El Poblado de Prince

Otros Foros => OffTopic => Mensaje iniciado por: DMSR en 24 Junio 2005, 04:47:53

Título: DMSR (textos)
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 04:47:53
Amigos lectores  :D  como hoy es mi santo y estamos en el solsticio de verano (y me tengo que quedar en casa), me voy a dar un homenaje a mí mismo y voy a recopilar en este 'post' todos los poemas, cuentos y relatos que me habéis inspirado a escribir y/o compartir en los tres años, tres meses, tres semanas y tres días que llevo aquí molestándoos. ESTE Foro es muy especial para mí por muchos motivos que ahora no vienen al caso. Yo le he dedicado mucho tiempo y ÉL me ha dedicado mucho tiempo a mí.

Aquí dejo un largo rato de lectura, si alguien le sabe sacar algún provecho para mí será un placer. Algunos textos considero que tienen algo de mérito y otros son pura diversión; alguno lo escribí en dos minutos, otros tardé varias semanas trabajando duro...

Aprovecho esta introducción para AGRADECER A ENRIC el regalo que me llegó hace un par de días y la entrañable carta manuscrita (¡sí, aún existen!) en la que tan bien me supiste definir. A PRiNCe_ tengo que decirle que no se preocupe, que a todos estos escritos tiempo habrá de añadirles otros nuevos.

En fin, mi andadura poética en este Foro comenzó así [luego iré añadiendo más textos]

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::.


2 Night We Make Love With Only Words.

A mi compadre cibernáutico Mike T. y demás fauna del Foro:
Ir a la Celebration con ESA PERSONA ESPECIAL tiene que ser la leche. En todo caso, para quienes algún día tengáis la suerte que yo he tenido este año y podáis acudir a MPLS, os aviso desde ya que allí se pueden conocer muchas 'personas especiales'.

   El favor más grande que me han hecho en esta vida -y no hablo de nada sexual- me lo hizo una maravillosa cubano-japonesa de Oackland de fascinantes ojos verdes. A mi regreso fue recompensada con un ramo de flores, y alguna semana después con este poema que hoy comparto aquí dando por inaugurada la sección "poemas escritos por gente del Foro". Pido disculpas por el pobre valor literario, aunque espero que os guste.

SONIDOS Y COLORES

Cierro los ojos. Me concentro. Hago memoria.
Tan bello es recordar como vivir el momento.
Y encuentro en mi pecho, que late lento... tan lento...
sonidos y colores que dan vida a esta historia.

Junio. 2002. Paisley Park alcanza la gloria
con más de mil canciones. Y el placer que yo siento
las siete noches con el infinito talento
del pequeño gran genio, se llama... Xenophobia.

Y el de tus ojos es el color de aquellos días;
lo guardo en mi alma como un secreto misterioso
que me ha enseñado a decir: "May you have peace with in",

para que sumes a tus más grandes alegrías
haber inspirado a este chico tan desastroso.
Please, little angel... que la historia no tenga fin.

                                    DMSR'2002.
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 04:51:55
    Para la segunda entrega de recuerdos y vivencias en Paisley Park, DMSR se pone serio. La ocasión lo merece: voy a hablar de Sheila E.

    El poder evocador de la música está fuera de toda duda. Hay canciones, melodías, que nos acompañan y conviven calladamente con nosotros. Podemos estar años sin escuchar esas notas y al hacerlo, un mundo de sensaciones acude a nuestra mente para transportarnos, en un trepidante viaje por el tiempo, al momento en que esa música nos hizo amar o llorar o reír... o volar. La música emociona. La música que nos gusta es magia, aún mejor, es POESÍA:

                              "Sonreirán tus ojos,
                              con encanto de una rosa
                              que es ella y recuerdo de otra rosa"
                                                          (Luis Cernuda)

    En Paisley Park, la segunda noche, yo me encontré cara a cara con la poesía, con la magia. Mi mente viajó en el tiempo y sintió el penetrante poder evocador de la simple presencia de Sheila E., mujer y músico a la que -seguro- todos respetamos y admiramos. Yo estaba ansioso por descubrir qué sentimientos me iba a despertar Sheila E. catorce años después de LoveSexy. Y el encuentro fue brutal. Descubro ahora que las palabras, tan fáciles otras veces, se me hacen espesas.

    Sheila E. tiene un aura que impide que mires a otro sitio cuando ella está sobre el escenario. Su forma de andar, de moverse, su dulce y pausada voz, su capacidad para hacer saltar al público con sus tambores y para emocionar a las piedras... yo no he visto en mi vida nadie igual a Sheila E.

    Su concierto, aquella noche del 22 de junio, me gustó a rabiar. Supo ganarse a la gente con el repertorio y su 'savoir faire'. Yo estaba a no más de dos metros de ella cuando cantaba en el micro central. Generalmente, no soy muy chillón, me gusta más escuchar y observar. Sin embargo, con Sheila E., tan hermosa, tan cerquita que casi la podía tocar, no podía reprimirme y le gritaba unos castizos: ¡¡GUAPA!! ... ¡¡GUAPA!!, aunque también he de decir que no hizo mucho caso. Paradójicamente, cuando se alejó y se sentó para aporrear su batería respondió un par de veces a los gestos que le hice. ¡¡De todo el público presente, en ese instante, Sheila E. me miraba sólo a míííí!!!!

    Pero he dicho al principio que hoy quería ponerme serio. Y quiero hacerlo porque voy a hablaros de lágrimas: las mías y las de Sheila E.

    Si tuviera la obligación de escoger tres momentos de los catorce conciertos de la Celebration, uno de ellos, sin dudarlo, sería cuando Sheila E. empezó a cantar a dos metros de mi alma "Noon Rendezvous". De esa canción yo sólo conocía la versión de Prince del B*TLG "Neon Rendezvous", en fin, qué os puedo contar...  Cuando empezó a cantar Sheila, el PODER EVOCADOR, unido al momento, hizo que mi corazón se deshiciera como una flor seca, y dos lagrimones cruzaron mis mejillas. La rosa volvió a ser ella y recuerdo de otra rosa. Media vida me pasó delante de los ojos en los escasos minutos que duró la canción.

    Algunos ya habréis escuchado el B*TLG de esta actuación. Como sabéis, está incompleto. Dejad que os cuente.

    Por el tiempo que llevaba sobre el escenario no podía faltar mucho para el final. Todo se había desarrollado con normalidad y el show, como ya he dicho, estaba siendo una gozada. Sheila E. tomó el micro y empezó a cantar una cancioncilla, una cosita muy simple, algo que yo no reconocí. Nada más empezar, paró en seco e hizo algún gesto como de llorar. Yo la tenía delante y no estaba seguro de si "el numerito" formaba parte de la actuación; la banda no había dejado de tocar, Sheila volvió a coger el micro y, de nuevo, tuvo que parar. Vi que era real, que tenía un nudo en la garganta. Por tercera vez tomó el micro y explicó [eso creí entender] que ésa era una canción muy especial para ella. Arrancó, y por tercera vez, y ya con lágrimas en los ojos, dejó a la (perpleja) banda y se retiró del escenario. Desde mi privilegiada posición yo podía verla, sentada a solas entre bastidores, llorando desconsoladamente, secándose la cara con una toalla. Dios mío, qué momento. Tardó un rato en volver... pero consiguió terminar la "pesadilla" de canción. Hizo un bis final y se acabó el concierto. Se acercó a donde yo estaba y estrechó algunas manos, entre ellas la mía. "¡Thank you!", intenté hacerme escuchar.

    Seguramente nunca sabré qué canción fue la que hizo llorar a Sheila E. aquella noche, sólo sé que para ella -y sucedió ante mis ojos- la rosa volvió a ser ella y recuerdo de otra rosa.

                                       DMSR'2003.

Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 05:06:56
   No sé qué tiempo hace hoy en Madrid, pero estoy seguro de que le voy a subir la temperatura a una madrileña que pulula por aquí  ::)

   BabyKnows, presidenta del Club de Fams que lleva su nombre, me ha contratado para una labor que a 500Kms. de distancia no es muy factible, por lo que ahora que me habéis pluriempleado como plumilla no me lo he pensado dos veces y, para empezar a ganarme el sueldo, le he escrito UN POEMA. Toma ya.  ;D ;D ;D

   Bueno, Baby, ya me dirás... ¿te referías a esto con lo de "niño malo"  ;)?

H A Y    P A L A B R A S

Intento escribir un cuadro perfecto
y dar vida a una visión de mi mente.
Quiero viajar desde el tiempo presente
por caminos de amistad y de afecto.

Y en mi cuadro escribo, -con trazo recto:
"Hay palabras que se olvidan
 Hay palabras que se quedan
 Hay palabras que las mata el tiempo
 Hay palabras que el tiempo renueva."

Este es nuestro primer cuadro perfecto,
será el futuro quien nos ponga a prueba.
(Por hoy no está mal mi golpe de efecto)
Yo soy Juan Carlos; tú te llamas Eva.

             DMSR'2003  8)
          ***RUDE BOY***

 :D :D :D :D :D :D :D :D :D :D :D :D :D :D :D
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 05:45:35
Para Mendres...

EL ALMENDRO MÁGICO

Cuenta una antigua leyenda -que yo tengo por cierta- que en el corazón de la remota península de Sibila, al este y al oeste de ninguna parte, florecía, majestuoso, un almendro. Primavera, verano, otoño o invierno no le afectaban y todo el año, desde tiempo inmemorial, se veía igual de frondoso y florido.

Se dice que se decía por aquel entonces que ese almendro no siempre había sido un árbol, sino que, otrora, había sido mujer; la más bella, la más dulce, la más pura de las mujeres. Tan hermosa, que había despertado la furia de los dioses, quienes, arremetiendo contra su propia creación, decidieron cambiar su condición humana transformándola en árbol inmortal. Se dice que se decía que en el interior del almendro aún habitaba el alma de la joven, que era quien lo mantenía siempre en flor gracias a la pureza de su espíritu.

Siervos de todos los reyes y califas acudían del mundo entero a presenciar el prodigio y dar fe de su existencia a sus amos; se sabe que algunos de ellos enloquecieron al creerse ciegos por la simple contemplación de sus flores. Tal era el poder del almendro. De igual manera, no era extraño que los mismos príncipes y princesas fueran a declararse su amor a los pies del almendro, en la creencia de que al hacerlo, bendecidos por su sombra, el amor entregado duraría para siempre. En la presencia del amor verdadero, el almendro parecía estremecerse. Delicadamente, se agitaban sus ramas y una nube de pétalos rosas y blancos cubría a los enamorados, quienes rara vez podían contener sus lágrimas de felicidad.

Y la misma leyenda cuenta que hasta el almendro llegó, una nevada mañana de abril, un joven. Estaba exhausto, y en su semblante se veía marcado el rastro de mil calamidades. Arrastró sus últimos pasos por la nieve y apoyó su frente en el tronco del almendro. Como tantos otros anteriormente, el osado joven comenzó a llorar. Pero estas lágrimas resultaron distintas a cuantas se habían derramado allí, cada gota caída al suelo atravesó como un puñal la nieve, y la tierra bajo la nieve, y alcanzó las más profundas raíces del árbol. Y el árbol se sacudió como nunca lo había hecho y un primer milagro sucedió. Encontró dentro de sí una voz, una voz humana con la que pudo decir: "¿cómo has llegado hasta aquí, andando y semidesnudo, cuando otros necesitan corceles adiestrados que les hagan el camino más corto?"

El joven alzó la cabeza y mostró al árbol sus ojos, de un verde que hizo palidecer los verdes tallos del almendro. Sin embargo, el joven viajero era ciego, sus verdes ojos estaban muertos. El almendro se volvió a estremecer y acertó a exclamar: "¿eres ciego? ¿eres ciego, bello joven? ¿Cómo has logrado encontrar este recóndito paraje que ha conseguido extraviar a las expediciones mejor preparadas?"

El joven se puso en pie y, sin asombrarse de la voz que salía del árbol, habló pausadamente: "He comido lo que encontraba mi olfato, he bebido del arroyo que llegaba a mis oídos. El largo viaje no ha sido tan difícil: he llegado hasta aquí guiándome con los ojos del alma." Y siguió hablando: "Y descubro que eran ciertas cada una de las palabras que he escuchado sobre ti. No puedo verte pero sí sentirte, y he cruzado mil desiertos y escalado mil montañas para decirte que tú puedes, si lo deseas, volver a ser quien fuiste, y volver a disfrutar de todos los placeres, alegrías y penas de la carne mortal. Y yo puedo, si tú me ayudas, recuperar lo que los dioses me usurparon en un ataque de celos y envidia, al saber que en mis ojos vivía la magia de la sinceridad."

"¿Tú también? ¿Tu ceguera es también un castigo de los dioses?, se apresuró a preguntar el árbol. "¿Y cómo, cómo lograr eso que dices? ¿Qué sabes tú que yo no sepa?"

"Almendro", contestó el joven, "tú has sigo testigo mudo del amor de mil parejas; ese amor habita en ti. Alimenta los ojos de tu alma, que ya me has demostrado que posees, busca todo ese amor y, cuando lo encuentres, tú podrás abrazarme y yo podré verte. Te pregunto: ¿qué puede una maldición contra lo que quieres tú y contra lo que quiero yo? ¿Qué pueden los dioses que no pueda el amor? ¿Acaso han olvidado que "en el Amor Verdadero es el alma la que envuelve al cuerpo"?

(...)  Cuenta la antigua leyenda que sucedió el segundo milagro. Se dice que nadie ha sido capaz de volver a ver al almendro mágico. Se dice que la única pista para encontrarlo es reconocer al joven de los ojos verdes. Pero esta es una historia tan antigua que, aunque sea cierta, nadie podría seguir esa pista. Se dicen tantas cosas, se cuentan tantas leyendas... quién puede saber cuáles son verdaderas.

                                      DMSR'2003  8)
                                    ***RUDE BOY***
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 06:01:50
CUERPO DE BLUES

Unos ojos negros
se han llevado a mi chica.
Unos ojos negros
se han llevado a mi chica.
Aún calientes sus besos
era el amor de mi vida.

Hoy tengo cuerpo de blues.

Me pregunta la gente:
¿Cómo ha sido, compañero?
Me pregunta la gente:
¿Cómo ha sido, compañero?
Y por más que lo intente
yo no lo entiendo, no entiendo.

Hoy tengo cuerpo de blues.

Hoy es triste cantar esto,
mas es fácil, hoy que se ha ido.
A ella se lo dije siempre,
yo se lo susurraba al oído.
Viví tanto amor en ella,
vi en ella cuanto una vida
puede ofrecer.
Pero eso fue ayer...

Hoy tengo cuerpo de blues.

Escucha, hermano,
el dolor de mis palabras.
Encuentro en ellas las fuerzas
para cantar con más ganas:
eso fue ayer, hermano,
¿quién sabe lo que viviré mañana?
¿quién sabe lo que amaré mañana?
En algún lugar, quizá cercano,
un millón de besos me aguardan.

Pero no olvides que hoy,
malditos ojos negros,
hoy tengo cuerpo de blues.

             DMSR'2003  8)

(c) Reservados todos los derechos.  [smiley=guitarist.gif]

****Dedicado a la Bahía de La Concha -mi chica favorita- y a todos los afectados por el desastre del petrolero Prestige (y a los que ha citado Mike). Ezer, estimado desconocido, también va por ti. Un abrazo. DMSR.***
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 06:14:16
(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Miel.jpg)
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 06:16:42
Me he mirado en un espejo y me he dado  cuenta de que estoy muy chuchurrío para ser el repartidor de Coca-Cola light en las oficinas de las chicas que ilumináis este Poblado, así que voy a seguir haciendo lo que en una ocasión definió Babyknows como "caldito caliente para el espíritu" y voy a juntar algunas letras que le hagan el día mejor... a una AMIGA que me ha dado sin pedir nada a cambio.

Gracias, Elia/Ibiza/Do U Lie?, muchas gracias. Me quedé solo en mi boudoir y pensé en ti. Éstas son las 500 letras de Coca-Cola light que junté en tu honor. Besos de DMSR.


N O M B R E S     D E    M U J E R

Son los hombres quienes ponen nombres de mujer
a los huracanes. Y es lo mismo con las flores,
y las rimas y canciones de agrios trovadores
que sueñan para mañana lo perdido ayer.

Como el poeta, caen flores al atardecer;
huracán el amor, huracán los desamores,
y duerme el hombre añorando aromas y sabores...
diferencia entre "no haber tenido" y "perder".

Y si despiertas con el jazmín y la camelia,
y necesitas pintar un corazón de tiza
en la pared, y cantar: "¡Como ella otra no hay!"...

un nuevo huracán te arrastra al amor. Llámalo Elia.
Una nueva flor te embelesa. Llámala Ibiza.
Y silba alguna canción. Que hoy sea "Do U Lie?".


                      DMSR'2003  8)
                   ***RUDE BOY***
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 06:20:59
Querida Babyknows, aquí tienes el regalo que te prometí hace algún tiempo (no me pidas nada para tu cumpleaños  ;D ;D ;D ). Comprobarás enseguida que me lo he 'currao'. Espero que te guste y que lo disfrutes; también espero que guste a todos aquellos que lo lean (despacito y entero  :D :D ).

Eva, todo esto está escrito PARA TI y a ti te lo dedico, pero me vas a permitir -sé que no te importa- que también se lo dedique a mi querido amigo Juan, fallecido el 28 de marzo después de una inhumana agonía. Lo intenté y no he sido capaz de dedicarle nada a él, pero yo sé que su espíritu planea por algunos de los versos de lo que vas a leer, Juan era otra de esas personas a cuyo paso se ponían en pie los corazones.


L A   N I Ñ A   Q U E   S A B E

Hay un antes y un después
en algunos momentos de la vida.
Pueden ser dos, pueden ser tres,
son aquellos que vuelven del revés
tu pasado y tu futuro,
y demuestran que no hay nada seguro
ni en lo que tocas ni en lo que ves,
y el frío es calor y el calor es frío.
Mientras piensas en los tuyos
yo te voy a contar uno mío.
Me sucedió en un día normal...

Fue un encuentro casual
en la esquina del Boulevard
con la Calle Mayor.
Aparentaba unos seis años de edad,
aunque algo había en su voz
y en las cosas que decía
que atesoraba la sabiduría
y la determinación
de un millón de generaciones.
Yo aún no lo sabía,
pero cruzamos las miradas
y empezaron las emociones:
la primera cuando se acercó a mí,
la segunda, su sonrisa en su cara,
la tercera fue su voz tan clara,
luego fueron más de mil.

"Sé cómo te llamas,
lo sé todo sobre ti,
sé hasta lo que tú ya no recuerdas,
sé qué sentimientos has tenido,
sé que puedes creer lo que te digo
y sé hacer que los vuelvas a sentir."

Estrechó mi mano y sonreí.
Era una niña tan pequeña,
mas sus palabras sonaron tan fuertes
que algo de ella se apoderó de mí,
se convirtió en mi dueña
dominando mi mente.
Y dijo dulce y escuetamente:
"Yo soy la niña que sabe."
Apretó aún más fuerte mis dedos
y me dio sus explicaciones:
"Yo soy la niña que sabe
convertir los recuerdos
en sensaciones.
Tras los ojos de cada hombre o mujer
se esconden, a veces olvidados,
lo que un día fueron sus vivencias,
sus risas y sus llantos,
sus momentos de dolor y de placer;
lo que hizo de sus existencias
ser personas con cuerpo y alma.
Basta con mantener la calma,
abrir los ojos al ayer
con el corazón en la mano,
y encontrar una simple palabra
que obligue a rescatar lo que se quiso esconder,
para viajar hacia el futuro desde el presente y el pasado
con una sonrisa, y la mente renovada.
Si quieres ser mi amigo,
dime: ¿Crees lo que te digo?
¿Crees estar preparado?"

Asentí con la cabeza,
entregado como estaba;
sin saber de qué viaje me hablaba
pero con la alegre curiosidad
de ver venir una sorpresa.
"Tienes una sola oportunidad,
sé que sabrás aprovecharla.
Va a ser un viaje muy intenso,
yo te he elegido a ti,
tú elige bien tu palabra.
Te aconsejo que sea algo bueno
lo que quieras revivir,
cuando la tengas dila en voz alta
y prepárate a sentir
los olvidos y los recuerdos
que se encuentren en tu alma,
los vas a volver a repetir."
Cerré los ojos y creí lo que decía,
creí en la niña que sabe,
sentí su mano sujetando la mía,
creí que poseía la llave
de mi corazón y mis secretos,
sentí la liberación de las cadenas
que hace tanto me tenían preso.
Cumplidas todas las condenas
exclamé: ¡¡PRIMER BESO!!

Fue un mazazo fulminante
del que salí, felizmente, ileso.
Necesitaría horas por delante
-y aún quedaría resumido-
para describir aquel instante
en que reviví las diecisiete vidas que he vivido.
Fue realmente electrizante
sentir que se paró el mundo,
evocar tanto tiempo comprimido,
"El Reloj" sólo avanzó una décima de segundo.

Me temblaron las piernas
ante el número cuarenta y cinco
al volver de Anoeta
intentando no ser tan niño;
escalofríos, placer y miedo mezclados
en aquel beso nunca olvidado
que me cambió la boca
en el segundo piso
de aquel bar de Mallorca;
la Magia del '19A',
frente al campo de Atocha,
aroma, sabor y tacto
(si hablara ese portal);
el deseo, la pasión y el cansancio,
bendito tren que, de Valencia,
nos trajo tan despacio, tan despacio;
la incredulidad hizo presencia
por aquella caricia ganada
en la discoteca de Amara;
volví a llorar de felicidad
como aquella noche en el Barrio de Alza;
el viento sur iluminó mi cara
frente a la Bahía de la Concha,
como en el jardín de la Gipuzkoako Emparantza;
reviví la sorpresa de aquel beso encontrado
en la dulce alemana de dulce nombre italiano
en la Calle Zorroaga;
y volví a ver abiertas las puertas del Cielo,
con el más perfecto y enamorado beso
que me han dado en el centro del alma;
y hasta volví a soñar que soñaba
el tórrido anhelo
de los besos deseados,
que el caprichoso destino,
con su humor amargo y fino,
reservó para otros labios.

Ni los hombres más sabios
sabrán decirme
si era una niña o un ángel
-o si se puede ser las dos-
aquel ente sublime
con los ojos tan grandes
que en una sola de sus miradas
se veía entero a Dios.
Y comprendí, además, algo importante:
te dan tanto a cambio de nada
algunas personas en la vida,
buscando tan sólo ayudarte,
que merece la pena que sea vivida
intentando alcanzar la Gloria;
amigos que hacen tu día a día tan interesante
que te empujan a luchar por altos logros,
amigos que quedarán por siempre en tu memoria,
mejorando tu alma, si cabe.
Y ahora, termino mi historia.

           ...Abrí los ojos...

Vi alejarse a la niña que sabe
convertir los recuerdos en sensaciones
salvándolos del olvido.
No sé por qué fui yo el elegido,
por qué a mí sí me hizo caso,
ni cuáles fueron sus razones
para enseñarme a recordar.
No habló con nadie más, pero a su paso,
remontando el Boulevard,
despertando altas pasiones,
conjugando el verbo "AMAR",
se ponían en pie los corazones.


           Juancar-DMSR/Abril'2003

 8) 8)

 :-* :-* :-* :-* :-* :-* :-* :-* :-* :-* :-*
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 06:22:57
Aupa Voyager, ahí va un poemilla pa'ti... por haberme provocado  ;D ;D ;D ;D  Es bastante explícito  :D :D, pero de buen rollo, ¿vale?  [smiley=2thumbsup.gif] [smiley=2thumbsup.gif]

Soy el gigante mandinga,
mucho más que homosexual,
y me mide la minga
un palmo más de lo normal.
Me gusta follar en los aviones,
cepillarme a los VIAJEROS  [smiley=2thumbsup.gif]
sobre todo a los TERCEROS,
hasta que sufran visiones.  :o :o
Es un juego conocido,
se llama "jugar al teto",
nos quitamos los calzoncillos,
tú te agachas y yo te la meto  ;D
Y si tienes hambre
y te gusta el ajo,
ya puedes agacharte
y chupar aquí abajo.
Y para ser un poco más malo
repetimos jugando "al cepillo"...
yo pongo el palo
y tú pones los pelillos  [smiley=freak.gif] [smiley=2thumbsup.gif] [smiley=2thumbsup.gif]


Venga, voyager, un abrazo... que ya sabes que yo tengo poco de mandinga  ;D


Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 06:26:17
 [Mensaje de sweez]  Una vez más hago de emisario del poeta local: DMSR...  
 
esta vez la imagen es consideráblemente grande (y creo que esto a kyke no le acaba de gustar), pero creo que el tamaño está bien y que si la comprimo en tamaño no se podrá leer bien... Asi que os proporciono el link con la imagen...  
 
OLE una vez más por el poeta del poblado!!
 
Para la pequeña Raquel, su madre y su madrina... A ellas va!
http://www.crazyroadstyle.com/raquelPoema.jpg
 
PS: esto es un Cominsún como Dios manda... dicho y hecho!
A la vuelta de la esquina, mire usted, oiga...  
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 06:29:09
París'93, primera de las dos noches en el Omnisport de Berçy. Sería muy largo relatar por qué acabé en la grada en vez de las primeras filas, aunque nunca podré arrepentirme de haber conocido a C.G, mi casual vecina de asiento.

Estuvimos hablando de nuestras canciones favoritas, de la canción que nos hubiera enamorado de la música de Prince (en mi caso "The Beautiful Ones"); del concierto de Madrid al que yo ya había acudido. Me pidió el repertorio, pero no se lo di para que viviera las sorpresas en directo.

Empezó el espectáculo...

Cuando Prince terminó el The Beautiful Ones sentí una mano que me acariciaba la cintura. Me giré y C.G. me abrazó y me besó. Sus lágrimas humedecieron mi mejilla. Sentí el mismo escalofrío que acaba de recorrer mi médula espinal.
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 06:30:39
Me dijo un pajarito que a una chica de este Poblado le gustan mis poemillas, y que no le importaría ser "la víctima" de uno de ellos  ::)  Como no sé si visita mucho el Foro, espero que 'el pajarito'  ;) le avise de que su deseo ha sido concedido  8) 8)

No ha sido fácil porque no nos conocemos demasiado, confío en que te sorprenda el "gazpacho" que he hecho con las 'cuatro cosas' que sé de ti  ;D ;D ;D ;D

A ver si así, camarada sweez, voy recuperando el glamour perdido  [smiley=earmuffs.gif] [smiley=earmuffs.gif] [smiley=earmuffs.gif] [smiley=earmuffs.gif] [smiley=earmuffs.gif] [smiley=earmuffs.gif] [smiley=earmuffs.gif] [smiley=earmuffs.gif] [smiley=earmuffs.gif] [smiley=earmuffs.gif] [smiley=earmuffs.gif]


DENN  ICH  LIEBE  DICH

Llegué en un barco llamado "Sorpresa"
a la costa de unas tierras lejanas,
siguiendo los ruidos de mi cabeza,
donde suenan tambores y guitarras.

Mi vida la trastocó una mujer,
que quiso hacerlo sin cobrarme nada.
Sorprendido, lo supe agradecer
con un beso en su emocionada cara.

Me regaló una caja de música
con una melodía almibarada,
mientras la más hermosa bailarina
en su pedestal giraba y giraba.

Disfruté del embrujo de ese baile
hasta las cinco o seis de la mañana,
consciente de un único desenlace:
a mi vuelta no podía llevarla.

Visité a un viejo anticuario alemán,
al señor SchafmäBig, en su casa.
Se rio de mi cajita de música,
mi historia le debió hacer mucha gracia.

"Es una 'Milch-Busen' del setenta y ocho.
Reconozco que está bien conservada,
pero el modelo perdió su valor.
Meine Wahrheit ist's! Por mí puedes tirarla."

Olvidando sus burlas y el consejo
le pedí, por favor, que la guardara,
con la firme promesa por mi parte
de volver muy pronto a recuperarla.

"¡Ahí va uno que cree en el amor!"
le escuché decir cuando me marchaba.
Y llevé así mi cabeza a mi mundo
(donde suenan tambores y guitarras)

Y en este mundo, cuánto echo de menos
la alegre y dulce canción de la caja;
sigue en manos del bodoque alemán,
mi bailarina en su peana danza.

Liebe Purpur, ayer juré con sangre,
muriendo de celos y de nostalgia,
que me arrastraré hasta recuperarte
'denn ich liebe dich', que hoy son mis palabras.


               Juancar-DMSR, 8/6/2003  8)
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 06:31:53
[smiley=book2.gif] [smiley=book2.gif] [smiley=book2.gif] [smiley=book2.gif] [smiley=book2.gif]  En la noche de los tiempos pretéritos, la bella princesa Evináus quiso saber si su amado príncipe Giobibón se pasaba el día y la noche -como le habían referido sus sirvientes- tocando la lira, tralarí, tralará, entonando sin cesar, con su suave y varonil voz, dulces melodías de amor.

Acudió para ello a una cita en privado y, sin amedrentarse por la poderosa presencia de su príncipe, le inquirió con estas directas palabras: "Príncipe Giobibón, pasión de mis quereres: ¿Sólo sabes cantar estas ñoñerías tan moñoñas, pues?". A lo que el príncipe, tras un breve carraspeo, asió su lira, tralarí, tralará, y puso en la boca de la princesa Evináus esta bella cópula, digoooo... copla española  ;D

Tengo un novio que me vuelve loca
porque lo hace sin disimulo,
me mete la polla por la boca
y me la saca por el culo.
Me pone los ojos en blanco,
consigue que mil veces me corra.
Tal es el poder de su txorra,
tal el tamaño de su tranco.


¡¡TOMA GLAMOUR!!   Y no es por cambiar de tema, pero AHORA, señorita IBIZA  [smiley=stunned.gif] [smiley=stunned.gif] [smiley=stunned.gif]  ¡¡SOMOS TODO OÍDOOOOOSSSSS!!!  [smiley=smash.gif] [smiley=smash.gif] [smiley=smash.gif] [smiley=smash.gif] [smiley=smash.gif] [smiley=smash.gif] [smiley=smash.gif] [smiley=smash.gif] [smiley=smash.gif] [smiley=smash.gif] [smiley=smash.gif]
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 06:33:59
                   CAUSA
Reúno estas palabras para cuatro personas,
alguien más puede cazarlas al vuelo,
oh mundo, lo siento por ti,
no conoces a esas cuatro personas.
                             (Ezra Pound)

Hace unas semanas adquirí dos compromisos con una chica de este Foro: si ella me regalaba una cosilla yo le escribiría un poema. Mi segundo compromiso fue sorprenderla. Ella se lo ha tomado con calma (y los de Correos  :() pero ya ha cumplido su parte del trato; hoy cumplo yo la primera y, espero, la segunda. A ella le toca, si quiere, intentar un segundo compromiso  ;D ;D, que sería el cuarto.

Gracias por tu regalo, aquí tienes el tuyo 8)


CÉFIRO  Y  CLORIS

Dime, mariposa, tú que vuelas,
tú que tanto sabes de vientos:
¿se puede comparar el aire
...a los recuerdos?

Al principio fue como un sueño;
elevados por algún meteoro
mis pies surcaron el cielo,
mi voz desmenuzó mis cuentos,
y me encontré flotando en el trono
de algún dios de remotas eras.
Céfiro me prestó su aliento,
Cloris lo debió consentir,
para susurrar aventuras violetas,
mientras los latidos de mi pecho
también se quisieron divertir
y pasaron a ser volteretas.

Te miro y me recuerda tanto a ti,
ella también agitaba sus alas
dibujando en el aire sus graciosas palabras.
Empieza a escampar lo que no entendí:
todo pasó como una galerna,
breve y arrolladora;
nos sorprendió la nube gris,
galopó tan volátil la hora,
me reclamaban las piedras
y la hachas: mi País,
donde su nombre significa "SEÑORA",
donde mis pies, ahí sí, pisan la Tierra.

Ella reservó para mí
una sonrisa, una broma, un abrazo.
Chirriaron las máquinas del tren,
y aunque no supimos besarnos
yo sentí en mi cuerpo cada curva
de su esbelta delgadez.
Mi piel conserva la duda
de saber lo que ella sintió...
y ahora que ha pasado el tiempo
¿qué pensará mi niña hermosa?
Yo sólo sé que el tren nos distanció
y ella, para mí, volvió a ser viento.

Dime, mariposa:
¿se puede comparar el aire
...a los recuerdos?


           Juancar - DMSR'2003  8)

               :-* :-* :-* :-*
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 06:35:45
 [smiley=singer.gif]   Crush, tras leer tus palabras permíteme que te dedique unas mías...

Las he improvisado en un papel, a ver qué tal quedan al pasarlas 'a limpio':


El pozo del engaño es muy profundo.
Y volver a ascender es un camino tan largo
como lo que dura el sentimiento de culpa
apretando las sienes.
Me miro en el espejo y aquel que veo
y que me mira, ese rostro que no me sonríe,
tan sólo me mira, termina por romper
su silencio para seguir desgarrándome:
"¡Eres culpable! ¡Eres culpable!"
Le pido que se calle, que no me humille,
yo me equivoqué, sí, me equivoqué,
pero en mi error también había otro alma
al otro lado del espejo. Ese alma
que estaba en mi mano y que ahora,
una vez separadas las almas,
como el muerto que a veces he creído ser,
ese alma, digo, que también me grita,
que más fuerte pisa mi cuello cuanto más se aleja
(cruel paradoja)
y me exige tragos de tierra
acusándome de mis propias verdades
con su corrosiva canción:
"¡Eres culpable! ¡Eres culpable!"
Me equivoqué, sí, me equivoqué
y salí huyendo,
de mí, de mi alma, del otro alma,
del espejo, del alma del espejo.
Sin nada en los bolsillos
he recorrido países, he viajado
adonde nunca creí que llegaría.
Busqué allí mi alma, mi espíritu perdido,
que yo creí perdido.
Y sólo encontré tragos de tierra.
Y al no encontrarlo, leí mil libros,
busqué allí mi alma, mi espíritu,
en los libros, en las almas de otros que no eran yo.
Y sólo encontré lágrimas de papel.
Cada persona que me crucé escuchó mi historia.
Me sangró la boca de tanto dolor
como siento al contarla.
Perdí la esperanza, y en ese momento,
en el fondo más hondo
del pozo del engaño, me senté.
Y al sentarme
me di cuenta de que ya había recorrido
todo el camino,
que si había un final donde sentarme
se puede encontrar un principio
por el que avanzar.
Soñé con dar un tímido primer paso virginal.
Me di cuenta de que sólo era culpable
de estar vivo,
de haber vivido emociones y sentimientos.
No soy culpable de nada. Vivo.
Que no es poco,
como pocas son las personas que viven en mí.
Ése será mi nuevo equipaje.
¿Países? ¿Libros?  ¡¡Creo en mí!!
Mi boca ha dejado de sangrar.
He limpiado los coágulos y las costras
con mis últimas lágrimas.
Voy a dar ese paso virginal,
el paso primero.
El paso.
Al fin he entendido que al otro lado del espejo
existe un mundo por explorar.
El mío, y no el de otros.
He recordado las palabras de aquel poeta:
"Por caminos difíciles
hoy llego a la simple verdad
de que tú existes".
Etcétera, etcétera, etcétera.



        [smiley=singer.gif] DMSpeakeR  ;) 2/7/2003  8)
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 06:37:37
MIENTRAS  YO  VIVA

Gracias por estar ahí,
gracias por tu amistad verdadera;
el día en que te conocí
ni soñar podía siquiera
que entre miles de millones
la única voz que querría escuchar
fuera la tuya.

Y entre mis muchas emociones
yo ya no puedo evitar
que por mi boca fluya
lo que a ritmo de bolero hoy te canto:

"Mientras yo viva
 y tú estés presente
 no juegues con mi llanto.
 Y aunque se ría la gente,
 encuentro fuerzas para decir
 que no me vuelvas a pedir
 que no te quiera tanto."

Sé que ésto no es nuevo para ti,
que sabes bien de lo que hablo.
Yo he visto lleno tu joyero
con los corazones que has robado.
Una última frase cantarte quiero,
una más y ya me voy,
que no me quiero repetir.
Espero que sea de tu agrado:

"Ten el mío, te lo doy.
 De éste podrás presumir
 que no te ha hecho sufrir
 porque te lo han regalado."


                LUIS C.
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 06:43:57
(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/cumpleRaquel.jpg)
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 06:46:27
Como no sé a qué concierto te refieres... ¿Tokio?... ¿90?, no caigo, no caigo...  [smiley=thinking.gif] Pues nada, como no sé de qué me hablas, a ver qué te parece este poemilla dedicado en exclusiva  [smiley=beatnik2.gif]

S U S P I R O

Si se puede sentir
se puede contar.
Si se puede contar
se puede escribir.
Y si se puede escribir
se puede poetizar.

Forjado en cenizas
de un avión derribado
conseguí levantarme
y llegar a tus brazos.
Aceptaste mis preguntas
sin conocer mi pasado;
me enseñaste de nuevo a caminar
moviendo mis pies paso a paso.
Aprendida la lección,
y tras haberla perfeccionado,
me enseñaste también a volar
y me llevaste hasta Chicago.
Lo que para ti era normal
ya ves que no lo he olvidado.
Ha pasado año y medio,
para mí ha sido un suspiro,
has de saber, amigo Gustavo,
que me siento en deuda contigo.

               DMSR' 21/10/2003  8)

Ahí queda eso  ;D ;D
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 06:48:02
He usurpado sin su permiso el cerebro de un AMIGO para escribir lo que sigue. Lo he hecho con todos mis deseos de FELICIDAD para este día de tu cumpleaños y para muchos más días, meses, años...


BAJO MI ALMOHADA

Se me repite un sueño,
debe estar bajo mi almohada,
en él salimos tú y yo,
mas no nos decimos nada.
Yo soy humo,
tú apareces igual de guapa,
It's been seven hours...
un coro de ángeles canta.
Intento seguir al coro
pero el humo no tiene garganta.
Y en el sueño sueña el humo
que quiere besar tu cara,
y despierta sin conseguirlo
al descubrir que es un fantasma.
Y su miedo de humo me asusta
y tú estás aún más asustada.
Y yo me despierto aturdido,
convencido de que bajo las mantas
podré besar tu cintura
y tus pechos y tu espalda.
Pero tú también eres humo,
está vacía mi cama.
...nothing compares 2U,
el coro de ángeles se calla.
¿Estoy dormido o despierto?
¿El sueño nunca se acaba?
Me seco el sudor y lloro,
el sueño se repetirá mañana.

          DMSR' 22/10/2003  8)

 :-* :-* :-* :-*
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 06:53:47
SIGN "O" THE TIMES

            Oh, yeah!!

Nos conocimos en la Playa de La Concha. Yo nunca había visto un bikini de colores como el que cada día, sorprendiéndome más y más, lucía aquella chica. Ella era mayor que yo, yo no valía nada. Y, sin embargo, se fijó en mí; supongo ahora que debí parecerle un niñato muy sorprendente cuando, mirándome a los ojos, comprendía el alcance de mis ganas por encontrar temblores desconocidos.

Cuando besas por primera vez a la que va a ser tu primera novia un nueve de septiembre de 1988, después de haber visto en la televisión un documento que habrá de cambiarte la piel para siempre... cuando después de algo así besas por primera vez a la chica de tus sueños, la fecha queda fija en tu mente para siempre, para siempre en esta vida. La fecha, y todo lo demás...

Descubrimos juntos muchas sensaciones. Yo aprendí con ella que el mundo, a veces, se resume en un abrazo; que el cielo puede ser un beso, y que el infierno es una despedida.

Ella me partió el corazón en dos mitades. Y una de esas dos mitades, o tal vez las dos, supieron aquella misma noche lo que era LA MÚSICA -esa gran desconocida- y supieron lo que se puede sufrir por Amor, y aprendieron a llorar. En esa cinta que ella me había regalado días atrás, en esa cinta, junto al resto del disco en el que va incluida, descubrí "The Beautiful Ones".

La metamorfosis fue muy rápida, yo ya no era un niñato. Ella reapareció en mi vida semanas después con otra cinta en la mano. Fue su forma de hacerme ver que lo quería volver a intentar conmigo, pero mis ideas ya no estaban tan claras. "Escucha esta cinta, hay canciones increíbles; pero hay sobre todo UNA que no puedo ni describir. A ver si la descubres." "Uhmm... ¿'Sign Of The Times'?... sí, conozco algo, lo escucharé, no lo dudes."

Antes de escucharla recurrí a mi amigo Patxi, mi enciclopedia musical particular: "Patxi, "A." me ha regalado una cinta con el 'Sign Of The Times' de Prince, ¿qué sabes de él?"

"¡¿El 'Sign Of The Times'?!", exclamó mi amigo Patxi. "Ese es el mejor disco de Prince, es un disco perfecto." Mi amigo destacó varios títulos pero sentenció: "...y lo mejor de ese disco es 'If I Was Your Girlfriend', nadie ha hecho una canción como esa", y se le llenaba la boca de una admiración que, entonces, yo no era capaz de entender asociada a la música, a discos o a músicos.

