañana resolvió no acudir a su oficina. Momentos antes había rechazado con un beso el frugal desayuno preparado por su mujer, Natalia Garbizu, que intentaba disimular sin conseguirlo el mismo semblante afligido. Aunque la suya era una tristeza distinta: era un contagio de tristeza, filtrada gota a gota desde la piel de Pablo Argento en ocho horas de contacto ausente, mientras él estudiaba sin luz los poros del techo y ella peleaba despierta contra ensoñaciones febriles que la intentaban persuadir de que en sus entrañas se estaba gestando una nube de algodón de azúcar.

Natalia Garbizu, consciente del desvelo recíproco, había descubierto esa noche un hombre desconocido para ella. En cinco años de matrimonio era la primera vez que Pablo Argento se quedaba mudo y la primera que no conciliaba el sueño. Y aunque llegó a entenderlo tras varias horas de ósmosis, al principio no comprendía el terremoto que sacudió la espina dorsal de su marido, ni por qué había desenchufado la radio precipitadamente, en el preciso momento en que escucharon al acostarse el escueto titular de la noticia, esa noticia que no por esperable había dejado de trastocarle los ejes.

"Nunca supe que te importaran las vainas del fútbol", dijo sin pensar Natalia Garbizu, disponiéndose a dormir. Pablo Argento tardó en contestar, pero cuando lo hizo sus propias palabras le parecieron un bumerang mágico que le partió los dientes tras haber golpeado la presa: "¿Quién habló de fútbol?". Y el silencio reinó.

El despertador, insensible a los cambios del mundo, marcó la hora de hacer frente a la vida, y la vida los puso en pie. Mientras él se aseaba, Natalia Garbizu organizó el desayuno que Pablo Argento iba a rehusar. En aquel extraño amanecer, cada acto rutinario parecía renacer con nuevos significados. Ni el aroma del café recién hervido que se deslizaba desde la cocina y del que siempre presumía que era lo único capaz de ponerle en contacto con las realidades cotidianas, consiguió retenerlo más tiempo: no necesitaba comer. Necesitaba respirar.

Pablo Argento y Natalia Garbizu se encontraron, al fin, en un pasillo ineludible. Impecablemente peinado, vestido, pulcro, perfumado, titubeó en sus primeras palabras desde la imagen del bumerang: "Hoy no es fácil estar de buen humor", balbuceó, acariciándole a su mujer el dorso de una mano con la yema del dedo índice. Y se inventó un beso, y cruzaron en el último momento una relampagueante mirada que los puso a salvo de cualquier asomo de enojo. Natalia Garbizu respiró profundamente antes de hablar y se sintió reconfortada por el bálsamo del café. Quiso estar segura de que sabría decir algo que tuviera sentido en una mañana tan particular.

"Ni bueno ni malo -dijo-. Hoy no es buen día para ningún humor...". Aunque en su tardanza apenas consiguió que la oyera su marido, que ya cerraba tras de sí la puerta haciendo un ínfimo gesto de despedida con la mano. "Qué guapo va con la cara de papel", pensó con el corazón.

Natalia Garbizu ya no se sorprendía de nada. Entendió que hay ocasiones en que unos minutos son años, y que era eso lo que había ocurrido. Sintió el calambre de una vejez que en realidad estaba muy lejos y se contempló en el espejo del recibidor para mirarse a los ojos. A pesar del insomnio pudo reconocerse y sonrió: no se había visto tan joven y hermosa desde hacía mucho tiempo. El mundo recobraba su pulso y volvía a ensamblar sus piezas. Desayunó con la radio dándole los detalles evitados y perdidos la noche anterior, y se acicaló tranquilamente. Tenía un negocio que atender y un embarazo del que cuidar. Se acarició el vientre cargado de futuro, y un golpe de inspiración vino a despejar su duda de las últimas semanas. Suspiró: "Si nace niña, se llamará Esperanza".

Al ver un cielo de color malva y sentir el frío del asfalto, Pablo Argento tampoco se sorprendió al percibir que su decisión había sido común en muchos conciudadanos, que vagaban por las aceras arrastrando sus lamentos como sacas de carbón. Brazos con movimientos de molino sobresalían de corrillos humanos improvisados por personas que no se habían visto nunca. Él evitó compartir su languidez, y tras un desdibujado y taciturno paseo comprobó sin proponérselo que las calles sólo son largas cuando se camina con prisa. Llegó así hasta la costa, donde enfrentó sus ojos a un furioso oleaje que, venido del norte, consumía la playa.

El olor a salitre fue el preludio de una fugaz visión de su infancia que pronto entendió como no casual. Compungido ante tan encantador espectáculo, sintió entonces que su propio fantasma se le desprendía del cuerpo y daba vueltas en torno a él, mezclando y confundiendo en su mente recuerdos de varias vidas, esas vidas que él mismo había considerado tan remotas que nunca creyó que volvería a revivir.

La pelota rodó por la arena. Pies descalzos. Perseguido y pateado por todos los niños del mundo, ese balón es mi único juguete. Todos mis amigos están alrededor del balón. Veo sus caras, veo su alegría y la siento. Yo también me reconozco. Tantas y tantas horas durante tantos años. Aquel idilio, aquella simbiosis. El trascendente sentido del número ochocientos setenta y cinco. El patio del colegio, gastado de tanto pisarlo. La ilusión, los sueños también van detrás de la pelota. Hasta el olvido sigue al balón, que va y viene. El orgullo, las lágrimas de la pasión, de la conquista. El 10, se repite el 10, siempre. Un pueblo, un país entero, una cultura. La sangre latina cruzando océanos y penínsulas. Lo justo, lo injusto, lo incierto, lo macabro. Siempre arriba, siempre arriba con el puño en alto. Siempre la victoria, delimitando la fina línea que distingue el bien del mal. Frutos del hijo de la tierra. Y al final...

Mar y viento se multiplicaron entre sí y el estrépito que se agarró a las sienes de Pablo Argento le hizo temer que no iba a ser capaz de oír ni sus pensamientos. Se sobrepuso un instante al peso de sus recuerdos, cuando lo abordó con una desconocida violencia, disfrazado de ilusoria ola descomunal, el angustioso momento en que la noticia había salido de una radio para atravesar su cerebro; esa noticia que no era tal sino mucho más, esa noticia que había convertido cada minuto desde aquel instante en inesperada vigilia. Volvió a sufrir con las palabras escuchadas y recuperó para siempre aquellas olvidadas emociones que ahora supo indelebles. Pablo Argento sujetó su alma con las manos y se sintió el centro del universo, ajeno a que en cada rincón del país y mucho más allá de aquel mar no se hablaría de otra cosa en mucho tiempo. Malditas las cuatro palabras: "El Diego ha muerto".

