[DMSR]

Hace más de veinte años que dejó de interesarme. La pasión que el fútbol despertó en mí durante la niñez se desvaneció cuando apenas despuntaba un bozo en mis comisuras. Pero hoy, 26 de abril de 2006, es el vigésimo quinto aniversario de algo grande, de un instante de gloria que permanece eterno en la memoria de toda Guipúzcoa, que va mucho más allá del fútbol y del deporte; aquello tuvo una trascendencia social, marcó una época dentro de otra época peculiar (dos meses antes un tal Tejero había entrado a tiros en el Congreso de los diputados, ejem)  Han pasado ya veinticinco años y yo apenas he vuelto a seguir el fútbol, escribo por tanto desde la memoria, pero sobre todo desde la piel. 26 de abril de 1981: "El gol de Zamora".

Ganar una Liga de fútbol en el último minuto del último partido habrá sucedido más de una vez y volverá a ocurrir, no sé, digo yo. Que esa liga la gane un equipo compuesto exclusivamente por jugadores de la propia cantera, en un equipo tan modesto como la Real Sociedad de San Sebastián, presumo que en los tiempos que corren es un hecho irrepetible. Aquel equipo de guipuzcoanos, liderados en el campo por los Arkonada, Zamora, Satrústegui y López Ufarte, y en el banquillo por Alberto Ormaetxea, consiguió lo que la temporada anterior se había escurrido entre los dedos en la penúltima jornada al perder un partido después de treinta y dos de imbatibilidad. En aquella Liga del 80/81, a falta de diez partidos, el Real Madrid llevaba seis puntos de ventaja. Algo debieron hacer muy mal unos y muy bien los otros porque se llegó a la jornada final con la posibilidad de que la Real Sociedad ganara el título si empataba o ganaba en su visita al campo del Sporting de Gijón.

En el minuto noventa de aquel partido, cuando el Gijón dominaba por 2-1 y el Real Madrid ya estaba festejando el triunfo liguero por un error en el marcador simultáneo que les informaba (inolvidable la imagen del gran Juanito yendo de rodillas hacia su vestuario), Zamora, la Real Sociedad, San Sebastián, Guipúzcoa entera marcó el gol del empate y el gol de la victoria en el Campeonato de Liga.

En una provincia en la que sólo nos hemos echado a la calle por terribles sucesos, aquel 26 de abril de 1981 fue el día más grande, el único, el irrepetible. Volver a ganar la Liga al año siguiente ya fue diferente, fue fútbol. Lo del año 81 no, aquello fue otra cosa, mi piel insiste en marcar la diferencia...

[Chuck Romerales]

     Yo, a pesar de mi reconocido madridismo, uno de los recuerdos de juventud que tengo es aquella alineación de la Real Sociedad de aquella época, de las últimas que casi todos nos sabíamos 'de carrerilla' Arkonada; Celayeta, Górriz, Kortabarria, Gajate; Diego, Alonso, Zamora; Idígoras, Satrústegi y López Ufarte