La primera audición de aquella casete fue una tortura. En primer lugar, un fallo en la platina me obligó a tener pulsado el 'play' durante todo el tiempo que duró la escucha. Y en segundo lugar, mi cerebro se golpeó contra aquella música tan compleja. No fui capaz de enterarme de nada, no encontré aquellas canciones "tan especiales" por ningún lado. Más espesa y decepcionante no pudo ser aquella primera audición del 'Sign Of The Times".

Pero hubo una segunda y una tercera escucha. Y una cuarta y una quinta. Y creo que poco a poco, sorbito a sorbito, nota a nota, fui aprendiendo de aquel disco todo cuanto posteriormente he necesitado saber de música para desenvolverme en un mundo que nunca fue el mío, un mundo del que nunca sospeché que me seduciría. Lo que no habían conseguido todos los músicos que habían pasado de largo por mis oídos (y no eran pocos) lo había conseguido Prince, lo había conseguido el 'Sign Of The Times', lo había conseguido aquella cinta de casete. Necesité que "A." me regalara esa cinta, y que mi corazón hubiera sido dividido en dos mitades.

A medida que fui entendiendo la grandeza del 'Sign Of The Times', mi poco educado cerebro se fue enamorando de canciones como 'The Cross', 'I Could Never Take The Place Of Your Man' o 'Slow Love'; eran mis primeros escarceos con el álbum. Cuando supe que la canción "indescriptible" a la que se había referido "A." era 'Adore', volví a comprender que me estaba perdiendo "algo", y que me quedaba mucho camino por recorrer, mucho aprendizaje que asumir. Y lo asumí a golpe de emociones.

El 'Sign Of The Times' fue la música de fondo que envolvía nuestros cuerpos y nuestras almas la primera vez que "A." y yo hicimos el amor. ¿Quién olvidaría algo así? Yo no. Lo he dicho en el título de esta 'redacción': "Álbumes con Historia (personal)".

Después del 'Sign Of The Times' llegaron muchos discos, otras chicas ocuparon el vacío que dejó "A." cuando (tiempo después) separamos nuestras vidas, otros chicos ocuparon mi sitio en el corazón de "A.". Pero aquella música, aquel disco, el 'Sign Of The Times' sigue ahí, único, inconfundible, insustituible, inmortal. Se cumplió mi anhelo de encontrar temblores desconocidos; que el Cielo bendiga las dos mitades de mi corazón. "Estaré contigo para siempre, y tú estarás conmigo". DMSR'2003  8)

This Is The Ballad Of 'Sign Of The Times' (Forever In My Life)
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 06:57:59
PURPLE RAIN (V.O. subtitulada)

Dedico este extenso relato a quien se tome la molestia de leerlo entero; a Tototote y Mari Jose, Bigjim99, SWEEZ! y Mike T. (estés donde estés  ;)); también a todo aquel que, con música de Prince de fondo, se haya enamorado alguna vez de una chica, de un chico, o del mismo Cielo.

Lo que sigue es una carta escrita a mi amiga XX el lunes 20 de marzo de 1995, al día siguiente del fin de semana que da vida al texto. Los "protagonistas" volvemos a ser "A." y yo (DMSR  ;D). Lo que me ocurrió supuso para mí un viaje en el tiempo. Hoy vuelvo a viajar... si lo lees, espero que te guste.


"Playa...
Playa... palas.
Playa... palas... bikini.
Playa... palas... bikini... colores.
Playa... palas... bikini... colores... sin gafas.
Playa... palas... bikini... colores... sin gafas... DMSR, me llamo DMSR, ¿y tú?"


Estas fueron las primeras palabras, así es como conocí a "A." hace ya casi siete años, a finales del octavo mes de 1988. La vida da muchas vueltas, y el destino, estamos hartos de comprobarlo, a veces te juega extrañas partidas.

Desde que soy un crío estoy platónicamente enamorado (es un decir) de la que es mi peluquera desde... joder, ¡desde agosto del 88! En realidad el pelo me lo corta casi siempre su hermana, que no tiene el mismo encanto. La peluquera que a mí me gusta cumple todos mis 'requisitos' físicos, y me desvía los ojos desde hace tanto tiempo que, quién sabe, quizá sea la mujer que introdujo en mi cerebro mi tan admirado arquetipo de "chica ideal": morena, bajita, muy guapa y con unos grandes ojos oscuros que te lo dicen todo con una mirada por fugaz que ésta sea.

Es una peluquería de señoronas, donde un montón de pedorras hacen cola a diario antes de que abran a las 9 porque es la única forma de conseguir cita. Yo vivo al lado, así que cuando me quiero cortar el pelo bajo a menos veinte con los walk-man, me coloco el primero mientras veo llegar a las pedorras, y consigo la hora que mejor me cuadre en mis horarios. El viernes pasado todo me encajaba bien a las dos del mediodía, tras mi último cliente de la mañana. Se me echó el tiempo encima, y con las prisas y unas cosas y otras, me presenté en la peluquería sin dinero. Nada más llegar, mientras me quitaba la chaqueta, me di cuenta: "Hostia, me he venido sin pasta", le dije a la hermana de mi peluquera favorita. "Tranquilo, tranquilo, ya vendrás en otro momento", me contestó con una voz -en esto coinciden ambas- que derretiría al hombre más pétreo.

Bajé con el dinero después de comer, camino de la consulta. Me atendió Itziar, mi peluquera favorita, recién maquillada, guapa, radiante, como siempre ante mis ojos. Ya nos estábamos despidiendo cuando me preguntó:

       -"¿Vas a ir a la fiesta?"
       -"Mmh... ¿qué fiesta?", respondí yo sin tener ni idea de lo que me hablaba.
       -"La de esta noche. Parece que va a estar muy bien. Aquí está todo el mundo llamándome para ver si voy a ir."
       -"¿Qué tipo de fiesta es?", interrogué.
       -"Pues funky-funky. Javi Pez, "Parafunk", estrena disco esta noche..."

Hablamos un poco más, me dio una tarjeta de presentación de la fiesta, le pregunté si ella iba (viva el peligro) pero me dijo que no podía. Le agradecí toda la información y me marché.

Calculo que sería octubre de 1988 cuando proyectaron "Purple Rain (V.O. subtitulada)" en un cine donostiarra con motivo de un ciclo de películas musicales. Algo latía en mi pecho respecto a ese músico que algunas semanas atrás me había dejado perplejo con su concierto televisado desde Dortmund, ese showman que me había nublado la vista dos años antes con el concierto de Detroit emitido en la TV francesa. Aquel día del 88 nos juntamos toda la cuadrilla para ir a ver "Purple Rain". Recuerdo haber llamado a "A." pero no pudo ir. Entre mis amigos Prince era un músico respetado, se imponía la opinión de Patxi a la que dábamos mucho valor.

Una experiencia muy interesante ver "Purple Rain" por primera vez en pantalla grande. Recuerdo que me quedé boquiabierto, Prince me impactó como ya lo había hecho en las ocasiones anteriores, sin duda fue una nueva pequeña/gran pieza que se añadió a las otras para ir formando el enorme castillo en que posteriormente se convirtió mi "princemanía". Tras todo aquello, yo introduje a "A." en la espiral de admirar a ese personaje y "A." me introdujo en la espiral de escuchar los sonidos que ese mismo personaje había juntado en forma de canciones. Nosotros nos enamoramos; también nos enamoramos de la música de Prince. Luego nos desenamoramos, y ella, incluso, se desenamoró de Prince. C'est la vie, mon amie.


El pasado viernes, 17 de marzo, con mi pelo "cepillo" de nuevo a lo Carl Lewis'85, me llamó al trabajo mi amiga Carmen con lo que ella creyó una noticia importante:

       -"¿Has visto en el periódico qué película echan esta noche?"
       -"Pues no, hoy no he leído el periódico..."
       -"¡Purple Rain! Del músico ese que te gusta... te he llamado por si te interesaba..."

Hablamos dos minutos, gracias y adiós. A la hora de la emisión yo iba a estar en el party así que el vídeo tuvo que cumplir su misión. La verdad es que las ganas de no ir a la fiesta se me multiplicaron cuando, al salir del trabajo a la tarde, hice doce kilómetros corriendo a buen ritmo. Pero me animé, y a pesar del cansancio y de la emisión de "Purple Rain" decidí ir, pues llevaba varias semanas bastante enclaustrado en casa, entregado a trabajar y entrenar.

El party se celebraba en una vieja casona con apariencia de ser la mansión de alguna viuda millonaria. Pero no. Desde fuera era muy sorprendente imaginarse una fiesta funky en aquel palacete, pero una vez dentro todo cambió...

La fiesta estaba muy bien montada: luces, diapositivas, buena música (mejorable pero buena), la barra bien surtida, las distintas salas decoradas... todo muy bien. Mano a mano con un colega, al poco de llegar me encontré, por primera vez en varios años, con "A.". Empezamos a hablar. Ella estaba despendolada, se estaba corriendo una buena farra. Había tenido una lesión esquiando, se acababa de comprar un piso, se había ganado la plaza de su trabajo para siempre... no parecía irle mal. Según me contó, aprovechando la baja por su accidente, llevaba saliendo a diario desde hacía dos semanas, una vida de locura. Con unas cuantas copas de más, ella estaba con un par de amigos, aunque coincidimos varias veces a lo largo de la noche. Avanzada la fiesta dejé de verla un rato bastante largo y llegué a pensar que se habría ido.

Haciendo yo cola para eliminar cervecitas, "A." reapareció no sé de donde y vino a despedirse. Me agarró de la cintura, de los hombros, empezó a hablarme de muy cerca y a preguntarme por mis cosas. Yo le pregunté por las suyas previendo el posible peligro que se me avecinaba. Agarrado y contra la pared, fui a despedirla con un par de besos que ella esquivó y cariñosamente me los plantó en los labios, mientras seguía preguntándome cosas y seguía besándome en la boca. Conseguí que aquello no pasara 'a mayores' y, finalmente, quedamos en vernos la tarde del domingo. La tarde de ayer domingo.

Quedamos ayer a las ocho, y fue una tarde-noche muy curiosa. Fue un encuentro directo con el pasado en un formato de presente. Se mezclaban recuerdos lejanos con las historias no comunes. Hablábamos de trabajo, de nuestros hermanos, de nuestros amigos. Hablábamos de música, de Prince, de mis líos de faldas, de sus líos de pantalones. Hablábamos de todas nuestras movidas de los últimos cinco años; era alucinante, era algo totalmente inesperado. Había en nosotros una esencia idéntica a la de cuando salíamos juntos pero estaba todo muy evolucionado, no sé cómo explicarlo, era lo mismo pero no era igual, como si O(+> hiciera hoy una versión de "I Feel 4U".

Terminamos en su casa, en la que aún comparte con unos amigos, y vi por primera vez al que ha sido su novio durante los últimos cinco años; es curioso, su rostro cobró vida para mí cuando ya han dejado de ser pareja. Él se fue y ni siquiera se despidieron con un beso. Revolviendo discos y más discos, improvisamos una cena y seguimos charlando hasta las tantas de la madrugada, junto a una de las chicas del piso a la que yo conocía de aquellos tiempos pasados.

Ya ves, XX, algo púrpura se mezcló con las nubes de la madrugada del viernes al sábado, y gran parte de mi pasado se me puso ante los ojos. Anteayer, el sábado a la tarde, volví a ver, siete años después, "Purple Rain" en versión original con subtítulos en español. Y la experiencia fue tremenda, quizá arrastrado por mi encuentro con "A." de la noche anterior y mi cita pendiente para el domingo. Esa película, ya lo sabes, siempre me conmueve. Me lleva de la risa a la congoja, de la carcajada a la seriedad más íntima con una facilidad que no soy capaz de controlar. La había visto por última vez (en inglés) el día de Reyes, así que los subtítulos en español hicieron especialmente intensa esta nueva visualización.

La experiencia del domingo, la experiencia de ayer, también fue fuerte. Estar con "A.", contarnos todo lo que nos contamos, percibir nuestros cambios, nuestra evolución... En la despedida creo que ella volvió a intentar besarme en los labios, pero lo ladeé un poquillo, "A." es un templo de mi biografía que no me permito ni pensar en profanar.

Regreso al futuro, XX, el regreso al futuro del que te hablaba hace varios meses vio la luz este fin de semana. Todo surgió de olvidarme el dinero al ir a la peluquería de mi peluquera favorita. "A." ya no es la chica que jugaba a palas en la playa con un bikini de colores, pero es todo tan curioso... algo de lluvia púrpura ha mojado mis pasos, el destino ha vuelto a ser caprichoso conmigo.

DMSR'1995 (2003)  8)
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 07:03:12
THE RAINBOW CHILDREN

ALEGORÍA para quien quiera entenderla

Érase una vez un niño que tuvo un accidente. Volando en su avión de juguete se estrelló contra el Arcoiris y se mató. Hay que joderse con el crío.

Fue un accidente tan inesperado que cogió por sorpresa al mismo Dios, quien sin saber muy bien cómo reaccionar -los dioses también tienen sus LAGUNAS- decidió dejar al espíritu del niño vagando por la costa del Mar Morado, a la espera de tomar una decisión.

Y el alma del niño, sorprendida al verse separada de su cuerpo, separada de quienes habían sido sus amigos, emprendió un largo camino de longitud desconocida.

En su éxodo se encontró con un Poblado, un lugar que desde su llegada le ofreció nuevas e inesperadas satisfacciones. Al principio fueron algo confusas, pero poco a poco se hizo un hueco entre las gentes del lugar.

Dejándose llevar por las apariencias iniciales, fue engañado por una paloma llorona, que tras sus lágrimas, su plumaje y sus favores concedidos, resultó ser una abyecta criatura. "Ya he aprendido algo: en este mundo, como en el otro, las apariencias engañan", se dijo, consolándose, el espíritu del niño.

Se atrevió a llamar a otra puerta y abrió un hermoso sapo. Recordó lo ocurrido con la falsa paloma y pensó que, quizá, tras esa extraña apariencia encontraría un buen amigo. Esta vez no se equivocó, pidió permiso para entrar y el sapo le dio la más calurosa de las bienvenidas.

Recorridas todas las estancias de la casa, fue encontrándose con más y más amigos, y fue sintiéndose cada día más y más a gusto: un Bastón, que fue más bien una muleta, una Bota de tacón alto que insistía en decir "te odio" pero insistía más en hacer favores, unas altas Montañas -acogedoras donde las haya-, la sombra de un Almendro donde descansar, la Niña que le dio la mano y le llevó hasta un Maestro, la Mariposa con la que se entretuvo a jugar, la Cajita de música, el benigno Huracán, una sarcástica Letra T con el corazón más grande de lo que era capaz de reconocer, la serpiente de ojos pícaros, con su inagotable "suissseo", los 99 grandes hombres, los Amigos y Amigas del lejano Sur, los Amigos que encontró tras su viaje en el barco llamado "Sorpresa"... y sé que olvido a varios, que me sabrán perdonar el descuido.

Y ocurrió un día, tras la terrible epidemia del estafilococo, que la marea del Mar Morado subió más de lo normal. Y subió y siguió subiendo. Y fue anegando calles y casas, generando tristeza y desconcierto entre los habitantes del Poblado, que veían destruido todo aquello por lo que habían trabajado y peleado, todo aquello que habían defendido, cuidado y mimado.

Todos lucharon por salvar el Poblado de las garras de aquella marea desoladora. Todos pusieron de su parte, unos más, otros menos, cada uno dentro de sus posibilidades. La lucha fue cruenta, algunos de los que más habían luchado desde el inicio de los tiempos para consolidar la Ciudad sucumbieron, otros agotaron su último aliento en la batalla.

El espíritu del niño sobrevivió pero también se agotó. Entendió que la pelea se había convertido en una lucha desigual, las bajas eran muchas y la marea seguía creciendo, destrozando -incluso- algunos de los cimientos mejor asentados. Y decidió marcharse. Decidió que su paso por aquel Poblado había sido una etapa más dentro de su peregrinaje, mientras el Buen Dios decidía qué hacer con él. Y partió en cuanto encontró las fuerzas para hacerlo.

Emprendió la marcha con sus fatigados pasos, alejándose sin mirar hacia atrás. Varios días habían transcurrido cuando ante sí, en mitad del camino, encontró un enorme cartel en el que podía leerse en grandes letras: "Darete Más Si Retornas". "¿Más?, se planteó el espíritu del niño, "yo no necesito nada más, sólo necesito encontrar un lugar donde poder crecer", y siguió su camino.

Nadie sabe cuánto tiempo transcurrió. Un segundo cartel, aún más grande, apareció en el camino. Decía: "¿Dónde Mejor Serás Recibido?". Y el espíritu del joven exclamó en voz alta sin saber si alguien podía escucharle: "¡Lo sé! Pocos serán los lugares donde pueda crecer como en aquel Poblado. Pero no debo volver, pues Dios mismo es quien está decidiendo mi futuro, y esta etapa ya ha sido consumida". Y siguió andando...

Uno más uno más uno es tres. Un tercer cartel, mayor aún que los anteriores, volvió a presentarse en el camino. Enormes letras dejaban leer: "Dios Merece Ser Respetado". El espíritu del hombre se sobresaltó y empezó a comprender. "¿En qué me estoy equivocando?", se cuestionó. "¿Es Dios mi Señor quien pone estas señales ante mí?".

Y Dios se personificó, y enfrentó sus ojos a los del espíritu que hace tiempo había dejado de ser el de un niño, y mantuvieron esta breve y sorprendente conversación:

       -"¿Por qué continúas andando en la dirección equivocada?", dijo Dios.
       -"¿Equivocada? ¿No fuiste Tú mismo quien anegó el Poblado obligándome a partir?".
       -"No, no, lo de irte fue una decisión tuya. Ese Poblado era el sitio elegido por Mí para que te desarrollaras como persona. Mira que no darte cuenta antes, con lo que me costó llevarte hasta allí. Lo de las aguas... bueno, sí, un poco sí. Es que hasta los Dioses tenemos nuestras LAGUNAS. Y ésa se me escapó...

Atónito, el espíritu clavó su mirada en el rostro de Dios, y comprobó con perplejidad que Dios dibujaba en su cara una pícara sonrisa, y miraba hacia otro lado como un niño que disimulaba su torpeza.

       -"No sé si soy quién, pero Señor, me permito decirTe que deberías practicar más tu sentido del humor, porque eso de la laguna..."

Volvieron a mirarse fijamente a los ojos, ladearon sus sonrisas, y ambos estallaron en una sonora carcajada que se escuchó en todos los confines del Mar Morado y aun más allá. Cuando dejaron de reírse -y pasó un buen rato antes de esto- Dios le hizo una inesperada proposición al espíritu: "¿Qué te parece si practicamos ahora mismo? ¿Te apetecen unas cervecitas?". El espíritu se quedó tan descolocado ante semejante ofrecimiento que decidió aceptar, y estuvieron bebiendo cervezas hasta altas horas de la madrugada, haciendo grotescas imitaciones de Chiquito de La Calzada. "¡Me voy a cagar en tus muelas! ¡Cobarde! ¡Pecador!", decía el uno. "¡Por la Gloria de mi Madre, te voy a partir el fistro del diodeno, jarl!", contestaba El Otro. El espíritu se pilló una buena cogorza, pero no imagináis el aguante que tiene Dios bebiendo cerveza.

Al amanecer, cuando ya no pudo beber más, el espíritu decidió marcharse. "¡Hasta luego, Lucaaas!", le dijo a Dios emprendiendo ya el camino. "¡Griján de peich, hijo mido!", contestó Dios, aún con la lagrimilla en el ojo.

"Dios Merece Ser Respetado, Dios Merece Ser Respetado, Dios Merece Ser Respetado..." repitió, riéndose, una y otra vez el espíritu mientras volvía al Poblado. Y en el camino de vuelta, pasada la resaca, decidió que tenía que luchar. Se alzó, se sintió fuerte, se sintió preparado para hacer el Trabajo.

This Is The (Allegory) Ballad Of "The Rainbow Children". DMSR'2003 8)
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 07:04:11
THE BEAUTIFUL ONES [Exteeeeended Medley Remix (Including Sexy MF, Little Red Corvette, LoveSexy & Adore)]

Dedicado a mi mejor amiga, EGC, la protagonista de esta historia, que este sábado 29 de noviembre ha traído al mundo a una maravillosa niña que, espero, algún día será una persona tan especial como su madre [y tan buena gente como su padre]

Dedicado a quienes hayan conocido el inusual sentimiento de hacer evolucionar el Amor (y/o derivados) hacia la Amistad más sincera y gratificante.

Dedicado a Purple7, que explicó tan bien aquello de que la música de Prince siempre ha acompañado sus pasos.

Dedicado a Gisela, por haber hecho que tu sonrisa fuera la mía.

Dedicado a PRINCe_, que me pidió que sacara más historias de "The Vault"  ;) ;D

Dedicado a XX, tú sí que me has aguantado las brasas  :P :D. Gracias por seguir ahí  [smiley=2thumbsup.gif]



[13 DE JUNIO DE 1995]    [...] Y para terminar mi carta quiero retomar lo dicho en el penúltimo párrafo y decirte que si bien comprobé hace tiempo que las más guapas siempre rompen el cuadro... el otro día volví a grabar "The Beautiful Ones" en una cinta para una chica (Bufff!!!). En la "carta interactiva" del pasado agosto te dije que no la volvería a grabar en mucho, muchísimo tiempo; quizá nunca. Diez meses después he sucumbido al encanto de una chica maravillosamente bajita, guapa y morena. Ha sido todo muy rápido y mis sentimientos por ella crecen día a día. Permíteme, una vez más, que te lo cuente con detalle. ¡Gracias! [smiley=2thumbsup.gif]

Es curioso que nunca te haya hablado de ella. Se llama EGC y la conozco hace cinco años o más porque también hace Atletismo. No sabría decirte si fue en 1990 ó 1991 pero yo sé que a esta chica le "entré". Bueno, quiero decir que una noche que me la encontré le estuve diciendo lo guapa que me parecía, lo mucho que me gustaban las morenas bajitas, y algunas 'lindezas' por el estilo  ::). Recuerdo que otra noche (puedo jurar que totalmente sereno) traté de invitarla a tomar algo, pero rechazó la oferta para otra ocasión en que no estuviera yo de farra (¡¡un alcoholímetro!! ¡¡mi reino por un alcoholímetro!!). Con ella comprobé años atrás que no basta con ser sincero, ¡hay que parecerlo!. Posteriormente, se echó un noviete y hasta hoy. Bueno, hasta hoy no, hasta hace mes y medio  [smiley=guitarist.gif]

El 23 de abril teníamos una competición en las Pistas de Anoeta. Con EGC yo sólo había mantenido, desde aquellas pinceladas que te he descrito, el saludo y la sonrisa. Aquella mañana de abril se acercó a mí y me dijo (algo así como): "Hola, DMSR, ¿me puedes poner una venda en el tobillo?" (¿Es a mí?). Me explicó que esa semana se lo había torcido, aunque había podido seguir entrenando, y que tenía que correr. Estuvimos unos minutos, lo que tardé en ponerle la venda, pero esa insignificancia derribó muchos muros entre nosotros.

Y a partir de esto todo ha sido muy acelerado. Yo quedé en darle una pomada para la hinchazón que aún tenía en el tobillo. A través de Alfonso, un colega que más o menos suele entrenar con ella, supe que actualmente debe tener bastantes rollos con su novio. Las dos o tres semanas siguientes traté casi a diario con Alfonso, y nos divertíamos hablando de ella, haciendo el gilipollas, diciéndole que EGC iba a ser la madre de mis hijos y demás chorradas, ya sabes, como críos  [smiley=earmuffs.gif] [smiley=earmuffs.gif] [smiley=earmuffs.gif] [smiley=earmuffs.gif] [smiley=earmuffs.gif]

Entre chorrada y chorrada reconozco que EGC me gustaba cada vez más. Últimamente, aprovechando el buen tiempo, voy a entrenar también por las tardes cuando puedo y así mato el gusanillo visual o incluso hablo con ella o con la gente de su grupo.

Con el poquito de confianza ganada, un día me llamó para que le diera un masaje en los gemelos, porque casi no podía ni andar (pobrecita pero... ¡¡qué bien!!  [smiley=2thumbsup.gif] [smiley=tongue3.gif]). Era nuestra primera "cita" (jeje  :P) y le hice algo de daño, pero eso era secundario, para mí lo importante es que estábamos hablando y conociéndonos un poco mejor. Me enteré, entre otras cosas, de que su cumpleaños era el 4 de junio, así que, como mínimo, se me ocurrió que le iba a grabar una cinta de regalo. También estuvimos hablando de Terence Trent D'Arby, que tocaba en Donosti justo el mismo día de su cumpleaños, y me dijo lo mucho que le apetecía verle pero que no sabía si encontraría alguien para ir (yo guardé mi oferta para más adelante).

En la cinta que le grabé no aparecía "The Beautiful Ones". Quería sorprenderla musicalmente, y, sabiendo que tiene el oído abierto a muchas tendencias, le grabé lo siguiente:

A.- The Ride (del Undertaker)/ The Undertaker (ídem)/ Dark/ Loose!
B.- Come (medley de Orgasm + Come 'video version')/ Interactive, Days Of Wild, Now, Shhh, Peack The Tecnique, Martial Low (del concierto del 13-2-94)

Algo rudo, ¿no crees? Como dedicatoria, sobre mi firma, puse: "In A Word Or 2", en referencia a "Sexy MF", a haber encontrado una deliciosa criatura que ha despertado mi corazoncito. Cuando hace algunos meses Carmen me decía que tenía que echarme una novieta, yo le decía que lo haría el día que en mi camino se cruzara una "sexy m.f.", una chica que fuera capaz de hacerme sentir lo que yo siento con la mejor canción que compuso Prince en sus últimos años antes de "morir"  [smiley=drummer.gif]. En fin, XX, creo que ha llegado, creo que EGC es una buena candidata para dar vida a la mujer de este hombre, tan sólo espero que sea muy culta en los temas de peleas.

No sabía cuándo iba a darle su regalo, pues piensa que nuestra confianza aún era nula para este tipo de sorpresas. Teóricamente, nos veríamos el fin de semana, pero durante las competiciones puedes no encontrar un momento adecuado para estas cosas. Todo se 'solucionó' cuando el miércoles previo a su cumpleaños volvió a llamarme para un masaje esa misma tarde.

Yo había envuelto la cinta, y cuando acabé el masaje le dije: "Bueno, EGC, a ti cuándo te gustan los regalos: el mismo día del cumpleaños o puede ser antes o después...".

Ella se estaba vistiendo y se cortó un poco. "A mí me flipan los regalos, cuando sea, antes, durante, después...", me contestó. "Pues encima de la mesa tienes el tuyo". La cinta estaba camuflada entre otras y ella no la vio, creyó que le estaba vacilando. Cuando acabé de recoger y limpiar la camilla cogí la cinta, se la di, y se puso roja como un tomate maduro  ;D ;D ;D ;D

- [smiley=blush.gif] "Hostia, creía que era broma, tío, qué puntazo. Qué es, de quién es, bueno, de quién va a ser..." (ella ya conocía mi 'afinidad'  :D)

Yo aproveché para hacer una referencia histórica y le dije: "¿Lo ves? Las chicas tenéis la costumbre de no creerme cuando os hablo en serio". Me lo agradeció entre balbuceos y mofletes colorados, le di dos besos y le dije: "EGC, en mi consulta ya has cumplido los 22."  [smiley=wink3.gif]

Se fue muy sorprendida, sin que su cara hubiera recobrado su color natural, y yo, para terminar de ponerla nerviosa, cuando se alejaba por el pasillo le voceé: "¡Pero no te pongas roja, ¿eh?!". Un poco perverso, pero no podía desaprovechar la oportunidad de que ella hubiera venido a mi terreno, pues en Anoeta soy yo quien tiene que hacer el paripé de adentrarse en el suyo.

El sábado 3, víspera de su cumpleaños y del concierto de TTD, estuvimos un rato juntos en Pamplona. Yo sabía que ella quería ir al concierto pero probablemente no tendría con quién. Traté de dejarle claro que podía venir conmigo, incluso traté de hacerle ver que ME APETECÍA que viniera conmigo, pero parecía claro que a ella le cortaba tanta confianza de sopetón. "No dejes de ir por no encontrar a alguien, ¿de acuerdo?", es lo último que le dije.

Al día siguiente, su cumpleaños, Alfonso y yo la llamamos para felicitarla tras una odisea para conseguir su teléfono. No estaba, dejamos nuestro saludo y listo. A las 19'30 me llamó un amigo para decirme que no le apetecía ir al concierto y que le sobraba la entrada. Tras intentar hacerle ver su error, me dijo que, definitivamente, pasaba. Le pregunté si me daba la entrada si conseguía quedar con una amiga y me contestó que EVIDENTEMENTE SÍ. Llamé otra vez a EGC pero tampoco estaba. Hablé con su madre, y creo que nos caímos bien. Charlamos unos minutos, y al explicarle para qué era la llamada me comentó el disgusto que, seguro, se iba a llevar EGC cuando se enterase. Me lo agradeció como si la estuviera invitando a ella y nos despedimos. Definitivamente, yo iba solo a ver el concierto de TTD, bueno, con la novia de un colega  :P

El lunes a la tarde fui a Anoeta y me encontré con EGC. Me contó que había estado diciendo "MIERDA, MIERDA, MIERDA" desde que llegó a casa hasta que se acostó, y yo le eché "la bronca" por no haberse atrevido a llamarme. El caso es que nuestra relación como coleguillas está en un buen punto, me agrada saber que no es algo platónico, que ella sabe que hay un interés por mi parte. Y si aún no se ha dado cuenta, ahí están sus amigas para hacérselo saber; estas cosas siempre son más evidentes para las amigas y, además, es algo que yo no he querido ocultar.

Quiero saber cómo es su vida, quiero saber qué movidas tiene con su novio, quiero arrancarla de sus brazos, quiero conocerla, besarla, amarla, quiero comérmela, quiero ser más que su madre, más que su hermano, más que ningún otro. La cinta con "The Beautiful Ones" aún no está en sus manos pero no me importa, aunque todavía no es amor lo que siento, la cuestión es que yo he vuelto a grabar esa canción para una chica. Como dedicatoria creo que le voy a poner "Little Brown Corvette", pequeña corvette morena, en una palabra o dos: bajita y morena. Una nueva chica bajita y morena ha llamado a mi puerta, y como cuando el amor llama hay que seguirlo, yo lo voy a hacer porque tengo bastante gasolina. Oh Yeah!

XX, gracias por haberme permitido meterte esta 'Extended Version' que espero que sólo sea una pequeña 'Intro' en lo que yo quiero cantar con esa chica. Quiero pintar un cuadro perfecto, quiero demostrar que no siempre son las más guapas las que rompen el cuadro.

This Is The Ballad Of "The Beautiful Ones (Exteeeeended Medley Remix)". DMSR'95 (2003)  8)
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 07:04:53
COUNT  THE  DAYS  (Colectivo DMSR Records)

Dedicado a DIDAC: hace tiempo pediste ayuda para apreciar algunos discos y nadie te contestó. ¡¡Era una pregunta muy difícil!! Hoy te ofrezco este relato con el espíritu del "EXODUS" inspirando mi interior. Esta carta la escribí en un formato equivalente en tamaño a los libretos interiores de los CD...

***strictly  not  for  sale!!***

FOR    PROMOTION    ONLY     Nº003


[15 de mayo de 1996]  Mi interés por "Count The Days" es múltiple. En verdad, si quisiera explicarlo, sólo se me ocurren dos caminos: el corto, que sin duda es extremadamente escaso, o el largo, tan complejo como inabarcable. Pero la 'Factoría DMSR' es rica en recursos, y para intentar abarcar y apretar una historia tan espesa ha editado este 'Maxi Promocional' con numeración exclusiva. Quizá esta canción no se incluya en el próximo álbum, ya veremos.

Una de mis aficiones sagradas es la pintura. No, pintar no, nunca he sabido pintar nada; siempre me ha gustado la Pintura con mayúsculas, los grandes clásicos o no tan clásicos. Desde donde alcanzo a ver con la memoria me recuerdo con estupendos libros de pintura entre las manos. Qué maravilla, quién fuera capaz de hacer algo así. Leonardo, Goya, Míguel Ángel, mmh... Míguel Ángel. Los impresionistas, qué delicia. Por encima de todos ellos, no sé si mejor o peor pero con conexión total y directa con mi cerebro, VELÁZQUEZ, el gran Velázquez. Muchos, muchísimos cuadros (fotos de) han pasado ante mis ojos durante toda mi vida.

Mi pasión por Velázquez tan sólo era igualada por el -para mí- gran Maestro del siglo XX: el genial DALÍ. He visto cuadros de este cabronazo para rilarse por las patas, cosas brutales, inigualables. Cuando tenía 13 ó 14 años me compré un libro sobre Salvador Dalí, un libro con muchísimas fotos y algunos comentarios incomprensibles para mí en aquella época, incluso difíciles de comprender actualmente, ese tío estaba pirao o se lo hacía de puta madre.

Como ejemplo de todo lo que estoy diciendo, ahí va el título de un cuadro cojonudo: "Dalí a los seis años, cuando creía ser una niña, levantando la piel del agua para ver a un perro dormir a la sombra del mar". Joder, he duplicado mi edad desde que lo leí (y vi) por primera vez y todavía no he salido de mi asombro. Pensamientos como éste son los que me hacen comprender que existen cien mil millones de formas distintas de ver el mundo, de ver cosas, quizá de ver una misma cosa. XX, somos una diminuta mota de polvo en el cosmos.

En 1988 otro genio del siglo XX se incrustó en mi alma. Sorprendentemente se trataba de un músico, curioso, curioso de verdad en un tipejo como yo. Con etapas mejores y peores, mi relación con su música fue fructífera y gozosa. Acostumbrado a sus excentricidades, con la que  no conté nunca fue con su decisión de retirarse. Todo quedó en un susto pero ahora, con el tiempo transcurrido, compruebo que no fue nada fácil asumirlo y mucho menos entenderlo. Y cuando conseguí ambas cosas, y volví a disfrutar como un enano con el ídem, saltó una bomba atómica en mi cerebro, una bomba con título propio: "EXODUS", un disco de mi músico favorito con su grupo que superó en un 100% cualquier sensación que yo podía imaginar a esas alturas. En ese CD había canciones increíbles, diversión por un tubo, más magia que en un programa de Tamarit, más misterio que en la sonrisa de La Gioconda. Canciones complejísimas y canciones muy sencillas, y como de una preciosa chica sin maquillaje yo me enamoré de "Count The Days".

Éste fue el arranque de otras múltiples causas que no puedo entrar a detallar ni en esta 'Extended Version Promocional' y que llevaron mi cerebro a una total explosión de positividad y divergencia, y aunque decirlo me raspe ahora las tripas, debo ser sincero y reconocer que me enamoré, sí, me enamoré de una chica deliciosa, que muy a pesar mío no correspondió a mis proposiciones, quedando todo en una agradable/sorprendente Amistad. Pero sí, me enamoré de EGC como me enamoré de "Count The Days", como me enamoré de "Exodus", como me enamoré del mundo en aquellos apasionantes meses del pasado año.

El mundo, tras mostrarme todas sus sonrisas y obsequiarme con todos sus placeres, se fue distanciando y me mantuvo en un ostracismo controlado; sin llegar a ser desagradable no era, ni de lejos, agradable. El cénit de este desasosiego llegó en el mes de diciembre, cuando empezaron a desmoronarse los frágiles cimientos que me mantenían activo.

Tras varios años de olvido, rescaté para entretenerme mi libro sobre Dalí, para volver a deleitarme e inspirarme con su pintura y su genialidad. Me sorprendí al descubrir que con los años había mejorado mi capacidad para ver todo con una visión más amplia, y encontré, tras cientos de intentos de infructuosa búsqueda, los rostros camuflados, "invisibles", que Dalí había introducido en algunos de sus cuadros. Pequeña gran victoria.

Llegaron las navidades y llegó mi hermano de Madrid. Con él, entre otros discos, vino un CD-single de "Count The Days". Su contenido, en lo que a aportación musical se refiere, no era muy brillante, nada nuevo bajo el sol. Sin embargo, la parte gráfica, el diseño de la portada y del disco, era increíble, maravillosa. Un reloj derritiéndose, como los 'relojes blandos' de Dalí, "La Persistencia de la Memoria". Años buscando paralelismos implícitos entre mi músico y mi pintor favoritos y, por fin, los hallaba de un modo tan explícito: relojes blandos, la persistencia de la memoria. "Count The Days" pasó de ser una deliciosa canción, una deliciosa chica sin maquillaje, a ser un enigma, un deseo de conocer todo lo que le hiciera referencia: su letra, su porqué en el disco, lo que decía, lo que quería decir, lo que quisiera decir. Todo.

No sé por qué, pero esta canción siempre me hacía pensar en EGC y en mí, en el deseo que tuve de conseguirla, de conquistarla; en lo poco que me importaba contar los días uno a uno hasta que esa chica cayera en mis brazos. Ya te lo dije, no sabía cuándo ni dónde pero esa chica caería en mis brazos, contaría los días que hiciera falta. Cuando quise regalarle una cinta -junto a otras cosas- por el fin de año, le puse en la portada un fragmento de 101 x 63'5 mm. de la cubierta interior del single de "Count The Days", el esclavo con el corazón a flor de piel, contando los días, contando las horas si es necesario. Yo soy el tío de la portada de ese disco. Yo soy el tío de la portada de ese disco.

Veinte días quedan para que EGC cumpla veintitrés años. Hace dos semanas empecé a pensar qué podría regalarle, tras los regalos navideños no tengo mucho margen de maniobra. La semana pasada mi hermano me llamó desde Madrid, tenía que venir el viernes a una boda, y quería decirme que me había comprado el CD-single de "Girl 6" y ante su fracaso por hacerse con el de "Gold" había comprado 'a ojo' el de "Count The Days", sin darse cuenta de que ya me lo había conseguido. Mi cerebro saltó en una millonésima de segundo y resolvió cuál iba a ser la parte musical del regalo de EGC el 4 de junio: el CD-single de "Count The Days". Contaríamos juntos los días, en la distancia, como cuando hicimos el amor con las palabras allá por diciembre, en la distancia, pero contando los días juntos. (Yeah yes).

Me quedaba por averiguar el significado real del tema y por eso te pedí con tanta urgencia que me tradujeras la letra. A decir verdad, creo que me he quedado igual que antes pues, como tú, no me entero del significado de la canción. Es evidente que lanza un mensaje, pero la comunicación falla y en este caso el receptor (o sea, yo) no capta el mensaje del emisor, así que una vez más me voy a quedar simplemente con lo que yo siento al escuchar la canción, con la magia de Tamarit y la sonrisa de La Gioconda. Seguiré contando los días, mañana quedarán sólo 19, y el sábado... 17.


This Is The Ballad Of 'Count The Days'. DMSR'96 (2003)
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 07:06:51
Marchando una dePIRATAS  [smiley=pirate.gif] (Lo siento, me aburría  ;D ;D ;D)

La historia que os voy a contar está incompleta, y llegó a mí en uno de mis viajes a la Tierra de Nosedónde. Me la refirió un viejo truhán, que en las noches de invierno compartía tragos de aguardiente con aquel que quisiera pagarle el licor, a cambio de dejarse achicharrar con sus vivencias de retirado lobo de mar. Él afirmaba desconocer el origen de estos hechos, nunca vio a los protagonistas, pero juraba por todo lo que le resultaba valioso la veracidad de sus palabras.

En algún lugar y en alguna época remotos existió la Isla de la Ameba. Los designios de sus habitantes estaban dirigidos por un príncipe, el Príncipe Rogelio, cuyos discursos y mensajes de amor, concordia y caridad tenían confundido a su Pueblo, que dividía sus opiniones entre quienes lo consideraban un elegido mesiánico, un tirano absolutista o, aún peor, quienes no eran capaces de saber cuál era la verdadera naturaleza de su regente.

La confusión estaba originada por varios hechos conocidos y ciertos: Por un lado, el príncipe les ofrecía más privilegios y beneficios que ningún otro gobernante conocido. La calidad, e incluso la cantidad de dichos favores sobrepasaba lo imaginable por muchos de sus súbditos. Pero por otro, todos conocían el lado oscuro de su regente, escondido en lo más profundo de su blanco castillo: DEBOL, el refugio secreto de una ignota pero sin duda desorbitada cantidad de joyas y piedras preciosas, oro y demás metales nobles, todo engarzado en cofres redondos, cuyo disfrute estaba consentido en exclusiva para el príncipe y algunos elegidos.

Así pasaron muchos años y, finalmente, algunos habitantes de la isla decidieron reunirse y mobilizarse, junto a los saqueadores de tesoros más hábiles de los que se tuvieran noticias, para asaltar el castillo y acceder a Debol. Eran, en verdad, los piratas más audaces y despiadados que surcaban los siete mares en busca de los codiciados cofres redondos. Temidos por sus adversarios, sus conquistas eran conocidas en todos los confines; incluso el mismo Príncipe Rogelio era consciente de aquella fama y los peligros que entrañaban los piratas, por eso luchaba denodadamente por fortalecer su querido Debol contra los ataques de aquellos sanguinarios hombres sin nombre y sin rostro.