"...La va a tocar para Diego. Ahí la tiene Maradona, lo marcan dos. Pisa la pelota Maradona. Arranca por la derecha el sueño del fútbol mundial. Directo al contrario, va a tocar para Burruchaga... Siempre Maradona. ¡Premio, premio, premio! Ta, ta, ta, ta, ta, taa... ¡¡GOOL!! ¡¡¡GOOOL!!! ¡¡¡¡GOOOOL!!!! ¡Quiero llorar! ¡Dios Santo! ¡Viva el fútbol! ¡¡¡¡Golazo!!!! ¡¡¡¡Diego!!!! ¡¡¡Maradona!!! ¡Es para llorar, perdónenme! ¡Maradona, en una corrida memorable, en la jugada de todos los tiempos! Barrilete cósmico, de qué planeta viniste para dejar en el camino tanto inglés, para que el país sea un puño apretado, gritando por Argentina. Argentina dos... Inglaterra cero. ¡Diegol, Diegol, Diego Armando Maradona! Gracias, Dios, por el fútbol, por Maradona, por estas lágrimas..."

Masticando su dolor, Pablo Argento consideró que aquel día todos habíamos muerto un poco, pero paladeó el regocijo de saberse más vivo que nunca. Sumó una tras otra las conciencias de sus vidas pasadas y deglutió varias veces las cuatro palabras. "El Diego ha muerto, Maradona vive por siempre. Sean eternos los laureles". Y con la serenidad de esa esperanza convertida en certidumbre, Pablo Argento y su propio espíritu dieron la espalda al mar. Caprichos de la memoria, embriagador viaje en el tiempo: "Ya estoy viviendo el futuro", sentenció Pablo Argento para sí mismo. Y se dirigió hacia su trabajo, despacio para que las calles fueran cortas, pensando en lo mucho que amaba a Natalia Garbizu. Y suspiró: "Le llamaremos Diego... si es chico".

JCHO-DMSR. 6-5-2004
Mi novela homenaje: "TRACK AND PRINCE"

DMSR

Y tras evocar en otro sitio a los amigos perdidos evoquemos ahora a los que nos inspiran con su presencia...

Dedicado a la niña sevillana que me preguntó si me gustaba Lorca (sólo tú conoces mi respuesta  ;))

VERDE INFINITO

Lorca te soñó verde.
Verde alegría y verde amapola.
Porque en los sueños de Lorca
las amapolas son verdes
como el amor,
como las rosas,
como todo lo que tengo alrededor.

Y siento el pasado en tiempo presente,
y mi cabeza gira vertiginosa
reviviendo los matices de aquel color,
e intento entender a Lorca
y siento su verde sabor del Sur
y el aroma verde de su soñada flor.
Y vuelvo a estar sentado en el espigón de La Zurriola,
(estaba yo, estaba tu hermana y estabas tú)
al abrigo de los Cubos del Kursaal,
ajeno a que el barrio de Gros y su playa se funden en un beso.
Y sonrío, está enfrente, al rompeolas,
y saludo con la mano al monte Urgull,
que escoltaba, como siempre, a la ciudad,
y guiño un ojo al Paseo Nuevo,
que cortejaba -esto sí es amor eterno- al Boulevard.
Y a la derecha, un sol extraño aguanta el escalofrío
de saberse destronado, y queriéndolo disimular
presume en la más alta palanca del cielo
de su traje de baño naranja fosforito,
y alardea y saca pecho lanzándose al mar.
Y a la izquierda, apoyándose en sus codos,
se pierde el río...

Y a mi izquierda, verde, nos encontramos todos,
en el verde, infinito,
de tus ojos.

JCHO-DMSR (agosto 2004)
Mi novela homenaje: "TRACK AND PRINCE"

DMSR

Esto es lo que ha dado de sí esta mañana mi viaje desde Madrid a Santander. A petición de la protagonista, que espero que tenga cerca un vasito de agua  ;D ;D ;D ;D

EL DICCIONARIO NO ENTIENDE NADA

El diccionario no entiende nada
de emociones.
Sólo nos enseña las palabras
y sus frías definiciones.
Por eso es más fácil recordar los silencios
que muchas conversaciones...
Por eso no hay nada más silencioso
que un cañón
momentos antes de una batalla.

El diccionario no entiende nada.
Por eso es más sincero el silencio
que un millón de palabras,
que son mentiras tantas veces.
Por eso el mundo gira en torno a los ejes
de las sonrisas, de los abrazos,
de los besos y las miradas.
(Y también -también soy consciente-
de cómo se usan algunas palabras;
de hecho yo sigo intentando
aprender a juntarlas)

Dejad ahora que os cuente
algo que no me ocurre a diario
y me apetece darle importancia.
Hace poco recibí una lección
de armonía que tenía (casi) olvidada.
Yo vagaba perdido, agotando el diccionario,
cuando sentí, fija en mi cara,
una mirada más profunda que aquel cañón
del silencio extraordinario.
Y con la emoción
que debe dar el encontrar
un mensaje dentro de una botella,
acepté la lección que me quiso regalar
un corazón embriagado:

PARA VER ALGUNAS ESTRELLAS
HAZ ALGO MUY SENCILLO,
PRUEBA A CERRAR BIEN LOS OJOS
TENIENDO ALGUIEN A TU LADO.

(Para saber si estábamos solos,
me pregunto si Tirso
también los tenía cerrados)

DMSR, 29-11-2004

 8)
 :-* :-* :-*
Mi novela homenaje: "TRACK AND PRINCE"

DMSR

Nuestras 'conversaciones' de la semana pasada no podían caer en saco roto, así que juntando lo peor de Kafka con lo peor de José Luis Moreno (y con la venia de Irresistible Bitch) te regalo este absurdo vodevil que, además, es una SOPA DE LETRAS en la que están más o menos camuflados los apodos de ocho pobladores, en este orden: Jeyar, Irresistible Bitch, Pablo, DMSR, Capitana, Mike T., Anabel y Shockadelica  ;D  Nos vemos  [smiley=smart.gif]

TÉ PARA DOS

Adela me ha invitado a tomar el té, y yo he aceptado aunque no nos conocemos. De hecho, ahora mismo me dirijo hacia su casa; voy de viaje y arqueando las cejas intermitentemente intento distendir mi lela cara de rape. Para darme un aire distinguido me he enfundado mi más elegante traje de pato. Nadie se ha resistido nunca a un disfraz de pato, eso lo sabe cualquier rape que se precie de serlo, y yo no soy un rape cualquiera, yo soy el rey de los rapes. Con este traje que llevo puesto me siento irresistible; bicho, pero irresistible, o sea, como una reina pero en rey y al estilo rape. Con paso decidido ya he llegado a la casa de Adela. Voy a tocar la puerta con la pata de pato, a ver qué pasa. Toc, toc.

-¿Quién está ahí?
-Buenas tardes, señora. Soy el rey-reina-rape con mi traje de pato, y vengo a tomar el té invitado por Adela.
-¿Cómo dice?
-¿No está Adela?
-¿Adela? No sé, esto es una academia de ingles, perdón, de inglés.
-Ah, pues qué raro, porque tengo la dirección perfectamente anotada en este mapa: bloque 21 de la calle Santo Tomás del Troño. ¿Me permite pasar?
-If, if, between, between. Qué, ¿le interesan unas clasecillas?
-Jejejeee, no, gracias. No se lo tome a mal, pero su acento no ha terminado de convencerme. ¿No vive aquí una tal Adela?
-¿Adela...? ¿Adela...? ¡Ah, sí! Debe usted referirse a Adelica, nuestra alumna más brillante. Pero deme, deme...
-¿Deme, deme? ¿Se refiere usted a esta capa que cubre las plumas que cubren mis escamas?
-Sí, claro, deme, deme...
-Oh, no, no se preocupe, gracias. ¿Sería tan amable de decirle a Adela que ha llegado su invitado?
-Cómo no, joven. ¡¡¡Adelaaa!!! ¡¡¡Adelicaaaa!!! ¡¡¡VEEEENNNN!!!
-Joder, qué susto me ha dado, señora, ¿Adela es sorda o algo?
-No, no, al contrario, no se confunda. Adelica oye tan bien que no para de escuchar música; por eso grito, para que me pueda oír. Desde que Adelica llegó a esta casa, la música pita nada más salir el sol, y hasta que se pone la luna. Una locura, oiga.
-Bueno, piense que está hablando de locuras con un rey rape disfrazado de pato reina, jejejee, ¿qué cuerpo se le queda al verme?
-Hombre, comprenderá usted que a mis años no me asombre fácilmente. Por eso, en cuanto le he visto, no he podido evitar sentir grima, ictericia y flojera de varios esfínteres.
-Muchas gracias, señora, hay que ver qué fino es el humor inglés. En fin, a ver qué opina Adela al verme, porque ella, que yo sepa, no me conoce.
-¿No le conoce? ¿Y por qué le ha invitado a tomar el té si no le conoce?
-No estoy seguro, quizá haya sido por mi famosa colección de zapatos de tacón.
-Ah, pues puede ser, porque ahora que lo menciona recuerdo que Adelica siempre ha tenido una extraña fijación por las colecciones de zapatos de tacón. Si su cola de rape se lo permite, siéntese, que enseguida vendrá Adela.  ... Así que le ha invitado a tomar el té... ¿Le gusta la tisana belga? Es una especialidad de la casa...
-Muchas gracias por su conversación, señora, pero ¿no sería mejor que todo esto me lo dijera la propia Adela?
-Pues no le falta razón, joven. Yo creo que ahora mismo debe estar cortándose las uñas de los pies, pero me temo que cuando Adela le vea va a entrar en estado de shock. Adelica es muy sensible a estas visiones, ¿sabe?
-Pues no, no sé, pero si usted fuera tan amable de desaparecer, ejem, y llamar a Adela...
-¡¡NO!!
-¿No?
-¡No puedo ocultarlo más! Deja que me quite esta máscara de gomaespuma (¡¡¡AYYYY!!!) y permíteme que te muestre mi rostro. ¡¡Yo soy Adela, y no me estoy cortando las uñas de los pies!!
-¡Cielos! ¡He encontrado una anfitriona que es todavía más rara que yo! Y se me acaban de aflojar los esfínteres, jejeejejejjejeee. Pues tú me dirás, Adela, ¿estamos aquí por el té, por mi colección, por las uñas o por qué insondable motivo?
-Por nada de todo eso. Te he hecho venir hasta aquí para darte una lección de inglés. A ver, traduce al inglés estas tres palabras y repítelas en voz alta: TÉ - PATO - REINA.
-No puedo, Adela, no puedo.
-Claro que puedes, cenutrio, ¿no te das cuenta? Traduce: TÉ. PATO. REINA.
-Qué horror, Adela. Con tu gracejo inglés has acabado de aflojar mis esfínteres. Ahora es cuando realmente necesito un baño de burbujas con los pantalones puestos.
-Me gustan tus pantalones de pato puestos.
-¿Sí? ¿Te gustan? Vaya, definitivamente esta es la balada de Adela y el rape.
-Eso se lo dirás a todas...
-Sólo a las corderas, ¿puedo ir a darme el baño de burbujas?
-Beeeeeeee.
-(Esto sí que es una balada)  ;D


DMSR, 6-12-2004  :-* :-* ;D
Mi novela homenaje: "TRACK AND PRINCE"

DMSR

Hola, PRiNCe_, hace días comenté por algún sitio de este Foro que estaba en deuda contigo porque tú me hiciste un inesperado regalo de cumpleaños. Lo dije al hilo de que tú me pedías que escribiera algo inédito, algo 'trabajado' y nuevo. Bien, debes saber que para corresponder a tu regalo me puse manos a la obra, y rescaté de algún sitio una antigua carta que he reescrito para exponer aquí el trabajo. He quitado algunas cosas y he añadido otras. Al resultado final le ha quedado mucho de historia real y algo de ficción literaria; dejo a la imaginación de quienes lo lean repartir los porcentajes.