Se juntaron todos, habitantes y piratas, en la tasca llamada "La Bola de Cristal". El Capitán Tototote dejó sobre la mesa su pinta de cerveza y, tras frotarse la boca con la manga, dijo:

-"Señores, conocemos la isla, conocemos el castillo. Conocemos, incluso, parte del contenido del tesoro guardado en Debol. Sabemos que merece la pena, que habrá cofres dorados para todos. Unámonos y acabemos con la, para mí, segura tiranía del Príncipe Rogelio."

Muchas voces se alzaron para aclamar las palabras del Capitán Tototote. El Corsario Funky Funk, situado como era su costumbre al abrigo de la penumbra, asintió con la mirada, y tomó la palabra el Bucanero Bigjim...

-"¡¡Hagámoslo!! ¡¡Más antes que después!! ¿Quién nos obliga a esperar? ¿Qué miedo nos retiene? ¿No están aquí presentes y con nosotros los piratas Sexyweapon, Kyke y Mike T.? ¡¡Por las barbas de Dios y el rabo de Satanás que yo digo que Debol será nuestro!! Juntemos nuestras naves mañana, juntemos nuestros cañones, y ataquemos con todas nuestras fuerzas. Al grito de ¡¡AL SABOTAGGGE!! la victoria sólo puede ser nuestra."

Todos prorrumpieron en aplausos, vítores y vivas; sí, al día siguiente atacarían la isla y el castillo con el objetivo de saquear Debol, y desenmascarar o divinizar al Príncipe Rogelio.


Al llegar a este punto del relato, el viejo lobo de mar apuró el último sorbo de su vaso, prometió terminar la historia al día siguiente a cambio de más aguardiente, y se quedó profundamente dormido, babeando sobre la mesa. Yo tuve que abandonar precipitadamente la Tierra de Nosedónde y no he vuelto por allí. Lo siento, no conozco el final, ni siquiera sé si se consumó el asalto. Ya dije al principio que ésta era una historia incompleta.

Pero si alguno de vosotros se encuentra una noche de invierno con un viejo que cuenta historias de piratas a cambio de un trago, sed generosos con él, quizá sea la forma de saber qué ocurrió en aquel lugar, en aquella época, con la conspiración pirata contra el castillo blanco que coronaba la Isla de la Ameba.   8) [smiley=bandana.gif] [smiley=pirate.gif] [smiley=pirate.gif] [smiley=pirate.gif] [smiley=earmuffs.gif] [smiley=tongue3.gif]
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 07:10:28
DEDICO EL SIGUIENTE RELATO:

 ... Al Genio que inventó la guitarra.
 ... A la chica con nombre de canción.
 ... A Prince, por toda su música, por el Amor Sexy y por tantas otras cosas.
 ... A Borges, Poe y algunos otros. Gracias.
 ... A quienes lo leáis SIN prisa y CON gusto (es bastante largo  :P pero creo que no está mal del todo  :D)


D.M.S.R. (Elegía navideña)

El amor es vida
y la vida es muerte.
Quien encuentre la línea
que el azar descoloca
llamándola suerte,
ganará la partida
del beso en la boca
o del disparo en la frente.
Puede parecer un invento,
algo nacido en mi fantasía;
yo afirmo que todo es cierto,
y mantengo firme mi teoría
de que lo que algunos llamarán cuento
yo lo llamo poesía.

Quienes me conocen saben
que estoy muerto y enterrado;
y, sin embargo, aquí estoy,
contando el extenso relato
de una historia de amor
que aún no ha terminado.
Para explicarlo mejor
y que quede bien claro:
fue Dios mismo quien me mató,
y como Dios es Amor
y yo sigo enamorado,
no le guardo ningún rencor;
lo digo orgulloso y con fuerza:
Dios Merece Ser Respetado.

No fue un día cualquiera.
Era un domingo por la mañana,
de esos que la primavera engalana
con luz, flores, fiestas,
inocencias e infancias.
De pronto, un sonido me reveló
que el aire se transformaba;
la culpa era de un viejo músico
que sus demonios exorcizaba.
Me hizo sentir miedo
el llanto de su guitarra...
Con el tañer de sus dedos
y la forma en que cantaba,
con aquella voz grave y profunda
consiguió desgarrarme el alma.

"Era la noche oscura.
Triste, amarga... Larga...
Casi locura..."


Cuando llegué a su altura
le di cuanto llevaba.
Con un acorde infinito
él me dio las gracias.
No cambió su postura
pero sé que alegró la cara.
Pensé: "Este hombre conoce el amor.
¿Cuántas cicatrices necesita un corazón
para que suene así una guitarra?"
Le miré como se mira a un amigo.
Él siguió mi mirada.
Aturdido, seguí mi camino
temblando de emoción.
El viejo volvió a su tonada.

El amor que yo conocí
también tenía nombre de canción.
Surgió a la orilla del mar
y acercó su danza hasta mí
para enseñarme a rezar
con la más sincera devoción,
con mis manos puestas en su cuerpo,
con mi cuerpo entregado a sus labios,
cambiando para siempre
mi idea del tiempo,
cambiando para siempre
mi idea del espacio.
Aquella mujer, aquel rostro perfecto
con el que tantas veces había soñado,
necesitó tan sólo un momento,
al final de un largo verano
que me supo a miel y a fresas,
para convertir en realidades
mis pueriles entelequias.
Y con palabras celestiales,
que dieron luz a un pasado oscuro,
dijo el amor con la fe de quien reza:

"En mi corazón está tu futuro.
Estoy aquí para amarte.
Si para ti yo soy la belleza,
y juntos, tú y yo, una obra de arte...
Si yo puedo sentir el tuyo,
siente tú el latir en mi pecho.
Te lo grito a golpe de susurros,
atiende la música de mis versos:
necesito saber que sabes
que he venido desde muy lejos,
necesito saber que sabes
que llego hasta ti sintiendo
que necesito saber que sabes
que contigo yo también doy vida a un sueño".

Me perdí en sus manos suaves,
penetré en sus ojos castaños.
En los ojos están las claves
que pueden trenzar los destinos
de quienes momentos antes
se creían dos extraños.
Sumados nuestros caminos
comprendí por qué los amantes
pasean cogidos de las manos;
supe que ser feliz
es corresponder un abrazo,
y alcancé a entender el matiz,
el concepto más alto,
de que el Cielo es un beso
y un "te quiero" inesperado.
Y que si "Al principio era el Verbo",
como a mí me han enseñado,
sexo y Génesis desde aquel tiempo
mantienen vivo un pacto
contra el poder de la muerte.

Cuando estás enamorado
olvidas tus secretos,
y te sientes tan fuerte
que te ríes de tu pasado.
Cuando estás enamorado
y quieres volar,
cierras los ojos
y extiendes los brazos.
Cuando estás enamorado,
si te sientes solo
da gusto llorar,
porque sabes que al terminar
tu amor está a tu lado.
Cuando estás enamorado,
el universo, todo él, es tu romance
(eso es Amor)
Cuando estás enamorado,
el mundo entero gira a tu alrededor.
...Y hasta puede que te alcancen
canciones que siempre has despreciado.

"Fue tan hondo mi dolor,
tan eterna mi amargura,
como eterno aquel sabor
que en mis labios aún perdura.

Se repite en mi mente
y me tortura.
Da vueltas en mi memoria
y me tritura
girando salvajemente,
girando en mi cabeza
como una noria.

Algo se va y algo empieza...
Se repite la historia.

Habrá de llegar el día
en que ese nombre será
sólo seis letras".


Cuando conseguí entender
el fondo de este lamento,
en vez de llorar me eché a reír,
en vez de cantar, pensé:
"Eso no puede pasarme a mí".

Otoño. Empieza a soplar el viento,
y un cuervo, desde el aire,
me pide que esté atento,
mientras mi alma grita ¡adelante!
convencida de lo que siento.

En otoño, en mi pequeña ciudad,
el viento es una bendición
o es una calamidad,
así que cuida bien la explicación
que das a esos dos pentagramas
que han reclamado tu atención.
Quizá mientras sepas a quien amas
y no te falte su compañía,
tan sólo busques las notas de esa canción
que haga que la noche no apague al día
sin haber consumido sus llamas.
Y esas mágicas notas son
el acompasado ritmo de los latidos
de dos cuerpos unidos
por un mismo corazón.
El acompasado ritmo de los latidos
de dos cuerpos unidos
por un mismo corazón.
El acompasado ritmo de los latidos
de dos cuerpos unidos
por un mismo corazón...

O tal vez no.
Ay de aquel que se equivoca,
quien descubre que en el más puro amor
también hay un sitio para el error,
para que sea el disparo y no el beso
lo que le parta la boca;
como tuve que aprender yo,
enamorado, ardiente, poseso
del espíritu de una ciega pasión
desmedida, desmesurada, casi loca.
A mí nadie me avisó de todo esto,
así que si parecido trance le toca
padecer a alguien que lea este escrito,
pasará a estar de acuerdo conmigo
en que hay cañones entre las flores;
y que si le das la espalda al destino
será la Guadaña quien te haga conocer
que los más angustiosos dolores
que se pueden padecer
no derraman sangre,
pero te ahogan en tus propios estertores,
y transforman tu sed y tu hambre
en el espantoso palidecer
de las carnes que se encogen,
de alguien que pasa a estar inerte,
sombra, espejismo y espectro de un ser
que poco antes había sido un hombre
pletórico de esperanzas.

Esta es la crónica de mi propia muerte.
Con cada recuerdo yo vuelvo a caer,
cada letra más tripas me rompe,
pero doy por buena cada palabra
convencido de su fuerza omnipotente:

Fue aquella tarde de aquel frío día de invierno...
Nos cruzamos ante una tienda de juguetes,
casi no nos vemos...
El viento cubría su cara
revolviendo su pelo.
Desplegamos nuestras alas
y echamos a volar...
Me llevó a un lugar
donde el cielo era gris
y las flores de metal;
pero yo me quise divertir
y me abracé aún más fuerte a ella,
preguntándome por qué busco una sola estrella
pudiendo elegir en tantos cielos.
Y entendí qué difícil es
encontrar algunas respuestas
si no sabes qué es la Fe...
(Por eso leo cuentos
y escribo poesías,
o ambas cosas a la vez)
...cuando fundidos como esculturas vivas,
desnudos como niños recién nacidos,
arrodillado yo ante tan glorioso altar,
sintiendo el alma envolviendo nuestros cuerpos
húmedos por un manto de rocío,
con el corazón saliéndose de mi pecho...
necesité ponerme a rezar.
Porque me embriagó un delicado misticismo,
la total seguridad de que Dios es el Amor,
y fui testigo de que el Amor es Dios,
porque nada, nada puede ser tan poderoso
como la fuerza del castigo,
del martirio doloroso,
que aquel día me destruyó.

El conjuro lo inició
algo así como un rezo.
Fue un susurro, una palabra o dos...
Se las dije al oído a Dios,
y fue un lacónico "te quiero".
Y habló Dios con gesto grácil,
señalándome con el dedo:
"Vas a ir a un sitio donde todo es más fácil,
donde no existen los sueños
ni se oyen los cañones,
donde siquiera existe el viento,
ni hay cuatro estaciones
porque es probable que el sol
no te acompañe en mucho tiempo.
Tú eres mortal, yo soy eterno...
Paradojas entre la vida y la muerte
(¡sus ojos cambiaron de color!)
El destino nos obligó a conocernos...
Tú llegaste a este mundo a morir,
así que, culpable o inocente,
yo te hago ese favor,
(¡¡llega el peor recuerdo!!)
prepárate a sufrir...
MUERE".

¡En nombre del amor
y del poder de su veneno
mil pentagramas se completen!
Aunque tarde, ahora entiendo
el aviso del cuervo: "Nevermore".

"Tus palabras prometían algo eterno,
tus besos perfumaban tanto el aire,
y al llegar el largo invierno
volví a no ser nadie.

Son tus labios los culpables
del vacío que yo siento.
Son tus labios responsables
de promesas y de besos;
promesas incumplidas
y besos incomparables.
Son tus labios los culpables
del dolor de mis heridas,
de haber dicho algún "te quiero"...
y otras muchas mentiras.
Tú única verdad: "Ahí te quedas".
Mi última verdad: "Hoy me muero".

Tus palabras prometían algo eterno,
tus besos perfumaban tanto el aire,
y al llegar el largo invierno
volví a no ser nadie".


Paradojas entre el Cielo y el Infierno,
estoy en un Reino junto al mar,
no sé si cerca o lejos del lugar
en que el amor vino bailando hasta mí
con sus promesas de dar vida a los sueños,
consiguiendo hacerme sentir
el dulce poder de la inmortalidad.
Aunque en este momento,
con la mano en el corazón
no puedo decir,
comprobada mi nueva realidad,
que el amor me engañara,
exclamo, dudando de mi propia convicción:
supongo que fui yo quien no supo elegir
o me equivoqué al escoger la canción
o quizá no acerté con algunas palabras.

Ya no tiene importancia,
soy sincero cuando lo digo;
ahora que estoy aquí
sólo quiero encontrar un amigo
que me enseñe a tocar la guitarra,
que me enseñe a cantar
y me ayude a exorcizar la cicatriz,
aunque yo, a cambio, no puedo ofrecer nada.
Voy a buscar al viejo músico callejero,
por ahí debe andar;
seguro que está cerca
porque él también estaba muerto.
Él me ayudará a reunir nuevas fuerzas,
a pintar del rojo al violeta
lo que ahora es blanco y negro.
Y cuando cantemos a una voz
nuestros nuevos poemas,
volveré a exclamar emocionado
que el Amor sigue siendo Dios
y que Dios Merece Ser Respetado;
y que en mi perpetua elegía navideña
asumo que le quiero, que le quise y le querré.
Paradojas entre la vida y el amor,
entre el amor y la muerte,
me queda un último clamor:
¡¡¡VOLVERÉ!!!

JOTACEHACHEO - D.M.S.R.

[Aquí dejo mi autorretrato.
He intentado pintar un cuadro perfecto
como dice Prince en "The Beautiful Ones",
pero yo me quedo satisfecho
si alguien ha pasado un buen rato]

Pintado en San Sebastián
el 14 de febrero del año 2004.
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 07:11:37
SI YO FUERA PRINCE (If I Was Prince)

Si yo fuera Prince,
¿Te acordarías de decirme todo
Lo que olvidaste cuando yo era tu admirador?
Si yo fuera tu músico favorito,
¿Me dejarías tocar la guitarra
Y hacer todo lo que sólo hace un músico de verdad?

Si yo fuera Prince,
¿Me dejarías cantarte?
Quiero decir, ayudarte a elegir una canción antes de salir.
No es que tú no sepas,
Pero a veces esas son las cosas que se hacen cuando se está enganchado.

Si yo fuera tu mejor y único músico,
¿Correrías hasta mí si alguien te hiciera escuchar una mierda?
¿Incluso aunque ese alguien fuera yo?
A veces alucino pensando en las Jams que podríamos hacer...

Si yo fuera Prince,
¿Me dejarías cambiarte el pelo?
¿Podría prepararte alguna vez los acordes iniciales?
¿Podríamos no hacer nada,
Ir al cine y llorar juntos?
Porque para mí eso sería cojonudo.

Si yo fuera Prince,
¿Me dejarías cantarte?
Quiero decir, ayudarte a elegir una canción antes de salir.
No es que tú no sepas,
Pero a veces esas son las cosas que se hacen cuando se está enganchado.

Tío, ¿sabes lo que te estoy diciendo esta noche?
Quizá creas que soy un poco egocéntrico,
Pero quiero ser todo lo que tú eres para mí.
Estoy seguro, seguro de que lo entiendes.

 [smiley=rolleyes3.gif] [smiley=rolleyes4.gif] [smiley=rolleyes3.gif]
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 07:13:19
Pablo, aquí tienes el relato que te prometí. Muchas gracias por tu colaboración (y la de tu "amigo" Víctor Hugo -la transcripción ha quedado perfecta-) Espero que te guste, y que tarde en cobrar vida el fondo del cuento...

CUATRO PALABRAS

Abrumado por un exceso de melancolía que aún no era capaz de explicar ni acaso entender, Pablo Argento cedió a una fuerza que se reveló más fuerte que él y aquella mañana resolvió no acudir a su oficina. Momentos antes había rechazado con un beso el frugal desayuno preparado por su mujer, Natalia Garbizu, que intentaba disimular sin conseguirlo el mismo semblante afligido. Aunque la suya era una tristeza distinta: era un contagio de tristeza, filtrada gota a gota desde la piel de Pablo Argento en ocho horas de contacto ausente, mientras él estudiaba sin luz los poros del techo y ella peleaba despierta contra ensoñaciones febriles que la intentaban persuadir de que en sus entrañas se estaba gestando una nube de algodón de azúcar.

Natalia Garbizu, consciente del desvelo recíproco, había descubierto esa noche un hombre desconocido para ella. En cinco años de matrimonio era la primera vez que Pablo Argento se quedaba mudo y la primera que no conciliaba el sueño. Y aunque llegó a entenderlo tras varias horas de ósmosis, al principio no comprendía el terremoto que sacudió la espina dorsal de su marido, ni por qué había desenchufado la radio precipitadamente, en el preciso momento en que escucharon al acostarse el escueto titular de la noticia, esa noticia que no por esperable había dejado de trastocarle los ejes.

"Nunca supe que te importaran las vainas del fútbol", dijo sin pensar Natalia Garbizu, disponiéndose a dormir. Pablo Argento tardó en contestar, pero cuando lo hizo sus propias palabras le parecieron un bumerang mágico que le partió los dientes tras haber golpeado la presa: "¿Quién habló de fútbol?". Y el silencio reinó.

El despertador, insensible a los cambios del mundo, marcó la hora de hacer frente a la vida, y la vida los puso en pie. Mientras él se aseaba, Natalia Garbizu organizó el desayuno que Pablo Argento iba a rehusar. En aquel extraño amanecer, cada acto rutinario parecía renacer con nuevos significados. Ni el aroma del café recién hervido que se deslizaba desde la cocina y del que siempre presumía que era lo único capaz de ponerle en contacto con las realidades cotidianas, consiguió retenerlo más tiempo: no necesitaba comer. Necesitaba respirar.

Pablo Argento y Natalia Garbizu se encontraron, al fin, en un pasillo ineludible. Impecablemente peinado, vestido, pulcro, perfumado, titubeó en sus primeras palabras desde la imagen del bumerang: "Hoy no es fácil estar de buen humor", balbuceó, acariciándole a su mujer el dorso de una mano con la yema del dedo índice. Y se inventó un beso, y cruzaron en el último momento una relampagueante mirada que los puso a salvo de cualquier asomo de enojo. Natalia Garbizu respiró profundamente antes de hablar y se sintió reconfortada por el bálsamo del café. Quiso estar segura de que sabría decir algo que tuviera sentido en una mañana tan particular.

"Ni bueno ni malo -dijo-. Hoy no es buen día para ningún humor...". Aunque en su tardanza apenas consiguió que la oyera su marido, que ya cerraba tras de sí la puerta haciendo un ínfimo gesto de despedida con la mano. "Qué guapo va con la cara de papel", pensó con el corazón.

Natalia Garbizu ya no se sorprendía de nada. Entendió que hay ocasiones en que unos minutos son años, y que era eso lo que había ocurrido. Sintió el calambre de una vejez que en realidad estaba muy lejos y se contempló en el espejo del recibidor para mirarse a los ojos. A pesar del insomnio pudo reconocerse y sonrió: no se había visto tan joven y hermosa desde hacía mucho tiempo. El mundo recobraba su pulso y volvía a ensamblar sus piezas. Desayunó con la radio dándole los detalles evitados y perdidos la noche anterior, y se acicaló tranquilamente. Tenía un negocio que atender y un embarazo del que cuidar. Se acarició el vientre cargado de futuro, y un golpe de inspiración vino a despejar su duda de las últimas semanas. Suspiró: "Si nace niña, se llamará Esperanza".

Al ver un cielo de color malva y sentir el frío del asfalto, Pablo Argento tampoco se sorprendió al percibir que su decisión había sido común en muchos conciudadanos, que vagaban por las aceras arrastrando sus lamentos como sacas de carbón. Brazos con movimientos de molino sobresalían de corrillos humanos improvisados por personas que no se habían visto nunca. Él evitó compartir su languidez, y tras un desdibujado y taciturno paseo comprobó sin proponérselo que las calles sólo son largas cuando se camina con prisa. Llegó así hasta la costa, donde enfrentó sus ojos a un furioso oleaje que, venido del norte, consumía la playa.

El olor a salitre fue el preludio de una fugaz visión de su infancia que pronto entendió como no casual. Compungido ante tan encantador espectáculo, sintió entonces que su propio fantasma se le desprendía del cuerpo y daba vueltas en torno a él, mezclando y confundiendo en su mente recuerdos de varias vidas, esas vidas que él mismo había considerado tan remotas que nunca creyó que volvería a revivir.

La pelota rodó por la arena. Pies descalzos. Perseguido y pateado por todos los niños del mundo, ese balón es mi único juguete. Todos mis amigos están alrededor del balón. Veo sus caras, veo su alegría y la siento. Yo también me reconozco. Tantas y tantas horas durante tantos años. Aquel idilio, aquella simbiosis. El trascendente sentido del número ochocientos setenta y cinco. El patio del colegio, gastado de tanto pisarlo. La ilusión, los sueños también van detrás de la pelota. Hasta el olvido sigue al balón, que va y viene. El orgullo, las lágrimas de la pasión, de la conquista. El 10, se repite el 10, siempre. Un pueblo, un país entero, una cultura. La sangre latina cruzando océanos y penínsulas. Lo justo, lo injusto, lo incierto, lo macabro. Siempre arriba, siempre arriba con el puño en alto. Siempre la victoria, delimitando la fina línea que distingue el bien del mal. Frutos del hijo de la tierra. Y al final...

Mar y viento se multiplicaron entre sí y el estrépito que se agarró a las sienes de Pablo Argento le hizo temer que no iba a ser capaz de oír ni sus pensamientos. Se sobrepuso un instante al peso de sus recuerdos, cuando lo abordó con una desconocida violencia, disfrazado de ilusoria ola descomunal, el angustioso momento en que la noticia había salido de una radio para atravesar su cerebro; esa noticia que no era tal sino mucho más, esa noticia que había convertido cada minuto desde aquel instante en inesperada vigilia. Volvió a sufrir con las palabras escuchadas y recuperó para siempre aquellas olvidadas emociones que ahora supo indelebles. Pablo Argento sujetó su alma con las manos y se sintió el centro del universo, ajeno a que en cada rincón del país y mucho más allá de aquel mar no se hablaría de otra cosa en mucho tiempo. Malditas las cuatro palabras: "El Diego ha muerto".

"...La va a tocar para Diego. Ahí la tiene Maradona, lo marcan dos. Pisa la pelota Maradona. Arranca por la derecha el sueño del fútbol mundial. Directo al contrario, va a tocar para Burruchaga... Siempre Maradona. ¡Premio, premio, premio! Ta, ta, ta, ta, ta, taa... ¡¡GOOL!! ¡¡¡GOOOL!!! ¡¡¡¡GOOOOL!!!! ¡Quiero llorar! ¡Dios Santo! ¡Viva el fútbol! ¡¡¡¡Golazo!!!! ¡¡¡¡Diego!!!! ¡¡¡Maradona!!! ¡Es para llorar, perdónenme! ¡Maradona, en una corrida memorable, en la jugada de todos los tiempos! Barrilete cósmico, de qué planeta viniste para dejar en el camino tanto inglés, para que el país sea un puño apretado, gritando por Argentina. Argentina dos... Inglaterra cero. ¡Diegol, Diegol, Diego Armando Maradona! Gracias, Dios, por el fútbol, por Maradona, por estas lágrimas..."

Masticando su dolor, Pablo Argento consideró que aquel día todos habíamos muerto un poco, pero paladeó el regocijo de saberse más vivo que nunca. Sumó una tras otra las conciencias de sus vidas pasadas y deglutió varias veces las cuatro palabras. "El Diego ha muerto, Maradona vive por siempre. Sean eternos los laureles". Y con la serenidad de esa esperanza convertida en certidumbre, Pablo Argento y su propio espíritu dieron la espalda al mar. Caprichos de la memoria, embriagador viaje en el tiempo: "Ya estoy viviendo el futuro", sentenció Pablo Argento para sí mismo. Y se dirigió hacia su trabajo, despacio para que las calles fueran cortas, pensando en lo mucho que amaba a Natalia Garbizu. Y suspiró: "Le llamaremos Diego... si es chico".

JCHO-DMSR. 6-5-2004
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 07:14:38
Y tras evocar en otro sitio a los amigos perdidos evoquemos ahora a los que nos inspiran con su presencia...

Dedicado a la niña sevillana que me preguntó si me gustaba Lorca (sólo tú conoces mi respuesta  ;))

VERDE INFINITO

Lorca te soñó verde.
Verde alegría y verde amapola.
Porque en los sueños de Lorca
las amapolas son verdes
como el amor,
como las rosas,
como todo lo que tengo alrededor.

Y siento el pasado en tiempo presente,
y mi cabeza gira vertiginosa
reviviendo los matices de aquel color,
e intento entender a Lorca
y siento su verde sabor del Sur
y el aroma verde de su soñada flor.
Y vuelvo a estar sentado en el espigón de La Zurriola,
(estaba yo, estaba tu hermana y estabas tú)
al abrigo de los Cubos del Kursaal,
ajeno a que el barrio de Gros y su playa se funden en un beso.
Y sonrío, está enfrente, al rompeolas,
y saludo con la mano al monte Urgull,
que escoltaba, como siempre, a la ciudad,
y guiño un ojo al Paseo Nuevo,
que cortejaba -esto sí es amor eterno- al Boulevard.
Y a la derecha, un sol extraño aguanta el escalofrío
de saberse destronado, y queriéndolo disimular
presume en la más alta palanca del cielo
de su traje de baño naranja fosforito,
y alardea y saca pecho lanzándose al mar.
Y a la izquierda, apoyándose en sus codos,
se pierde el río...

Y a mi izquierda, verde, nos encontramos todos,
en el verde, infinito,
de tus ojos.

JCHO-DMSR (agosto 2004)
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 07:15:54
Esto es lo que ha dado de sí esta mañana mi viaje desde Madrid a Santander. A petición de la protagonista, que espero que tenga cerca un vasito de agua  ;D ;D ;D ;D

EL DICCIONARIO NO ENTIENDE NADA

El diccionario no entiende nada
de emociones.
Sólo nos enseña las palabras
y sus frías definiciones.
Por eso es más fácil recordar los silencios
que muchas conversaciones...
Por eso no hay nada más silencioso
que un cañón
momentos antes de una batalla.

El diccionario no entiende nada.
Por eso es más sincero el silencio
que un millón de palabras,
que son mentiras tantas veces.
Por eso el mundo gira en torno a los ejes
de las sonrisas, de los abrazos,
de los besos y las miradas.
(Y también -también soy consciente-
de cómo se usan algunas palabras;
de hecho yo sigo intentando
aprender a juntarlas)

Dejad ahora que os cuente
algo que no me ocurre a diario
y me apetece darle importancia.
Hace poco recibí una lección
de armonía que tenía (casi) olvidada.
Yo vagaba perdido, agotando el diccionario,
cuando sentí, fija en mi cara,
una mirada más profunda que aquel cañón
del silencio extraordinario.
Y con la emoción
que debe dar el encontrar
un mensaje dentro de una botella,
acepté la lección que me quiso regalar
un corazón embriagado:

PARA VER ALGUNAS ESTRELLAS
HAZ ALGO MUY SENCILLO,
PRUEBA A CERRAR BIEN LOS OJOS
TENIENDO ALGUIEN A TU LADO.

(Para saber si estábamos solos,
me pregunto si Tirso
también los tenía cerrados)

DMSR, 29-11-2004

 8)
 :-* :-* :-*
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 07:17:40
Nuestras 'conversaciones' de la semana pasada no podían caer en saco roto, así que juntando lo peor de Kafka con lo peor de José Luis Moreno (y con la venia de Irresistible Bitch) te regalo este absurdo vodevil que, además, es una SOPA DE LETRAS en la que están más o menos camuflados los apodos de ocho pobladores, en este orden: Jeyar, Irresistible Bitch, Pablo, DMSR, Capitana, Mike T., Anabel y Shockadelica  ;D  Nos vemos  [smiley=smart.gif]

TÉ PARA DOS

Adela me ha invitado a tomar el té, y yo he aceptado aunque no nos conocemos. De hecho, ahora mismo me dirijo hacia su casa; voy de viaje y arqueando las cejas intermitentemente intento distendir mi lela cara de rape. Para darme un aire distinguido me he enfundado mi más elegante traje de pato. Nadie se ha resistido nunca a un disfraz de pato, eso lo sabe cualquier rape que se precie de serlo, y yo no soy un rape cualquiera, yo soy el rey de los rapes. Con este traje que llevo puesto me siento irresistible; bicho, pero irresistible, o sea, como una reina pero en rey y al estilo rape. Con paso decidido ya he llegado a la casa de Adela. Voy a tocar la puerta con la pata de pato, a ver qué pasa. Toc, toc.

-¿Quién está ahí?
-Buenas tardes, señora. Soy el rey-reina-rape con mi traje de pato, y vengo a tomar el té invitado por Adela.
-¿Cómo dice?
-¿No está Adela?
-¿Adela? No sé, esto es una academia de ingles, perdón, de inglés.
-Ah, pues qué raro, porque tengo la dirección perfectamente anotada en este mapa: bloque 21 de la calle Santo Tomás del Troño. ¿Me permite pasar?
-If, if, between, between. Qué, ¿le interesan unas clasecillas?
-Jejejeee, no, gracias. No se lo tome a mal, pero su acento no ha terminado de convencerme. ¿No vive aquí una tal Adela?
-¿Adela...? ¿Adela...? ¡Ah, sí! Debe usted referirse a Adelica, nuestra alumna más brillante. Pero deme, deme...
-¿Deme, deme? ¿Se refiere usted a esta capa que cubre las plumas que cubren mis escamas?
-Sí, claro, deme, deme...
-Oh, no, no se preocupe, gracias. ¿Sería tan amable de decirle a Adela que ha llegado su invitado?
-Cómo no, joven. ¡¡¡Adelaaa!!! ¡¡¡Adelicaaaa!!! ¡¡¡VEEEENNNN!!!
-Joder, qué susto me ha dado, señora, ¿Adela es sorda o algo?
-No, no, al contrario, no se confunda. Adelica oye tan bien que no para de escuchar música; por eso grito, para que me pueda oír. Desde que Adelica llegó a esta casa, la música pita nada más salir el sol, y hasta que se pone la luna. Una locura, oiga.
-Bueno, piense que está hablando de locuras con un rey rape disfrazado de pato reina, jejejee, ¿qué cuerpo se le queda al verme?
-Hombre, comprenderá usted que a mis años no me asombre fácilmente. Por eso, en cuanto le he visto, no he podido evitar sentir grima, ictericia y flojera de varios esfínteres.
-Muchas gracias, señora, hay que ver qué fino es el humor inglés. En fin, a ver qué opina Adela al verme, porque ella, que yo sepa, no me conoce.
-¿No le conoce? ¿Y por qué le ha invitado a tomar el té si no le conoce?
-No estoy seguro, quizá haya sido por mi famosa colección de zapatos de tacón.
-Ah, pues puede ser, porque ahora que lo menciona recuerdo que Adelica siempre ha tenido una extraña fijación por las colecciones de zapatos de tacón. Si su cola de rape se lo permite, siéntese, que enseguida vendrá Adela.  ... Así que le ha invitado a tomar el té... ¿Le gusta la tisana belga? Es una especialidad de la casa...
-Muchas gracias por su conversación, señora, pero ¿no sería mejor que todo esto me lo dijera la propia Adela?
-Pues no le falta razón, joven. Yo creo que ahora mismo debe estar cortándose las uñas de los pies, pero me temo que cuando Adela le vea va a entrar en estado de shock. Adelica es muy sensible a estas visiones, ¿sabe?
-Pues no, no sé, pero si usted fuera tan amable de desaparecer, ejem, y llamar a Adela...
-¡¡NO!!
-¿No?
-¡No puedo ocultarlo más! Deja que me quite esta máscara de gomaespuma (¡¡¡AYYYY!!!) y permíteme que te muestre mi rostro. ¡¡Yo soy Adela, y no me estoy cortando las uñas de los pies!!
-¡Cielos! ¡He encontrado una anfitriona que es todavía más rara que yo! Y se me acaban de aflojar los esfínteres, jejeejejejjejeee. Pues tú me dirás, Adela, ¿estamos aquí por el té, por mi colección, por las uñas o por qué insondable motivo?
-Por nada de todo eso. Te he hecho venir hasta aquí para darte una lección de inglés. A ver, traduce al inglés estas tres palabras y repítelas en voz alta: TÉ - PATO - REINA.
-No puedo, Adela, no puedo.
-Claro que puedes, cenutrio, ¿no te das cuenta? Traduce: TÉ. PATO. REINA.
-Qué horror, Adela. Con tu gracejo inglés has acabado de aflojar mis esfínteres. Ahora es cuando realmente necesito un baño de burbujas con los pantalones puestos.
-Me gustan tus pantalones de pato puestos.
-¿Sí? ¿Te gustan? Vaya, definitivamente esta es la balada de Adela y el rape.
-Eso se lo dirás a todas...
-Sólo a las corderas, ¿puedo ir a darme el baño de burbujas?
-Beeeeeeee.
-(Esto sí que es una balada)  ;D


DMSR, 6-12-2004  :-* :-* ;D
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 07:19:26
Hola, PRiNCe_, hace días comenté por algún sitio de este Foro que estaba en deuda contigo porque tú me hiciste un inesperado regalo de cumpleaños. Lo dije al hilo de que tú me pedías que escribiera algo inédito, algo 'trabajado' y nuevo. Bien, debes saber que para corresponder a tu regalo me puse manos a la obra, y rescaté de algún sitio una antigua carta que he reescrito para exponer aquí el trabajo. He quitado algunas cosas y he añadido otras. Al resultado final le ha quedado mucho de historia real y algo de ficción literaria; dejo a la imaginación de quienes lo lean repartir los porcentajes.

Como es un poco largo, he decidido "publicarlo" en cinco fascículos. Hoy empiezo y mañana y siguientes iré editando y añadiendo un nuevo trozo. Es para darle un poco de intríngulis  ::)

Algunos foreros saben que he buscado como un loco una frase que en cierta ocasión leí o escuché, y que mi memoria atribuye a BB King, aunque no puedo asegurarlo. No la he encontrado  :-/.  La buscaba para usarla como cabecera del relato, pero no importa, sea de quien sea la frase, si es que alguien la dijo en alguna ocasión, mi memoria la recuerda así:

"El blues nació el primer día en que se encontraron un hombre y una mujer".

PRiNCe_, espero sinceramente que disfrutes con MI regalo:


BLUES


Fue tan breve, tan poco pasional... Nada eléctrico. ¿Decepcionante? Sí, creo que sí. Yo no sé qué esperaba, pero el momento de besar por primera vez a una chica que me gusta ha supuesto siempre una excitante explosión de sensaciones dentro de mi cabeza, y en esta ocasión la única sensación que me sobrevino fue la de estar besando una flor, o una fotografía; algo bello pero inanimado, en definitiva. Extraño, sus labios eran suaves, suaves y finos, y sin embargo esos labios que tanto tiempo había anhelado besar no fueron capaces de revolucionarme los circuitos de la cabeza a los pies. "Lo habíamos imaginado ya demasiadas veces como para que fuera especial", brotaron las palabras de esos mismos labios.


¿Recuerdas estas frases, XX? Cómo olvidarlas, ¿verdad? ¡Cuántas veces te hablé de ella! De su presencia y de su ausencia. Han pasado más de tres años desde que con este mismo párrafo introduje a MK en nuestro recíproco universo postal. Flashback. MK, la amiga de la que tanto aprendí, la mujer que supo elevar esa amistad al sublime grado del deseo. MK, una persona única en mi vida, que desapareció casi misteriosamente sin dejar más rastro que los recuerdos, como el regusto que perdura de un sueño al despertar, en esos deliciosos instantes en que dudas entre la realidad y la ficción. Hoy vuelvo a vivir con la certeza de que todo aquello ocurrió en este mundo. Todo fue real, XX, todo, aunque el torturador teléfono no volviera a sonar. Flashback.

Sé que últimamente me encuentro en un estado anímico bastante impresionable. Sobre todo ello voy a intentar escribir a partir de este momento... Y quiero empezar expresando que cuando ayer recibí y leí tu carta causó en mí un impacto notable, porque debido a los sucesos que ahora conocerás, en los últimos días mi mente trabajaba en temas equivalentes a los que desgranas en tu escrito, que agradezco como siempre. No me siento especialmente inspirado pero, si consigo centrarme, es posible que cuando termines de leer esta carta tú también hayas encontrado la respuesta para algunas de tus inquietudes respecto a los recuerdos y añoranzas, respecto a las personas que ya no están aquí, a la indudable conexión entre pasado y futuro; yo aún diría más: presente Y pasado Y futuro. Hoy es jueves. El viernes de la semana pasada yo encontré, sin la dificultad de perder el tiempo buscando, la respuesta a muchas de mis preguntas. Una gran respuesta, que se me reveló (qué bello capricho del destino -¿he dicho destino?-) en los ojos de una mujer reflejados en un espejo.

Mi entorno social está en un punto de inflexión, he dejado atrás algunas personas y estoy explorando caminos distintos, nuevas amistades. Ya te hablé de algunos de estos amigos, de quienes probablemente seguirás conociendo vivencias. Sin duda, entre ellos he encontrado alguien claramente afín, alguien llamado a ser importante, aunque aún pueda parecer pronto para expresarlo con esta contundencia. Me refiero a Jon, ya te lo "presenté" en mi anterior carta. Puedo añadir que a día de hoy sólo le he encontrado virtudes.

Una particularidad de Jon, responsable en parte de nuestro acercamiento, es que le gusta el Blues, la música Blues. También es la única persona que he conocido que se ha sentido atraída y se ha mostrado respetuosa con mi ya muy personal fijación por la música de ese fenómeno llamado Prince. Con Jon se puede hablar, y sus palabras saben buscar dentro de ti, insisto en que me parece un tipo admirable. Días después de haber sido presentados se acercó a mí y me dijo que alguien le había contado que yo era fan de Prince. Me preguntó entre otras cosas si le había visto en directo, y si era cierto lo que había leído en varios sitios: que Prince en concierto es incomparable. Yo, que cuando no tengo confianza con quien tengo enfrente soy impenetrablemente opaco, me entusiasmaba escuchando su interrogatorio, aunque disimulé mis ganas de atosigarle con una soflama y me limité a breves respuestas afirmativas.

A aquella conversación ya le han seguido varias. Jon y yo compartimos esa "cosa negra", ese algo que musicalmente a él le ha llevado hasta el Blues y el Jazz, y a mí me ha decantado hacia el Funk y el Soul. Ambos compartimos además una intensa mística por los mágicos sonidos que algunos elegidos consiguen extraer de una guitarra eléctrica. Me temo que Jon, como tú y como yo, es otro tonto que también cree en el amor.

Hace tres semanas nos reunimos cuatro amigos para tomar unas cervezas después de cenar, para charlar, para seguir conociéndonos. Supongo que me lo estaba pasando bien o quizá la cerveza tuvo parte de culpa, pero surgieron algunos temas personales y, de pronto, me encontré contando a viva voz sucesos sentimentales de mi memoria reciente. Historias tristes que tú ya conoces, da igual cuáles. Curiosamente (aunque no me sorprendo) me sentía muy cómodo desnudando intimidades ante unos conocidos recién llegados a mi biografía. Esto me hace pensar que algo está cambiando en mi cabeza, y para serte sincero: me gusta el cambio.

Jose me seguía bastante bien, aunque se sorprendía de los finales y de la minuciosa calidad de la narración. A Alberto todo le hace más o menos gracia, es un niño grande. Pero Jon tartamudeaba, no daba crédito a lo que oía, no se podía creer que fuera capaz de contar historias teóricamente tan dolorosas con esa naturalidad y ese lujo de detalles. "Tú... tú no tienes corazón", "tú con una guitarra harías cosas increíbles", balbuceaba Jon con la mandíbula desencajada, mientras los demás nos partíamos de la risa con su reacción. No se recuperó. Nos despedimos hacia las cuatro de la mañana y Jon se separó del grupo susurrando: "Voy a ponerme ahora mismo mi disco favorito de Blues".

El siguiente fin de semana Jon grabó y me regaló una cinta con temas en directo de sus intérpretes favoritos de Blues. Correspondía así a la que yo me había apresurado a grabarle tras la conversación que te he descrito antes, con la que traté de convencerle (¡y lo he conseguido!) de que Prince, sobre un escenario y con una guitarra entre las manos, es capaz de estar a la altura de sus monstruos sagrados del Blues, y que, efectivamente, deja para los conciertos una enorme parcela de su talento que –ignoro por qué- no suele llegar a sus discos oficiales.

El Blues (esto no lo he descubierto precisamente ahora) puede ser brutal, demoledor, desgarrador. Seguramente por eso me gusta más como recurso que como estilo; bastante triste es la vida en ocasiones como para andar buscando añadidos que te remuevan las tripas. Sin embargo, presté mucha atención a esas canciones que me había regalado Jon. Al personificar la escucha en él y en nuestra incipiente amistad le di varias vueltas a esa cinta. Y escuchándola, mi cabeza dibujó muchísimas cosas. Pensaba en Jon y su aparente sensibilidad, pensaba en cómo se sorprendía oyéndome contar con una sonrisa en la boca historias que a otros les romperían la garganta, pensé en mí y en mi pasado, pensé mucho... ¡Y me salió una desconocida vena lírica! ¿Qué te parece, XX? De repente me descubrí a mí mismo escribiendo historietas, pseudopoesía, párrafos parecidos a lo que podría ser la letra de una canción.

Y escribiendo frases casi al azar descubrí que no necesitaba estar de mal humor para escribir textos deprimentes, ni tener el mejor día de mi vida para escribir textos hilarantes. Comprobé que todo aquello estaba dentro de mí, que mi pasado, mi presente y buena parte de la proyección que yo haga hacia el futuro se encuentran en mí. Yo soy la biblioteca y el bibliotecario. Flashback. Tú dices que te resulta difícil escapar de algunos recuerdos... Yo te digo que cada uno es como es, pero creo que no sólo es difícil, es imposible, porque esos recuerdos son parte de ti, y es más, tú mismo eres esos recuerdos, nadie tiene eso en su cabeza excepto tú, nadie ha vivido eso excepto tú. Flashback.

...Sí, escribí inspirándome en Jon, en su fragilidad, en la confianza que había depositado en mí como hipotético cantante de Blues. A veces he bromeado con él diciendo que voy a hacer unos cursos acelerados de guitarra y piano para poder cantar Blues y Soul...

Cuando encuentras sin buscar y cuando buscas sin encontrar, es difícil discernir entre casualidad y causalidad. La vida es una intensa suma de días, pero sería absurdo valorar cada uno de ellos como un simple número que nos deja siempre el mismo bagaje. ¿Qué porcentaje de casualidad tiene el destino? Si no son lo mismo, ¿son conceptos opuestos o complementarios? No aspiro a saber tanto, prefiero mi humilde condición humana para la que siempre quedan dudas que dan vueltas, en la que siempre queda un margen para la pelea. Y sin embargo, mi querida XX, el Blues, el Soul, el Rock, el Funk, el Jazz y toda la música que tú quieras se orquestó en mi mundo el pasado viernes, y muchas preguntas hallaron sus respuestas.

Había sido un día normal del mes de mayo, con ese calorcito que nos acerca al verano, ahora que hemos olvidado el invierno. La jornada de trabajo había sido tranquila, y nos juntamos unos cuantos en la pista de Atletismo para ir a cenar a la Parte Vieja. Éramos cinco: Aitor, Jose, Alberto, Jon y yo. Yo me sentía radiante, con unas fenomenales ganas de divertirme, con toda la intención de contagiar a mis amigos si fuera necesario. Pero la noche, antes incluso de llegar a la Parte Vieja, se desfiguró.

Íbamos en el coche de Jon, y cuando lo detuvo para aparcarlo marcha atrás, Alberto cometió la estupidez de abrir la puerta trasera sin mirar y se estrelló contra ella una chica que venía en moto. Algo que pudo ser realmente grave quedó tan sólo en un gran sobresalto, porque –milagrosamente- a la chica no le ocurrió nada a pesar del enorme trompazo, y a su moto tampoco. Fue la puerta del coche la que se llevó la peor parte, acabó hecha un siete. Cuando nos recompusimos, tomamos la decisión de que tras la cena teníamos que alargar la velada. Sería la mejor forma de sacudirnos el susto del cuerpo.

Al llegar a un bar saqué mi cartera del bolsillo de la chaqueta para pagar unas consumiciones. Iba a guardarla, cuando Alberto me la cogió para salsear, con uno de esos gestos fisgones que todos hemos hecho alguna vez. En uno de los clasificadores transparentes tiene su sitio desde hace tres años y medio una estampa de la Virgen que MK me regaló con una oración que ella había escrito al dorso. Encima de la imagen suelo llevar unos sellos y algún papelito con notas, por lo que no se aprecia bien qué se esconde debajo. Alberto debió creer que era la fotografía de alguna chica desnuda o algo parecido, y quiso sacarla para verla en condiciones. Yo me di cuenta de su interés, y me hizo gracia porque intuía el chasco y la sorpresa que se iba a llevar cuando descubriera que en vez de un calendario de camión tenía en la mano a la Virgen María. Y así fue. Jose estaba en la barra, pero Aitor y Jon se rieron a gusto con la cara que se le puso a Alberto. No dudé en explicar lo que era y, mientras Aitor leía absorto la oración, les conté que esa era una estampa que me había regalado una amiga del pasado extremadamente especial en mi biografía y que, por tanto, permanecería en mi cartera hasta que se caiga a pedazos. Tras recolocarla cuidadosamente en su sitio, volví a guardar la cartera en el bolsillo del pecho izquierdo e insistí, haciendo algo de teatrillo pero paladeando cada palabra con la dulzura que me evocaba cada recuerdo: "¿Veis? A esta chica la llevo y la llevaré siempre en mi corazoncito". Nadie, excepto MK y yo, había tocado nunca esa postal.

Algunas rondas más tarde nos encontramos con la que resultó ser una ex novia de Jon, que acababa de llegar de Londres, donde trabaja y adonde volvía cuarenta y ocho horas después. Estaba con una amiga, y les propusimos que se quedaran con nosotros, pero prefirieron seguir su camino. Yo aún no conozco mucho a Jon, ni siquiera sé cuáles son los entresijos de su relación con esa chica, pero sí noté que el encuentro no le había dejado indiferente. La Parte Vieja te lleva normalmente por los mismos sitios, y volvimos a coincidir con ellas. Jon y su ex novia charlaron un buen rato, mientras los demás procurábamos que su amiga no se aburriera. Rechazaron por segunda vez nuestro ofrecimiento y, cuando se alejaron las dos, a Jon se le notaba un cuerpo casi enfermizo. Cuerpo de Blues.

Nadie habló del tema aunque algo empezó a flotar en el ambiente. Decidimos irnos a casa, era necesario evitar un tercer encontronazo. Eran más de las tres, y alguien propuso pasar antes por una pastelería, un pequeño garito que abre a esas horas saltándose todas las normativas municipales. Jon nos acercó con el coche de la puerta rota, pero al llegar decidió no quedarse. Con el cuerpo que llevaba y la noche de pesadilla que estaba padeciendo era lo mejor que podía hacer. No me importaría saber qué canción quiso escuchar. Quién sabe. Lo que yo no podía prever es que mi noche también se iba a complicar.

Para entrar en la pastelería hay que bajar tres escalones. A la derecha hay dos mostradores separados entre sí por un espejo de medio metro de ancho que va del suelo al techo. En el mostrador del fondo, más parecido a una barra de bar, había varias personas sentadas en banquetas altas dando media espalda a quienes entrábamos. Al bajar las escaleras, mis ojos se dirigieron hacia el espejo, que reflejaba los rostros de algunas chicas. La que más cerca estaba del espejo y de mí, quizá al sentirse observada o al notar movimiento detrás de ella, también se fijó en el espejo y cruzamos nuestras miradas. Yo me quedé paralizado como una imagen de vídeo congelada, y a ella se le abrieron mucho los ojos. Yo pensé "¿es o no es?", y creo que ella debió pensar algo muy similar. Se giró bruscamente hacia mí, y yo exclamé hacia adentro "¡ES!".

No, no era MK... Era Sara, su amiga y compañera de trabajo. La chica que tres años atrás prometió llamarme para hablarme de los problemas de MK que ella no conseguía compartir conmigo. La misma que incumplió aquel compromiso. A ti te he ido desmenuzando en nuestras cartas las últimas veces que estuve o hablé con ellas, pero para refrescarte la memoria (la mía estaba asombrosamente fresca en ese momento por la escena de la estampa) te diré que la última vez que hablé por teléfono con MK fue en febrero de hace dos años, cuando rechazó mi invitación para ir a un concierto. Hacía tiempo que no hablábamos y es la última vez que he escuchado su voz. Posteriormente la llamé por su cumpleaños, le escribí un christmas y la llamé el día de Nochevieja, pero no tuve respuesta ninguna de las tres veces. Había visto a Sara por última vez hace casi tres años, en agosto; un encuentro casual que ya te conté para dar pie a la historia de la última ocasión que he visto a MK, en septiembre de aquel mismo año, en vísperas de su cumpleaños, cuando nos besamos apasionadamente una calurosa noche de viento sur. ¿Te suena todo esto, XX? Es mi pasado, pero dentro de veinte y de cuarenta años seguirá ahí, por tanto también es mi futuro.


[FLASHBACK]   ...Pasaron las semanas y se acercaba el ocho de septiembre, su cumpleaños. Suponiendo que ese día estaría ilocalizable preferí llamarla tres días antes. Como casi siempre, cogió el teléfono su hermana y MK no estaba. Me sorprendió llamándome a la mañana siguiente, y debido quizás a lo específico de la llamada conseguí una cita. Quedamos a las diez de la noche de un día entre semana; era la única opción porque ella salía del trabajo a esa hora.

Climatológicamente era un día muy especial. Restos del huracán "Luis" estaban llegando al Cantábrico y hacía un calor pegajoso con vientos estremecedores y el cielo despejado. Un día entre un millón.

Tomamos unas cañas mientras charlábamos y, sin darnos cuenta, alcanzamos ese punto de sinceridad que te embriaga a partir de la tercera o cuarta cerveza. Hablamos de temas que nunca habíamos tratado, al menos con tanta franqueza; hablamos entre carcajadas de las insinuaciones (presiones) que por separado nos ha hecho Sara para que terminemos siendo pareja, de lo bien que nos sentimos estando juntos... Aunque la verdad es que yo no conseguía entender casi nada, con MK siempre tengo esa extraña sensación de que me falta algún dato importante, algún dato que ni la cerveza consigue arrancarle de la boca.

Hacia la una y media salimos de la zona de bares y nos acercamos hasta el principio del Paseo de La Concha. Con la de veces que me he quedado embobado contemplando la bahía, creo que nunca la había visto tan impresionante: noche cerrada, con la luna brillando en medio del cielo y del mar, rabiosamente encrespado por los vientos tórridos y huracanados que de vez en cuando obligaban a cerrar los ojos, reteniendo así en la retina el espectáculo que teníamos delante. La presencia de MK le daba al momento el último toque romántico, y las ganas de besarla fueron enormes... Aunque controlé mis impulsos.

Ante lo furioso del mar, MK hizo un comentario que avivó todavía más mis tentaciones: "Es curioso imaginar lo tranquilo que estará el agua por debajo, estando como está en la superficie". No supe callarme y repliqué: "Entonces está exactamente al contrario que yo". "¿Y eso?", inquirió maliciosamente MK, que había entendido perfectamente lo que acababa de escuchar. Yo jugué a ver hasta dónde era capaz de hacerse la despistada: "Pues quiero decir que aquí hay demasiada bahía, demasiada luna, demasiado viento sur... demasiada MK como para estar indiferente por dentro". Ella ganó la partida cerrando los ojos contra el viento y manteniendo un silencio sepulcral. Cuando volvió a hablar fue para pedirme que la acompañara a la parada de taxis.

Llegamos paseando hasta la Plaza de Guipúzcoa, uno de los parques más cuidados de la ciudad. MK calzaba unos zuecos y, de un salto, aprovechó la complicidad nocturna para pisar descalza la hierba de un jardincillo. XX, el cuerpo me estallaba por dentro. Cuando salió del jardín y se volvió a calzar, la cogí por la cintura, la estreché contra mí y nos dimos un beso enorme, uno de los besos más extraordinarios que he conocido. En algún lugar del mundo, y coincidía bajo nuestros pies, dos almas eran felices. Quedaba redimida para siempre la decepción del ya remoto primer beso.

De vuelta a la realidad, caminamos totalmente callados durante unos segundos que estuvieron a punto de hacerse muy largos. Desconozco qué había pasado o pasaba por su mente. La mía era ocupada una vez más por la duda de no saber qué problemas le impedían mostrarme su interior, habiendo sido capaz de regalarme un beso como aquel. Rompí el silencio con una pequeña tontería: "¿Tú crees que nos habrá visto Sara?", y MK respondió divertida y me abrazó. El taxi la esperaba a escasos metros. Nos despedimos con dos besos y una caricia en las manos, y entrando en el coche elevó la voz para decir: "Te llamo".   [FLASHBACK]



Yo le di un abrazo y ella me dio dos besos. Sara me presentó a una amiga, una compañera de trabajo de MK y de ella, que pasó a llamarse Ainhoa. Yo exclamaba, con un fortísimo cosquilleo interior, la cantidad de tiempo que llevábamos sin vernos, y Sara repetía palabras parecidas. Sentí una alegría inmensa, XX, inmensa. Veía de reojo cómo mis amigos se compraban sus bollos, así que yo también cogí uno. Algo más sosegado empecé a hablar con ellas, y enseguida me vi abocado a preguntar por MK. Al hacer mi pregunta, o mejor dicho, cuando Sara contestó, se detuvo...                    ...el tiempo, o quizá fueron mis ganas de detenerlo. Y es que su respuesta, con un repentino tono triste, casi un lamento, fue: "Juancar, MK se casa". Yo vacié mis pulmones: "¡¡¡¡¡¿¿QUÉ??!!!!!". Y ella repitió con los ojos hinchados: "Juancar, MK se casa el veintiuno de junio". Impresionado como pocas veces he podido estarlo, no me salían las palabras: "No me jodas, Sara, no me jodas", y Sara se limitaba a asentir demostrando un dolor que, como tres años antes, yo no alcanzaba a entender.

Ainhoa, la amiga, se había mantenido al margen, pero supo intervenir al apreciar la súbita caída del ánimo de Sara. "Apuesto a que tú eres 'El profe', ¿no?", y yo intentaba inventarme una sonrisa mientras Sara respondió que sí moviendo la cabeza. Lo volvió a intentar: "Me lo he imaginado, lo he sabido en cuanto te he visto por el espejo". Qué cosas tiene la vida, XX, qué cosas, con la de veces que tú y yo hemos hablado de la magia que esconden los espejos. Ya no recuerdo más frases más o menos textuales, pero por la conversación que mantuvieron supe que en algún momento yo debí ser bastante famoso por sus círculos cercanos. Ainhoa había quedado con un amigo en una discoteca cercana y aprovechó la ocasión para dejarnos a solas y seguir con sus propios planes.

Más calmados, dimos rienda suelta a nuestras emociones y empezamos a conversar sobre la anunciada boda de MK. Y entonces Sara, sin querer, me rompió el corazón en millones de pedacitos chicos.

Con un rostro casi fúnebre pero con firmeza en el habla, me dijo que no entendía por qué se casaba, que realmente no le quería y que dudaba si él la quería a ella. Me dijo que MK había llegado a reconocerle que se arrepentía de su decisión, que en el fondo no quería hacerlo, y que si pudiera retiraría todas las invitaciones. Me dijo que el novio es un celoso de mierda, me dijo que en su familia no era bien acogida, me dijo que sabía que no iba a ser feliz con él, pero que se conformaba porque se había cansado de luchar después de tantos años arrastrando el peso de su hogar desde que su madre había muerto. Me dijo que yo llegué a ser la persona clave, la que podía haber cambiado todo, pero que MK no se atrevió a dar algunos pasos. Me dijo tantísimas cosas... Me dijo que se arrepentía de habérmelo contado, pero me dijo que no habría podido callárselo. Me dijo que el domingo iba a estar con MK y que no quería decirle que me había visto, pero me dijo que no sabía cómo se lo iba a ocultar. Me dijo tantas cosas que no llegué ni a oír...

Atrás te he adelantado que mi noche se alargó. Ajenos a lo que yo estaba viviendo, mis amigos se fueron a casa convencidos, paradojas de la vida, de que me había encontrado con una medio novia, y le di mi pastel a uno de ellos pues, la verdad, no me estaba entrando. Sara y yo nos quedamos solos y dimos un largo paseo desmenuzando los viejos recuerdos. Se disculpaba una y mil veces por haber desaparecido, por no haber sido capaz de cumplir su palabra, pero yo le quitaba importancia. Más allá de la curiosidad por querer saber o la incertidumbre ante lo que se había convertido en una espera interminable, creo que yo tampoco me habría entrometido en la vida de nadie, y menos en la de alguien tan especial para mí como llegó a ser MK. Lo que Sara no sabía es que MK también había intentado abrirme las puertas a sus secretos, que también había prometido llamarme, pero que tampoco había conseguido descolgar el teléfono.

Acercándonos al futuro, el reloj avanzaba hacia las seis. Recordé entonces lo caprichosos que son los hilos que tejen eso que nos empeñamos en llamar destino, y le relaté a Sara la situación de la estampa que me había sucedido hacía unas horas. También le dije –y tú sabes que es cierto- que desde que conocí a MK no ha habido un solo día en que no me haya acordado de ella. En fin, tuvimos ocasión y ganas de hablar muchísimo. Poco a poco llegamos a la misma parada de taxis en la que me despedí de MK aquel día de septiembre de hace tres años. Nos abrazamos, Sara montó en un taxi y se fue.

Yo caminé despacito hasta mi casa, serio y cabizbajo; riéndome en ocasiones acordándome de las palabras de Jon, pensando en qué pedazo de canción escribiría en ese momento si yo supiera tocar la guitarra.

El sábado desperté con un terrible dolor de cabeza y un humor sombrío. Después de comer me quedé despierto en mi boudoir y recapacité sobre las sorpresas de la noche anterior. Llegué a la conclusión de que era una historia ciertamente curiosa, merecedora de una gran canción. Todo reaparecía ante mí de manera irreal y fantasmagórica, como salido de un sueño intenso, pues yo no podía hacer nada en ningún sentido. No puedo llamar a MK, no puedo ni debo hacer un gesto que comprometiera algo tan respetable como su decisión de casarse. Y tampoco es un asunto que yo pueda desahogar con nadie concreto, ya que nadie de mi alrededor actual ha oído jamás el nombre de MK. Te ha tocado a ti conocer la historia, XX, gracias por estar ahí, gracias por acompañarme en la distancia.

Olvidaba contarte que el sábado, cuando me abrumó la necesidad de escuchar alguna canción, hice sonar a todo volumen "HOW COME U DON'T CALL ME ANYMORE", esa ignorada joya de Prince que alguien pondrá de moda algún día. Y lloré. Algo se me vino abajo por dentro como una torre de naipes, como aquella triste y lejana noche en que saltaron mis últimas lágrimas tras el funeral por el hermano de mi amigo Asier. No lloré porque MK se vaya a casar, eso me importa muy poco (yo siempre supe, siempre supimos, que ella tenía novio), lloré porque Sara me aseguró que no va a ser feliz, y lo que es aún peor, Sara dice que MK lo sabe. Y en cuanto pasaron los cuatro minutos de la canción, cambié por completo de registro y me dejé seducir por la fascinante guitarra de un concierto del 87; porque aunque llegué a creerlo... el tiempo nunca se detiene.

Sara me dijo que el domingo le pediría a MK que me llamara, pero ya es jueves y no lo ha hecho. Y dudo que lo haga, a quién podría interesar esa llamada. Yo tampoco voy a llamar a Sara, ya hemos removido y actualizado los recuerdos y para mí es suficiente haber obtenido algunas respuestas. Sí, seguiremos así, querida XX, cimentando nuestro futuro mejorando nuestro presente, puliendo nuestro pasado. Los recuerdos van y vienen, irán y vendrán. Lo de hoy es mañana y es ayer; mañana será ayer y será hoy; ayer fue hoy y fue mañana. Todo puede ser intercambiable, todo tiene respuesta, tan sólo hay que saber hacer la pregunta correcta. Quizá hoy es MK la que está esperando mi llamada. Quién sabe, yo sólo sé que todo es posible en un mundo cuyo tiempo nunca se detiene.


JCHO-DMSR

Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 07:20:11
Citarhe echado de menos un poco
de pasión, condimento esencial de cualquier amor y sin lugar a
dudas ingrediente esencial en un "amor imposible".   ::)

Clík aquí (http://img.photobucket.com/albums/v254/PRiNCe_/NUDITY/44d664bc.jpg) (dos rombos abstenerse menores)


Para intentar compensar esa carencia de pasión que has echado en falta en mi relato, aquí tienes un 'bonus'  ;)  Ésta sí es la historia de un amor imposible (aparentemente, vaya  ;D)  Es una de aquellas historietas que escribí en el 97 y que cito en "Blues", confío en que te guste  ::)


DULCE NIÑA RAQUEL

En la tienda del Sr. Martín los niños compran caramelos,
Buscan un ratito dulce, ese sabor tan bueno.
Naranja, limón, menta, fresa o anís;
Todos pagan en la tienda del Sr. Martín,
Aquí son baratos los buenos momentos.
Todos pagan excepto Raquel,
Dulce niña de sonrisa perenne.
Trece años, labios de siete y mirada de diecinueve.
Los martes y los viernes Raquel viene
A comprar un caramelo de frambuesa.
Siempre llega tarde, a punto del cierre.
No necesita pedir nada,
Le basta con entrar y sonreír;
Raquel ilumina la tienda con su sonrisa,
Su golosina ya está preparada.

¿Aceptará que hoy le pague?
Siempre dice la dulce niña Raquel.
Dulce niña Raquel, responde el Sr. Martín,
Tu sonrisa es más dulce
Que todos los dulces que te puedas llevar.
Tú puedes coger lo que quieras,
Sólo tienes que entrar
Y sonreír,
Y tener cuidado con la cremallera.

La dulce niña Raquel sonríe, se va contenta;
Volverá el martes y el viernes.
La dulce niña Raquel se va contenta,
Y el Sr. Martín ni te cuento
Con qué sonrisa cierra la tienda.



DMSR  8)
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 24 Junio 2005, 07:21:13
Con todo mi afecto para Teacher, Carmen e Irene  [smiley=sunny.gif]  Un abrazo desde San Sebastián de vuestro amigo DMSR.


(http://img.photobucket.com/albums/v33/Babyknows/mechon.jpg)
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: openbook en 24 Junio 2005, 14:52:09
 (:o :o qué mogollón.... iré poquito a poco no me atragante... o me lo meto en plan atracón? ;D ;D )

Gracias, deeme,  por combinar con amor tantas palabras  ¡¡¡y feliz medio santo!!!  :-*  
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: tototote en 25 Junio 2005, 03:09:54
Feliz santo, y gracias por tanto lujo!

Eres un genio, tio!
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: Chuck Romerales en 25 Junio 2005, 04:29:31
     Impresionante. De verdad. Ver todo esto junto me ha puesto los pelos de picos pardos.  ;D
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 28 Junio 2005, 18:39:01
Y para el verano, tres "viajes" a la página de Scandalous [ http://es.geocities.com/wondermusicweb/ ]  8)  Estos tres son míos pero tenéis ya UNOS CUANTOS para descargar en .pdf con foticos y mucho currelo por parte del creador de la página (esto lo digo como PUBLICIDAD, ¡¡por si alguien no conoce WMW!!)

A Marbella'98
http://welcome2thedawn.iespana.es/welcome2thedawn/relatos_conciertos3.pdf

A París'98
http://welcome2thedawn.iespana.es/welcome2thedawn/relatos_conciertos4.pdf

Y a Paisley Park  8)
http://es.geocities.com/wmwdescargas/relatos_otros2.pdf


Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: Pablo en 28 Junio 2005, 23:01:25
 Genial D.m, admiro tu actitud para escribir, organizar ideas y mucho mas aun, para darlas a conocer! Esto no es poco no?

  Un saludo mago de los masajes y nos vemos!

 Salu2 pablo
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: capitanaHook en 30 Junio 2005, 08:58:21
dior mio, cuando me dijiste el otro día q habías preparao el quijote 2º parte para amenizarme las noches de guardia (bueno está claro q no sólo a mi) con un "ladrillo de los tuyos" como tú les llamas ... no crei yo q sería TAN EN SERIO XDDDDDD aunke la mayoría ya las conocía ( ya sabes q las guardias son muy putas) me ha gustado la recopilación  ;D ;D
y para ti digo yo q esto es casi un diario de tu vida no?? tus MEMORIAS 1º tomo xDDDDDDD
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 13 Julio 2005, 04:27:26
Una de angelitos... ::)


VERDADES

No, no es verdad.
¿Quién inventaría esta falacia?
¿Quién sería el primero en inventar
que los ángeles tienen alas?
No, no es verdad.
Un ángel es un libro abierto
cuya única realidad
es guardar silencio
cuando no hay nada que contar.
Es cantar una canción
cuando es necesario cantar
para engendrar una emoción,
y aún digo más...
Es alcanzar el más alto premio,
el que sólo te da una amistad
con el horizonte en lo eterno
como fecha de caducidad.
Los ángeles no tienen alas,
yo viví esta gran verdad
al ver sus piernas bajo su falda.

DMSR_julio_2005
:-* ;) :-*
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: openbook en 13 Julio 2005, 04:45:07
(DMSR o Lucky Luke, el vaquero más rápido que su sombra, con un teclado en lugar de pistola.)

:-*
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 06 Agosto 2005, 06:31:03
Sé que algunos de los que leáis el cuento que voy a compartir hoy aquí os sentiréis identificados. Está escrito en base a metáforas que serán difíciles de interpretar, pero es una historia autobiográfica. Fue escrito hace años, y es una mirada retrospectiva a cómo los amigos te ayudan a atravesar el camino desde la pérdida del amor hasta que lo vuelves a encontrar. Nunca sabes si está a la vuelta de la esquina. A quien lo lea: gracias. A quien le guste: que aproveche. A quien le ayude: un beso.

LA VUELTA AL MUNDO EN 17 VIDAS[/size]

Perdí mis pantalones
Con cien sueños en el bolsillo;
Nunca supe en qué batalla
Aunque recuerdo el castillo.

Recuerdo haber muerto
¿O me quedé dormido?
Si te cuento el cuento
(Es divertido)
Estate atento
Por si luego me olvido.

Me levanté y me fui de allí
Sin los pantalones, sin los sueños que tuve;
Eché a andar y creo que anduve
Un millón cuatrocientos sesenta y ocho mil
Ochocientos diecinueve segundos.
Y treinta y dos centésimas, si no me confundo.
Treinta y dos centésimas, treinta y dos...
Sí, estoy seguro.

Te sonará extraño pero en este viaje, al principio,
Conocí a un camaleón que me llamó por mi nombre.
Era un gran sabio, un erudito,
Mucho más que muchos hombres,
A sus palabras me remito.
Lo primero que me dijo:
"No llevas pantalones
Y en tus ojos veo
Que además del pantalón
Has perdido tus sueños".

Tenía una mano llena de sonrisas
Y la otra llena de aire fresco.
No aceptó nada a cambio y añadió este consejo:
"Sigas por donde sigas
No abandones tu camino.
Aprende a ser verde en lo verde,
Amarillo en lo amarillo.
Busca tu buena suerte,
Encuentra tu propio brillo".
¡Espera, no te vayas!
¿Tienes un pantalón?
"¿Cómo quieres que lo tenga?
Sólo soy un camaleón.
Nos vemos..."
Hasta la vista.
"Adiós".
Adiós.

Con las manos llenas de regalos
Y millones de milímetros recorridos
No volví a sorprenderme
Hasta que escuché un grito.
Alguien pronunciaba mi nombre
Con la garganta al rojo vivo.
La sorpresa fue aún mayor al acercarme,
¿Será verdad lo que veo?
¡Tú eres un elefante!
Mmmh... ¿de qué nos conocemos?
"Tú eres Juan Carlos Hernández,
Y yo un elefante con el alma de hielo".

Tenía sobre la boca una torpe sonrisa,
Junto a un cartel que decía "AIRE FRESCO".
Me confesó que todo era mentira
Y dimos juntos un paseo.
Abrí mis manos y le pedí que cogiera
Cien sonrisas, cien brisas, cien consejos.
Como única compensación
Le pedí un poco de compañía,
Pues no pararía
Hasta encontrar mi pantalón.
Pero tuvo que marcharse
Para probarse
Las sonrisas, las brisas, los consejos;
Para buscar en el fondo de su alma
Un rescoldo del fuego
Que se le apagaba.
Pensó que yo era un mago,
Somos amigos eternos,
Su alma ahora es un lago,
Su alma ya no es de hielo.

Andé, anduve, caminé, me detuve,
Extraña sensación...
¡Acabé en una nube!
Junto a mí apareció un animal,
Uno de estos con pico y grandes alas,
Plumas, garras y tal.
Me dijo: "Hola, Juancar, ¿cómo te va?"
Me caí de culo y respondí:
No me va mal,
¿Qué clase de animal tengo ante mí?
"¡Soy un águila imperial!"
(Creo que le ofendí)

Me acordé de una vieja canción
Cuando me pidió una respuesta:
"¿Qué hace un tipo como tú
En una nube como ésta?"
Busco mis pantalones
Con cien sueños en el bolsillo,
Busco emociones fuertes,
Busco mi propio brillo,
Busco mi buena suerte,
Busco mi camino.

El águila sonrió
Y me dio sin yo pedirlo
Dos alas y el manual
Con las instrucciones.
"Aprende a volar,
Y si encuentras tus pantalones
No olvides a este fiero animal
De buenas intenciones".
Curioso manual, decía:
"Para aprender a volar y no es trola,
Uno: ponga aire fresco en cola,
Y dos: por favor, sonría".

Era un regalo elegante,
Tan hermoso como los del camaleón,
Como la amistad del elefante;
Aprendí la primera y la segunda lección,
Aprendí a volar en un instante.
Volé sin pensar,
Tanto volé, tan alto y a gusto,
Que al no poderlo evitar
No evité el susto
De haber conseguido dar,
Sin haberme dado ni cuenta,
La vuelta completa al mundo,
La vuelta completa al planeta.
Ante mí había un castillo
Que se me hizo familiar.
Me acerqué hasta la puerta,
Me atreví a llamar
Con algo de apuro,
Pues no estaba seguro
De lo que iba a pasar.

Abrió un animal fascinante
Con alas de águila,
Trompa de elefante,
Piel de camaleón,
Cara de estrella,
Cuerpo de ratón,
Mirada penetrante
Y rugido de león.
Me dijo: "Hola, ¿cómo tú por aquí?".
Y al escuchar su voz comprendí
Que aun sin aire en los pulmones
Y sin sangre en la cabeza,
Ante aquella extraña belleza
Encontraría mis pantalones
Que tiempo atrás perdí.
No podía respirar,
Reventaba mi pecho,
No pude sujetar
Varias sonrisas y algo de aire fresco
Que cayeron de mis manos,
Se estrellaron contra el suelo.

"En fin, Juancar, has vuelto.
Has tardado en regresar
Pero lo entiendo".
Yo no supe reaccionar,
Me faltaba el aliento,
Y cuando por fin pude hablar,
En ese momento,
No pude más,
Me venció la emoción.
Y tuve que escuchar:
"Perdiste el pantalón
En el patio de atrás
La última vez que estuviste aquí,
Que fue, si no recuerdo mal,
Hace un millón
Cuatrocientos sesenta y ocho mil
Ochocientos diecinueve segundos.
Y treinta y dos centésimas, o algo así".
Eso es mucho tiempo, respondí,
Algo más de diecisiete vidas, según creo.
¿Qué has hecho tú con todo aquello?
¿Qué has hecho con mi ropa?
¿Qué has hecho con mis sueños?
¿Dónde está mi alma?
¿Dónde están tus trofeos?
¿Por qué hay una estrella en tu cara?
¿Se la has robado al cielo?
¡Para, por Dios, para!...
Que creo que me muero.

Resucité en una cama,
En una gran habitación.
Llevaba puesto mi pantalón
Y latía mi alma
En mitad de mi pecho.
Busqué en el bolsillo mis sueños,
Comprobé que alguno quedaba;
Los junté con las sonrisas,
Los consejos y las brisas
Que aún conservaba.
Busqué allí a la estrella
Con alas de águila,
Cuerpo de ratón,
Trompa de elefante,
Piel de camaleón,
Mirada penetrante
Y rugido de león.

Y al tenerla delante
Y volvernos a mirar
Comprendí al instante
Que me tenía que quedar.
Que ni vivo ni muerto
Podría escapar
Del eterno hechizo
Que me hizo
Aquel animal.
Y compartiremos
Mis pantalones y camisas,
Los aires frescos,
Las sonrisas,
Los mil consejos,
Las alas para volar.
Mi amor, mi amistad,
Mi alma, mi vida,
Lo que ella me pida,
No lo he podido evitar.

Y si has estado atento
Y has entendido
La historia del cuento
Que te he leído,
Habrás podido comprobar
Que por más vidas que haya perdido
En dar la vuelta al mundo,
El sentimiento más profundo
Que he llegado a encontrar,
La mayor maravilla,
Es la más bella y carnívora flor
Que te sella su semilla,
Que te devora sin aviso;
Sus dientes son el amor,
Su maceta sin fondo: el compromiso.


JCHO_DMSR_1996[/size]
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: cat en 06 Agosto 2005, 17:25:18
Muy bonito.

Otra vez gracias por compartir tus cuentos. :-*
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: openbook en 06 Agosto 2005, 18:14:17
Vivan los camaleones, elefantes (y flores), las águilas y los amigos, el amor, el equivocarse y el dudar, los sueños y todo lo compartido entre amigos (risas, lágrimas, notas o palabras), los compromisos y los objetos recuperados (sean pantalones, gafas de sol o relojes antiguos ;D ).

Gracias tú.
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 01 Septiembre 2005, 01:48:03
Hola de nuevo, amigos lectores  8)

Debido a algunas "presiones"  :D y a que la persona con la que me había comprometido para no hacerlo hasta el lunes me ha dado su visto bueno, empiezo HOY la publicación de los SIETE fascículos (uno al día) de un RELATO ERÓTICO en el que he trabajado durante los meses de junio y agosto.

Este relato habría sido imposible sin tres amigos a los que tengo que citar: por un lado Cat y Openbook, las primeras que supieron allá por mayo/junio que tenía en la cabeza una idea para escribir un relato basado en el álbum "1999", y que me animaron y me insistieron lo suficiente para que empezase y sobre todo para que haya sido capaz de terminarlo (en todo julio no escribí ni una letra debido a viajes/conciertos)  Por otro lado, a mi compadre Mike T., quien desinteresadamente tradujo para mí algunas de las canciones del disco de las que yo no tenía ni idea. GRACIAS A LOS TRES.

También quiero agradecer a Shockadelica el trabajito fino de juntarme las cinco fotos con las que encabezo el relato  :-* :-*

Como he dicho, es un texto bastante largo y de temática erótica. Está basado en el álbum "1999" y en muuuuucha imaginación  ;D ;D ;D ;D ;D ;D ;D ;D ;D ;D. Yo me he divertido como nunca escribiendo, espero ser capaz de contagiar parte de ese disfrute  8)

A Enric le digo desde ya que me gustará saber qué música te apetecerá escuchar cuando acabes de leer el relato completo. Te aseguro que no será Blues  ;D ;D ;D ;D ;D

Como siempre que comparto algo en este Foro, espero que os guste a quienes le dediquéis el tiempo de leerlo despacio y con gusto. Hale, a follar...


(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/algoenlosojos.jpg)


ALGO EN LOS OJOS (Does Not Compute)

Es una experiencia curiosa. Me refiero a ojear el álbum de fotos personal, esa mirada al pasado con todas esas imágenes de tu vida que te llevan mentalmente a momentos concretos; momentos que te arrastran a épocas determinadas; épocas atrapadas en el trepidante mundo de los recuerdos.

Yo miro mis álbumes cada cierto tiempo. Supongo que como en todos los álbumes del mundo hay fotografías muy diversas, aunque normalmente existe –creo- la tendencia de conservar en ellos sentimientos agradables. Lo malo de los álbumes es que no lo guardan todo, siempre tienen carencias, algunas de ellas importantes. Hay escenas de la vida en las que no había una cámara cerca, y entonces los recuerdos sólo pertenecen a la memoria, al también trepidante mundo de la memoria.

En uno de mis álbumes hay una página con dos fotos que me gusta contemplar. Cada vez que lo cojo es automático. En ellas se me ven muy bien los ojos, y siempre me fijo en ellos como si quisiera ver dentro de mí mismo, intentando escudriñar si aquellos ojos adolescentes son los mismos que puedo ver hoy ante un espejo. También es automático.

Una es del 13 de noviembre de 1999, cuando tenía diecisiete años... y diecisiete días. Corresponde a la tarde en que empecé a salir con Leire; una relación que duró algo más de año y medio y que tuvo que ser casi furtiva porque yo era menor de edad, y ella, bastante mayor que yo, era amiga de una de mis profesoras. La otra es de mayo del mismo año, una fotografía en primer plano que me sacaron en el colegio cuando estaba terminando 3º de BUP. De hecho, fue Leire quien sacó esa foto, así fue como nos conocimos.

Pero entre ambas instantáneas, colocadas una encima y otra debajo, tengo escrita una frase que junto a todo lo que me evoca es la culpable de que yo preste tanta atención a esas dos fotos, a los ojos de esas dos fotos. Durante algún tiempo busqué imágenes de auroras boreales para ilustrar esas palabras, aunque nunca he encontrado ninguna que haga justicia a lo que yo conservo en mi retina, así que mi álbum está bien como está. Todo el mundo tiene una bomba en su biografía y la mía fue esta frase y lo que llegó detrás la frase. Una bomba, que desde que salió de los deliciosos labios de aquella pelirroja, me ha seguido explotando cientos de veces en la cabeza, una frase que a falta de fotografías comprime más recuerdos que muchas de éstas:

"No te preocupes, no te haré daño. Sólo quiero que tengas un poco de diversión".

Menuda historia. Han pasado ya seis años y aún me sorprendo al recordar aquello. Curiosamente, no la he contado casi nunca, porque el primer amigo con quien quise compartir la experiencia no me creyó una sola palabra. Ja, ja, jaaa... lo que hace la puta envidia, que se joda, pensé yo. Y pasé de él (y él de mí) como de la mierda. Hoy la voy a exponer aquí, íntegra, con todos los detalles que consiga rememorar, que intentaré que sean muchos. Quien quiera creer algo de lo que sigue, adelante, quien no, que no siga leyendo o que se rasque al acabar. A falta de una imagen, aquí van mis mil palabras.

La historia que voy a desmenuzar podría parecer un sueño pero no lo es. Al contrario, empieza con un despertar, uno cualquiera, y termina veinticuatro horas más tarde cayendo fulminado en la misma cama, tras una agotadora jornada en la que el baile, la música, el sexo y los flirteos se conjugaron para siempre en mi vida, en una inesperable secuencia vital que me cambió las tuercas, la piel y los sentidos. Aquel día aprendí a sentirme libre, aprendí a ser capaz de hacer casi cualquier cosa; aquella pelirroja me supo enseñar que hay días en los que no hay que dormir hasta que salga el sol, y que la magia iniciática de los primeros delirios es indeleble.

Delirio, delirio... Uhmm... delirio...

En el año 1999, sin haber cumplido los diecisiete años, yo me consideraba un chiquillo. Mi prioridad sí era conocer y conquistar el mundo, pero en realidad buena parte de mis esfuerzos se los llevaba mi pasión por el Atletismo, una pasión sin límites. En el terreno de lo que quiero contar, había tenido ya algún roce con un par de compañeras de clase, pero poca cosa. Más listo que inteligente, sí puedo decir que no estaba muy espabilado. Era (y soy) bajito y delgado, pero con un cuerpo fibroso por el deporte, tenía y sigo teniendo "cara de niño", y siempre he oído decir que soy guapo y que tengo unos ojos "muy bonitos". En fin, no diré que soy feo, pero no sé qué me ven para opinar que yo soy guapo. Mis ojos... sí, mis ojos tienen algo. Nadie ha sabido concretarme esta afirmación, yo tampoco la he descifrado nunca, por eso sigo contemplando algunas fotografías.

Se me olvidaba, ya que voy a hablar de mí debería haber empezado por mi nombre. Lo diré ahora: mi nombre es Dámaso, Dámaso Erre, un apellido vasco que puede traducirse como "arder" o como "quemar" o como "fumar". Y soy de San Sebastián, una pequeña y preciosa ciudad que merece la pena conocer.

El día de 1999 del que quiero hablar es el sábado cuatro de septiembre, en la recta final de un verano mágico que terminó siendo inolvidable. Llevaba una semana de entrenamientos, al inicio de una nueva temporada. Mis pilas estaban más cargadas que nunca tras haber vuelto de Sevilla a San Sebastián la semana anterior, después de haber vivido desde la grada el inigualable espectáculo del Campeonato del Mundo de Atletismo, una de esas experiencias que también atesoraré para siempre en mi interior.

Me levanté a las nueve de la mañana, temprano para ser un sábado, pero quería ir a entrenar y había quedado antes con un amigo para hacer unos recados. Luego fui a la pista; hice un buen entrenamiento, de los que te dejan satisfecho, aunque a esas alturas de la temporada tampoco se hacen grandes cosas. Hacía un día radiante y soleado, como cabe esperar de los días especiales, y decidí ir a la playa para coger algo de color para la noche, en la que se preveía fiesta. Fui corriendo, hay días en los que me gusta sentirme un poco chulo; quizá es que me sobraban pilas, si es que sobran alguna vez. En la playa me encontré con un grupo de amigas, a las que estuve achicharrando con las recientes vivencias de Sevilla, con el récord de Johnson, el 3.27 de El Guerrouj, con Green, Pedroso, Reyes Estévez... En fin, yo soy bastante hablador, y si me dan cuerda pues todavía más.