Como es un poco largo, he decidido "publicarlo" en cinco fascículos. Hoy empiezo y mañana y siguientes iré editando y añadiendo un nuevo trozo. Es para darle un poco de intríngulis  ::)

Algunos foreros saben que he buscado como un loco una frase que en cierta ocasión leí o escuché, y que mi memoria atribuye a BB King, aunque no puedo asegurarlo. No la he encontrado  :-/.  La buscaba para usarla como cabecera del relato, pero no importa, sea de quien sea la frase, si es que alguien la dijo en alguna ocasión, mi memoria la recuerda así:

"El blues nació el primer día en que se encontraron un hombre y una mujer".

PRiNCe_, espero sinceramente que disfrutes con MI regalo:


BLUES


Fue tan breve, tan poco pasional... Nada eléctrico. ¿Decepcionante? Sí, creo que sí. Yo no sé qué esperaba, pero el momento de besar por primera vez a una chica que me gusta ha supuesto siempre una excitante explosión de sensaciones dentro de mi cabeza, y en esta ocasión la única sensación que me sobrevino fue la de estar besando una flor, o una fotografía; algo bello pero inanimado, en definitiva. Extraño, sus labios eran suaves, suaves y finos, y sin embargo esos labios que tanto tiempo había anhelado besar no fueron capaces de revolucionarme los circuitos de la cabeza a los pies. "Lo habíamos imaginado ya demasiadas veces como para que fuera especial", brotaron las palabras de esos mismos labios.


¿Recuerdas estas frases, XX? Cómo olvidarlas, ¿verdad? ¡Cuántas veces te hablé de ella! De su presencia y de su ausencia. Han pasado más de tres años desde que con este mismo párrafo introduje a MK en nuestro recíproco universo postal. Flashback. MK, la amiga de la que tanto aprendí, la mujer que supo elevar esa amistad al sublime grado del deseo. MK, una persona única en mi vida, que desapareció casi misteriosamente sin dejar más rastro que los recuerdos, como el regusto que perdura de un sueño al despertar, en esos deliciosos instantes en que dudas entre la realidad y la ficción. Hoy vuelvo a vivir con la certeza de que todo aquello ocurrió en este mundo. Todo fue real, XX, todo, aunque el torturador teléfono no volviera a sonar. Flashback.

Sé que últimamente me encuentro en un estado anímico bastante impresionable. Sobre todo ello voy a intentar escribir a partir de este momento... Y quiero empezar expresando que cuando ayer recibí y leí tu carta causó en mí un impacto notable, porque debido a los sucesos que ahora conocerás, en los últimos días mi mente trabajaba en temas equivalentes a los que desgranas en tu escrito, que agradezco como siempre. No me siento especialmente inspirado pero, si consigo centrarme, es posible que cuando termines de leer esta carta tú también hayas encontrado la respuesta para algunas de tus inquietudes respecto a los recuerdos y añoranzas, respecto a las personas que ya no están aquí, a la indudable conexión entre pasado y futuro; yo aún diría más: presente Y pasado Y futuro. Hoy es jueves. El viernes de la semana pasada yo encontré, sin la dificultad de perder el tiempo buscando, la respuesta a muchas de mis preguntas. Una gran respuesta, que se me reveló (qué bello capricho del destino -¿he dicho destino?-) en los ojos de una mujer reflejados en un espejo.

Mi entorno social está en un punto de inflexión, he dejado atrás algunas personas y estoy explorando caminos distintos, nuevas amistades. Ya te hablé de algunos de estos amigos, de quienes probablemente seguirás conociendo vivencias. Sin duda, entre ellos he encontrado alguien claramente afín, alguien llamado a ser importante, aunque aún pueda parecer pronto para expresarlo con esta contundencia. Me refiero a Jon, ya te lo "presenté" en mi anterior carta. Puedo añadir que a día de hoy sólo le he encontrado virtudes.

Una particularidad de Jon, responsable en parte de nuestro acercamiento, es que le gusta el Blues, la música Blues. También es la única persona que he conocido que se ha sentido atraída y se ha mostrado respetuosa con mi ya muy personal fijación por la música de ese fenómeno llamado Prince. Con Jon se puede hablar, y sus palabras saben buscar dentro de ti, insisto en que me parece un tipo admirable. Días después de haber sido presentados se acercó a mí y me dijo que alguien le había contado que yo era fan de Prince. Me preguntó entre otras cosas si le había visto en directo, y si era cierto lo que había leído en varios sitios: que Prince en concierto es incomparable. Yo, que cuando no tengo confianza con quien tengo enfrente soy impenetrablemente opaco, me entusiasmaba escuchando su interrogatorio, aunque disimulé mis ganas de atosigarle con una soflama y me limité a breves respuestas afirmativas.

A aquella conversación ya le han seguido varias. Jon y yo compartimos esa "cosa negra", ese algo que musicalmente a él le ha llevado hasta el Blues y el Jazz, y a mí me ha decantado hacia el Funk y el Soul. Ambos compartimos además una intensa mística por los mágicos sonidos que algunos elegidos consiguen extraer de una guitarra eléctrica. Me temo que Jon, como tú y como yo, es otro tonto que también cree en el amor.

Hace tres semanas nos reunimos cuatro amigos para tomar unas cervezas después de cenar, para charlar, para seguir conociéndonos. Supongo que me lo estaba pasando bien o quizá la cerveza tuvo parte de culpa, pero surgieron algunos temas personales y, de pronto, me encontré contando a viva voz sucesos sentimentales de mi memoria reciente. Historias tristes que tú ya conoces, da igual cuáles. Curiosamente (aunque no me sorprendo) me sentía muy cómodo desnudando intimidades ante unos conocidos recién llegados a mi biografía. Esto me hace pensar que algo está cambiando en mi cabeza, y para serte sincero: me gusta el cambio.

Jose me seguía bastante bien, aunque se sorprendía de los finales y de la minuciosa calidad de la narración. A Alberto todo le hace más o menos gracia, es un niño grande. Pero Jon tartamudeaba, no daba crédito a lo que oía, no se podía creer que fuera capaz de contar historias teóricamente tan dolorosas con esa naturalidad y ese lujo de detalles. "Tú... tú no tienes corazón", "tú con una guitarra harías cosas increíbles", balbuceaba Jon con la mandíbula desencajada, mientras los demás nos partíamos de la risa con su reacción. No se recuperó. Nos despedimos hacia las cuatro de la mañana y Jon se separó del grupo susurrando: "Voy a ponerme ahora mismo mi disco favorito de Blues".