Volví a casa, esta vez andando, y comí todo lo que fui capaz de meterme en el cuerpo. Al acabar de comer me disponía a echar una siesta gigante cuando sonó el teléfono de casa. En 1999 los teléfonos móviles empezaban a ser comunes, pero yo aún no podía permitirme uno. Descolgué, y al preguntar quién llamaba, una voz de chica que no identifiqué preguntó por mí. La conversación fue breve pero intensa:

-      "Hola, ¿está Dámaso, por favor?".
-      "Sí, soy yo, ¿quién eres?", pregunté intentando adivinar antes de que lo dijera de quién era esa voz desconocida. Pero ella se adelantó a mi memoria:
-      "Soy Leire, ¿te acuerdas de mí? Soy amiga de Amagoia, tu profesora de biología".

En ese momento se me escapó un "joder" que siguió con un "uy" y con una sonrisa avergonzada que, aunque ella no la vio, supongo que la intuyó. Y cuando superé el balbuceo dije:

-      "Claro, claro que me acuerdo... jo, qué sorpresa...".

Recuerdo que el corazón me latía a mil por hora, aunque creo que a ella se le debía estar saliendo por la boca. Me ahorré la tontería de cómo había conseguido mi número, pero sí le pregunté el porqué de su llamada. Me comentó que tenía unas fotos mías, las que había sacado en mayo, que salía muy guapo y que quería dármelas. Yo me puse muy nervioso porque algo había en sus palabras y en el tono de su voz que parecía evidenciar que esa chica, una amiga de una de mis profesoras, estaba intentando seducir (no sé si es la palabra más correcta) a un niñato como yo.

Con la mente un tanto aturdida, mi reacción no fue muy coherente, de hecho ahora la recuerdo como totalmente estúpida: "Esto... mira, Leire, ahora me iba a echar una siesta. ¿Por qué no me llamas otro día y quedamos para lo de las fotos?". Noté que ella se sorprendió, y tartamudeó para despedirse. Eso sí, lo hizo de una forma que me alegró aún más el día:

-      "Bue... bueno, Dámaso, quiero que tengas estas fotos. Sales muy guapo, yo no me canso de mirarlas. ¿Na... nadie te ha dicho que hay algo especial en tus ojos? Te volveré a llamar para tu cumpleaños, que me ha dicho Amagoia que es pronto. Que descanses, un beso, Dámaso".

Justo me quedó un segundo para decir que sí, que mi cumpleaños era el 27 de octubre, y creo que no llegó a escuchar que podía llamarme antes si quería, dos meses no era tan "pronto".

Al colgar el teléfono me sentí algo patético por la torpeza que había demostrado, pero me fui a la cama con el ego embrutecido. Antes de dormir llegué a pensar si mi aparente falta de interés le habría hecho cambiar la cara y si ya no me volvería a llamar. Pero me llamó. Aunque tensó la cuerda hasta el día de mi cumpleaños, ya he dicho antes que acabamos siendo pareja. Una apasionada relación, algo descompensada por la edad, que se prolongó durante diecinueve meses hasta el lluvioso amanecer de un 25 de junio. Pero ésta sería otra historia, seguiré con la que he empezado.

Dormí durante tres horas, y tuve sueños tórridos y fascinantes. Una voz, no sé si interior o exterior, retumbaba en mi cabeza cantando frases parecidas a esto:


Finjamos que estamos casados y hagámoslo toda la noche.
No pararé hasta el amanecer.
Quiero follarte tan fuerte que duela, duela, duela.
Quiero, quiero, quiero, quiero, quiero, quiero, quiero follarte.
Sí, quiero, quiero, quiero, quiero, quiero follarte.
Quiero sinceramente follar el sabor de tu boca.


Madre mía, quiero creer que es algo normal en los sueños de un chico de diecisiete años.

A pesar de todo me desperté muy descansado, tres horas de siesta no son pocas... Y unos minutos después, como si hubiera sabido que ya estaba en pie, me llamó un amigo para quedar a la noche. Perfecto, ya estaba todo organizado.

La siguiente hora y media la disfruté a rabiar haciendo algo que no había hecho en bastante tiempo. Me puse en plan DJ a pinchar vinilos de la colección de mi padre. Mi viejo tiene buen gusto, es y seguirá siendo un 'funkyman', qué tío. No sé si tengo muchas más cosas en común con él (aparte de la que se me reveló aquella noche), seguro que sí, pero la música Funk es algo que corre por sus venas y yo he heredado su pasión por esa música que te obliga a bailar, que te mueve los pies y la cabeza, que te seduce y te agita las caderas como si tuvieras un demonio dentro. El caso es que me puse como loco, una canción me llevaba a otra y ésta a la siguiente. ¡¡Qué gozada!!

Tras ducharme y cenar... ¡coño!, ¡Atletismo en la tele! Atletismo del bueno, y yo despistado y sin enterarme, en qué tendría la cabeza. Llegué tarde a la cita con mis amigos, pero sabía que ellos conocían el motivo de mi retraso, que por otro lado no incomodaba los planes del grupo. De todos modos, no terminé de ver la retransmisión y dejé el vídeo grabando las pruebas que faltaban. Decidí que esa noche iba a ser mi noche, que iba a hacer caso a mi cuerpo y que me iba a divertir como si fuera la noche del Juicio Final. Destino: DIVERSIÓN.

Cuando llegué, mis amigos bebían cerveza. A mí no me gusta demasiado, pero hay noches en las que es difícil no sucumbir a algunas tentaciones y me sumé a ellos. Hablando de Atletismo y de chicas, que eran los temas trascendentes de nuestra existencia en aquel momento, terminamos haciendo una memorable sentada cervecera en la que el dueño del bar nos acabó invitando a alguna ronda. Luego hicimos otra sentada menor, y después ya era todo desfase.

Anduvimos por la Parte Vieja, riendo, bailando en algunos bares, intentando conocer gente... en fin, lógicamente no estábamos inventando nada nuevo, pero sí se puede decir que estábamos descubriendo parcelas de la vida y parcelas de nosotros mismos. Hay algo mágico en la diversión adolescente; no es fácil darse cuenta en directo, pero cada sensación es aprendizaje y cada sorpresa aprendida será bagaje personal para el futuro, acaso para siempre.

De la Parte Vieja fuimos a "Komplot", un local a unos quince minutos andando en el que solíamos terminar las noches bailando como posesos para sudar lo que hubiéramos bebido; y aquella noche habíamos bebido más de lo habitual. Actualmente ha cambiado mucho, pero en 1999 la música que ponían en "Komplot" nos resultaba excelente. A bailar.

Había pasado un buen rato cuando ELLA, la pelirroja con el culo más inquieto que yo hubiera visto, que haya visto en la actualidad, y que probablemente vea en toda mi vida, se hizo de carne, hueso y química ante mis atónitos ojos.

No tardó en percatarse de la mirada estúpida que había dibujada en mi cara y enseguida iniciamos un, para mí, inquietante juego de miradas. Embutida en una blusa y una falda rojas y sobre unos zapatos planos del mismo color, ella era algo así como una fantasía hecha realidad, alguien salido de un cómic o una canción. Esa melena pelirroja, ese rostro perfecto, aquellas curvas de vértigo, aquellas piernas que se alejaban de su minúscula minifalda, su forma de moverse y de bailar...

Busqué a mis amigos para que no se perdieran el prodigio, pero ya se habían marchado. Allí estaba yo solo, dando palmas en el cuarto compás en una pista de baile abarrotada, con los ojos entregados a aquella figura de mujer que parecía estar tan sola como yo. Ella bailaba sin parar, se acercaba a mí, me sonreía y luego se alejaba, aunque mantenía ese juego con mucha más gente de la pista, chicos y chicas. Todo el mundo la miraba, era el auténtico centro de atención, pero supongo que tenía que haber sabido, por la manera en que finalmente acercó sus caderas a mi lado, que iban a ser mis frenos los que acabarían saltando por los aires aquella calurosa noche del cuatro al cinco de septiembre. No tardé en saberlo.

Se puso delante de mí y dejó de bailar súbitamente. Nos quedamos clavados, mirándonos fijamente a los ojos a poco más de un palmo de distancia. Ella habló para seguir asustándome: "Niño, ¿no te parezco una puta irresistible?". Me quedé aún más mudo y rígido de lo que ya estaba, y ella soltó una carcajada aterradora. "¡Es broma, tonto!", (menuda broma, joder)  Y añadió: "¿Quieres bailar?". "Claro", conseguí decir recuperando un poco del aire que me había faltado el último medio minuto. Pero ella se volvió a reír de mí: "Pues baila"... y desapareció entre la gente. Al perderla de vista pensé que debía haber algo en su bebida, ¿por qué si no una mujer querría tratar tan mal a un chico como yo?

Algo abochornado por la guasa, hice algo atípico en mí a esas horas. En vez de irme a casa como habían hecho mis amigos, me acerqué a la barra y pedí una cerveza. La imagen y las burlas de la pelirroja se me habían incrustado en el pensamiento y necesité sacudirme aquella tensión de alguna manera.

Al rato miré a mi izquierda y allí volvía a estar ella, la pelirroja del culo inquieto, sonriendo y buscándome los ojos con su mirada. Disimulé el cosquilleo que volvió a brotar en mi interior, procurando aparentar una indiferencia irreal. "Hola, niño", dijo con una voz muy dulce esta vez. "¿Aquí sirven alcohol a menores de edad?", me preguntó, imagino que queriendo asegurarse de mi corta edad porque ella pasaba de los veinte con holgura. "Supongo que no, pero aquí me conocen; uno de mis amigos es primo del dueño", conseguí explicar en lo que ya se parecía bastante a una conversación. "Sé que antes te he hecho sentir mal, lo siento". Su disculpa me sorprendió, pero yo seguí a lo mío, no estaba seguro de querer seguirle el juego a la "puta irresistible". "No te preocupes", dije, "así tengo algo que contar mañana a los amigos". Y le regalé una sonrisa que ella aceptó con otra. Manteniendo la sonrisa, cambió de tercio: "¿Te importa que te llame "niño"? Lo hago sólo con los chicos guapos". "Mi nombre es Dámaso, pero llámame como quieras, lo de "niño" en tu boca me suena bien, me lo tomo como un piropo. ¿Y tú? ¿Cómo te llamas tú?". Y ella volvió a sacar a relucir su cara enigmática: "Niño, no hagas preguntas y prometo no decirte mentiras". "Uf, como quieras, ¿qué podría añadir a eso?", y le di un buen trago a mi cerveza, que sorprendentemente me estaba sabiendo riquísima.

Me quedé mirando al vaso, aturdido, ajeno a la música que sonaba, lleno de pensamientos acelerados en confusión en masa en mi cabeza, mientras ella me miraba, no dejaba de mirarme, como si yo fuera un cuadro o una escultura. Que yo me quedara inmóvil y callado sólo tiene una explicación muy simple: no sabía ni qué hacer ni qué decir. Supongo que esperaba que ella tomara el control, porque mi temperatura estaba llegando a su límite y todo aquello era demasiado nuevo para mí.

Y el universo inició su cambio. Ella se acercó a mí, me cogió muy suavemente de la mano y sentí que algo eléctrico me invadía de la nuca a los pies. Entonces acercó sus labios a mi oído y susurró la frase bomba que explotó en mi cabeza y que tengo escrita en mi álbum entre las fotografías de mayo y noviembre. No me importa repetirla:

"No te preocupes, no te haré daño. Sólo quiero que tengas un poco de diversión".

Cuando aquello entró en mi cerebro saltaron todas mis alarmas de incendio y supe, ahí sí, que esa noche iba a ser muy distinta a cualquier otra noche anterior. Ella siguió hablando, y todo "Komplot" empezó a dar vueltas y vueltas. Decía cosas realmente extrañas, casi daba la sensación de que alguien hablaba por ella: "El peligro de tus ojos no está calculado, niño, pero necesito una boca como la tuya para olvidar a la basura que acaba de salir por la puerta de mi vida". Siguió un buen rato articulando palabras por el estilo, y si hasta ese momento yo estaba desorientado, cuando empezó a hablar de esa manera tan chocante, yo ya no sabía si reír o si salir corriendo. Pero la feromona tira mucho, quién no lo sabe, y yo llevaba empalmado desde que me había cogido la mano con su mano caliente. Tenía un león rugiendo en algún bolsillo de mis pantalones, así que allí me quedé para comprobar qué era aquello que aparentemente se me venía encima.

Mantuvo su incontinencia verbal y continuó con su lujuriosa intimidación: "Niño, puedo ver en tus ojos lo que necesitas y veo que lo necesitas ya. Sé que es difícil de creer pero este cuerpo que ves está libre esta noche. Así que si tú también estás libre por un par de horas, abróchate el cinturón y prepárate para el despegue. ¿Volamos? ¿Te gustaría volar, niño?". Yo retomé sus palabras de piloto de aviones y dije entre dientes "Mayday! Mayday!", a lo que ella replicó que qué coño era eso de "mayday". "Nada, nada...", respondí, "cosas mías, no me hagas caso, estoy un poco tenso". Cosas mías que me ayudaron a relajarme y a volver a sonreír, tras un rato, el que había estado escuchando su perorata, en el que había pasado bastante canguelo, y en el que me había tomado casi de un trago otra cerveza.

Pero era sábado por la noche y supongo que eso lo arregla todo. Me armé de humildad y confesé: "Soy un niño que no ha volado nunca, voy a ser una marioneta en tus manos, pero has encontrado alguien que te va a decir que sí a todo ¿Qué tengo que perder?". Y entonces ella me cerró la boca con un beso, un beso que a mí me pareció sobrenatural, un beso en el que sentí sus labios y su lengua, y todo su cuerpo abrazado al mío, pero también sentí (y esto me fascinó) su alma girando a mi alrededor. "Prepárate para luchar", volvió a susurrarme al oído...

Se detuvo un momento, y me comentó que a las siete tenía que estar en el barrio de Gros para echar una mano a unos amigos que abrían su bar a esa hora, y que no teníamos tiempo que perder. Lo de no perder el tiempo me sonó a gloria. Alguna vez me había planteado dónde, cuándo y con quién perdería mi virginidad y, por fin, estaba ante los pasos previos. Me llevó a los servicios de las chicas y nos encerramos en uno de los reservados. Tras un vistazo rápido, me agradó constatar que aquello estaba bastante limpio y que aunque el espacio no era precisamente sobrado, para ser un retrete era generoso. Además, no había ningún tipo de comunicación ni por arriba ni por abajo con las otras cabinas, tan sólo una pequeña ranura bajo la puerta, por lo que había algo de intimidad, dentro de lo que cabe. El volumen de la música que llegaba desde la pista también participó de esta intimidad tan especial.

Yo me dejaba llevar, ¿qué otra cosa podía hacer?  Y en la siguiente media hora comprobé sorprendido lo que podían dar de sí los váteres de un sitio como "Komplot".

En mi sistema nervioso se confundía una explosiva mezcla entre pánico y diversión, entre temor a lo desconocido y el gusto de estar conociendo. Entre besos, abrazos y rozamientos, el sonido de nuestras respiraciones agitaba cada vez más mi libido. Yo suponía que para besarnos no hacía falta esconderse en un váter, por lo que esperaba que en cualquier momento la pelirroja hiciera algo distinto. Y vaya si lo hizo.

Yo tenía desabrochada la camisa, caída hacia la espalda con los hombros al aire. Ella me besaba por todas partes, y cada beso era un placentero aguijón que me atravesaba el cuerpo entero como si me clavara contra la pared. Yo me limitaba torpemente a besar su boca –cuando se dejaba- o su cuello, o intentaba acariciarle los pechos, con el permiso y complicidad de su blusa desabotonada, pero me sentía demasiado ignorante y estaba demasiado nervioso como para controlar mis movimientos. Aunque en momentos de lucidez logré descubrir lo suave que puede llegar a ser la piel de una mujer, y por qué una palabra tan cursi como "turgencia" tiene un lugar de privilegio en este mundo. Repartidos los papeles de aprendiz y maestra, ella se agachó y continuaron las enseñanzas. "Segunda lección", pensé para mis adentros con los ojos en blanco.

Ante el primer contacto entre su boca y mi polla, al sentir aquel gustazo caliente y húmedo, un largo "oooh" se me escapó del interior. Jamás habría imaginado que una mamada pudiera provocar una sensación tan inmediatamente extraordinaria. Ella me besaba y lamía el miembro, arriba y abajo, lo acariciaba, me tocaba el abdomen, me sujetaba y apretaba de los muslos y del culo. Yo intentaba juguetear con su pelo, pero creo recordar que casi todo el rato tenía las manos contra la pared, menuda estampa la mía. Buscó un par de veces un cruce de miradas, joder, yo veía una imagen deliciosa, no quiero imaginar la cara de gilipollas que debía tener yo en aquel momento. Súbitamente, en un estallido interno, sentí que me iba a correr. "Ay, que me corro", avisé. "Aguanta, niño, que esto está muy rico". Pero ya no tuve ocasión de avisar de nuevo y me corrí...

Sentí como si me dieran con un bate en la cabeza, aunque en vez de dolor me dominaba una felicidad extrema. Coincidiendo ese golpe con el primer fogonazo de mi eyaculación, todos mis sentidos se debieron metamorfosear en esperma, porque tengo una increíble imagen visual en la memoria de cómo atravesé el velo del paladar y me perdí en la garganta de la pelirroja. No sabía si a ella le habría hecho gracia que me corriera así, de pronto, pero cuando vi cómo se regodeaba con el resto de mi eyaculación entendí que las cosas estaban en su sitio. Joder, qué a gusto me quedé.

Ajenos al ajetreo que se escuchaba al otro lado de la puerta, como habitantes únicos de un planeta abandonado, ella se puso en pie como si tuviera un resorte en las piernas y me sopló en los párpados cerrados. Me subió un poco los pantalones y el calzoncillo aunque me dejó con todo al aire. Me agarró del pene con la mano derecha y me dio un largo beso en la boca. Cuando conseguí respirar de nuevo, dije una estupidez: "Me he corrido muy rápido, perdona". "Calla, niño", me atajó ella, "¿te ha gustado mi regalo?". "¿Re... regalo? Háblame claro, por favor, que me están pasando muchas cosas en demasiado poco tiempo", alargué cuanto pude la frase intentando pensar. "Has tardado en correrte más de lo que esperaba, aunque ha sido una pena, sí, me estaba divirtiendo mucho. De todos modos tu trabajo empieza ahora", y me estiró del pene con fuerza, hasta casi hacerme daño. "Mira en qué poca cosa se nos ha quedado ahora el juguete", afirmó sin soltarme, exhibiendo una risa macabra. "Coño, lo normal, ¿no?", dije casi preocupándome, y provocando que ella se riera todavía más. "¡Pues claro, tonto!", y me dio un extraordinario beso en el centro del alma.

Me atreví a preguntarle qué era eso de que mi trabajo empezaba ahora, y ella fue tajante: "No creerás que yo me voy a ir así al bar de mis amigos, ¿verdad? Quiero que mi coño huela a hombre, y como te corras antes que yo te la corto. Si te la he chupado primero ha sido para hacer tiempo y para que descargases balas...", y aunque volvió a besarme tras decir esas palabras, semejante amenaza no podía dejarme indiferente; ella seguía sin soltarme el pene, un pene que pocos minutos antes había estado entre sus dientes, lo que me trajo al cerebro la preocupante imagen de una guillotina. Ay.

Pero seguía siendo sábado por la noche y supongo que eso lo arregló todo. Me miró a los ojos y me acarició con sus palabras: "Hay algo en tus ojos, niño, no sé qué es pero hay algo en tus ojos. Me da pena saber que no los volveré a ver. Escucha: ¿tienes bastante gasolina?". Y a mí me salió en inglés: "Oh, yeah".

Nos quedamos unos instantes mirándonos a los ojos. Yo iba a preguntarle por qué sabía con esa seguridad que no volveríamos a vernos, cuando "el juguete" despertó y creció en cuestión de segundos. Los dos sonreímos, pero me encantó ver su rostro especialmente iluminado y su sonrisa, que me mostró completa su fabulosa dentadura (nada que ver con una guillotina)  "¿Ves? Ahora sí que has estado rápido, no hay nada como un adolescente en celo para recuperar una erección. ¿De qué cosecha eres?". Ella no me había soltado, y el calor de su mano en mi polla me subió hasta las mejillas. "¿Cosecha? ¿En qué año nací, quieres decir?". Asintió con un gesto. A mí me habría gustado mentir, pero no supe: "Voy a cumplir diecisiete, soy del 27 de octubre de 1982". "Pues hagamos trabajar a tus diecisiete añazos", exclamó besándome el oído.

Por fin me soltó, y se apartó de mí cuanto pudo alejarse estando en aquel cubículo. No tenía ni idea de qué iba a ocurrir, aunque hoy puedo afirmar que vi abrirse de par en par la caja de las mil sorpresas. Y que una a una o varias a la vez, las mil vinieron a cambiarme la vida, pero sobre todo los sentidos.

Se metió las manos entre la falda y con un gesto habilidoso se quitó las bragas, una tanga minúscula de color rojo. Y escuché estupefacto: "Huélelas y dime a qué te huelen". Se me abrieron los ojos como soperas, pero cogí las bragas obediente y me las llevé a la nariz. Un aroma desconocido me embriagó, había una mezcla de perfume con algo más en aquella prenda. "Eso lo has conseguido tú, niño, eso que hueles es aroma de mujer. Yo también estoy como una perra, ¿qué te crees? Pero ese es el olor que tenemos que cambiar, que tú me tienes que cambiar".

¿A cuántas pulsaciones ha de latir un corazón humano para sufrir un colapso? Dios mío, ¡mi teóricamente entrenado corazón de atleta estaba a punto de estallar!  La pelirroja se acercó de nuevo a mí, me quitó la tanga de la mano y me la metió en un bolsillo del pantalón mientras me besaba el pecho. Yo no conseguía recuperarme, cuando ella me cogió de la mano y me la llevó por debajo de su falda. "Toca, perrillo, así es como me tienes, guau, guau. ¿Habías tocado alguna vez algo tan jugoso?". No quiero recordar los balbuceos bobalicones que no conseguí ni que salieran de mi boca, pero ella tenía razón, jamás había tocado nada como aquello. Ni siquiera parecido.

No sé cómo lo hizo, no sé si con un botón, un corchete o una cremallera, pero en otro gesto automático se quitó la falda en un segundo. Me apartó la mano y allí se quedó, bailando ante mis ojos, de puntas sobre sus zapatos planos, dejándome que la contemplara de arriba abajo, con una blusa suelta como única prenda y un sujetador que le colgaba por un lado. Verla así, desnuda de cuerpo entero, me trastornó. Sentí que me llegaba, más intenso aún, el olor que había descubierto en las bragas, y si mi corazón estaba cerca del infarto, mi respiración se debía parecer a un tren de mercancías. Ella colocó su pie izquierdo sobre la tapa de la taza del váter, que estaba bajada, y yo retrocedí cien mil años en la escala evolutiva. "Come, niño, come, ya verás qué bueno está. Pero cuidado, trátalo como si creyeras que se puede romper, que esto está pensado para gozar y hacer gozar". Me clavé de rodillas en el suelo, esclavo de sus palabras, y mi universo se redujo a descubrir con la lengua y con los labios cada recoveco de aquel nuevo regalo. Creo que ella lo pasaba bien con aquello, pero yo me encontraba en la cima del mundo libando aquel licor dulce que jamás olvidaré.

Aunque aún subí más alto. Ella seguía teniendo razón desde el principio, desde que me invitó a volar. Menos mal que acepté el convite, ¿cómo habría sido mi vida sin la experiencia de aquella madrugada del cuatro de septiembre?

Bajó la pierna al suelo y me ayudó a incorporarme, sacándome de algo parecido a un estado de trance. Ella se giró y me dio la espalda. Colocó su mano derecha en la pared de la que salía la taza, y se reclinó mostrándome todo su sexo desde atrás. De todo lo que vi aquella noche, que fue mucho, sin duda ESA es la imagen por la que pagaría para tener una fotografía. Me vinieron a la mente, como he esbozado al principio, unas fantásticas imágenes de auroras boreales, esos cielos iluminados por luces encarnadas y púrpuras que pueden verse en otras latitudes. Pero no hay foto que pueda igualar aquello, imposible. Ver aquella desnudez como la estaba viendo fue el inicio del éxtasis, del delirio.

La pelirroja me retó: "Sabes lo que tienes que hacer, ¿verdad, niño? Toma las llaves, a ver si eres capaz de dominar mi maquinita roja del amor", y completó el desafío con una mirada llena de centellas en las pupilas. Yo no dije ni media palabra, me limité a encontrar posición y la penetré de un golpe tan profundamente como fui capaz. Y sentí que el cielo y el infierno me besaban la polla al unísono.

Ella emitió un suave chillido, como de satisfacción, y, de repente, me atacó un miedo absurdo: "¿No deberíamos usar condón?". A ella no le gustó mi pregunta (ahora me río al recordarlo): "Calla, hijoputa, que como pares te mato". Consiguió que me acordara de la amenaza de la guillotina, así que allí empecé a poner todo mi empeño. Su respiración se empezaba a parecer a la mía, la de hacía un rato, y recuerdo el frenesí que me provocaban sus pequeños aullidos y sus resuellos. Yo la sujetaba con fuerza de las caderas y aquello era el no va más, el sonido de mi cuerpo chocando contra el culo más redondo y duro del mundo me hizo entender muchas cosas, aquello era música celestial, aquello era funk en estado puro, funk, funk, funk, ¡¡funk!!

Y allí estaban mis diecisiete años, dale que te pego al funk, cuando me agaché un poco sobre la pelirroja, le cogí la melena con una mano, y tiré de ella con fuerza. Ella hizo un gesto de aprobación, y masculló alguna palabra que no llegué a escuchar. Y en ese momento, cuando mejor nos lo estábamos pasando, me volvió a asaltar otro pensamiento que probablemente estuvo cerca de echar a perder toda la escena. Me vino a la mente una chorrada que siempre decía un amigo mío, un disparate que no sé de dónde lo había sacado. El caso es que me llegué a ver tan crecido en aquella posición de dominio, con la pelirroja totalmente entregada a la música de nuestros cuerpos, que no pude evitar el soltar la parida de mi amigo: "Relincha o paro". Ella abrió los ojos, y a punto de perder el ritmo dijo: "¡¿Qué?!". Y yo enfaticé tirándole del pelo: "Relincha o paro". Ahí, cuando ella supo entender lo que había escuchado, es donde creo que realmente me la jugué, porque intentó girarse para verme la cara y espetó con veneno: "¡¿Qué estás diciendo, hijoputa?!". Entonces yo me la jugué al todo o nada, le metí un estirón en el pelo que la enderecé y amagué que detenía el funk: "Digo que relinches o paro".

Pasé uno, dos segundos de miedo, por no decir terror. Y cuando creí que la había cagado... ¡¡la pelirroja empezó a relinchar!! ¡¡¡JAAJAJAJAAAJAAAAA!!! ¡¡EMPEZÓ A RELINCHAR!! ¡¡La puta irresistible relinchó!!  Los dos nos volvimos locos de pasión, y entre relincho y relincho ella exclamaba: "¡Fóllame! ¡Fóllame! ¡No dejes de follarme, hijoputa!", algo que, obviamente, no entraba en mis planes.

La pelirroja que tanto miedo me había dado se corrió dos veces entre insultos de placer antes de que yo también me corriera. Esta vez, el bate de béisbol de la mamada se convirtió en espuma en el cerebro, escalofríos por la espalda y temblores repartidos por todo mi cuerpo, que chorreaba un sudor incontrolable. Cuando nos separamos, ella se sentó sobre la tapa de la taza, aparentemente exhausta, dándome la espalda pero (se ve que era un gesto natural en ella) se volvió a quedar agarrándome el pene, que poco a poco también se deshinchaba, dejando un reguero en la espalda de su blusa roja; o no se dio cuenta, que lo dudo, o no le importó en absoluto. Y así nos quedamos al menos un par de minutos.

Yo le besaba el cuello, los hombros, le acariciaba el pelo, los pezones y los pechos. Ella permaneció muda. Al cabo de esos dos minutos sacudió todo su cuerpo como despertando de un letargo, se puso en pie, me miró de forma que no supe identificar, mitad ira mitad lujuria, tomó aire y me dijo: "Hijoputa, ¡me has hecho relinchar!". Yo, que en ese momento me sentía por encima del bien y del mal, le contesté: "Sí, ¡y ha estado cojonudo!" ...Y los dos estallamos en una recíproca carcajada que aún hoy me río cuando pienso en ella, y que debió escucharse en cada esquina de "Komplot". "Te seguiré llamando niño, pero sólo por lo guapo", y me dio un beso mientras me subía, con esa habilidad suya, el calzoncillo y el pantalón. "Te las dejaría como recuerdo, pero tengo que ponérmelas para ir al bar", y cogió su tanga de mi bolsillo y empezó también a vestirse. Yo aproveché para hacer pis, que la cerveza no perdona.

Salimos de aquel retrete y unas chicas nos miraron sin disimular sus risas, algo que nos importó bien poco. De hecho, la pelirroja se tomó su tiempo de tranquilidad para echarse agua por la nuca en el lavabo, y yo me quedé ahí mismo, mirándolas, mientras ellas tuvieron que esconder sus risitas. Tras refrescarse, me dio la mano y atravesamos todo "Komplot" hasta la puerta de la salida. En mitad del local recogió un pequeño bolso que, por lo que deduje, había dejado allí abandonado durante mucho rato. El contraste entre las luces y el bullicio de "Komplot" con el aire, la noche y el relativo silencio de la calle, me obligó a entender que todo aquello estaba llegando a su fin.

Sonaron siete campanadas en una iglesia y yo confirmé la hora en mi reloj. "Vas a llegar tarde, Gros no está aquí mismo", le comenté. Ella consiguió intrigarme y casi preocuparme con su respuesta: "Voy bien, no te apures, pero tenemos que coger un taxi. No quiero quedar mal con mis amigos, también hoy es el último día que les veré". Al sentirme preocupado, quise bromear con ella intentando ver su reacción: "Supongo que si te pregunto algo volveré a escuchar eso de que no haga preguntas y prometes no contarme mentiras...". "Oh, Dámaso" me interrumpió, "veo que me has escuchado cuando te hablaba", dijo ella, llamándome por mi nombre por primera y penúltima vez. "¡Pues claro que te he escuchado! Esta noche he estado muy atento a muchas cosas", añadí con buen humor. "Y me has llamado por mi nombre. Si te debo algo por esto, ¿aceptarás que te pague con lágrimas?", y simulé unos pucheros: "Si tú lloras yo lloro, boo hoo...", y conseguí con esta pequeña tontería que ella volviera a sonreír tras unos segundos de inesperado semblante triste.

"Taxi, ¡taxi!", voceó ella al paso de un coche junto a nosotros. Montamos en el asiento de atrás y la pelirroja le dio la dirección a la chica taxista que estaba al volante; una calle que no reconocí. De camino, la pelirroja se me echaba un poco encima y me besaba y abrazaba. "Saluda a tu novia de mi parte", runruneó en uno de esos abrazos. "No tengo novia", me defendí siendo sincero. "Pues cuando la tengas, niño", y nos reímos tan a gusto. También me seguía hablando de ese "algo en los ojos" que había visto en mí, o insistía en que no me preocupara por ella ni por la cara triste que había puesto a la salida de "Komplot". "No me pasa nada, estoy muy bien, considera simplemente que hoy te has convertido en un amante internacional", dijo como única indescifrable explicación. La explicación con la que tuve que quedarme porque, en efecto, jamás he vuelto a saber de ella. Con todo, reconozco que este viaje en taxi fue muy entretenido, aunque pasé algo de apuro porque la taxista escuchaba nuestra conversación, porque veía cómo nos achuchábamos en su coche, ¡y porque empezaban a clarear las primeras luces del día!

Se detuvo el taxi ante la puerta del bar al que íbamos. Definitivamente, yo no conocía ni el bar ni la calle. Ni siquiera conocía la existencia de este tipo de garitos en mi ciudad. Era un local pequeño, oscuro y ruidoso al que había acudido "lo mejor de cada casa" a rematar la noche. La pelirroja desapareció un minuto y la siguiente vez que la vi estaba al otro lado de la barra. "¿Qué quieres tomar? ¿Una cerveza?", me preguntó mientras ya servía a más gente. La cabeza me viajó hacia mi vida anterior y contesté: "No, no, una Coca-cola". Ella me dijo que sí, pero puso un botellín de "Heineken" entre mis manos. Yo le di las gracias y me reí con su desparpajo, tras la barra ella movía el culo con la misma soltura que en la pista de baile. Apoyé la espalda contra la pared, miré a mi alrededor y me vi a mí mismo como un monigote que se ha equivocado de cuadro. Eran casi las ocho de la mañana y estaba en un bar desayunando una "Heineken".

En una metáfora de la noche, apuré la cerveza hasta la última gota. Me acerqué a la barra y le hice a la pelirroja un gesto de que me marchaba. Ella se reclinó y conseguí que me oyera entre tanto ruido: "Gracias por todo, me tengo que ir". Ella aún consiguió sorprenderme con un piropo: "Gracias a ti por tus ojos", y cuando estiré el cuello intentando despedirme con un beso, me remató con las últimas palabras que escuché saliendo de sus labios: "No llores a menos que seas feliz, Dámaso, y gracias por haberme cambiado el olor". No estoy seguro de si iba a ser capaz de responder algo, pero ella me selló la boca con un beso, el último. Me guiñó el ojo y se cambió de sitio en la barra dándome la espalda, por lo que conservo también una excelente última imagen de su culo. Qué culo.

Salí de aquel tugurio y era totalmente de día, totalmente domingo. Decidí ir andando hasta casa, la hora de llegada ya me daba igual, era "tarde" hacía mucho rato. Así llegaría despejado o, al menos, esa era mi intención.

Conseguí centrarme un poco y entré en una pastelería. Me comí el bollo más grande que tenían expuesto, queriendo echar algo sólido en el estómago. Obviamente, en mi cabeza hervían miles de pensamientos, sensaciones y recuerdos que hicieron que la caminata se me pasase en un voleo. Llegando a casa, usé el viejo truco de comprar el periódico y unos bollos para que mis padres pusieran buena cara al verme o chantajearles un poquillo si me la ponían mala.

Cuando llegué, más cerca de las nueve que de las ocho y media, mis padres, en efecto, estaban esperándome. Pero lo primero que reclamó mi atención tras abrir la puerta fue que sonaba música. Qué extraño, los sonidos de uno de los discos favoritos de mi padre llenaban cada rincón:

U can dance if U want, All the critics love U in New York.
All the critics love U, All the critics love U
All the critics love U in New York.
It's time 4 a new direction...


Le cuesta reconocerlo, pero estoy seguro de que a mi madre también le gusta esta música, aunque aquel día, al cruzar nuestras miradas, no parecía estar contenta. Se limitó a declarar: "De dónde vendrás a estas horas, vaya pelos que traes", y yo, sin contestar, le di el paquete con los bollos. Mi padre, sin embargo, esbozaba una curiosa sonrisa. "¿Te lo has pasado bien?", me preguntó. "Sí. Curioso disco para un domingo a la mañana", opiné intentando desviar la atención. "Hoy no irás a entrenar, ¿verdad?", ironizó mi padre ampliando su sonrisa y sin dejarse engatusar. Yo no sabía si seguirle la broma o si mi papel debía ser el del hijo serio que reconoce que no se ha portado bien, pero miré a los ojos de mi padre y descubrí con asombro algo que jamás había percibido: ¡tengo los mismos ojos que él! ¡Tengo su misma mirada! Y comprendí en ese preciso instante que mi padre sabía perfectamente lo que yo había vivido esa noche, y sus ojos me daban su aprobación.

Yo interpreté el silencio de mi madre como que era un tema que habían hablado entre ellos previamente. Sin embargo, mi madre reapareció y no pudo guardarse dentro un lógico "¿no podías haber llamado?". Intentando pergeñar alguna excusa creíble, antes de articular la primera sílaba, habló mi padre y me heló la sangre: "Marsha, cariño, ya sabes que en días como hoy no hay que hacer preguntas, si no quieres escuchar mentiras", y entreví al fin, cuando menos la esperaba, una tenue sonrisa en los labios de mi madre.

Me sentí de nuevo tan eléctrico ante la coincidencia entre las palabras de la pelirroja sin nombre y las palabras de mi padre, que decidí que aún me quedaban fuerzas en el cuerpo para ver antes de acostarme la grabación de las pruebas de Atletismo del día anterior. Mi padre volvió a bromear y ya se reía descaradamente: "Si quieres, puedes ver los resultados en el periódico. Lo has traído tú, ¿recuerdas?". Yo también conseguí reírme, pero no, quería verlo en el vídeo. Me despedí de mis padres, y me encerré en mi habitación después de mear y lavarme las manos y los dientes. Aún me llegaban las caricias del disco que tenía puesto mi padre, cuando sentí otro fogonazo musical que también me llevó la memoria hasta unas de las últimas palabras de la pelirroja:

I'm an international lover
Let me take U round the world
I'll buy U diamonds and pearls
But only if you're good girl...


No debí llegar despierto ni al cuarto fotograma del vídeo, y caí rendido en la cama. Las pocas horas que dormí las pasé soñando con auroras boreales, con aromas de pequeñas bragas rojas, con todo aquel delirio para los sentidos de un adolescente que había descubierto aquella noche. Pero eso sí, antes de dormirme aún conseguí traer a la mente un último pensamiento, tan claro y lúcido que supo ser premonitorio: "Cómo se va a poner de polla la amiga de mi profesora".