El siguiente fin de semana Jon grabó y me regaló una cinta con temas en directo de sus intérpretes favoritos de Blues. Correspondía así a la que yo me había apresurado a grabarle tras la conversación que te he descrito antes, con la que traté de convencerle (¡y lo he conseguido!) de que Prince, sobre un escenario y con una guitarra entre las manos, es capaz de estar a la altura de sus monstruos sagrados del Blues, y que, efectivamente, deja para los conciertos una enorme parcela de su talento que –ignoro por qué- no suele llegar a sus discos oficiales.

El Blues (esto no lo he descubierto precisamente ahora) puede ser brutal, demoledor, desgarrador. Seguramente por eso me gusta más como recurso que como estilo; bastante triste es la vida en ocasiones como para andar buscando añadidos que te remuevan las tripas. Sin embargo, presté mucha atención a esas canciones que me había regalado Jon. Al personificar la escucha en él y en nuestra incipiente amistad le di varias vueltas a esa cinta. Y escuchándola, mi cabeza dibujó muchísimas cosas. Pensaba en Jon y su aparente sensibilidad, pensaba en cómo se sorprendía oyéndome contar con una sonrisa en la boca historias que a otros les romperían la garganta, pensé en mí y en mi pasado, pensé mucho... ¡Y me salió una desconocida vena lírica! ¿Qué te parece, XX? De repente me descubrí a mí mismo escribiendo historietas, pseudopoesía, párrafos parecidos a lo que podría ser la letra de una canción.

Y escribiendo frases casi al azar descubrí que no necesitaba estar de mal humor para escribir textos deprimentes, ni tener el mejor día de mi vida para escribir textos hilarantes. Comprobé que todo aquello estaba dentro de mí, que mi pasado, mi presente y buena parte de la proyección que yo haga hacia el futuro se encuentran en mí. Yo soy la biblioteca y el bibliotecario. Flashback. Tú dices que te resulta difícil escapar de algunos recuerdos... Yo te digo que cada uno es como es, pero creo que no sólo es difícil, es imposible, porque esos recuerdos son parte de ti, y es más, tú mismo eres esos recuerdos, nadie tiene eso en su cabeza excepto tú, nadie ha vivido eso excepto tú. Flashback.

...Sí, escribí inspirándome en Jon, en su fragilidad, en la confianza que había depositado en mí como hipotético cantante de Blues. A veces he bromeado con él diciendo que voy a hacer unos cursos acelerados de guitarra y piano para poder cantar Blues y Soul...

Cuando encuentras sin buscar y cuando buscas sin encontrar, es difícil discernir entre casualidad y causalidad. La vida es una intensa suma de días, pero sería absurdo valorar cada uno de ellos como un simple número que nos deja siempre el mismo bagaje. ¿Qué porcentaje de casualidad tiene el destino? Si no son lo mismo, ¿son conceptos opuestos o complementarios? No aspiro a saber tanto, prefiero mi humilde condición humana para la que siempre quedan dudas que dan vueltas, en la que siempre queda un margen para la pelea. Y sin embargo, mi querida XX, el Blues, el Soul, el Rock, el Funk, el Jazz y toda la música que tú quieras se orquestó en mi mundo el pasado viernes, y muchas preguntas hallaron sus respuestas.

Había sido un día normal del mes de mayo, con ese calorcito que nos acerca al verano, ahora que hemos olvidado el invierno. La jornada de trabajo había sido tranquila, y nos juntamos unos cuantos en la pista de Atletismo para ir a cenar a la Parte Vieja. Éramos cinco: Aitor, Jose, Alberto, Jon y yo. Yo me sentía radiante, con unas fenomenales ganas de divertirme, con toda la intención de contagiar a mis amigos si fuera necesario. Pero la noche, antes incluso de llegar a la Parte Vieja, se desfiguró.

Íbamos en el coche de Jon, y cuando lo detuvo para aparcarlo marcha atrás, Alberto cometió la estupidez de abrir la puerta trasera sin mirar y se estrelló contra ella una chica que venía en moto. Algo que pudo ser realmente grave quedó tan sólo en un gran sobresalto, porque –milagrosamente- a la chica no le ocurrió nada a pesar del enorme trompazo, y a su moto tampoco. Fue la puerta del coche la que se llevó la peor parte, acabó hecha un siete. Cuando nos recompusimos, tomamos la decisión de que tras la cena teníamos que alargar la velada. Sería la mejor forma de sacudirnos el susto del cuerpo.

Al llegar a un bar saqué mi cartera del bolsillo de la chaqueta para pagar unas consumiciones. Iba a guardarla, cuando Alberto me la cogió para salsear, con uno de esos gestos fisgones que todos hemos hecho alguna vez. En uno de los clasificadores transparentes tiene su sitio desde hace tres años y medio una estampa de la Virgen que MK me regaló con una oración que ella había escrito al dorso. Encima de la imagen suelo llevar unos sellos y algún papelito con notas, por lo que no se aprecia bien qué se esconde debajo. Alberto debió creer que era la fotografía de alguna chica desnuda o algo parecido, y quiso sacarla para verla en condiciones. Yo me di cuenta de su interés, y me hizo gracia porque intuía el chasco y la sorpresa que se iba a llevar cuando descubriera que en vez de un calendario de camión tenía en la mano a la Virgen María. Y así fue. Jose estaba en la barra, pero Aitor y Jon se rieron a gusto con la cara que se le puso a Alberto. No dudé en explicar lo que era y, mientras Aitor leía absorto la oración, les conté que esa era una estampa que me había regalado una amiga del pasado extremadamente especial en mi biografía y que, por tanto, permanecería en mi cartera hasta que se caiga a pedazos. Tras recolocarla cuidadosamente en su sitio, volví a guardar la cartera en el bolsillo del pecho izquierdo e insistí, haciendo algo de teatrillo pero paladeando cada palabra con la dulzura que me evocaba cada recuerdo: "¿Veis? A esta chica la llevo y la llevaré siempre en mi corazoncito". Nadie, excepto MK y yo, había tocado nunca esa postal.

Algunas rondas más tarde nos encontramos con la que resultó ser una ex novia de Jon, que acababa de llegar de Londres, donde trabaja y adonde volvía cuarenta y ocho horas después. Estaba con una amiga, y les propusimos que se quedaran con nosotros, pero prefirieron seguir su camino. Yo aún no conozco mucho a Jon, ni siquiera sé cuáles son los entresijos de su relación con esa chica, pero sí noté que el encuentro no le había dejado indiferente. La Parte Vieja te lleva normalmente por los mismos sitios, y volvimos a coincidir con ellas. Jon y su ex novia charlaron un buen rato, mientras los demás procurábamos que su amiga no se aburriera. Rechazaron por segunda vez nuestro ofrecimiento y, cuando se alejaron las dos, a Jon se le notaba un cuerpo casi enfermizo. Cuerpo de Blues.