JCHO_DMSR_AGOSTO_2005
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: openbook en 01 Septiembre 2005, 02:47:22
Gracias.  :)
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: Babyknows en 01 Septiembre 2005, 03:31:48
Se puede escribir aqui??  ;D

We want more funk! ;D  [smiley=smash.gif] [smiley=smartass2.gif]

(y gracias)
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: capitanaHook en 01 Septiembre 2005, 06:42:29
 ;D ;D keremoH máH!  ::)
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 02 Septiembre 2005, 01:19:42
Fascículo 2 publicado  8)  
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: capitanaHook en 02 Septiembre 2005, 07:00:38
whyyyy U wanna treat me so bad?  ;D ;D
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: cat en 02 Septiembre 2005, 13:11:46
 ;) :D

Muchas gracias
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 02 Septiembre 2005, 13:12:18
Citarwhyyyy U wanna treat me so bad?  ;D ;D


No, nooo, esa frase del final viene de "Must be something in the water they drink / Why else would a woman wanna treat a man so bad?", del "Something In The Water (Does Not Compute)", canción que también inspira el título del relato  ;D ;D ;D  Recordad que todo está basado en el álbum "1999" y en imaginación a manta  ::) ;D




Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 03 Septiembre 2005, 01:21:07
Ya está editado el tercer fascículo. Poco a poco sube la temperatura. Que aproveche  8)
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: openbook en 03 Septiembre 2005, 02:54:53
Oye, dile al Dámaso Errequeerre ése que tenga cuidao, que la pelirroja ésa por como habla parece fan de Prince, y las fans de Prince tenemos mucho peligro  ;D ;D
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 04 Septiembre 2005, 00:40:47
CitarOye, dile al Dámaso Errequeerre ése que tenga cuidao, que la pelirroja ésa por como habla parece fan de Prince, y las fans de Prince tenemos mucho peligro  ;D ;D


Pues la pelirroja y el Dámaso han empezado a "empeligrarse" juntos. Fascículo 4 publicado, espero que os guste. Sed buenos, que ha llegado la noche del sábado  ::)
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 05 Septiembre 2005, 02:25:50
Fascículo 5 editado. Feliz semana.
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 06 Septiembre 2005, 01:35:49
Relato TERMINADO. Como no sé si mañana iba a poder publicar el final, he puesto ahora los dos fascículos que faltaban. Gracias a quienes lo hayáis leído o a quienes lo leáis. Y si os ha gustado, pues ya sería la hostia  :D
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: capitanaHook en 06 Septiembre 2005, 16:40:39
 O0 mu porno-erótico sis xD me ha gustao eso de "funk, funk funk!!!" jajajaja
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: cat en 06 Septiembre 2005, 21:21:39
De aqui a la "sonrisa vertical" ;),

Deberías dejar los masajes y dedicarte a ésto, a escribir, vamos

;D 8)
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 06 Septiembre 2005, 21:24:13
Jejejeejejejeeeee, a escribir, a escribir... lo había pillao  ;) ;D ;D ;D ;D ;D ;D ;D


(Lo que no sabes es lo bien que se me da lo de los masajes  ;D)
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: Enric en 07 Septiembre 2005, 14:06:50
Dios mio, ¡el foro arde!  >:D
Lastima que Demesio no le diera unos azotes en el culo mientras relinchaba la zorra irresistible.   ;D

Por cierto, existe un blues caliente como el infierno que quedaria bordado como banda sonora: Little red rooster (en la version original de Howlin´ Wolf, por supuesto).  ;)
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: Babyknows en 07 Septiembre 2005, 22:53:32
Como habíamos hablado, 13 folios en "word"  ;D  Me perdía mucho así leyéndolo en la pantalla, y a ello voy ahora mismito, que estoy en ascuas!!  :o  Lo suyo era haberlo leído por capítulos, pero por circunstancias que tú sabes, se me han acumulado...  ::)

Gracias por compartir tu arte!!  :-* :-*
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: Babyknows en 10 Septiembre 2005, 11:05:52
Bueno, después de leerme y "releerme" tu último relato publicado (por aquello de que no se me escapasen muchas frases del 1999), he de decir, que a parte de  estar muy bien redactado etc etc, LO QUE ME  HE REÍDO!!! (http://www.littleredcorrvette.com/forum/images/smiles/024.gif) Es lo que tiene... por mucho que quieras,  esos numerosos rasgos "autobiográficos" (ojo, que no digo que la historia lo sea) no me han podido apartar de la cabeza la imagen del protagonista! La leche!!  ;D

Por lo bien que me lo he pasado, y con tu permiso, te "robo"  para mi firma, una frase del relato, de uno de los parrafos para mi, nás divertidos.  ^-^

AH! Y como no puedo evitarlo... Que la "littleredcorvette", debería haber llevado unas BOTAS altas rojas, que quedan más bonitas con la minifalda, y le haría seguro 100% más "puta irresistible", como  ella misma se denomina!!  Me he permitido recomendarte éste link : http://img88.exs.cx/img88/7928/nicole36xm21wd.jpg  Vale, no es pelirroja, pero tu ya me entiendes!!  ;D

Gracias por tu tiempo y compartilo con nosotros!  [smiley=2thumbsup.gif]


:-* :-*
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: openbook en 10 Septiembre 2005, 16:23:31
Estoy con baby, puede que sea erótico -yo aún diría más, cochinillo- pero la exageración de algunas partes (sobre todo del comportamiento de putón de la pelirroja,jajaja)  hace que tenga algo de cómico también.  ;D  Relincha, ay, pffff.....;D ;D

Gracias por compartir, siempre. Un besito y cuídate. :-*

  Y a los que no os hayáis animado aún a leerlo, os recomiendo que lo hagáis, por lo menos es seguro que no os dejará indiferentes. >:D ;D
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: Babyknows en 10 Septiembre 2005, 17:30:16
RELINCHA!! (http://www.littleredcorrvette.com/forum/images/smiles/021.gif)Joder, eso es BRILLANTE!!!!   Eres un campeón!!! (http://www.littleredcorrvette.com/forum/images/smiles/smiley_aabu.gif)

Gracias Angie x  escribir tu opinión tb, ya pensaba que era la única que encontraba el relato "destornillante" (se dice asi!? ;D)

You rock!!! (http://www.littleredcorrvette.com/forum/images/smiles/icon_fenster2.gif)
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 11 Septiembre 2005, 21:23:28
Muchas gracias por vuestros comentarios (y alguna crítica constructiva que he recibido en privado)  Quiero decir algo del relinche  ;D

Primero, que estaba ANUNCIADO, porque como podéis comprobar en las fotos de encabezamiento del relato, puse un 'cartel' de "aviso a los padres" con la leyenda "EXPLICIT RIDING", que como me confirmaron hasta dos personas de por aquí se traduce como CABALGADA EXPLÍCITA  ;D ;D  Por otro lado, la inclusión de una escena así está de alguna manera inspirada en la frase de Little Red Corvette "Cuz U had a pocket full of horses / Trojan and some of them used", y como no era fácil meter un caballo en un bar alguien tenía que relinchar o algo  ;D ;D ;D   Y sí, aunque está claro que hay brochazos "cochinillos" creo que hay una buena dosis de miradas, roces, palabras, sensaciones, miedos, personalidades en evolución... dance, music, sex, romance... y auroras boreales  ;D
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: Babyknows en 11 Septiembre 2005, 23:20:36
 ;D ;D

Y que pasa con los TROJAN?! famosamarcadecondones en los UI.ES.EI?!  >:D

(http://www.bigboycondoms.co.uk/condoms/images/troherp.bmp)

SeXo SeGuRo!  :police:
Título: Re: DMSR ("obras completas") 18 and Over
Publicado por: dei_vid en 11 Septiembre 2005, 23:49:57
Este cuadrito se podria colgar en el bar de marras. No es la pelirroja, ni Dámaso, pero bueno...

(http://www.pond.com/~dbrooks/PEDRODELIC1/elspk1.jpg)



>:D O0 >:D
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: Pablo en 13 Septiembre 2005, 18:47:06
 Brillante DM, con la pluma sos maradoniano amigo!

  Que siga la ronda che!!!!!!!!!!!

salu2 pablo
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 30 Septiembre 2005, 23:31:09
Hace tres años, cuando me decidí a participar activamente en este Foro, encontré algunas personas que me ayudaron y me hicieron sentir como en casa. Yo venía de un largo 'viaje' y me agradó realmente encontrar un sitio como éste y algunos de aquellos nuevos amigos. Hoy quiero acordarme de dos de aquellas personas: Babyknows y Ametlla (entonces Mendres)  Y quiero hacerlo porque con el devenir del tiempo ellas dos, por separado, han tenido algo en común: han conocido un tipo de amor muy especial. Ese amor que te obliga a visitar aeropuertos, a presenciar con emoción la llegada y la partida de aviones...

Saltándome a la torera un "consejo literario" que me dio Openbook, pero siguiendo al pie de la letra las instrucciones que me dio una vez Enric en una carta, dedico el siguiente texto a Babyknows y Ametlla, a sus respectivas parejas, y a quienes conozcan o hayan conocido esos temblores en los aeropuertos:

OTRO DÍA

Muchos años atrás
esa misma pista había sido testigo
de su vivencia más sublime,
y de algunas vivencias más.
Años después, su ser más querido
perdió la vida en un avión...
Pero ella había jurado volver y volvió.
Sentada en la cafetería del aeropuerto
permanecía atenta a través de la cristalera
al despegue del avión que le iba a separar
del hombre que le había devuelto la fe.
Le sirvieron un café que unió la magia
del aroma de los domingos lluviosos
con el sabor de su primer noviazgo,
ensoñaciones rescatadas desde lo muy profundo.
Alguien, él, al otro lado de alguna de aquellas ventanitas,
también pensaba en ella
y en sus cien mil puertas abiertas.
Se agitaron las hélices y el avión avanzó lentamente
maniobrando con la delicadeza de algunos versos.
Para él fue ensordecedor,
para ella no había ruido ahí afuera,
sólo la cafetera interrumpía sus pensamientos.
Por un instante, el vino de la última cena
les recordó con dolor
momentos dulces de sonrisas y alcoba,
de miradas sinceras,
de almas intercambiadas.
El avión permanecía quieto
respetando el cruce de estos sentimientos,
aunque durante unos segundos hizo unos gestos de vaivén,
como si vacilase, humano, como si algo lo retuviera.
Pero no.
Otro avión, enorme,
entró en el cuadro y aterrizó majestuoso.
Ella se calentó las manos con la taza.
Él se aguantó las ganas de fumar.
El pequeño avión que separaba a los amantes
inició entonces su marcha.
A ella se le encogió el estómago.
A él se le escapó un suspiro y cerró los ojos,
no querría revivir esa imagen.
La máquina aceleró, flotó y se perdió de vista
al traspasar los marcos de los ventanales.
Ella apuró su café y saboreó sus recuerdos.
Quisieron sentirse tristes pero no pudieron.
Ella asistió a la alegría de los besos y abrazos
de los pasajeros del avión gigante con sus personas queridas.
"Otro día ellos fueron nosotros.
Otro día nosotros seremos ellos".

Ella sonrió.
Él abrió los ojos.


JCHO_DMSR_30_SEPTIEMBRE_2005
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: Babyknows en 01 Octubre 2005, 00:07:47
¡¡Qué de recuerdos!! Muy bonito... Gracias DMSR (http://www.langkawi.dk/smileys/l29.gif)
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: Chuck Romerales en 01 Octubre 2005, 01:33:08
     Aunque parezca mentira, hasta ahora no había podido leer el relato erótico festivo de DMSR. Solo decir qué, aparte de estar chupi lerendi,de ser una obra maestra de la literatura erótica del siglo XXI, y poner una pistola Magnum 44 (la de Harry El Sucio) a todo aquel qué se pase por aquí para obligarle a llerlo, decir qué muchos de los hechos narrados están estrictamente basados en experiencias reales mias.

     (Todo aquel qué al leer esto piense 'si hombre, como qué a ti te ha pasado algo así' pues decirles qué, lamentablemente tienen razón, pero si cuela, cuela) ;D
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: openbook en 04 Octubre 2005, 18:59:49
Salta, salta tú a lo bombero torero, que eso siempre está bien. (La verdad, parece como si lo hubieras seguido.   ::) )                         
                                               

                                                     
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: DMSR en 01 Febrero 2006, 21:49:08
Estimado PRiNCe_, esta tarde he recogido en Correos un paquete con tu regalo de cumpleaños. Por segundo año consecutivo diré aquello de que no sé cómo podría agracerte este detalle, así que como has puesto ante mí un montón de hojas en blanco, yo repito mi gesto del año pasado y te dedico unas frases que espero que te gusten. Fueron escritas hace casi nueve años, pero para ser fiel a la dedicatoria manuscrita de tu regalo piensa que hoy estamos viviendo el futuro que soñábamos entonces.


If I don't think about the fact that she left me
If I don't see the pearls fall from the sky
If I don't hear the accusations of blasphemy
If I don't feel the tears in my eyes
This is the best day of my life.


("3 Chains O'Gold", Prince, 1992)


MI DÍA

Hoy es mi día.
He acertado con el pie bueno.
Tengo tantas cosas que hacer
Que no voy a hacer ninguna.
Me ha saludado el vecino que nunca lo hace.
Él sabrá.
Esa chica me ha sonreído
Y yo la he saludado sin conocerla.
Me ha vuelto a sonreír.
En el bar sonaba una buena canción.
No encuentro mis problemas,
Que se queden donde estén.
El arco iris está en mi bolsillo,
Voy a quedármelo unas horas,
Si no es molestia.
Me lo merezco, aunque sólo sea por un día.
Ese día es hoy, hoy es mi día.
Todo cuanto brilla brilla más,
Todo cuanto no brillaba ayer
Hoy brilla ante mis ojos.
Voy a cerrarlos para recordar,
Para retener.
Delicioso refresco que quisiera infinito.
Los coches de carreras han parado sus motores,
Vuela el águila y ruge el león;
Usaré el arco iris de batuta.
Qué bien suena,
Mmh, qué bien suena.
¿Te has enterado?
Hoy es mi día.


JCHO_DMSR_1997.
Título: Re: DMSR ("obras completas")
Publicado por: Blackbean en 04 Febrero 2006, 20:54:06
DMSR, quiero agradecerte los buenos ratos que me haces pasar leyéndote en el Poblado. Espero que podamos conocernos en alguna kedada alguna vez. Un saludo. :crown:
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: DMSR en 28 Junio 2007, 02:13:25
Hola a todos. Este es mi mensaje 3121 publicado en este Foro  :party2:. Por ello reabro este post que lleva descuidado un año y medio para dejaros un relato que algunos lleváis varios meses pidiéndome. Quien lo lea entero que lo disfrute. Babyknows, quiero ver al pato con las plumas maqueadas  ;)


3121 EN LAS VEGAS: YO QUISE IR (Y FUI)

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Las_Vegas.jpg)

Una de las primeras cosas que veo cada mañana, supongo que como cualquiera, es mi cara reflejada en el espejo del baño desfigurada por el sueño y la pereza. Hoy recuerdo que tras un largo viaje, otro distinto al que motiva este relato, volví a entender que el rostro es el reflejo del alma, y que en el alma acumulamos lo bueno y lo malo de lo que nos nutrimos. Me tengo prometido desde entonces pelear por seguir viendo esa cara en los espejos.

Lo mejor y lo peor de vivir un concierto/gira de Prince es que no sabes ni remotamente cuándo será la siguiente ocasión en la que volverás a enfrentarte en persona a su talento. Esto te obliga a absorber cada nota, cada sensación y sentimiento. Pueden ser años, pueden ser muchos años. Alguna vez será la última. Pero llegó el jueves 22 de febrero de 2007, víspera de la tarde-noche en la que iba a caducar mi sequía. Una sequía que comenzó cuatro años y medio antes, tras la última nota y el último cántico que sonaron en el aftershow de la sala Le Bataclan de París, en la [quizá] más apasionante jornada de mi dilatada 'princemanía'.

Desperté solo en la cama. Mi novia había madrugado para acudir a su trabajo. Me arreglé y terminé los preparativos. Dejé una nota de despedida sobre su mesa. Y muchos besos. Fui al aeropuerto de Barajas y me junté con el mejor amigo que me ha regalado la vida. El viaje y todo lo que me trajera en la piel aún no había comenzado (aunque las semanas de preparativos también fueron intensas) y yo ya me sentía pletórico. Prince llevaba muchas semanas tocando en el mismo sitio, y tras dos intentos fallidos llegó el momento de mi salto válido.

Iniciaba un agotador viaje relámpago con destino a Las Vegas. Diecisiete horas de ida y las mismas horas de vuelta, saliendo de Madrid un jueves al mediodía y regresando el lunes por la mañana. En medio de ambos viajes me aguardaban dos conciertos de Prince y (ojálá) dos aftershows. A falta de algún desastre de última hora, los conciertos del Hotel Rio eran algo seguro; los aftershows, por supuesto, eran una incógnita, nadie podía saber si se harían y mucho menos si habría acceso a una sala con el aforo tan raquítico. ¿Y qué les pedía yo a esos conciertos? Pues nada, como a la vida. Disfrute, como al día a día. Algo que poder contar, algo que poder saborear en el futuro, algo que me saque la sonrisa cuando me mire en el espejo y vea lo que llevo dentro.

Con las nueve horas de ajuste horario, llegamos a nuestro hotel la noche del mismo jueves. El Hotel Rio, uno de los pocos edificios sobresalientes que no están en la arteria principal de la ciudad (la calle conocida como el "Strip") se podía ver desde nuestro hotel. Estaba a menos de quince minutos andando en línea recta (una valla y una vía de tren impedían ese acceso directo) y a unos veinticinco por el camino válido. Era tarde, aunque pudimos cenar en una hamburguesería que permanecía abierta. Allí vi algo que me llamó la atención: un adolescente, un pandillero que había entrado en el local armando mucho alboroto, se cuadró ante su hamburguesa, cerró los ojos, cruzó sus manos y rezó antes de engullir su trozo de carne picada. Y fui consciente de haber viajado muy lejos de mi casa.

Yo no sé si lo poco que vi de Las Vegas es suficiente para permitirme opinar, pero diré que me llevé una impresión muy desagradable. Desde la escalinata del avión hasta la recogida de los equipajes miles de tragaperras salen a tu paso. Y todo es más o menos así, todo es algo parecido a un casino omnipresente. Si vas a eso, aquello debe parecerse al Cielo, pero a mí me encogían el estómago algunas imágenes que pasaban ante mis ojos. Como la grotesca figura de un señor gigante apoltronado en una banqueta ante su máquina, con un cable elástico verde fosforito que unía su pantalón con la tarjeta de juego de la que la tragaperras chupaba su dinero; y la alegoría de un feto ciclópeo unido por el cordón umbilical a la madre que lo alimenta me sacudió dos tortas. O la imagen de un chico joven, alto, guapo, un tipo con una hechura de haber podido ser un campeón de natación... andrajoso, con los brazos rígidos pegados al cuerpo, arrastrando los pies, con la mirada perdida y los dientes apretados sujetando una mandíbula desencajada. Cruzarme con ese fantasma en la mitad del Strip fue otra bofetada.

¿Y el Strip? El Strip es lo más parecido a cartón piedra que podía imaginar. Sí, hay edificios que han costado millones de dólares, pero aquello era un continuo "quiero y no puedo". Las recreaciones de la Torre Eiffell, de Venecia, de Egipto, de Nueva York... madre mía, qué despropósito. En cada esquina de cada acera, dos o tres hombres ofrecían a cada transeúnte invitaciones a los locales de tetas y culos; y si dejabas el Strip y te adentrabas en otras calles menores, eran máquinas expendedoras las que te ofrecían esos servicios. No quisiera alargarme en el recuento de estas imágenes. Me remito a lo dicho: quizá me faltó tiempo para ver el lado bueno y el glamour.

El viernes 23 de febrero llegó, y llegó la hora de iniciar la pelea. La idea era ir al mediodía a iniciar las horas de cola. El objetivo: conseguir estar en la primera fila durante el concierto. Cuando llegamos, teníamos delante muy poca gente, lo que parecía asegurarnos el objetivo. Allí conocimos a Elly, una chica holandesa encantadora que ya había estado otros fines de semana, y una chica y un chico japoneses cuyos nombres no conseguí memorizar. Elly guardaba sitio a dos más y los japoneses a otros dos o tres; en definitiva, nuestro sitio real en la cola era el octavo y el noveno, o algo así. Perfecto.

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/HotelRio_3121.jpg)

Mis carencias con el inglés me siguen limitando en estas situaciones, aunque empecé a estudiarlo hace unos meses y ya me apaño para entender algunas cosillas o para sorprenderme a mí mismo en alguna ocasión. En la espera se escuchaban vagamente los ensayos. Por allí vimos entrar o salir a Renato Neto, Greg Boyer, las Twinz... Y así pasó el día, de compadreo con los que teníamos delante o con algunos de los que fueron llegando. Un detalle que al principio me pareció gracioso pero algo ofensivo al comprobar que la escena se repetía, fue que hubo turistas que nos sacaban fotos como si fuéramos algo extrañísimo, tras preguntarnos qué hacíamos allí. No digo que un grupo de personas adultas haciendo cola durante horas para ver a un músico sea lo más racional del mundo, pero con toda la inmundicia que se podía fotografiar en aquel hotel me llegó a molestar sentirme tan exótico.

Pasaron las horas y todo transcurrió con normalidad. Se repartieron las entradas (comprar por teléfono siempre deja un regustillo de mieditis) y se añadió una segunda cola. Llegó el momento de acceder a la sala del concierto. "No smoking, no cameras", fue la consigna que escuchamos cada uno de los que estuvimos allí. Tras cruzar la puerta bajamos unas escaleras, y en línea recta el "Your Love Is King" de Sade, que sonaba de fondo, nos acompañó hasta la primera fila, mínimamente ladeados hacia la derecha. Todo el esfuerzo del viaje empezaba a tener su recompensa.

Un concierto de tu artista favorito hay que vivirlo y sentirlo. Las grabaciones son estupendas, las puedes disfrutar cuantas veces quieras, puedes elegir tu canción favorita, puedes no escuchar nunca más ese disco. Pero estar AHÍ es otra cosa. Para mí es una cura de humildad, al ver que mi artista favorito, ese al que dedico tantas horas que a veces me creo con derecho a saber de él más que él mismo, no toca para mí, al ver que toca para toda esa gente, que toca para personas tan diferentes que no das crédito. Y te das cuenta de que no estás solo en el 'planeta Prince', de que el 'planeta Prince' no eres tú y todos los demás, de que el 'planeta Prince' es PRINCE y todos los demás, incluido tú. Y nosotros habíamos conseguido llegar AHÍ, al sitio perfecto para disfrutar del concierto.

Nuestra plaza tenía un privilegio añadido. Ante nosotros estaba el cogote del tipo que le prepara las guitarras a Prince, y allí estaban todos los instrumentos y los aparatejos para que todo estuviera en orden. Yo no tengo ni idea de guitarras, pero pensaba en quienes el ver todo aquello les parecería un regalo y lo convertía en un regalo para mí mismo. También tuvimos ante los ojos la lista de canciones de la noche con los datos de las guitarras (o el bajo) que tenía que ir preparando el técnico, por lo que supimos que la velada iba a empezar con "Purple Rain" y terminar con "Nothing Compares 2U". Y también nos sirvió para ir preparando la estrategia de cara a intentar acceder al aftershow.

A finales de febrero, conseguir entrar a los aftershows no era nada fácil. Había mucha gente que tras haber visto otras actuaciones sólo acudía allí para esas Jam Sessions, por lo que sabíamos que era necesario perderse el final del concierto para ir a la otra cola. ¿Pero cuánto concierto había que perderse? Tras leer la lista, mi amigo lo estimó en tres canciones. "En cuanto acabe "Anotherloverholenyohead" yo me voy; tú ven sin prisa cuando termine".

Y llegó la sorpresa desagradable del día, del fin de semana, del viaje. De repente, dos chicas que estaban a nuestra derecha empezaron a molestarnos. Aparentemente su intención era que nos marchásemos o que les dejáramos nuestro sitio, pero era una situación sorprendente porque ellas también estaban muy bien colocadas. También incordiaron al técnico de las guitarras, que aguantó sin pestañear, intentando hacerle creer que éramos nosotros los plastas. Qué hijas de puta. La situación llegó a ponerse muy tensa. Yo le pedía calma a mi amigo –que era el que se estaba llevando la peor parte- ya que cualquier movimiento extraño en aquel sitio podría suponernos algún problema con los de seguridad. Aguantamos insultos y más cosas sin separar las cuatro manos de la barandilla, concentrados en que faltaban minutos para un concierto de Prince. El problema se recondujo cuando mi amigo sacó fuerzas desde las uñas de los pies y le soltó un vocinazo en la oreja a una de aquellas dos zorras que todavía debe retumbar en algún punto de su miserable cerebrito. Más tarde me di cuenta de que al menos una de ellas estaba borracha o drogada, con los ojos en blanco mirando al lado contrario al que se desarrollaba el concierto. O quizá fue el grito, jejeje, que se joda.

Y con el tiempo justo para templar los nervios, vimos que ya estaba todo preparado para el comienzo del show...

Sabíamos que la primera canción era "Purple Rain", con la lista delante el repertorio no iba a depararnos ninguna sorpresa, evidentemente. Pero cuando comenzaron los primeros acordes -con el escenario aún cubierto por un telón- a mí se me puso la piel de gallina y se me iluminaron los ojos. Nunca se me ha escapado una lágrima en un concierto de Prince y tampoco sucedió en Las Vegas, pero jamás pensé que a estas alturas una canción que no suele hacerme sentir nada me tocara las entrañas de aquella manera.

La banda de acompañamiento es muy justita, nada que ver con la gira ONA del 2002 que es la última que yo había visto en directo. Sin embargo, puedo afirmar que estos conciertos tienen algo especial, algo que no conseguí identificar, algo que estando allí los hacía brillantes. Prince focaliza en sí mismo casi toda la atención, los músicos se quedan en un segundo plano, en todo momento parece que falta algo, pero a cada momento sientes que algo maravilloso suena y te envuelve. No lo sé explicar, sólo puedo contarlo.

El listado frío de canciones de aquella noche fue éste (copiado de internet):

Purple Rain
3121
Girls And Boys
The Long And Winding Road
Lolita
Black Sweat
Kiss
Musicology
Prince And The Band
What A Wonderful World (instrumental)

When A Man Loves A Woman (Shelby)
Little Red Corvette (acoustic)
Raspberry Beret (acoustic)
Sometimes It Snows In April (acoustic)

Something In The Water (Does Not Compute)

Anotherloverholenyohead
Let's Go Crazy

Crazy (Shelby)
Nothing Compares 2 U


En general me gustó, he estado en conciertos mucho más memorables pero en ningún caso diría que aquello no estuvo bien. Puestos a pedir me habría gustado que fuera más largo, que no es mala señal. Las interpretaciones que me llegaron más adentro fueron seguidas, y me refiero a la tríada de "Sometimes It Snows In April", "Something In The Water (Does Not Compute)" y "Anotherloverholenyohead". Esta última, sin dudarlo, fue para mí lo mejor de la noche, con uno de esos momentos en los que la música te salta la tapa de los sesos y te agita el cerebro con diez dedos. Durante "Something In The Water" Prince jugueteó con una toalla que acabó en mi cara y terminó en manos de la chica que estaba a mi izquierda. Pero la versión me gustó por sí misma, no por el toallazo, jeje.

Como habíamos acordado, mi amigo se marchó al acabar "Anotherloverholenyohead", en un intento de coger buen sitio en la cola del aftershow. Yo empecé mi retirada cuando comenzó "Nothing Compares 2U", que la fui escuchando mientras me acercaba a la salida. Al juntarme con mi compañero ya intuimos que el aftershow de aquella noche se nos escapaba. No es que hubiera muchísima gente esperando, pero sí aparentaba ser demasiada.

Y así fue. Entramos en un segundo bloque que no pagaba nada pero que no tenía acceso a la pequeña sala del aftershow, y que debía permanecer en el restaurante contiguo; al menos se podía escuchar la actuación perfectamente ya que el local disponía de bafles propios. En la puerta que daba acceso al meollo había un tipo de la seguridad que cumplió su trabajo escrupulosamente, y que supo manejarse con una corrección extrema rodeado de gente muy nerviosa. Yo estaba a un metro de él y vi cómo le ofrecieron dinero y favores sexuales, o cómo algunos intentaban colarse de las maneras más absurdas. Para mi desgracia, la única persona que se coló, de la mano de otro guardaespaldas, fue una de las dos hijas de puta que nos habían querido estropear la noche. Así que me volví a cagar en su puta madre.

Sigo sin saber si puedo decir que estuve en aquel aftershow o si no estuve. Yo estaba a dos metros de la puerta y veía a casi toda la banda; y veía a Prince sentado en su silla o salir fuera o tocar la guitarra. Todo estaba a unos metros de mí... pero al otro lado de aquella puerta defendida por aquel profesional de lo suyo. Así que aquello resultó agotador. Ya eran muchas horas en el Hotel Rio, más el tremendo viaje de la víspera, y yo allí de pie, el quinto de una fila india, semiviendo un aftershow, semidisfrutando de él.

El repertorio, cogido de internet, se debió parecer a esto:

Jazz instrumental
Jazz jam
Satisfied (almost 8 minutes)
Down by the Riverside
Footprints (about 30 minutes)
Jazz jam
The World is a Ghetto/It Don't Mean A Thing (If It Ain't Got That Swing)
What is Hip (Instr.)
Santana Medley/Another Star
Happy Days Are Here Again


Aquello fue una Jam Session extraordinaria. La banda sonaba increíblemente relajada. Prince iba y venía. De vez en cuando cogía su guitarra, se colaba en la Jam y hacía un solo que te dejaba con el cuerpo y la mente dados la vuelta. La versión de "Satisfied", larga, lenta y con un punto jazzy, fue la única en la que añadió algo de voz. "¿Por qué no tendrá los huevos de hacer una versión así en un concierto normal?", fue la pregunta que dejé en el aire. El "Santana Medley" comenzó cuando todo parecía haber concluido. Yo no lo vi porque me había movido de sitio, pero al parecer Prince fue el batería de la pieza.

Acabada la fiesta nos dimos el paseo hasta el hotel, desayunamos como si fueran las dos del mediodía y nos acostamos. Creo que eran las seis de la mañana. La jornada nos había dado grandes momentos pero también situaciones poco gratificantes. Un sabor agridulce nos recorría el paladar. Mañana será otro día.

La segunda y última jornada nos la planteamos distinta. Decidimos no hacer cola durante horas y ver el concierto desde una sosegada quinta o sexta fila. Eso sí, el aftershow no se nos debía escapar. Después de comer volvimos a la habitación para ver un rato la televisión. Como por encantamiento, ambos nos quedamos dormidos a la vez sin preparar ningún despertador. Abrimos los ojos tres horas más tarde y nos dirigimos con el tiempo justo hacia el Hotel Rio, con la extraña sensación en la cabeza de que íbamos a un concierto a las cuatro de la mañana.

Antes de ir a la sala nos pasamos por la cola del aftershow para ver si ya había alguien esperando. No había nadie. En vez de gente había un cartel, el último cartel que deseábamos leer. Esa noche NO había aftershow, Prince NO iba a tocar. A cambio, iba a haber una sesión de DJ a cargo de DJ Rashida. Los primeros segundos que transcurrieron al leer aquello fueron de enorme frustración. Pero nos miramos a los ojos y nuestros cerebros volvieron a sintonizar: "entonces, lo que toca es disfrutar al máximo y sin nervios del concierto de esta noche". A disfrutar.

Entramos al concierto y nos colocamos en la fila que habíamos previsto al mediodía, junto a un bafle gigantesco del lateral izquierdo. Conocimos a una chica de Ghana muy simpática que nos dijo que era amiga de Mike Phillips y, en efecto, durante el concierto se echaron miradillas. Elly, la chica holandesa que habíamos conocido la víspera, nos puso al día desde su primera fila: al parecer, tres de los músicos de la banda se habían puesto enfermos y, además, Prince cogía un vuelo a las cinco de la mañana. Al día siguiente era la ceremonia de entrega de los Oscars en Los Angeles, lo que daba credibilidad a lo del vuelo.

Como si Prince me hubiera escuchado la víspera y quisiera llevarme la contraria, la noche empezó con un delicioso "Satisfied". No tan jazzy como en el aftershow de unas horas antes pero sí a la altura de un gran comienzo. La actuación fue aún más corta que la de la víspera, con algunas canciones cambiadas, y las que se repitieron las hizo en un orden totalmente distinto. La sorpresa de la noche fue sin duda la versión acústica de "Guitar". Cuando acabó el último tema no parecía posible que pudiera ser el último, aunque lo fue, claro. Tampoco recuerdo ningún momento equiparable al "Anotherloverholenyohead" del viernes, y sin embargo el concierto me pareció mucho mejor. Cuando Prince tiene el día bueno, cuando está comunicativo y juguetón con el público, algo hace que te conquista. Añado que la presencia de un megabafle a un metro de mí conseguía que cada nota y cada sonido no sólo me golpeasen físicamente, sino que me atravesaban como si los huecos entre mis células se pudieran medir en centímetros. Fue breve, sí, pero yo quedé completamente seducido.

El repertorio, nuevamente prestado, fue el siguiente:

Satisfied
Girls & Boys
Cream
U Got the look
If I Was Your Girlfriend
Pink Cashmere/One Kiss At A Time
What A Wonderful World

Acoustic set:
Te Amo Corazon
Little Red Corvette
I Could Never Take The Place of Your Man
Guitar
Sometimes It Snows In April

Gotta Broken Heart Again
Lolita
Black Sweat
Kiss
Purple Rain

Let's go Crazy


Cuando acabó, salimos de la sala y nos dirigimos a la cola del aftershow, digo... a la cola para la DJ Session. Allí no había ni diez personas. Regresé a la pequeña tienda de 'merchandising' y cargué una bolsa con panderetas, tazas, pins, algún single... Con la bolsa y unas cervezas nos pusimos en la escuálida cola. La abandonamos un momento para ir al servicio, y cuando estábamos a cierta distancia, Elly, la chica holandesa, nos alcanzó a la carrera. Entre resuello y resuello nos dijo que había prometido no decir nada a nadie pero que sabiendo la mala suerte que habíamos tenido el día anterior tenía que contarnos algo: aunque no era seguro al cien por cien, era muy probable que Prince se dejara ver en el afterparty. "Gracias, tranquila que no nos íbamos, jeje".

No fuimos más de veinte o treinta los que entramos aquella noche en la sala donde pinchaba DJ Rashida. Pero estábamos todos los compadres de la cola del viernes y daba gusto vernos reunidos allí. En el restaurante, antes de llegar a la salita, me crucé con una de las Twinz. "Congratulations", creo que le dije, o lo primero que me salió de la boca. "Thank you", me contestó con una voz casi infantil. Yo entraba por primera vez en la sala de los aftershows, que realmente sorprendía por su reducido tamaño. Nos desperdigamos por allí mientras DJ Rashida ya trabajaba con sus vinilos. En mi opinión, pinchó mierda sobre mierda, con un repertorio tan cercano en ocasiones al reguetón que yo me rilaba de miedo al pensar que esa mujer pueda tener la más mínima influencia en el cerebro musical de Prince.

Aquello no dejaba de ser algo muy parecido a un bar de cualquier lugar del planeta, así que como la música era tan mala mi amigo y yo decidimos dedicarnos a la cerveza. La diferencia de aquel bar con cualquier otro la marcaba la presencia de las Twinz, que bailaban con los que estábamos allí muy simpáticas. Ellas estaban acompañadas por un señor de unos cincuenta años y dos señoras ancianísimas, que no llegué a saber si eran familiares o amigos. Pero allí estaban meneando los culillos al ritmo de DJ Rashida, por lo que el vídeo era mejor que el audio, jejejeje. Tras bailar todo lo que puso Rashida, las dos hermanas fueron a hablar con ella y -delicia para mis oídos- empezó a sonar "17 Days", lo que a mí me supo a caramelo.

Pasaba un cuarto de hora de las tres de la mañana. Si Prince tenía que coger un vuelo a las cinco parecía imposible que se dejara ver allí, con lo que la cerveza siguió siendo nuestra mejor aliada. "Date la vuelta", me dijo mi amigo. "¿Qué?", respondí. "Que te des la vuelta". Me giré ciento ochenta grados... y Prince estaba a un metro de mí.

Resulta sorprendente encontrarse con Prince en un bar. No sólo por lo poco frecuente de la situación sino por comprobar desde tan cerca aquella frase de que "Prince es siempre Prince": impoluto traje naranja, rostro impecable con el maquillaje perfecto, peinado casi científico, andares insuperables sobre sus tacones... y música girando a su alrededor. Llegó él y la noche dio un giro radical. Visualmente, su pequeña y gallarda figura llama mucho la atención, destacaría en cualquier contexto del mundo; auditivamente, tomó los mandos de la mesa de sonido y la diferencia no se hizo esperar. Comenzó a sonar el maestro James Brown y aquello empezó a parecerse a mi Cielo musical.

Había dos guardaespaldas. Uno controlaba la sala desde el principio y el otro se ocupaba de Prince. No tuvieron mucho trabajo, todo aquel que se acercaba al jefe era amablemente repelido. Pero Prince decidió interactuar a su manera. No recuerdo si sonaba "Soul Train" o "Funky Drummer" cuando se abrió paso entre la gente y se acercó a una batería que estaba semimontada del aftershow de la víspera, y ante nuestros atónitos ojos y oídos empezó a seguir la línea de percusión con las manos, sin baquetas. Yo estaba agarrado a la batería, Prince seguía estando a medio metro de mí, o yo de él. Ese tipo que estaba tocando la batería con las manos "para mí" era Prince, el mismo Prince de "The Beautiful Ones", de "If I Was Your Girlfriend", de "Head", de "Days Of Wild"... el de "LoveSexy", el de Madrid'90, el de París, Marbella, el de la Celebration'2002, el del Bataclan, el tipo del que tengo tantos discos y al que he dedicado tanto tiempo de mi vida. Lo curioso es que estás ahí, a diez mil kilómetros de tu casa, y la situación te parece normal.

Volvió a la mesa y siguió pinchando. Ignoro cuánto tiempo transcurrió, no demasiado, y regresó a la batería. Como si de una escena de película se tratara, no sé de dónde aparecieron dos baquetas, y al ritmo de "I Know You Got Soul" Prince estuvo un buen rato tocando mientras los que estábamos allí cantábamos con la garganta al rojo vivo. El Cielo. Aquí ya no dudo: aquel momento fue un nuevo Cielo musical que me regalaba Prince.

De la batería a la mesa de sonido. Él disfrutaba; los humanos estábamos entusiasmados. Sonó "It Takes Two" (de Rob Base and DJ E-Z Rock) y Prince manejó las teclas del volumen para que cantásemos y coreásemos. Cogió de la mano a un chico que le había dado un "ataque bailón" y lo llevó al centro del local para que nos deleitase con sus meneos. Prince se carcajeó a gusto. Una chica se le acercó con un billete, algo que ya he visto en otras ocasiones y que interpreto como un juego de acercamiento. Prince se adelantó al guardaespaldas y entró en el juego. Habló un ratito con la chica, aunque no aceptó el billete y la chica se alejó.

Prince estaba cordial, me acerqué y le tendí la mano mirándole a los ojos. Él accedió al saludo. "Great show tonight, Mr. Prince", le dije. Me dio las gracias con un cortés "thank you" y con una inclinación de cabeza. Yo hice algo parecido repitiendo sus palabras, "thank you very much", y sin soltarle la mano hasta el último momento le palmeé suavemente el hombro, más para llevarme en la memoria el tacto del traje que el palmeo. Más sorpresas: Prince volvió a la batería por tercera (y última) vez. No recuerdo qué sonaba, quizá Rashida gobernaba los vinilos. Cuando regresó a la mesa pusieron una canción que Prince presentó como lo próximo de Rashida. Un horror. Empezó a sonar la versión extendida de "Kiss" y Prince y Rashida salieron a un descansillo para charlar a solas. Y a partir de ahí mi existencia para los siguientes minutos se concentró en conseguir las dos baquetas que Prince había dejado sobre una repisa después de usarlas.

Las podía haber cogido sin que me viera nadie mientras Prince y Rashida hablaban y los de seguridad descuidaron la sala, pero me contuve por si acaso. Cuando el maromo volvió a prestarnos atención le pedí los palos con mi incipiente inglés y gestos. Me dijo que no y me miró bastante mal, jeje. Como Rashida regresó a su sitio para seguir castigándonos se las pedí a ella. Con un gesto bastante arisco también me dijo que no. Llegó Prince y volvió a coger las baquetas. Me alegré de no haberlas robado ante la posibilidad de que no le hubiera hecho gracia la desaparición. Pero ya no me quedaba otra opción y se las pedí a él. Sonriente y picarón no me las quiso dar. Prince estaba contento y receptivo, y aunque no contestaba dejó que le abordásemos con nuestras ocurrencias. Yo le pedí que viniera a España, que viniera a España pronto (mi inglés ya me daba para eso) y ya puestos, insistí en pedirle las baquetas (y él en no dármelas, jejejejee).

Estuvo algunos minutos escuchándonos mientras jugueteaba con los palos. Finalmente dijo algo parecido a que ya era hora de dormir y se marchó. Bajó las escaleras que lo llevaban a la calle tamborileando en la pared del Hotel Rio con las baquetas que yo había intentado conseguir, con "mis" baquetas. Aquel traqueteo aún perdura en mis oídos...

Eran las cuatro de la madrugada. La fiesta había concluido. La chica del billete reapareció para intentar convencer al de seguridad que ella había quedado con Prince. Me dio algo de risa pero bastante más pena verla refunfuñar. Nos juntamos con Elly y con los japoneses. Hubo besos, abrazos, despedidas de compadres de fin de semana que han compartido emociones intensas. Las cervezas me hicieron entrar en el servicio. Me reflejó un espejo. Y de todas mis posibles caras vi la que yo había ido a buscar a Las Vegas.


DMSR. JUNIO 2007.

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Peregrinacion_3121.jpg)
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: Blackbean en 28 Junio 2007, 02:37:16
Magistral

Gracias de corazón por hacerme sentir como si hubiera estado allí.
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: cat en 28 Junio 2007, 08:44:22
¡MUCHISIMAS GRACIAS!

No sabes cuántas sensaciones acaban de volver  :smitten:

:-*
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: Shockadelica en 28 Junio 2007, 08:50:48
Muchas gracias por el relato; has conseguido hacerme sentir allí, a tu lado y al de Prince.

Y me alegro mucho de que hayas vuelto a escribir. No dejes de hacerlo.

:heart:

Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: hello01 en 28 Junio 2007, 09:59:31
Hola, al leer esto me ha entrado dolor de tripa, yo tambiém estuve en Las Vegas este invierno, en tres ocasiones diferentes, pero sobre todo la primera fue mu especial para mi, fue el día 9 de diciembre, llegue a Las Vegas a las 8 de la tarde de ese mismo día, deje las maletas en mi hotel y corrí a Río, no le veía desde el 99 en Madrid, estaba agotada del viaje y de los nervios que había pasado esa semana preparando el viaje. Cuando se levanto aquella cortina morada, no me lo podía creer se me paso el sueño el cansancio y todo, fueron dos horas de felicidad completa, y sobre todo en la segunda parte cuando salo estido de rosa y canto A CASE OF YOU, con los ojos cerrados, me puse allorar sin poder parar, no se explicar muy bien lo que me paso, recordándolo me dan ganas de llorar otra vez. Cuando el lunes llegue a mi casa solte la maleta y use A CASE OF YOU, y a llorar otra vez..........Me gustaron mucho los conciertos en Las Vegas, a pesar de tener que cruzar casi medio mundo, a Prince se le veía encantado con la gente y el sitio, estaba simpático, haciendo bromas, bailando..........increible, el mejor concierto de mi vida.
Besitos,
Hello. :bow:
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: openbook en 28 Junio 2007, 15:13:00
Muchísisisisimas gracias, DMSR.

Simplemente, "mancantao"  :-*
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: Jose en 28 Junio 2007, 15:41:37
Felicidades DMSR.¡Queeeee narración!.Gracias por compartirlo y a ti tambien Hello01.
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: goldie en 28 Junio 2007, 15:49:32
Muchas gracias DMSR!!! Me has emocionado!!!!
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: Enric en 28 Junio 2007, 18:49:49
Cita de: DMSR en 28 Junio 2007, 02:13:25
Pasaba un cuarto de hora de las tres de la mañana. Si Prince tenía que coger un vuelo a las cinco parecía imposible que se dejara ver allí, con lo que la cerveza siguió siendo nuestra mejor aliada. "Date la vuelta", me dijo mi amigo. "¿Qué?", respondí. "Que te des la vuelta". Me giré ciento ochenta grados... y Prince estaba a un metro de mí.