Nadie habló del tema aunque algo empezó a flotar en el ambiente. Decidimos irnos a casa, era necesario evitar un tercer encontronazo. Eran más de las tres, y alguien propuso pasar antes por una pastelería, un pequeño garito que abre a esas horas saltándose todas las normativas municipales. Jon nos acercó con el coche de la puerta rota, pero al llegar decidió no quedarse. Con el cuerpo que llevaba y la noche de pesadilla que estaba padeciendo era lo mejor que podía hacer. No me importaría saber qué canción quiso escuchar. Quién sabe. Lo que yo no podía prever es que mi noche también se iba a complicar.

Para entrar en la pastelería hay que bajar tres escalones. A la derecha hay dos mostradores separados entre sí por un espejo de medio metro de ancho que va del suelo al techo. En el mostrador del fondo, más parecido a una barra de bar, había varias personas sentadas en banquetas altas dando media espalda a quienes entrábamos. Al bajar las escaleras, mis ojos se dirigieron hacia el espejo, que reflejaba los rostros de algunas chicas. La que más cerca estaba del espejo y de mí, quizá al sentirse observada o al notar movimiento detrás de ella, también se fijó en el espejo y cruzamos nuestras miradas. Yo me quedé paralizado como una imagen de vídeo congelada, y a ella se le abrieron mucho los ojos. Yo pensé "¿es o no es?", y creo que ella debió pensar algo muy similar. Se giró bruscamente hacia mí, y yo exclamé hacia adentro "¡ES!".

No, no era MK... Era Sara, su amiga y compañera de trabajo. La chica que tres años atrás prometió llamarme para hablarme de los problemas de MK que ella no conseguía compartir conmigo. La misma que incumplió aquel compromiso. A ti te he ido desmenuzando en nuestras cartas las últimas veces que estuve o hablé con ellas, pero para refrescarte la memoria (la mía estaba asombrosamente fresca en ese momento por la escena de la estampa) te diré que la última vez que hablé por teléfono con MK fue en febrero de hace dos años, cuando rechazó mi invitación para ir a un concierto. Hacía tiempo que no hablábamos y es la última vez que he escuchado su voz. Posteriormente la llamé por su cumpleaños, le escribí un christmas y la llamé el día de Nochevieja, pero no tuve respuesta ninguna de las tres veces. Había visto a Sara por última vez hace casi tres años, en agosto; un encuentro casual que ya te conté para dar pie a la historia de la última ocasión que he visto a MK, en septiembre de aquel mismo año, en vísperas de su cumpleaños, cuando nos besamos apasionadamente una calurosa noche de viento sur. ¿Te suena todo esto, XX? Es mi pasado, pero dentro de veinte y de cuarenta años seguirá ahí, por tanto también es mi futuro.


[FLASHBACK]   ...Pasaron las semanas y se acercaba el ocho de septiembre, su cumpleaños. Suponiendo que ese día estaría ilocalizable preferí llamarla tres días antes. Como casi siempre, cogió el teléfono su hermana y MK no estaba. Me sorprendió llamándome a la mañana siguiente, y debido quizás a lo específico de la llamada conseguí una cita. Quedamos a las diez de la noche de un día entre semana; era la única opción porque ella salía del trabajo a esa hora.

Climatológicamente era un día muy especial. Restos del huracán "Luis" estaban llegando al Cantábrico y hacía un calor pegajoso con vientos estremecedores y el cielo despejado. Un día entre un millón.

Tomamos unas cañas mientras charlábamos y, sin darnos cuenta, alcanzamos ese punto de sinceridad que te embriaga a partir de la tercera o cuarta cerveza. Hablamos de temas que nunca habíamos tratado, al menos con tanta franqueza; hablamos entre carcajadas de las insinuaciones (presiones) que por separado nos ha hecho Sara para que terminemos siendo pareja, de lo bien que nos sentimos estando juntos... Aunque la verdad es que yo no conseguía entender casi nada, con MK siempre tengo esa extraña sensación de que me falta algún dato importante, algún dato que ni la cerveza consigue arrancarle de la boca.

Hacia la una y media salimos de la zona de bares y nos acercamos hasta el principio del Paseo de La Concha. Con la de veces que me he quedado embobado contemplando la bahía, creo que nunca la había visto tan impresionante: noche cerrada, con la luna brillando en medio del cielo y del mar, rabiosamente encrespado por los vientos tórridos y huracanados que de vez en cuando obligaban a cerrar los ojos, reteniendo así en la retina el espectáculo que teníamos delante. La presencia de MK le daba al momento el último toque romántico, y las ganas de besarla fueron enormes... Aunque controlé mis impulsos.

Ante lo furioso del mar, MK hizo un comentario que avivó todavía más mis tentaciones: "Es curioso imaginar lo tranquilo que estará el agua por debajo, estando como está en la superficie". No supe callarme y repliqué: "Entonces está exactamente al contrario que yo". "¿Y eso?", inquirió maliciosamente MK, que había entendido perfectamente lo que acababa de escuchar. Yo jugué a ver hasta dónde era capaz de hacerse la despistada: "Pues quiero decir que aquí hay demasiada bahía, demasiada luna, demasiado viento sur... demasiada MK como para estar indiferente por dentro". Ella ganó la partida cerrando los ojos contra el viento y manteniendo un silencio sepulcral. Cuando volvió a hablar fue para pedirme que la acompañara a la parada de taxis.

Llegamos paseando hasta la Plaza de Guipúzcoa, uno de los parques más cuidados de la ciudad. MK calzaba unos zuecos y, de un salto, aprovechó la complicidad nocturna para pisar descalza la hierba de un jardincillo. XX, el cuerpo me estallaba por dentro. Cuando salió del jardín y se volvió a calzar, la cogí por la cintura, la estreché contra mí y nos dimos un beso enorme, uno de los besos más extraordinarios que he conocido. En algún lugar del mundo, y coincidía bajo nuestros pies, dos almas eran felices. Quedaba redimida para siempre la decepción del ya remoto primer beso.