Resulta sorprendente encontrarse con Prince en un bar. No sólo por lo poco frecuente de la situación sino por comprobar desde tan cerca aquella frase de que "Prince es siempre Prince": impoluto traje naranja, rostro impecable con el maquillaje perfecto, peinado casi científico, andares insuperables sobre sus tacones... y música girando a su alrededor. Llegó él y la noche dio un giro radical. Visualmente, su pequeña y gallarda figura llama mucho la atención, destacaría en cualquier contexto del mundo; auditivamente, tomó los mandos de la mesa de sonido y la diferencia no se hizo esperar.

¡Como si hubiese estado allí!
Gracias.   :thumbsup:
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: Chuck Romerales en 28 Junio 2007, 20:36:41
     Como soy hombre de pocas palabras (a veces) solo decir MUCHAS GRACIAS. ;D
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: Lucas en 29 Junio 2007, 01:15:29
La verdad no se como ha podido pasar pero desconocía esta faceta de Juancar.
Toi pasmao de Tó!!!
¡No es nada fácil encontrar en estos tiempos a alguien que además de generoso que sepa iradiar tanta energía positiva!
Wow!  :sunny:

Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: ibiza en 29 Junio 2007, 13:25:20
Haberle levantado los palillos, hombre!  >:D

..Ha habido un momento en que casi me pongo de puntillas para ver algo del aftershow...ya te podias haber colocado un poquito  mejor chato  ;D
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: Babyknows en 29 Junio 2007, 23:24:43
(http://moblog.co.uk/blogs/1948/moblog_6e4c33f79d847.jpg)

oh  yeah... fucking awesome DMSR! thank you so much! You freaking rule. I love you so much. At least, the duck is FREEEEEEE MWHAHHAAH
ale, practica ingles, demesrreeeeee! ;)
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: DMSR en 12 Septiembre 2007, 13:02:41
Hace mucho que no escribo en verso, jejeje, así que ahí va un espeso soneto en endecasílabos haciendo apología del pirateo  :pirate::


EARTH BOOT

Veintiuna noches de agosto y septiembre
cayó lluvia de tormenta en tormenta
sobre Londres, la ciudad que las cuenta
para que el mundo las recuerde siempre.

Mas como Londres no entiende la afrenta
de que se fíe a su frágil memoria
el legado, el placer y la euforia
en la piel de tanta gente contenta,

habrá de buscar una escapatoria
para extraer su emoción contenida;
y convocar para un gran abordaje

(y que pongan a oídos de la Historia)
a quienes ya curaron esa herida:
LadyBird, 4DaFunk o Sabotage.

              DMSR'2007




:pirate: :pirate: :pirate: :pirate: :pirate: :pirate: :pirate: :pirate: :pirate: :pirate: :pirate: :pirate: :pirate: :pirate: :pirate: :pirate:
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: DMSR en 27 Septiembre 2007, 00:38:13
He recuperado para un Foro de Atletismo un trabajo sobre Ben Johnson que hice hace once años, y me apetece dejarlo aquí por si a alguien le interesa el tema (alguno sé que hay, jeje). El 95% de los textos no son míos, sino que fueron una recopilación de artículos -ahora lo llamaríamos "copiar-pegar"-; yo me limité a darles algo de coherencia cronológica. El título ha quedado desfasado porque sus marcas ya han sido superadas, pero en 1996 (cuando hice el trabajo) el 9"79 aún parecía lejos del alcance de los velocistas de aquella generación. Al que lo lea -o curiosee en las fotos- le deseo que lo disfrute:


BEN JOHNSON: EL INQUEBRANTABLE TECHO DE LOS 100 METROS LISOS

INTRODUCCIÓN

La carrera de los 100 metros conecta con algunos de los rasgos distintivos del hombre, el deseo de vulnerar los límites de la naturaleza, la voluntad de competir y la fascinación que nos provocan los semidioses que se atreven a derribar el muro del tiempo. El plazo es de aproximadamente diez segundos. Este breve lapso supone una descarga brutal de energía física y psicológica. Un velocista es una bomba de relojería en el día de la competición. Quiere la máxima tensión, pero necesita autocontrolarse. Del inestimable equilibrio de estos factores depende buena parte de su suerte en la carrera.

Toda la rutina de las horas previas a la gran cita busca el grado máximo de excitación, optimismo, equilibrio y ambición. Un velocista apenas duerme en la víspera. Un exceso de descanso o sueño le coloca en una situación soporífera que traicionaría su rendimiento. El desayuno también es ligero. Desde ese momento, la carrera es una obsesión que regula toda la actividad del día, los ejercicios, la alimentación, el autocontrol, incluso las conversaciones o la falta de ellas.

Si la carrera se disputa a última hora, los atletas acostumbran a realizar dos sesiones de calentamiento. La primera es matinal y muy ligera. La comida que sigue es frugal. Por supuesto, no hay siesta. Los velocistas necesitan sentirse seguros. Ese rastreo de la seguridad es la respuesta al miedo que genera la carrera. Muchos se ponen en manos de psiquiatras para enfrentarse a la agonía.

El momento de la salida es decisivo. Todo el sistema neuromuscular estalla en un intento de ganar tiempo al disparo. Luego, todo sucede muy rápido.

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/johnson1.jpg)


La línea argumental de este trabajo está enfocada hacia el hombre que más ha impresionado al mundo del Atletismo y al mundo en general en la distancia de los 100 metros. Muchos han sido a lo largo de la historia los atletas que han causado admiración dominando esta mágica distancia que aproxima como ninguna otra los conceptos de espacio y tiempo. Los ha habido geniales como Jesse Owens (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/JesseOwens_100_Berlin36_2.jpg), adelantados a su tiempo como Bob Hayes (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Bob_Hayes_100_Tokio64.jpg) o majestuosos como Carl Lewis (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/LewisLA100metros.jpg); sin embargo sólo un hombre ha sido capaz de asombrar a la vez al mundo y a sus rivales, empequeñecidos todos ante el poder de sus zancadas, su fuerza, su instinto asesino para la victoria. Ningún otro atleta ha sido tan querido como odiado, tan respetado como marginado. Su nombre: BEN JOHNSON (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/johnson2.jpg), sus méritos: haber sido el mejor sprinter del mundo, su leyenda: haber sido el más tramposo de cuantos lo hayan sido.

Ben Johnson casi no existe oficialmente, fue semidesterrado del Atletismo cuando tras ser descalificado por emplear sustancias prohibidas lo reconoció públicamente. Tras dos años de ausencia y uno de mediocre regreso a la competición volvió a dar positivo en los controles antidopaje cuando sus marcas comenzaban a ser esperanzadoras. Su destierro fue definitivo, a perpetuidad; Ben Johnson prácticamente no existe, es una figura extraoficial, un personaje que pertenece al recuerdo y a la leyenda. Y sin embargo, legal o ilegal, dopado o no, está ahí, en la retina de aquellos que decidimos trasnochar aquella madrugada del 23 al 24 de septiembre de 1988, indeleble, inmortal. La verdad y la mentira, la ficción y la realidad, la magia y el truco, todas las sensaciones contrapuestas se despertaron tras aquella línea recta corrida en 9"79 por el colosal Johnson, por el tramposo Ben.

Esos 9"79 son el techo de los 100 metros. Es una marca que al igual que su autor no existe oficialmente, pero no importa, es la mecha que ha encendido la redacción de todo este trabajo. Veremos la trayectoria de Ben Johnson desde sus comienzos hasta esos 9"79, los elogios y las detracciones, su ascenso a la cumbre y su estrepitosa caída tras dar positivo; veremos su segunda oportunidad y su recaída final. Los éxitos deportivos más exaltados se redujeron a la tenebrosa mentira urdida por Johnson y el equipo que lo llevó de ser un héroe a ser villano, peor, a no ser nada, Ben Johnson no existe, aunque siga siendo el techo de los 100 metros lisos.

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_9.79_Seoul88_6.jpg)


BEN JOHNSON EN CIFRAS. LO QUE LLEGÓ A HACER

Lo que sigue es un pequeño resumen estadístico de la progresión y las victorias y récords logrados por Ben Johnson. Adelantándonos al contenido de los siguientes capítulos y como ya ha quedado reflejado en la introducción, debemos comentar que al haber sido desposeído de todas sus marcas y medallas desde 1983 estos cuadros sólo tienen el valor referencial que se pueda conceder a la estadística.

Progresión en los 100m.:

1978 (16 años)... 10"79/10"4m
1979............. 10"66
1980............. 10"62/10"38v
1981............. 10"25
1982............. 10"30/10"05v
1983............. 10"19
1984............. 10"12/10"01v
1985............. 10"00
1986.............  9"95
1987.............  9"83
1988.............  9"79

Palmarés:

Juegos Olímpicos:

Los Ángeles'84: 3º en 100 metros; 3º en 4x100 metros
Seúl'88: 1º en 100 metros.

Campeonatos Mundiales:

Helsinki'83: semifinalista en 100 metros.
Roma'87: 1º en 100 metros; 2º en 4x100 metros.

Juegos Commonwealth:

Brisbane'82: 2º en 100 metros y 4x100 metros.
Edimburgo'86: 1º en 100 metros y 4x100; 3º en 200 metros.

Mundiales Indoor:

París'85: 1º en 60 metros.
Indianápolis'87: 1º en 60 metros.

Récords Mundiales:

50 metros: 5"55 (1987)
60 metros: 6"50 (1986); 6"44 y 6"41 (1987)
100 metros: 9"83 (1987); 9"79 (1988).


LOS PRIMEROS PASOS

Benjamin Sinclair "Ben" Johnson nació en Falmouth, Jamaica, el 30 de diciembre de 1961. A los catorce años se traslada con su madre y sus seis hermanos a la ciudad canadiense de Toronto. Su padre había decidido permanecer en Falmouth, un fondeadero de ron y azúcar venido a menos por el escaso calado de sus aguas. Cuenta Johnson que su primer invierno en Toronto fue inolvidable: "Tenía el calor de Jamaica en mi cuerpo. Cuando vi la nieve por primera vez salí a la calle en camiseta y jugué durante horas con mi hermana". Su colisión con una cultura tan alejada de la caribeña fue traumática. Muy introvertido, tartamudo, Johnson fue trasladado, en el Instituto Yorkdale, a un aula para chicos con problemas de relación.

Eddie, su hermano mayor, le presentó a Charlie Francis, entrenador de Atletismo. Eddie  había gastado una discreta carrera como velocista en la Universidad tejana de Lamar. En Toronto ingresó en el club que dirigía Francis. Aquel día comenzó una larga relación entre ambos. Lo que vio Francis fue un muchacho de quince años que apenas rebasaba el 1'65 y era incapaz de cubrir una vuelta a la pista. Lo recuerda el mismo Francis: "La primera vez que lo encontré fue en 1976. Pesaba cuarenta kilos, no era precisamente el chico más fuerte del mundo comparado con los chavales americanos que son dos veces más desarrollados de lo que era él". En apenas dos años ganó trece centímetros y dieciocho kilos.

Su progresión fue rápida pero no prodigiosa. Nadie vislumbraba en Johnson el talento de los grandes atletas. En una sesión de entrenamientos corrió un 200. Un grupo de entrenadores opinaba que tenía las piernas demasiado débiles. Un debut que no era verdaderamente un buen signo. Johnson recuerda aquella época: "Mi madre estaba preocupada. No sabía si mi hermano y yo, que practicábamos Atletismo en el mismo club, nos lo íbamos a tomar en serio. A veces, cuando ganábamos carreras, mi madre, más que alegrarse, se enfadaba. No quería que nos metiéramos en ese mundo sin la seguridad de que íbamos a ser grandes atletas, pero yo le dije que el Atletismo no podía dejar de gustarme. En aquella época un entrenamiento era algo durísimo para mí, tenía problemas con mi peso, no había manera, me cansaba muchísimo, me sobraba grasa por todas partes y me dolía todo el cuerpo. Estuve a punto de dejarlo, es más, lo dejé durante una semana. Charlie, mi entrenador, le dijo a mi hermano que por favor me hiciese volver y yo respondí "de acuerdo, pensaré en ello". Entonces mi madre escribió una carta que le entregó a mi hermano para que se la diese al entrenador. En ella se comprometía a facilitarme las cosas si realmente yo tenía posibilidades. Charlie, el entrenador, aceptó el compromiso, cambió mi dieta y me dedicó su atención especial."

Durante los primeros años su figura era anecdótica dentro del circuito atlético. No poseía ni las marcas ni la imagen para captar la atención de los aficionados. En 1980 es seleccionado por el equipo canadiense que iba a acudir a los Juegos de Moscú, pero el boicot de muchos países occidentales impidió su presencia. Durante tres años –entre 1981 y 1984- visitó Europa con alguna asiduidad, tanta como sus derrotas ante atletas de segundo orden. Una de las grandes autoridades del Atletismo italiano, el técnico Carlo Vittori, le recordaba en 1982 más bien flaco (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_Brisbane82.jpg), sin demasiadas dotes para colocarse en el grupo de privilegiados de la velocidad mundial. Aún así, quedó segundo, detrás del escocés Allan Wells, en los 100 metros de los Juegos de la Commonwealth (10"05 contra 10"02, con viento a favor más allá del límite permitido).

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_Wells_Brisbane82.jpg)

Durante la disputa del I Campeonato Mundial de Atletismo en la ciudad finlandesa de Helsinki en el verano de 1983, ni los más intrépidos observadores pusieron sus ojos en este atleta que defendía la camiseta canadiense. Con un sexto puesto y una discreta marca de 10"44 no logró el paso a la final, dominada a placer por los tres representantes estadounidenses (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Lewis_Smith_King_100m_Helsinki83.jpg): Carl Lewis (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Lewis_100_Helsinki83_3.jpg), Calvin Smith y Emmit King. Con un mejor tiempo a final de temporada de 10"19, Ben Johnson empezó a creer en sus propias posibilidades.

Su primer aviso serio llegó en una imagen velada una vez más por el fulgor de Carl Lewis. En la final de los 100 metros de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles'84, un desconocido canadiense arrancó con furia (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_100_LA84.jpg) en la salida y mantuvo la racha hasta los 50 metros. Luego sólo se vio la imponente aceleración de Carl Lewis por la calle siete. Ben Johnson, el canadiense anónimo, terminó tercero (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Lewis_Graddy_Johnson_100_LA84.jpg) y ganó la medalla de bronce (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Lewis_Johnson_LA84_100podio.jpg) con una marca de 10"22 contra los 9"99 de Lewis. Junto a sus compatriotas Tony Sharpe, Desai Williams y Sterling Hinds obtuvo una segunda medalla de bronce (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Lewis_LA84_4x100_podio.jpg) en los relevos 4x100 metros, por detrás de los Estados Unidos (que hicieron un nuevo récord del mundo con una marca de 37"83) y del equipo de Jamaica.

Alguien preguntó a Carl Lewis por un tal Ben Johnson. "Ben, ¿qué?", debió contestar el campeón estadounidense. Algunos biógrafos aseguran que aquella contestación desató la furia y el deseo de venganza de Ben Johnson.

Su registro a final de temporada, 10"12 (con una marca de 10"01 anulada por excesivo viento a favor), se incrustaba en el noveno lugar del ranking del año 84. Por primera vez en el "Top 10", Johnson estaba dispuesto a dar el gran salto al trono mundial de la velocidad. Todo pasaba por seguir mejorando.


1985-1986. LA CONFIRMACIÓN

En el breve margen de un año y medio Johnson derribó todos los obstáculos y se presentó como la gran amenaza de Carl Lewis. En la primavera de 1985 el estadounidense comenzó la temporada con unos registros que parecían presagiar que ese año sería la confirmación gloriosa de su verano anterior. Una lesión saltando longitud frenó sus aspiraciones, lo que fue aprovechado por sus rivales, en especial por Ben Johnson, para dejar constancia de que podía ser destronado en cualquier descuido.

El descuido llegó el 21 de agosto de ese año, cuando tras dos meses sin competir, Carl Lewis se enfrentó a sus más directos rivales en la reunión atlética de Zúrich, la más prestigiosa del mundo. Tras una salida nula, Ben Johnson dominó esa carrera, mientras un humillado Carl Lewis sólo pudo ser cuarto con la misma marca que el quinto, siendo derrotado también por su compatriota Calvin Smith y el canadiense Desai Williams.

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_Smith_Lewis_zurich85.jpg)

Seis semanas después ganó su primer título importante en la Copa del Mundo de Canberra, logrando el registro que delimita la frontera del mito: 10"00, con ligero viento en contra de 0.4 m/s. La marca de Johnson se quedó a dos centésimas de la mejor del año, en poder de Lewis desde mayo, y le convirtió además en el sexto atleta más rápido de todos los tiempos junto al polaco Woronin. Por delante quedaban los míticos Calvin Smith (9"93), Jim Hines (9"95), Melvin Lattany (9"96), Carl Lewis (9"97) y Silvio Leonard (9"98).

Tras el triunfo Johnson afirmó: "En mejores condiciones podría haber mejorado el récord mundial. La pista es excelente, los 884 metros de altitud de Canberra ayudan pero el viento frenaba. Creo que Lewis no habría podido ganarme aquí. Me encontraba muy motivado".

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_Canberra85_100_10.00.jpg)

En esta misma competición, junto a su compatriota Williams, el brasileño Da Silva y el cubano Peñalver, llevó al equipo de América al segundo puesto, tras el equipo estadounidense formado por Glance, Baptiste, Smith y Evans, quienes habían vetado la participación de Carl Lewis por haberse negado a entrenar los cambios de testigo.

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_Canberra85_4x100.jpg)

El producto Johnson comenzó a vender. Poco se sabía de él excepto su tenacidad para acercarse a los límites del récord mundial. Frente al glamour de Lewis, Johnson presentaba una imagen huraña, enfurecida. En algún momento su clan interpretó que era necesario reforzar este perfil caníbal del atleta y presentarlo como la contrafigura de Lewis.

El mundo del deporte es proclive al maniqueísmo. De este reduccionismo participan los medios de comunicación, los organizadores de competiciones y los representantes financieros de los atletas. Dos figuras contrapuestas generan por igual expectación y dinero. Johnson sólo tenía que demostrar su capacidad para derrotar a Lewis en un gran acontecimiento. El resto vendría rodado.

1986 tuvo de bueno para Johnson todo lo malo que tuvo para el astro estadounidense, retirado por lesión mediada la temporada. Tras una exitosa campaña de invierno con récord mundial incluido en 60 metros (6"50) (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_6.50_RM.jpg), ambos atletas comenzaron la temporada enfrentándose el 31 de mayo en San José (EEUU), con victoria para el canadiense y segundo puesto para Lewis, con marcas de 10"01 y 10"18.

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_Lewis_SanJose86.jpg)

Como muestra de su potencial y de sus posibilidades ganó en los Juegos de la Commonwealth disputados en Edimburgo tanto la prueba individual de los 100 metros (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_Edimburgo86_100.jpg) (10"07) como el relevo 4x100 (39"15). Probó suerte en una distancia a la que no estaba familiarizado, los 200 metros (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_Brisbane82_200.jpg), en la que obtuvo un meritorio tercer puesto (20"64v). Con los primeros títulos importantes en su palmarés, los aficionados estaban a la espera de ver el enfrentamiento entre Johnson y Lewis con una medalla en juego. Lewis había ganado tres oros en el Mundial de Helsinki'83 y cuatro en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles'84. Era un ganador nato que vendería cara su piel en un campeonato oficial.

El necesario y esperado gran acontecimiento llegó ese verano del 86 en la primera edición de los Goodwill Games, en Moscú. Bañado en celebridad, Lewis tuvo que admitir la irrupción de un adversario temible. Johnson le batió, y lo hizo con una contundencia estrepitosa. Su victoria estuvo refrendada por un registro memorable: 9"95 (http://www.youtube.com/watch?v=V1j0tOfJSoE), a sólo dos centésimas del récord mundial de Calvin Smith, con el mérito añadido de haberlo hecho a nivel del mar, con un viento en contra de 0.79 m/s y, según el propio Ben Johnson, con problemas en los tacos de salida, que se le movieron en el momento de iniciarse la carrera.

Definitivamente, Johnson estaba en condiciones de reivindicar su supremacía ante Lewis. Le avalaban tanto sus marcas como sus victorias. Gracias a las ganancias obtenidas con su nueva notoriedad, compró en 1986 una mansión por valor de un millón de dólares en las afueras de Toronto, para su madre, sus hermanas y sus sobrinos. Lo que pocos imaginaban era que el 'fenómeno Johnson' no había hecho sino empezar a funcionar.

1987. BIG BEN. LA GRAN EXPLOSIÓN

La corte de consejeros de Ben Johnson comenzó a abultarse. Alrededor del atleta se fraguó un grupo de agentes encabezados por el estadounidense Larry Heidebrecht. Charlie Francis (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_Francis.jpg) conducía los aspectos físicos y técnicos, además de recomendar la inclusión en el grupo de Jamie Astaphan, un oscuro médico de origen libanés.

Llegó la temporada de 1987 y Johnson mostró su talento asombrando por sus marcas que pasaban a ser récords mundiales: 5"55 en 50 metros y 6"44 en 60 metros. Las especulaciones sobre el registro que podría conseguir en verano en la prueba de los 100 metros le situaron muy por debajo del récord mundial de Calvin Smith. En la prensa especializada encontramos este comentario tras el 6"44 de Osaka: "Las posibilidades de Johnson no parecen tener límites. Si el año pasado sus 6"50 se convirtieron en 9"95 en 100 metros, ¿qué hará este año tras estos 6"44? Creo que no es exagerado esperar un registro en torno a los 9"80. "

La cita invernal más importante se iba a desarrollar en Indianápolis, en los I Campeonatos Mundiales en Pista Cubierta. Allí se presentó Johnson con todas sus armas y, en efectó, "la armó" batiendo su propio récord mundial de 60 metros con la fabulosa marca de 6"41. Se daba ya por seguro que el récord del mundo caería en verano. La revista "Atletismo Español" resumió así su carrera, su récord y sus posibilidades: "Su vencedor, Ben Johnson, fue la figura indiscutible de los campeonatos. A pesar de todas las "faenas" que le quisieron hacer los americanos y de los comentarios despectivos de Carl Lewis, ganó la final de forma contundente, con nuevo récord mundial. Ya en las series había sido muy superior al resto. En la final hubo dos salidas nulas, la primera sin adjudicar, y la segunda se la marcaron a él inicialmente, y ante sus protestas y de las de parte del público, acabaron dándosela a Haas. No consiguieron, sin embargo, ponerle nervioso y les sacó más de un metro a los dos americanos que le escoltaron en el podium. Es un deleite verle correr y estamos seguros de que este verano bajará de los 9"90. No pudo frenar en la llegada en cuesta, y saltó cayéndose al otro lado del contenedor".

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_6.41_RM_indianapolis87.jpg)

Johnson empezó a ser sometido a la vigilancia de los convencidos de que algún fraude había detrás de estos maravillosos récords. Ben manifestaba su tranquilidad: "No me preocupo de lo que se dice de mí en los periódicos. No quiero perder mi tiempo, yo me conozco, yo sé quién soy y no me cambiarán". Mientras tanto ganaba carreras y cincelaba una figura descomunal, un cilindro negro de proporciones desconocidas en el Atletismo. Las victorias de Johnson comenzaban a merecer la atención de las empresas multinacionales -deseosas de anunciarse por medio de aquel depredador de las pistas- y los científicos. Un estudio realizado por la Universidad de Ottawa reveló que Johnson desplegaba una energía de 3000 vatios en cada zancada, una cantidad suficiente como para alumbrar una mansión.

Deportivamente, la cita máxima del verano se produciría en Roma, en los II Campeonatos Mundiales al Aire Libre. Desde el comienzo de la temporada, el enfrentamiento psicológico de Johnson y Lewis a través de la prensa fue enorme. Se creó un caldo de cultivo muy propicio para las grandes gestas, el público deseaba un enfrentamiento en la cumbre de los dos supercolosos del Atletismo. El único encuentro anterior a la cita italiana se produjo en suelo español, en Sevilla, el 28 de mayo. Ganó Ben por una sola centésima, 10"06 contra 10"07. La puerta quedaba abierta para ambos atletas.

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_Lewis_Sevilla87.jpg)

Las semanas previas al Campeonato del Mundo fueron aprovechadas por Johnson y Lewis para mostrar por separado sus posibilidades. Johnson llegó a Roma habiendo corrido tres veces por debajo de los 10": 9"95 en Colonia, 9"97 en Zúrich y 9"98 en Ottawa. Lewis, más versátil, llegaba con 10"05 en 100 metros pero con 19"92 en 200 y 8'75 metros en salto de longitud. Johnson era el favorito pero las apuestas estaban absolutamente divididas. Partidarios de uno y otro se electrizaban con el espectáculo que se avecinaba, que se veía venir. Este es el relato de lo que ocurrió en Roma aquella tarde del 30 de agosto de 1987:

"Una fuerte ovación saludó su llegada a la pista. Eran las seis y media de la tarde de un domingo que, para uno de esos hombres, iba a ser de gloria. Eran los "purasangres" del Atletismo. Los rayos negros y las centellas blancas especialistas en comprimir más y más el tiempo que se emplea en correr 100 metros. Saltaron a la pista a las seis y media y 68.000 espectadores se arrellanaron en los asientos del estadio olímpico. Aquella iba a ser la carrera del siglo. Y aquella carrera no iba a defraudar.

Entre los ocho "purasangres" hay dos que atraen especialmente la atención. Carl Lewis, cuatro veces campeón olímpico, tres veces campeón mundial, un sprinter de fina estampa que parece deslizarse sobre la pista, volar como un ángel negro, haciendo fácil lo difícil. El otro es Ben Johnson, mejor marca de siempre a nivel del mar, imbatible en los últimos tiempos, un tosco toro negro que parece pelearse con el viento cuando corre a toda velocidad.

Las dos estrellas negras no se dirigen la mirada, Ben Johnson, canadiense de nacionalidad y jamaicano de origen, está embutido en un chándal verde. Carl Lewis, norteamericano del profundo Sur viste de azul y blanco. Preparan los tacos de salida, hacen los últimos ejercicios de calentamiento y unos pequeños sprints... Ni siquiera se miran.

"Estoy seguro de que voy a ganar, una cosa es hacer buenas marcas en los mítines y otra muy diferente correr un campeonato", ha dicho Carl Lewis nada más llegar a Roma. "Yo soy el mejor y lo voy a demostrar", ha replicado Johnson, molesto con el excesivo protagonismo de un hombre al que ha batido en las cuatro últimas carreras.

A las siete menos veinte de la tarde el juez de salidas ordena a los "purasangres" despojarse de sus chándals. Al fondo de la recta, una nube de fotógrafos se revuelve inquieta. Algunos se han aposentado allí a primera hora de la mañana para tener el mejor sitio y hacer la mejor foto. El silencio comienza a escucharse.

En la línea de salida cinco hombres negros y tres blancos. Estos son el húngaro Attila Kovacs, el soviético Viktor Bryzguin y el italiano Pier F. Pavoni. Entre los sprinters de color, además de Johnson y Lewis, el jamaicano Ray Steward, el estadounidense Lee McRae y el británico nacido en Jamaica Linford Christie. Por los altavoces se anuncian los nombres de todos y cada uno. Pavoni es el más aplaudido por la multitud... y después Carl Lewis. Las apuestas están equilibradas, porque, aunque nadie daba un duro por el norteamericano, su actuación en las series previas ha sido impresionante: 10"05 en series, cuando aún no eran las diez de la mañana del sábado; 10"38 en cuartos, con casi tres metros de viento en contra y dejándose ir, y 10"03 en semifinales... con 1'35 de brisa frontal. El campeón, corriendo muy rápido en esas series previas, ha querido poner nervioso a su oponente, que siempre se ha empleado al mínimo.

-"A'llo vostre posti"

Sesenta y ocho mil silencios se hicieron en el estadio y ocho hombres caminaron nerviosamente hacia los tacos de salida. Johnson corre por la calle cuatro; Lewis por la cinco. Johnson se santigua; Lewis no. Los dos aprietan el tartán, las zapatillas de clavos se asientan en los "starting blocks" y ya nadie pestañea, ni en el estadio ni en medio mundo.

-"Pronti..."

Las rodillas de los atletas despegan del suelo y los ocho "purasangres" semejan ocho muelles blancos y negros dispuestos a saltar.

Cuando suena el disparo, los sesenta y ocho mil silencios se cortan en un estallido y se desata la vorágine. Johnson reacciona como un hombre eléctrico (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_100_Roma87_4.jpg), le roba valiosas centésimas de segundo a Carl Lewis, hace unos primeros apoyos en los que sus pies golpean el tartán con furia..., pero al mismo tiempo apenas lo tocan. Johnson adquiere una ventaja que no se sabe si va a ser definitiva... Un, dos, tres, cuatro segundos de carrera y parece por un momento que Carl Lewis comienza a remontar..., pero no. Cinco, seis, siete segundos y todo parece decidido. Los demás atletas no cuentan: sólo los dos rayos negros, tosco y brusco el uno, pero eficaz; elegante y armónico el otro, pero impotente ante la furia de Ben Johnson. Ocho, nueve segundos y ochenta y tres centésimas. "Big Ben" mira hacia la derecha para comprobar su victoria, inapelable. Y mira también hacia arriba, para ver el tiempo en el marcador gigante.

También han mirado los sesenta y ocho mil espectadores. El griterío se recrudece. Sí, hemos asistido a la carrera del siglo. ¡9"84 señala el crono!. Prodigioso. Y más prodigioso aún cuando oficialmente la marca queda en una centésima de segundo menos. Parecía imposible, antes del domingo 30 de agosto de 1987, a las siete menos veinte de la tarde, que alguien pudiera correr tan rápido.

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_100_Roma87_2.jpg)

Ben Johnson levanta su musculoso brazo y saluda, perseguido por los fotógrafos. Lewis se queda en la meta, derrotado, pero tras unos segundos de indecisión demuestra que es un caballero y persigue por la pista a su verdugo, hasta que le da alcance y le saluda (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_Lewis_9.83_saludo.jpg): "Buena carrera Ben. Lo que has hecho es muy importante". Y Ben apenas le hace caso. Lewis se retira al túnel de atletas rumiando su amargura, pese a que ha igualado el récord mundial anterior. Johnson, en tanto, pasea por el estadio como un gladiador en tarde de triunfo."

Las reacciones fueron múltiples, con el común denominador del asombro y el elogio. Periodistas, investigadores, científicos, todos se lanzaron a buscar una explicación a semejante hazaña deportiva. Se analizaron concienzudamente los tiempos de reacción (lapso entre el disparo y la puesta en acción del atleta), los tiempos parciales metro a metro, la velocidad a cada momento de la carrera; todo salía de los márgenes lógicos, Ben Johnson, "Big Ben", era una fuerza de la naturaleza. Pietro Mennea, plusmarquista mundial de 200 metros declaró: "Johnson es de otro planeta. Su capacidad de aceleración no la he visto jamás en otro atleta". A Carlos Gil, máximo responsable del equipo español en Roma, se le puso la piel de gallina como le había ocurrido 19 años antes en México'68 tras presenciar el histórico salto de Bob Beamon (8'90m.): "Me pareció que Johnson había hecho salida nula pero no era posible por los sistemas actuales de medición. Le vi correr como jamás he visto a nadie. Sabía que había logrado el récord del mundo, pero cuando miré el reloj no podía creer lo que veía, 9"84. Después aún le rebajaron una centésima". Y proseguía: "Era alucinante, algo parecido a lo de Beamon. Aquello no se podía creer, pero esta carrera sí. Ha sido algo realmente fabuloso".

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_100_Roma87_5.jpg)

En la rueda de prensa del día siguiente Ben no ocultaba su satisfacción:

- ¿Por qué llevas corbata, Ben?
- Porque llevo traje.

Su cara de boxeador bondadoso reflejaba una espontánea alegría. Habían pasado diecisiete horas desde su gran hazaña y Ben Johnson era un hombre feliz y ocurrente. "Me siento muy bien", fue su respuesta cuando le preguntaron qué tal había descansado. "La tensión del domingo, las dos carreras, semifinal y final, y un par de copas de champán me hicieron dormir como un lirón", confesó.

Fue un lunes tranquilo para "Big Ben". No le inquietó ninguna pregunta, ni siquiera cuando le dijeron si su hazaña era comparable a la de Beamon, los famosos 8'90 metros en el salto de longitud de México'68. "Si yo hubiera corrido esta final en México habría hecho por lo menos 9"75. Y en cuanto a la duración de mi récord si comparamos con los 19 años que lleva Beamon con su plusmarca creo que mi récord podrá durar cincuenta años". Y añadió: "pero no durará tanto, porque yo lo batiré el año próximo". La declaración era creíble, ya había anunciado que en la final de Roma haría 9"85 y todo el mundo se lo tomó a broma. Le preguntaron por su rival estadounidense: "¿que por qué motivo no le di la mano a Lewis al terminar la carrera? Pues porque no tengo ojos en la espalda...". Una nueva sonrisa. Respuestas pausadas, algún tropezón de palabras al trabarse la lengua. Su capacidad de reacción no es la misma en la sala de prensa que en la pista donde en doce centésimas abandona los tacos de salida.

Por su parte Carl Lewis siguió compitiendo en Roma y ganó el salto de longitud y el relevo 4 x 100. Al preguntarle por Johnson respondió: "Johnson realizó una gran carrera. Así se lo hice saber cuando le di la mano. Pero creo que no es invencible". También hizo, días después, unas duras declaraciones en las que afirmaba que varios de los campeones de Roma habían competido bajo efectos del doping. Todo el mundo pensó que era una alusión directa hacia Ben Johnson y fue severamente criticado por hacer acusaciones sin dar nombres ni pruebas. La palabra doping no era ajena al Atletismo pero tampoco resultaba familiar, y el asunto no trascendió demasiado.

Los 9"83 de Ben Johnson fueron considerados como el máximo acontecimiento deportivo del año 1987 en una votación realizada por periodistas deportivos de medios informativos de todo el mundo, muy por delante de otros deportes supuestamente más mayoritarios como el fútbol, baloncesto, tenis o boxeo. También fue designado mejor atleta mundial del año habiendo conseguido la victoria en las 21 pruebas de 100 metros en las que participó.

El olímpico 1988 se presentaba más interesante que nunca. Hacía décadas que la opinión pública no era partícipe de un duelo atlético de la escala que habían alcanzado Johnson y Lewis. El antiguo campeón a la búsqueda del trono perdido y la nueva maravilla de la pista con la intención de no permitírselo.

1988. LA GLORIA Y EL ESCÁNDALO

"Hace diez años que practico Atletismo. Entreno cada día, paso seis días a la semana en las pistas, y cuando sé de alguien que toma drogas para ahorrarse todo el trabajo considero que es injusto. Yo nunca he hecho algo así. Carl Lewis pudo haberlo hecho en el 83 y en el 84, no digo que lo esté haciendo pero lo que sí me parece muy mal es que él haga afirmaciones como las de Roma. Yo nunca he dicho algo así de él, debería callarse, es lo justo". Con esta rotundidad se expresaba Ben Johnson al ser preguntado por el doping en el Atletismo, en una entrevista concedida a Televisión Española. Ni el propio Johnson ni los espectadores eran conscientes de la paradójica importancia que tomaría esa declaración en el futuro.

Con las puertas abiertas a la leyenda, Ben Johnson comenzó su campaña invernal con la misma majestuosidad a la que ya había acostumbrado al público. Los aficionados españoles tuvieron ocasión de verle en acción el 2 de febrero en Madrid (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_Cagigal88.jpg), donde una peligrosa rampa de frenado impidió posiblemente un récord del mundo. Lo que sí se obtuvo en Madrid fueron unas jugosas declaraciones. Respecto a Carl Lewis, Ben Johnson se limitó a negarle tres veces: "no le tengo miedo", "no me gusta nada de él" y "no conozco sus declaraciones últimas sobre muertes a causa del doping". Carl Lewis había declarado días antes en Londres que algunos atletas británicos habían perecido por ingerir sustancias prohibidas, lo que le valió al cuádruple campeón olímpico una seria reprimenda de John Holt, secretario general de la IAAF: "Ya está bien de hacer acusaciones vagas y sin citar nombres. Lewis parece querer demostrar, más que nada, lo buen chico que es".

Para Johnson, la cita del año es evidentemente Seúl, pero piensa también en un nuevo récord del mundo que podría situar, según declaró en Madrid, "entre 9"75 y 9"78". Y anunció su retirada: "Mi último título lo ganaré en los Juegos Olímpicos de Barcelona, y esa será también mi última carrera".

Al día siguiente cogió un avión hacia Sindelfingen donde el día 5 se truncó su positiva racha. Tras conseguir en la semifinal un crono cercano a su récord del mundo (6"45), en la final se lesionó, aunque logró, pese a todo, cruzar la meta en primera posición. Johnson suspendió algunas de sus actuaciones en Europa y de nuevo intentó correr en Génova a mediados de febrero. No pudo, y a punto estuvo de perder su primera carrera en dos años a manos de su compatriota Desai Williams.

Los problemas de Johnson coincidieron con las primeras demostraciones de poderío de Carl Lewis. El 4 de mayo el estadounidense vencía sin oposición en una prueba de 100 metros celebrada en Houston. Su crono, 10"05, es excelente tratándose de su segunda carrera de la temporada. Lewis declaraba entre sonrisas: "He resucitado". Así quería contestar a parte de la prensa norteamericana que le había dado por muerto (deportivamente hablando) tras la ascensión irresistible de Ben Johnson. En sus declaraciones Lewis no cesaba de repetir dos ideas: "Voy a ganar a Ben Johnson y voy a hacer 9"80 en el 100".

Las apuestas se volcaron aún más a favor de Lewis tras el esperado debut de Johnson en Tokio. El canadiense, nuevamente lesionado, tuvo que retirarse a los 50 metros. Se complicaba así el camino a Seúl para el recordman mundial.

En las pruebas de selección estadounidenses celebradas en Indianápolis del 15 al 23 de julio, un Carl Lewis en plena forma consiguió su calificación para las pruebas de 100, 200, longitud y 4 x 100. Su objetivo: igualarse a sí mismo venciendo las cuatro pruebas en Seúl como ya hiciera cuatro años atrás en Los Ángeles.

Seúl se vislumbraba en el horizonte. Los atletas debían poner a punto sus "máquinas" afinando la forma en las reuniones europeas. Con muchos millones sobre la mesa, el mitin de Zúrich consiguió enfrentar seis semanas antes de los Juegos a los dos fenómenos de la velocidad. Fue el 17 de agosto. Nunca Zúrich había sido tan grande. El récord del mundo de Harry Reynolds (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Reynolds_43.29_Zurich88_RM_2.jpg) en 400 metros hubiera justificado ya el mejor mitin del mundo, pero no mucho después de la plusmarca de Harry, el público volvió a tener su corazón a cien latidos por minuto. Carl Lewis había retado a Ben Johnson. Y además le había cerrado todas las puertas de escapatoria. Johnson aceptó el desafío, no se sabe si porque le apetecía medir de nuevo sus fuerzas con el hombre al que casi humilló en el Mundial de Roma o, tal vez más probablemente, porque no le quedó más remedio que recoger el guante.

En la pista ni se miraban. Ben Johnson llegaba a la carrera suiza con sólo tres carreras disputadas en la temporada al aire libre, tras recuperarse de la lesión de Tokio. Carl Lewis llegaba pletórico, con las mejores marcas mundiales del año en tres pruebas (100, 200 y longitud), habiendo renunciado a la música para centrarse en el Atletismo, con la mayor de las confianzas en sí mismo.

Se les adjudicaron calles aledañas. Ben se cayó cuando ensayaba una salida, y luego se escapó, aunque él clamase por su inocencia ante el juez. En la partida definitiva, puso tierra de por medio entre él y los demás, como suele suceder, pero esta vez no aguantó al final. Además Carl Lewis corrió tan rápido como la vez que más rápido ha corrido, e igualó sus 9"93 de Roma. Johnson se quedaba en 10 segundos justos, y se veía superado por Calvin Smith, el hombre al que el canadiense destronó como plusmarquista mundial.

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Lewis_Johnson_Zurich88.jpg)

Era la venganza de "King Carl" sobre "Big Ben", pero eso era casi mera anécdota. Sobre todo, la victoria inapelable y brillante del norteamericano suponía ganar la primera batalla de la guerra de Corea: la batalla sicológica. A Seúl Lewis irá con la moral a su más alto nivel; Johnson con la incertidumbre de qué pasará.

Días después volvió a quedar tercero en prueba de 100 metros de la reunión de Colonia, batido nuevamente por Calvin Smith y el también estadounidense Dennis Mitchell. Lewis, Smith y Mitchell iban a ser los representantes de su país en los Juegos de Seúl, así que el duelo USA-Canadá estaba servido.