De vuelta a la realidad, caminamos totalmente callados durante unos segundos que estuvieron a punto de hacerse muy largos. Desconozco qué había pasado o pasaba por su mente. La mía era ocupada una vez más por la duda de no saber qué problemas le impedían mostrarme su interior, habiendo sido capaz de regalarme un beso como aquel. Rompí el silencio con una pequeña tontería: "¿Tú crees que nos habrá visto Sara?", y MK respondió divertida y me abrazó. El taxi la esperaba a escasos metros. Nos despedimos con dos besos y una caricia en las manos, y entrando en el coche elevó la voz para decir: "Te llamo".   [FLASHBACK]



Yo le di un abrazo y ella me dio dos besos. Sara me presentó a una amiga, una compañera de trabajo de MK y de ella, que pasó a llamarse Ainhoa. Yo exclamaba, con un fortísimo cosquilleo interior, la cantidad de tiempo que llevábamos sin vernos, y Sara repetía palabras parecidas. Sentí una alegría inmensa, XX, inmensa. Veía de reojo cómo mis amigos se compraban sus bollos, así que yo también cogí uno. Algo más sosegado empecé a hablar con ellas, y enseguida me vi abocado a preguntar por MK. Al hacer mi pregunta, o mejor dicho, cuando Sara contestó, se detuvo...                    ...el tiempo, o quizá fueron mis ganas de detenerlo. Y es que su respuesta, con un repentino tono triste, casi un lamento, fue: "Juancar, MK se casa". Yo vacié mis pulmones: "¡¡¡¡¡¿¿QUÉ??!!!!!". Y ella repitió con los ojos hinchados: "Juancar, MK se casa el veintiuno de junio". Impresionado como pocas veces he podido estarlo, no me salían las palabras: "No me jodas, Sara, no me jodas", y Sara se limitaba a asentir demostrando un dolor que, como tres años antes, yo no alcanzaba a entender.

Ainhoa, la amiga, se había mantenido al margen, pero supo intervenir al apreciar la súbita caída del ánimo de Sara. "Apuesto a que tú eres 'El profe', ¿no?", y yo intentaba inventarme una sonrisa mientras Sara respondió que sí moviendo la cabeza. Lo volvió a intentar: "Me lo he imaginado, lo he sabido en cuanto te he visto por el espejo". Qué cosas tiene la vida, XX, qué cosas, con la de veces que tú y yo hemos hablado de la magia que esconden los espejos. Ya no recuerdo más frases más o menos textuales, pero por la conversación que mantuvieron supe que en algún momento yo debí ser bastante famoso por sus círculos cercanos. Ainhoa había quedado con un amigo en una discoteca cercana y aprovechó la ocasión para dejarnos a solas y seguir con sus propios planes.

Más calmados, dimos rienda suelta a nuestras emociones y empezamos a conversar sobre la anunciada boda de MK. Y entonces Sara, sin querer, me rompió el corazón en millones de pedacitos chicos.

Con un rostro casi fúnebre pero con firmeza en el habla, me dijo que no entendía por qué se casaba, que realmente no le quería y que dudaba si él la quería a ella. Me dijo que MK había llegado a reconocerle que se arrepentía de su decisión, que en el fondo no quería hacerlo, y que si pudiera retiraría todas las invitaciones. Me dijo que el novio es un celoso de mierda, me dijo que en su familia no era bien acogida, me dijo que sabía que no iba a ser feliz con él, pero que se conformaba porque se había cansado de luchar después de tantos años arrastrando el peso de su hogar desde que su madre había muerto. Me dijo que yo llegué a ser la persona clave, la que podía haber cambiado todo, pero que MK no se atrevió a dar algunos pasos. Me dijo tantísimas cosas... Me dijo que se arrepentía de habérmelo contado, pero me dijo que no habría podido callárselo. Me dijo que el domingo iba a estar con MK y que no quería decirle que me había visto, pero me dijo que no sabía cómo se lo iba a ocultar. Me dijo tantas cosas que no llegué ni a oír...

Atrás te he adelantado que mi noche se alargó. Ajenos a lo que yo estaba viviendo, mis amigos se fueron a casa convencidos, paradojas de la vida, de que me había encontrado con una medio novia, y le di mi pastel a uno de ellos pues, la verdad, no me estaba entrando. Sara y yo nos quedamos solos y dimos un largo paseo desmenuzando los viejos recuerdos. Se disculpaba una y mil veces por haber desaparecido, por no haber sido capaz de cumplir su palabra, pero yo le quitaba importancia. Más allá de la curiosidad por querer saber o la incertidumbre ante lo que se había convertido en una espera interminable, creo que yo tampoco me habría entrometido en la vida de nadie, y menos en la de alguien tan especial para mí como llegó a ser MK. Lo que Sara no sabía es que MK también había intentado abrirme las puertas a sus secretos, que también había prometido llamarme, pero que tampoco había conseguido descolgar el teléfono.

Acercándonos al futuro, el reloj avanzaba hacia las seis. Recordé entonces lo caprichosos que son los hilos que tejen eso que nos empeñamos en llamar destino, y le relaté a Sara la situación de la estampa que me había sucedido hacía unas horas. También le dije –y tú sabes que es cierto- que desde que conocí a MK no ha habido un solo día en que no me haya acordado de ella. En fin, tuvimos ocasión y ganas de hablar muchísimo. Poco a poco llegamos a la misma parada de taxis en la que me despedí de MK aquel día de septiembre de hace tres años. Nos abrazamos, Sara montó en un taxi y se fue.

Yo caminé despacito hasta mi casa, serio y cabizbajo; riéndome en ocasiones acordándome de las palabras de Jon, pensando en qué pedazo de canción escribiría en ese momento si yo supiera tocar la guitarra.

El sábado desperté con un terrible dolor de cabeza y un humor sombrío. Después de comer me quedé despierto en mi boudoir y recapacité sobre las sorpresas de la noche anterior. Llegué a la conclusión de que era una historia ciertamente curiosa, merecedora de una gran canción. Todo reaparecía ante mí de manera irreal y fantasmagórica, como salido de un sueño intenso, pues yo no podía hacer nada en ningún sentido. No puedo llamar a MK, no puedo ni debo hacer un gesto que comprometiera algo tan respetable como su decisión de casarse. Y tampoco es un asunto que yo pueda desahogar con nadie concreto, ya que nadie de mi alrededor actual ha oído jamás el nombre de MK. Te ha tocado a ti conocer la historia, XX, gracias por estar ahí, gracias por acompañarme en la distancia.

Olvidaba contarte que el sábado, cuando me abrumó la necesidad de escuchar alguna canción, hice sonar a todo volumen "HOW COME U DON'T CALL ME ANYMORE", esa ignorada joya de Prince que alguien pondrá de moda algún día. Y lloré. Algo se me vino abajo por dentro como una torre de naipes, como aquella triste y lejana noche en que saltaron mis últimas lágrimas tras el funeral por el hermano de mi amigo Asier. No lloré porque MK se vaya a casar, eso me importa muy poco (yo siempre supe, siempre supimos, que ella tenía novio), lloré porque Sara me aseguró que no va a ser feliz, y lo que es aún peor, Sara dice que MK lo sabe. Y en cuanto pasaron los cuatro minutos de la canción, cambié por completo de registro y me dejé seducir por la fascinante guitarra de un concierto del 87; porque aunque llegué a creerlo... el tiempo nunca se detiene.

Sara me dijo que el domingo le pediría a MK que me llamara, pero ya es jueves y no lo ha hecho. Y dudo que lo haga, a quién podría interesar esa llamada. Yo tampoco voy a llamar a Sara, ya hemos removido y actualizado los recuerdos y para mí es suficiente haber obtenido algunas respuestas. Sí, seguiremos así, querida XX, cimentando nuestro futuro mejorando nuestro presente, puliendo nuestro pasado. Los recuerdos van y vienen, irán y vendrán. Lo de hoy es mañana y es ayer; mañana será ayer y será hoy; ayer fue hoy y fue mañana. Todo puede ser intercambiable, todo tiene respuesta, tan sólo hay que saber hacer la pregunta correcta. Quizá hoy es MK la que está esperando mi llamada. Quién sabe, yo sólo sé que todo es posible en un mundo cuyo tiempo nunca se detiene.


JCHO-DMSR

Mi novela homenaje: "TRACK AND PRINCE"

DMSR

Citarhe echado de menos un poco
de pasión, condimento esencial de cualquier amor y sin lugar a
dudas ingrediente esencial en un "amor imposible".   ::)

Clík aquí (dos rombos abstenerse menores)


Para intentar compensar esa carencia de pasión que has echado en falta en mi relato, aquí tienes un 'bonus'  ;)  Ésta sí es la historia de un amor imposible (aparentemente, vaya  ;D)  Es una de aquellas historietas que escribí en el 97 y que cito en "Blues", confío en que te guste  ::)


DULCE NIÑA RAQUEL

En la tienda del Sr. Martín los niños compran caramelos,
Buscan un ratito dulce, ese sabor tan bueno.
Naranja, limón, menta, fresa o anís;
Todos pagan en la tienda del Sr. Martín,
Aquí son baratos los buenos momentos.
Todos pagan excepto Raquel,
Dulce niña de sonrisa perenne.
Trece años, labios de siete y mirada de diecinueve.
Los martes y los viernes Raquel viene
A comprar un caramelo de frambuesa.
Siempre llega tarde, a punto del cierre.
No necesita pedir nada,
Le basta con entrar y sonreír;
Raquel ilumina la tienda con su sonrisa,
Su golosina ya está preparada.

¿Aceptará que hoy le pague?
Siempre dice la dulce niña Raquel.
Dulce niña Raquel, responde el Sr. Martín,
Tu sonrisa es más dulce
Que todos los dulces que te puedas llevar.
Tú puedes coger lo que quieras,
Sólo tienes que entrar
Y sonreír,
Y tener cuidado con la cremallera.

La dulce niña Raquel sonríe, se va contenta;
Volverá el martes y el viernes.
La dulce niña Raquel se va contenta,
Y el Sr. Martín ni te cuento
Con qué sonrisa cierra la tienda.



DMSR  8)
Mi novela homenaje: "TRACK AND PRINCE"

DMSR

Con todo mi afecto para Teacher, Carmen e Irene  [smiley=sunny.gif]  Un abrazo desde San Sebastián de vuestro amigo DMSR.



Mi novela homenaje: "TRACK AND PRINCE"

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#34
 (:o :o qué mogollón.... iré poquito a poco no me atragante... o me lo meto en plan atracón? ;D ;D )

Gracias, deeme,  por combinar con amor tantas palabras  ¡¡¡y feliz medio santo!!!  :-*  
Well, if happiness was standing at your door
I mean tell me what would you say?

tototote

Feliz santo, y gracias por tanto lujo!

Eres un genio, tio!
Gom's Prince Guitar Picks Collection:www.gpgpc.com

Chuck Romerales

     Impresionante. De verdad. Ver todo esto junto me ha puesto los pelos de picos pardos.  ;D
Me subí a la rejaaaa

DMSR

#37
Y para el verano, tres "viajes" a la página de Scandalous [ http://es.geocities.com/wondermusicweb/ ]  8)  Estos tres son míos pero tenéis ya UNOS CUANTOS para descargar en .pdf con foticos y mucho currelo por parte del creador de la página (esto lo digo como PUBLICIDAD, ¡¡por si alguien no conoce WMW!!)

A Marbella'98

http://welcome2thedawn.iespana.es/welcome2thedawn/relatos_conciertos3.pdf

A París'98

http://welcome2thedawn.iespana.es/welcome2thedawn/relatos_conciertos4.pdf

Y a Paisley Park  8)

http://es.geocities.com/wmwdescargas/relatos_otros2.pdf


Mi novela homenaje: "TRACK AND PRINCE"

Pablo

 Genial D.m, admiro tu actitud para escribir, organizar ideas y mucho mas aun, para darlas a conocer! Esto no es poco no?

  Un saludo mago de los masajes y nos vemos!

 Salu2 pablo

capitanaHook

dior mio, cuando me dijiste el otro día q habías preparao el quijote 2º parte para amenizarme las noches de guardia (bueno está claro q no sólo a mi) con un "ladrillo de los tuyos" como tú les llamas ... no crei yo q sería TAN EN SERIO XDDDDDD aunke la mayoría ya las conocía ( ya sabes q las guardias son muy putas) me ha gustado la recopilación  ;D ;D
y para ti digo yo q esto es casi un diario de tu vida no?? tus MEMORIAS 1º tomo xDDDDDDD