Llegó la esperada cita coreana. Tras una semana de competiciones, el Atletismo irrumpió en el calendario olímpico. Los 100 metros son siempre la primera gran final, pero antes los atletas deben pasar tres carreras previas. Al igual que en Roma el año anterior, Carl Lewis daba generosas muestras de su talento y su estado de forma, con la indudable intención de intimidar a sus rivales. Por el contrario, Ben Johnson no parecía ser el 'hombre-récord' de 1987, sin duda arrastraba sus problemas físicos de Sindelfingen y Tokio y los síquicos de sus derrotas en Zúrich y Colonia. Para vencer a Lewis tendría que correr más y mejor.

La final de los 100 metros lisos se presentaba como el acontecimiento más esperado de los Juegos. Un auténtico duelo "a reacción", más allá de lo puramente deportivo. Era "la carrera del siglo". Por primera vez en tres años Ben Johnson partía como víctima propiciatoria de su "enemigo número uno". Televisión Española retransmitió así el histórico momento:

"Han parado todas las demás pruebas que se están celebrando porque toda la atención está en esa línea de salida (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Seoul88_100.jpg) de los cien metros lisos. Carl Lewis. Ben Johnson. Calle 3. Calle 6. ...

Salida válida. Como siempre, magnífico Ben Johnson en su puesta en acción (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_9.79_salida.jpg). De momento va por delante (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_9.79_Seoul88_7.jpg). ¡Muy por delante (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/benjohnson.jpg) Ben Johnson! ¡Ben Johnson muy por delante (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/BenJohnson979.jpg)! ¡Ben Johnson (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/ben979-1.jpg)! De nuevo victoria de Ben Johnson (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_9.79_Seoul88_5.jpg)... ¡¡¡9"79!!! (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_9.79_Seoul88_10.jpg) ¡Nuevo récord del mundo de Ben Johnson en la distancia!

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_9.79_Seoul88.jpg)

Carl Lewis tras él a felicitarle (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_Lewis_9.79_saludo.jpg). De nuevo el gesto magnífico de Carl Lewis, el primero en felicitar a Ben Johnson que ha sacrificado de nuevo a Carl Lewis. Había estado magnífico el estadounidense en las series, pero Ben Johnson parecía como si hubiese reservado sus mejores armas, sus fuerzas, para la final. 9"79, nuevo récord del mundo, de momento tiempo oficioso.

Ahí está, con su amigo y compatriota Desai Williams (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_9.79_Seoul88_13.jpg), 1.1 de viento a favor. Y Ben Johnson que va a dar la primera gran vuelta de honor (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_9.79_Seoul88_14.jpg) al estadio olímpico de Seúl, que le brinda una calurosísima ovación como consecuencia de esta maravillosa carrera que nos ha ofrecido en directo. A las 13 y 31 hora de Seúl, 5 y 31 minutos en España, Ben Johnson acaba de imponer de nuevo su ley en la velocidad ganando a Carl Lewis, su gran rival, y estableciendo un nuevo récord del mundo".

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_9.79_Seoul88_11.jpg)

Johnson, con sus pruebas clasificatorias, había conseguido engañar a todo el mundo, a los 70000 espectadores del estadio y cientos de millones por televisión, que no pudieron ni pestañear. La salida fue determinante. Johnson reaccionó en 132 milésimas de segundo por las 136 de Carl Lewis. La aceleración de Johnson de los 30 a los 60 metros superó todas las previsiones. Entre los 30 y los 40 metros hizo un parcial de 86 centésimas. Entre los 40 y los 50, de 84 centésimas, y entre los 50 y los 60 metros, de 83 centésimas. Esto hizo que pese a correr entre los 50 y los 60 metros los dos corredores a la misma velocidad -43'38 km/h- el norteamericano ya iba con 15 centésimas de retraso. En este intervalo de tiempo pulverizó a Carl Lewis, en una carrera de intensidad casi insoportable. Ben Johnson se permitió el lujo de levantar su brazo derecho en señal de júbilo al entrar en meta, despreciando un par de centésimas. Detrás de él llegaba Carl Lewis, casi como un niño asustado (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_9.79_Seoul88_9-1.jpg). Sin embargo el norteamericano corrió en 9"92, su récord personal. Lewis volvió a ser "el Hijo del Viento", pero Johnson fue el viento mismo.

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/johnson.jpg)

Nadie hallaba explicación a lo ocurrido. Nadie podía esperar que esta final iba a ser una copia mejorada de la de Roma. ¿Cómo era posible correr así cuando un mes antes le vencían claramente todos sus rivales? Los números, esos 9-7-9, eran una imagen imborrable, escapaba a cualquier explicación racional que se le quisiera dar. Ben Johnson había pulverizado su récord y había pulverizado a sus rivales, y no había mucho más que añadir a su hazaña.

La hazaña de Johnson en Seúl anunciaba el paso inmediato a la riqueza. Había acabado con Lewis y de paso había conseguido el imposible: rebajar en cuatro centésimas su anterior plusmarca mundial.

Tenía contratos millonarios con la empresa de equipaje deportivo Diadora, con la Kiodo Oil, con la marca de automóviles Mazda y con la de electrónica Toshiba. En Finlandia, los alimentos Valio se anunciaban con la imagen de Johnson. En Tokio le ofrecían 50 millones de pesetas por competir con Lewis en octubre de aquel año. Pocas horas después, la jefa de la delegación canadiense llamó a la puerta de su habitación. Le habían atrapado.

Los acontecimientos que se sucedieron a partir del anuncio del control positivo de Ben Johnson fueron casi tan rápidos como lo había sido el atleta en la pista. Este es el seguimiento cronológico del escándalo que agitó a los Juegos, a Seúl y al mundo entero:

SÁBADO

13,30            Ben Johnson gana la final de 100 metros en 9"79.

15,30            Después de dos horas y doce cervezas Ben consigue orinar para que le haga el control antidoping.

DOMINGO

10,00            Se analiza la muestra de Johnson en el laboratorio del Comité Olímpico Internacional.

18,30            Los miembros de la Comisión Médica reciben la primera noticia sobre el positivo.

21,00            Se produce la confirmación plena del resultado.

LUNES

01,45            La jefa de la delegación canadiense, Carolina Heder, recibe la noticia a través de una carta de la Comisión Médica del COI.

3,00              Carolina Heder llama a Charlie Francis y le muestra la carta. Hablan durante una hora.

8,00              Francis comunica la noticia a su pupilo.

10,00            Tres miembros de la delegación canadiense acuden al laboratorio para presenciar el contraanálisis.

13,30            Estos regresan a la Villa Olímpica con la noticia de que el segundo análisis también es positivo.

15,30            Carolina Heder se reúne con Francis y Johnson, al que acompañan su madre y su hermana.

19,30           Durante dos horas, Francis y Johnson aseguran su inocencia. Plantean la posibilidad de un sabotaje.

20,00           La delegación canadiense presenta sus alegaciones ante la Comisión Médica del COI.

22,00             La Comisión se ratifica y da a conocer el comunicado oficial.

22,30             Un diario local, "The Chosu Sun", publica en su edición nocturna la noticia que "nadie sabe" quién les dio.

22,35             Juan Antonio Samaranch, presidente del COI, es informado de la situación por el príncipe Alexander de Merode, presidente de la Comisión Médica.

MARTES

8,00               Ben Johnson, acompañado por su entrenador, su madre y su hermana, llega al aeropuerto de Kimpo, donde emprende viaje de regreso a su país.

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_seul88_positivo.jpg)

Ben Johnson abandonó Seúl bajo enormes medidas de seguridad. Perseguido en el aeropuerto por un ejército de periodistas y fotógrafos, en las imágenes de televisión podía parecer que un terrorista había sido detenido. Se acabaron los Juegos para Ben Johnson, se esfumó su medalla de oro, su título olímpico y su galáctico récord del mundo. Por su parte la IAAF, ciñéndose a las normas que rigen su reglamentación antidoping, le sancionó a dos años de inhabilitación, mientras que el ministro de Deportes de Canadá, Jean Charest, se mostraba muchísimo más severo y le inflingió un castigo a perpetuidad.

Por segunda vez en su carrera deportiva Carl Lewis se proclamaba campeón olímpico de los 100 metros, y al día siguiente, en un acto realizado en la más estricta intimidad, recibió la medalla de oro (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Lewis_Seul88_medalla100.jpg) que se había atribuido a Ben Johnson y que había tenido que devolver. La plata fue concedida al británico de origen jamaicano Linford Christie y el bronce del tercer puesto a Calvin Smith.

Los expertos en drogas se encuentran con que Johnson tomó la sustancia prohibida, el Stanozolol, no una vez "por equivocación o por sabotaje", sino sobre un largo periodo. Queda abierta la duda de si el atleta sabía lo que hacía, o si un médico o cuidador le iba mezclando el diabólico cóctel. Si pudiera demostrar que no sabía nada, eso no le devolvería la medalla pero podría influir en una reducción del tiempo de sanción. También mejoraría su reputación y su "honor familiar".

Esto significa mucho para Ben: "Me quedé como si me hubieran dado un mazazo en la cabeza cuando oí lo del análisis. Pero lo que más me ha dolido es que mi madre lloró al volver a casa en avión". El mánager, Larry Heidebrecht, cifra los ingresos fallados de contratos firmados y de aquellos que estaban en espera de su victoria olímpica por valor de 10 a 15 millones de dólares.

Carl Lewis se manifiesta de una forma sorprendentemente amistosa sobre su competidor: "Ben es un gran deportista. Lo que aquí ha pasado parece una tragedia y yo espero que Ben vuelva de nuevo". La reacción de Johnson ante estas manifestaciones de su rival estadounidense fue la siguiente: "De éste ni me dejo insultar ni que me elogie. La próxima vez le batiré de nuevo". Parece dar la impresión de que no se quiera dar cuenta que su descalificación durará aún dos años y que por ello, probablemente, su carrera deportiva como atleta de elite ha terminado.

Altezas reales le han colgado medallas distinguiéndole con Órdenes, presidentes de Gobierno le han felicitado, y príncipes y actores famosos le han invitado a sus fiestas para adornarse con él. Ahora le han expulsado, aunque a la mayoría les interesa menos el "pecado de Ben" que la insuficiente ocultación de la droga. El monumento a Ben Johnson se deshace en el verdadero sentido de la palabra. La estatua que se iba a erigir en Ottawa en su honor se queda sin terminar y probablemente acabe en el vertedero. Ello es un símbolo más de lo que se puede perder o ganar en 9"79 segundos.

1989-1990. MENTIRAS Y CONFESIONES

Antes de los JJOO (marzo de 1987). Entrevista concedida a "L'Equipe Magazine": "¿El doping? No tengo nada que decir al respecto. Estos problemas no me conciernen. Simplemente no lo conozco".

Cinco días después de conocerse el positivo (2 de octubre de 1988). Entrevista concedida al "Toronto Sun": "Soy inocente y nunca he tomado sustancias prohibidas de manera consciente. Y estoy dispuesto a hacer lo que sea para limpiar mi nombre, el de mi familia y el de mi país".

28 de noviembre en Roma. Entrevista emitida por el segundo canal de la televisión italiana (RAI-2): "Sólo tomé ginseng. Esta sustancia no te hace correr mejor. Para ser veloz se necesita talento y eso no se consigue con ningún compuesto químico".

De nada sirvieron a Ben Johnson sus manifestaciones en defensa propia. Ni las voces y explicaciones que buscaban su salvación. ¿Sabotaje? ¿Error de cálculo? ¿Manipulación? ¿Quién dopó a Ben? ¿La mano negra de su doctor Jamie Astaphan? ¿Quizá las enseñanzas y recomendaciones de su preparador Charlie Francis le indujeron al delito? ¿Actuó a conciencia?

Unos defendían a muerte su limpieza. Por contra, otros decían que su doping saltaba a la vista. Para los defensores, su aumento de peso era atribuible a un simple y duro trabajo con pesas. Para sus detractores, en cambio, tal incremento de masa muscular sólo era posible mediante la ingestión de anabolizantes. Todo quedó en especulaciones, en medias verdades, contradicciones. Y para averiguar toda la verdad, el Gobierno canadiense constituyó -en diciembre de 1988- una comisión y abrió una investigación judicial sobre el caso y el impacto del doping en Canadá. El juez Charles Dubin fue el elegido para presidir dicha investigación, realizada siempre cara al público y a los medios de comunicación, y que no tardó en llamarse la "Comisión Dubin".

Fueron necesarios 11 meses (hasta septiembre de 1989), alrededor de 3,5 millones de dólares y un total de 122 testimonios -entre atletas, dirigentes, deportistas, médicos y entrenadores- para desvelar el entramado del "caso Johnson" y descubrir, además, ante la opinión pública todos los trapos sucios. Para que nadie pudiese jamás poner en duda la culpabilidad de Ben.

De nada sirvió la defensa del abogado Ed Futherman, basándose en la escasa madurez, capacidad intelectual e inconsciencia de Ben Johnson, para salvar a su cliente. Su entrenador Charlie Francis y su médico George Mario Astaphan, alias Jamie, reconocieron bajo juramento haberle suministrado productos dopantes a él y a otros atletas; la sprinter Angela Issajenko -compañera de entrenamientos de Johnson- admitió su propia culpabilidad y acusó a Ben Johnson de ingerir drogas de forma consciente, alegando que ella misma se las había inyectado; el vallista Mark McKoy reconoció tres cuartos de lo mismo y por último, y tras un rosario de acusaciones, el 12 de junio, el propio Ben Johnson confesó con lágrimas en los ojos haber tomado anabolizantes durante casi toda su carrera deportiva. En concreto desde 1983, un año antes de conseguir la medalla de bronce en Los Ángeles y cuatro antes de haber arrollado a Carl Lewis en el hectómetro del Mundial de Roma'87 y batir el récord universal de la distancia. Su confesión fue emitida en directo por la televisión canadiense y transmitida posteriormente a todo el mundo.

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_comisionDubin-1.jpg)

He aquí la confesión de Johnson ante "la Comisión Dubin":

- El procurador Robert Amstrong: El señor Charlie Francis, su entrenador, que ya ha presentado su testimonio aquí, nos ha dicho que en el verano de 1981 le habló de la utilidad de tomar esteroides y que le acompañó a visitar al doctor Koch. ¿Qué recuerdo guarda de esta discusión?
- Ben Johnson: Charlie lo ha explicado, no tengo nada que decir.
- R.A.: ¿Le habló de esteroides?
- B.J.: No me acuerdo.
- R.A.: Francis dijo que la discusión fue sobre el Dianabol, ¿se acuerda?
- B.J. : Sí
- R.A.: ¿Le habló Francis de los efectos secundarios del Dianabol?
- B.J.: No me habló de ello.
- R.A.: ¿Sabía que estos comprimidos estaban prohibidos por la Federación Canadiense?
- B.J.: No lo sabía. Nadie me había dicho que fueran prohibidos y que tuvieran efectos secundarios.
- R.A.: Pero sabía que el periodo de eliminación era de 28 días.
- B.J.: No. Él me decía simplemente, ahora lo tomas, ahora lo dejas.
- R.A.: Cuando le daba los comprimidos de color rosa, ¿usted sabía que eran de Winstrol y los comprimidos azules de Dianabol?
- B.J.: Sí.
- R.A.: ¿Usted sabía que estaba prohibido?
- B.J.: En cierta manera, sí.
- R.A.: ¿Tomó anabolizantes para preparar el Campeonato del Mundo de Roma en 1987?
- B.J. : Sí.
- Juez Dubin: ¿Por qué no dijo usted la verdad sobre todo este asunto?
- B.J.: Por no avergonzar a mi familia, a mis amigos, a los atletas canadienses...
- J.D.: ¿Se opone usted completamente ahora a la utilización de esteroides anabolizantes?
- B.J.: Completamente.
- J.D.: ¿Quiere usted correr en los próximos Juegos Olímpicos?
- B.J.: Por supuesto.
- J.D.: ¿Por qué país quiere usted hacerlo?
- B.J.: Por Canadá.
- J.D.: ¿Quiere usted volver a ser el hombre más rápido sin la ayuda del dopaje?
- B.J.: ¡SÍ!

Las repercusiones de esta confesión no tardaron en llegar. Tres meses más tarde, el 5 de septiembre de 1989, el Congreso de la Federación Internacional de Atletismo aprobó una nueva regla antidoping en el hotel Reina Sofía de Barcelona, que dejó a Ben Johnson sin el título y el récord mundial que había conseguido en Roma, por saber a ciencia cierta que fueron conseguidos bajo la influencia de sustancias prohibidas. Dicha regla, que permite la abolición de títulos y récords si el deportista confiesa su culpabilidad, fue duramente criticada por muchos gobernantes y dirigentes deportivos, especialmente canadienses, por considerar que incitaba a la ley del silencio y por tanto contribuía a no desvelar más prácticas sobre el doping. Por otro lado, cuando Ben Johnson confesó su culpabilidad, la regla en cuestión todavía no existía y, por tanto, desconocía por completo las consecuencias que tendría posteriormente.

Con esta medida Carl Lewis fue el gran beneficiado, convirtiéndose en el plusmarquista mundial con los 9"92 que había conseguido en Seúl. Mientras tanto, el juez Dubin se tomaba su tiempo para redactar un laborioso informe sobre la investigación -ya finalizada- a fin de presentarlo a los gobernantes canadienses, quienes en función de las conclusiones sacadas por el magistrado debían deliberar sobre el caso y decidir si mantenían la sanción de por vida impuesta al atleta.

Las conclusiones del informe se conocieron a principios de junio de 1990 y las noticias eran alentadoras para Ben Johnson. Dubin recomendaba a su Gobierno dar una segunda oportunidad al velocista, aunque aconsejaba mantenerle una sanción económica a perpetuidad. El gobierno de Canadá siguió empeñado en mantener en vilo al corredor y todavía tardó un mes en deliberar. Finalmente, en agosto de 1990, anunció que Ben Johnson quedaría en libertad dos años después de su carrera fatídica en Seúl.

Todavía hoy la gente se pregunta cómo un deportista de la experiencia de Ben Johnson -conocedor de la sistemática de controles establecidos durante las competiciones y del listado de sustancias prohibidas- pudo cometer el tremendo error de dar positivo. Johnson y sus allegados más próximos (entrenador, médico, fisioterapeuta, mánager...) conocían perfectamente las reglas del juego y que en Seúl resultaba imposible evitar los análisis.

Sin embargo, existen dos hipótesis que podrían explicar el grave "desliz" del corredor canadiense:

1.- El médico de Ben Johnson, Jamie Astaphan, pudo equivocarse en el programa de administración de la sustancia prohibida, ante la urgencia de recuperar al atleta de sus lesiones. El Stanozolol es un anabolizante cuya vida media es muy corta en el organismo de quien lo ingiere. El hecho de que a Ben Johnson se le detectasen metabolitos de dicha sustancia (sus productos de deshecho) podría atribuirse a un error de cálculo en el tiempo de su eliminación. En la "comisión Dubin" se supo que Ben Johnson tomó Stanozolol un mes antes de la cita olímpica, a fin de recuperar más rápidamente su forma física, un tanto menguada a causa de los entrenamientos perdidos por culpa de las lesiones.

2.- En los JJOO de Seúl, el método analítico de detección del Stanozolol tenía únicamente dos años de vigencia y desde entonces la sensibilidad del mismo había mejorado ostensiblemente. Este producto era conocido por ser fácilmente escurridizo en los análisis. Johnson podría haberlo ingerido -o su médico habérselo suministrado- teniendo el pleno convencimiento de que su detección era todavía imposible o muy remota.

En la orina de Ben Johnson no se detectó el Stanozolol en sí, sino la sustancia ya metabolizada (digerida). Ello desecha la posibilidad de que en Seúl Johnson fuera víctima de un complot y que alguien manipulara su bebida tras la final de los 100 metros. En tal caso, el Stanozolol no habría tenido tiempo de ser metabolizado por el organismo. Además, en el perfil esteroideo realizado en la muestra de orina del canadiense, quedó reflejado que en su organismo existía una represión de la testosterona, lo que demuestra científicamente que había estado usando anabolizantes desde hacía un largo periodo de tiempo.

Levantada la sanción a perpetuidad que le había impuesto su país, Ben Johnson tuvo idéntico castigo que los otros casos de doping existentes en el Atletismo mundial. No obstante, el trato recibido no fue precisamente igual que el que recibieron los otros 1152 casos de doping que existieron en 1988. En los años 89 y 90, Johnson fue tratado como un hombre inteligentemente limitado, agresivo e incluso sexualmente impotente a consecuencia de los esteroides. Con su sanción Johnson pagó su merecido, pero el precio de la fama fue, sin duda, demasiado caro. Tras conocer su perdón manifestó: "¿Quién es Lewis? Lo único que me interesa ahora es demostrar que sin drogas también puedo ser el más rápido y devolverle el orgullo a mi país".
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: DMSR en 27 Septiembre 2007, 00:42:08
1991-1992. EL REGRESO

Una inusual expectación se creó en torno al regreso (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_1990.jpg) de Ben Johnson a las pistas. Tras muchos meses de rumores sobre contratos multimillonarios con los que pretendían enfrentarle a Carl Lewis, la cita tuvo lugar, sin el estadounidense, el once de enero de 1991 en Hamilton (Canadá) en una carrera patrocinada por el periódico local "The Hamilton Spectator".

Los técnicos dividían su opinión sobre si Ben Johnson volvería a las marcas previas a la suspensión. Su ex entrenador, Charlie Francis, lo daba por imposible. En cambio su nuevo preparador, Loren Seagrave (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_Seagrave_1990.jpg), afirmaba que Ben Johnson volvería a sus registros.

Los 17000 espectadores que abarrotaban el aforo del Coliseo de Hamilton fueron testigos de la derrota de Ben Johnson ante un atleta prácticamente desconocido, el estadounidense Darren Council, que curiosamente acudió a Hamilton a última hora en sustitución de su compañero de entrenamientos Dennis Mitchell.

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_reaparicion_enero91.jpg)

Johnson completó la temporada de pista cubierta con varias victorias, con marcas aceptables pero muy mediocres para lo que se esperaba de él. En los Mundiales Indoor de Sevilla (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_Sevilla91.jpg) consiguió la cuarta plaza en la final de 60 metros, a la postre su mejor resultado del año. Poco a poco, debido a sus pobres resultados, su cotización se resintió notablemente hasta llegar al punto de que el 15 de junio se clasificó segundo en la prueba de los 100 metros de Tonsber (Noruega) con un crono de 10"41. La victoria había sido para el alemán Haupt con 10"37. Johnson no cobró ni un centavo por su participación.

El 1 de julio de 1991 pasó a la historia del Atletismo por ser el día en que Ben Johnson y Carl Lewis volvieron a enfrentarse en una prueba de 100 metros tras el escándalo de Seúl'88. El estadounidense llegó pletórico a la ciudad francesa de Lille, escenario escogido para el gran acontecimiento, tras haber realizado un tiempo de 9"93 en los Trials americanos para el Mundial de Tokio que se aproximaba. En cambio Johnson llevaba una temporada al aire libre muy gris, con un mejor registro de 10"40 que no le otorgaba ni el derecho a participar en los Mundiales japoneses. La diferencia pronosticaba que el tan esperado duelo no se iba a producir. De hecho, el mismo Ben Johnson, consciente de su bajo estado de forma propuso una rebaja del 25 por ciento en su prima si la marca que realizaba era superior a 10"17.

La sorpresa vino del tercer hombre en discordia, Dennis Mitchell (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Mitchell_Lewis_Johnson_17.91_Lille2.jpg), que impuso su ley, derrotando a Lewis con 10"09 contra 10"20. Lewis quedó atónito al traspasar la meta en segunda posición. Por si acaso, se había asegurado de que Johnson hubiera quedado atrás. Johnson fue séptimo con un ridículo crono de 10"46.

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Mitchell_Lewis_Johnson_17.91_Lille.jpg)

En la rueda de prensa, Lewis quitó importancia a su derrota, argumentando problemas con la temperatura y la lluvia, y se centró en los comentarios sobre la victoria sobre Ben Johnson. "Como veis, se acabó el duelo Johnson-Lewis", dijo. Y así fue. Este es el completo y definitivo cuadro de enfrentamientos entre Ben Johnson y Carl Lewis:

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Lewis_Johnson_tabla.enfrentamientos.jpg)

Del 23 de agosto al 1 de septiembre de 1991 se disputó en Tokio el III Campeonato Mundial de Atletismo. Ben Johnson no pudo participar en la prueba individual de los 100 metros al no haber conseguido la mínima exigida para competir. Desde la grada pudo contemplar cómo, contra pronóstico, se impuso un genial Carl Lewis (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Lewis_Tokio91_9.86_RM.jpg), quien, para mayor desgracia del canadiense, estableció un nuevo récord mundial en la distancia (9"86).

Ben Johnson no fue a Tokio a ver el Campeonato desde la grada. Allí participó junto a sus compañeros Mike Dwyer, Cyprian Enweani y Peter Ogilvie en el relevo 4x100. En la semifinal, de forma sorprendente, hizo la tercera posta (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_Tokio91_4x100.jpg), cuando lo normal en él es la primera por su explosiva salida. Tanto su carrera como su cambio de testigo fueron discretos, si bien colaboró a que Canadá se metiera en la final con récord nacional de 38"76.

En la final, el equipo de los Estados Unidos (Cason, Burrell, Mitchell y Lewis) (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Lewis_Cason_Mitchell_Burrell_Tokio9.50_RM.jpg) pulverizó el récord del mundo y lo dejaron en 37"50. En la cola de la carrera, el equipo de Canadá. Ben Johnson corrió esta vez la primera parte, pero por la calle 1 su actuación fue muy pobre. Su tiempo de reacción de 169 milésimas nada tiene que ver con lo que tres años antes había hecho en Seúl.

La temporada de Ben Johnson al aire libre había resultado preocupantemente pobre (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_Granada91.jpg). Sus registros no se correspondían ni siquiera a los que había logrado en invierno, en las competiciones de pista cubierta. Nadie ha demostrado nunca cuál es la diferencia existente entre competir con anabolizantes y competir "limpio", sin embargo, parecía claro que la diferencia no podía ser tan grande y se buscaron explicaciones más razonables como los continuos cambios de entrenador o su fragilidad de carácter, que no habría conseguido asumir y superar todo lo acontecido durante sus años de sanción. A decir de muchas expertos, Johnson se preocupó más de decir "voy a vencer a Carl Lewis" o "volveré a correr en menos de 9"80, pero esta vez sin anabolizantes", que en analizar sus propios problemas de personalidad.

El olímpico año 1992 se presentaba ante Ben Johnson abierto a la esperanza de demostrar que su mal año anterior había sido sólo un problema de readaptación a la competición.

No fue así. El 18 de enero Ben se clasificó cuarto en su primera carrera del año. Señaló un crono de 5"88 en la prueba de 50 metros de la reunión indoor de Ottawa. El vencedor fue el estadounidense Boris Goins con 5"78. Tras la prueba Johnson declaró que se había visto perjudicado por un pequeño tropiezo en la salida. Sus marcas se van diluyendo al punto de no aparecer entre los veinte primeros del ranking de ese año.

Al aire libre no tiene mayor suerte y abre su temporada quedando sexto en una prueba de 100 metros celebrada en Kingston. Su tiempo de 10"39 será representativo de lo que seguiría haciendo posteriormente. Los Juegos Olímpicos de Barcelona fueron testigos del regreso de Ben Johnson a la cita olímpica tras el escándalo de Seúl cuatro años atrás. El canadiense participó como relevista del 4x100 (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_Barcelona92_semif4x100.jpg) de Canadá (descalificados en semifinales) e individualmente en la prueba de los 100 metros (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_Barcelona92_2.jpg). Fue segundo en su eliminatoria (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_Barcelona92.jpg) con una marca de 10"55 y un viento contrario de 2m/s. En cuartos de final llegó el cuarto con 10"30 y viento nulo. Quedó último en su semifinal con una marca de 10"70 (-1.3 de viento), aunque se dejó ir en los últimos metros al saberse fuera de la final, dominada ésta por el británico Linford Christie (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/LinfordChristie_100_Barcelona92.jpg) con un tiempo de 9"96. Tras su fiasco olímpico y viendo su estrella reducida a sus mínimas cenizas sólo pudo declarar: "Todos los finalistas estaban dopados".

1993. EL DESTIERRO DEFINITIVO

Para sorpresa de los observadores, Johnson comienza a recuperar su poderosa masa muscular y a hacer marcas de relieve en los 50 metros, cercanas al récord del mundo. En Gante, el 10 de febrero, gana la prueba de 60 metros con 6"60 pero se lesiona apenas traspasada la línea de meta. Esa fue su última carrera. El diario canadiense "Toronto Star" desvela que un control realizado al atleta el 17 de enero en Montreal ha dado resultado positivo.

Al día siguiente la Federación Internacional anuncia que el nivel de testosterona del atleta es "especialmente alto" y pocas fechas después, el 5 de marzo, la Comisión de Dopaje del máximo organismo mundial hace oficial el consumo de esteroides anabolizantes por parte de Ben Johnson y recomienda una sanción a perpetuidad. Tenía un coeficiente de testosterona de 10.3, cuando lo máximo permitido es de 6.

Un Johnson desolado proclama una vez más su inocencia pero consciente de que su credibilidad es nula decide no presentar alegación alguna. Confirmada su sanción a perpetuidad Ben Johnson desaparece para siempre de las pistas.

Un rústico emigrante jamaicano consiguió ser el número uno, el más indiscutible de los número uno del Atletismo, y fue el propio Atletismo quien lo borró de sus libros, inflexible ante su reincidencia en las prácticas prohibidas. No volveremos a ver a Ben Johnson, ni al del 9"79 ni al del 10"30. Según la IAAF Johnson nunca bajó de diez segundos, nunca ganó una carrera, jamás hizo 9"79. Para la IAAF Ben Johnson prácticamente no existe. Es posible, pero jamás se podrá olvidar que un día, en Seúl, un hombre corrió 100 metros en nueve segundos y setenta y nueve centésimas. Es el inquebrantable techo de los 100 metros. Benjamin Sinclair Johnson, "Big Ben", es el techo de los 100 metros lisos.

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Johnson_9.79_Seoul88_12.jpg)
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: Chuck Romerales en 27 Septiembre 2007, 01:18:23
     Interesantísimo. Gracias por la lectura ;D
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: voyager-3 en 27 Septiembre 2007, 02:06:26
Bueno, yo de doping no entiendo mucho la verdad, pero creo que se puede alcanzar esa masa muscular de manera natural.
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: ShockadelicQuake en 27 Septiembre 2007, 10:56:06
Voy a tardar en leermelo todo, pero gracias por el enorme trabajo realizado  :thumbsup:
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: Madriles en 27 Septiembre 2007, 11:36:11
Gracias DMSR, muy interesante  ;)

Una duda. La velocidad de reacción suponemos que es la única cualidad innata que tenía Ben Johnson. No hay forma de mejorar eso mediante el dopaje, ¿o si?
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: DMSR en 27 Septiembre 2007, 20:37:27
Cita de: Madriles en 27 Septiembre 2007, 11:36:11
Gracias DMSR, muy interesante  ;)

Una duda. La velocidad de reacción suponemos que es la única cualidad innata que tenía Ben Johnson. No hay forma de mejorar eso mediante el dopaje, ¿o si?

Hola, Madriles, tu pregunta es demasiado técnica para mí así que mi respuesta es sólo semifiable.

En primer lugar, Ben Johnson tenía cualidades innatas prodigiosas para absolutamente todas las fases de la carrera de los cien metros, desde el metro 0 al metro 100; si no fuera así no se corre a esas velocidades si no tienes una bici o una moto entre las piernas, jejjeje. Por otro lado, esos tiempos de reacción en torno a 120-130 milésimas son relativamente comunes entre los velocistas de elite (por debajo de 100 se considera salida nula). Esa capacidad para que los músculos se pongan en acción en esas milésimas es algo que se entrena, y se entrena mucho, aunque dudo -como dices- que exista algo que ayude a mejorarlo. De todos modos, lo que Johnson hacía como nadie había hecho y como -probablemente- nadie hará, era el primer apoyo (hay un hipervínculo muy bueno de la salida de Roma'87) y ahí es donde lo innato tenía una ayudita, jejejejee.
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: ShockadelicQuake en 27 Septiembre 2007, 21:57:10
Muy buen trabajo DMSR. Ahora si que me lo he leido de un tiron y me ha encantado  :thumbsup:
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: voyager-3 en 28 Septiembre 2007, 00:05:22
Desde luego, Big Ben tenía mucho talento, pero sus mejores marcas como se puede ver fueron hechas bajo esteroides. Si todos los demás se hubieran dopado también, seguro hubieran obtenido marcas espectaculares.

Es una pena esto del dopaje. Acaba pudriendo todos los deportes.

Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: Madriles en 28 Septiembre 2007, 00:18:21
Cita de: DMSR en 27 Septiembre 2007, 20:37:27
Cita de: Madriles en 27 Septiembre 2007, 11:36:11
Gracias DMSR, muy interesante  ;)

Una duda. La velocidad de reacción suponemos que es la única cualidad innata que tenía Ben Johnson. No hay forma de mejorar eso mediante el dopaje, ¿o si?

(hay un hipervínculo muy bueno de la salida de Roma'87) y ahí es donde lo innato tenía una ayudita, jejejejee.

Joder, el muy cabrón ya tenía el pie derecho en el suelo cuando los demás todavía no lo han bajado, y de hecho el corredor que esta a su lado tiene el pie todavía en el taco de salida!!! No me habia fijado en esta foto, es cojonuda.

De todas formas es lo que dice Sergio, este tio se puso hasta las cejas de anabolizantes. Supongo que de no haberlo hecho hubiera sido un corredor mediocre y simplón, pq sus inicios no es que fueran especialmente brillantes.

Eso de que si estuvieran todos dopados me ha hecho pensar que quizá la solución fuera que todo dios estuviese dopado jejjejeje. Veríamos marcas brutales y ninguno estaría en desventaja por el tema de las sustancias.

Esto último es broma........o eso creo  ;D
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: ShockadelicQuake en 28 Septiembre 2007, 11:16:07
Mi opinion es que lamentablemente todos (me incluyo) decimos eso de que si no se hubiera dopado hubiera sido un corredor "mediocre", que con un poco de suerte hubiera participado en alguna final mas o menos importante, etc, sin posibilidad alguna de conseguir ninguna medalla, y eso debia ser lo que pensaba el propio Ben.

Si a eso le añadimos la personalidad que tenia BJ..... pues no es de extrañar lo que sucedio.

Creo que un corredor (deportista en general) que se esfuerza al maximo y que, por no tener las cualidades de los MONSTRUOS (por que lo del algunos es para llamarlos asi) solo puede, pues eso, alcanzar alguna finalucha que otra y con muhisima suerte (se lesionan unos, otros se caen, etc) llevarse una medalla mas o menos importante en su vida no es MEDIOCRE: Es un ejemplo a seguir  ;)

OJO: Pongo esto como AUTOcritica en la que me incluyo. Ni por asomo para empezar discusiones absurdas.

Pero quizas la mejor forma de acabar con el doping (y es posible que hasta la UNICA forma) sea la de cambiar nuestros valores y apreciar el esfuerzo que hacen algunos deportistas totalmente anonimos (a los que llamaMOS mediocres) casi tanto, o tanto como lo que consiguen algunos MONSTRUOS a quienes la naturaleza ha dotado de poderes realmente super-naturales y sobre todo, inalcanzables para la mayoria de los mortales.

Y DMSR, ayer me quede corto. Por si te sirve de halago, decirte que si hace unos meses alguien me hubiera vaticinado que ayer iba a estar en un foro de Prince leyendo un articulo de atletismo tan extenso como el que aqui has puesto le hubiera dicho que estaba majara. Merito tuyo el que lo hiciera  ;)
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: DMSR en 08 Febrero 2008, 00:46:42
Cita de: Anabel en 27 Enero 2008, 16:29:54
Gracias chicos.. ya os contaré si se mueve al ritmo de Housequake (como su madre )
;)

Aunque últimamente apenas si participo en el Foro, me ha apetecido retomar la vieja y buena costumbre de dedicar un poemilla a una recién nacida. Dedicado a Noelia, hija de Anabel y César, he aquí mi particular versión materno-filial de "Housequake". Pinchando en la flor, jeje  :daisy: (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Noelia_Housequake_1.jpg).

Besos de vuestro amigo DMSR  :glasses2:.

Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: Anabel en 11 Febrero 2008, 14:30:17
Cita de: DMSR en 08 Febrero 2008, 00:46:42
Cita de: Anabel en 27 Enero 2008, 16:29:54
Gracias chicos.. ya os contaré si se mueve al ritmo de Housequake (como su madre )
;)

Aunque últimamente apenas si participo en el Foro, me ha apetecido retomar la vieja y buena costumbre de dedicar un poemilla a una recién nacida. Dedicado a Noelia, hija de Anabel y César, he aquí mi particular versión materno-filial de "Housequake". Pinchando en la flor, jeje  :daisy: (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Noelia_Housequake_1.jpg).

Besos de vuestro amigo DMSR  :glasses2:.


Gracias Juan Carlos, guardaré la dedicatoria para el album de recuerdos ;)

Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: Babyknows en 12 Febrero 2008, 11:45:48
Me encanta DMSR, esa sí que el del "old school" :D Que chikitina... muy guapa! besos!
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: Lucas en 17 Febrero 2008, 21:15:38
Muy Requeteguapa!!! :baby:
¿Saldrá al menos la mitad de guapa que su Madre? :kiss2:
A Face 2 be soft as a flower!!! :daisy:
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: DMSR en 18 Marzo 2009, 18:41:02

Dedicado a Tototote, mi hermano sevillano, y sus niñas. Pinchando en la foto:

(http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Piropilloss/3121portada.jpg) (http://i3.photobucket.com/albums/y99/Piropillos/Piropilloss/Pepi_3121_1122.jpg)


Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: Babyknows en 18 Marzo 2009, 23:40:47
como siempre, demserre, así nos dejas!  :o con tus sumas y tus restas, pa sacar el día del cumpleaños de  la pitu... qué curioso :D que chulo, gracias x compartirlo con nosotr@s =)  :cool4:
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: DMSR en 07 Abril 2009, 13:00:55
Hola, últimamente no participo demasiado en el Foro sobre todo porque sigo aislado de las opiniones sobre Lotusflow3r y no estoy leyendo nada. Por si alguien está interesado en un ratillo de lectura aquí os dejo un relato que escribí el año pasado. Si alguien lo lee entero y le gusta eso que se lleva  :glasses2:.


ME LLAMO ROBERTO

He sobrevivido a la pesadilla. Qué limpio está todo, qué limpio me encuentro. Hoy intento llorar y ni eso puedo. Tendido en una cama de hospital, solo, noto tantos dolores que me liberan de la agonía que padecí ayer, la angustia que me hizo desear el fin, el tormento que quiso empujarme a saltar y finalmente lo consiguió sin querer.

No debería pensar en todo esto, pero cómo evitarlo. Soy una persona más en el mundo, un lobo solitario que lleva con dignidad un negocio de alfombras en la pequeña ciudad de San Sebastián. Mi nombre es Roberto Vimon y no se me ocurre nada sobre mí que pueda interesar a nadie. ¿Y a quién estoy contando esto sino a mí mismo? ¿Por qué me viene a la mente mi propio nombre? Un nombre que no está en boca de nadie... Aunque al otro lado siempre puede haber alguien. Sí, seguro que hay alguien.

Era impensable hace dos días. Sé que hoy es sábado, sábado 19 de octubre, acabo de escuchárselo a unos médicos al recuperar la consciencia. Sin duda algo empezó a torcerse a partir de las cinco y media del pasado jueves, cuando entró en la tienda aquel individuo mal encarado y sus abalorios y sus figuras de vudú. No vino a comprar sino a vender y reconozco mi mal carácter ante estas situaciones, aunque nada fue igual a otras veces. Era un charlatán que defendía muy bien su oficio, y en un inusual gesto de respeto decidí comprarle un cachivache. Abrió una bolsa enorme y me mostró toda su mercancía. Un ligero resplandor parecía brotar desde el interior de la saca. Supuse que se trataba de algún truco y dejándome llevar por mi curiosidad acerqué la mano al primer bulto que encontré.

"Intento fallido, amigo. No elija al azar", me advirtió adivinando mis pensamientos. "Imagine qué le gustaría ser o cavile en el mal que desee a sus enemigos. No está comprando una vulgar figurita para la balda de su biblioteca, el poder de este vudú procede de México y se ha forjado con la sangre derramada hace dos semanas en la Plaza de las Tres Culturas en la matanza de Tlatelolco. Hoy sólo se habla allí de los Juegos Olímpicos, la "Olimpiada de la Paz" en boca del presidente Díaz Ordaz. Pero la sangre siempre acude a la sangre si se la sabe llamar, así que concéntrese y elija pensando en el amor o pensando en la sangre".

Sus palabras adquirieron un tono tan intrigante que tuvieron un inesperado eco dentro de mi cabeza. Me tomé en serio la búsqueda y quise comprar algún objeto que llamase realmente mi atención. Por supuesto, no pensé en muertes o en enemigos, dejé la mente en blanco y la primera imagen que me sobrevino fue la de Brigitte Bardot, mi musa, mi reina, mi amor platónico. Al instante tenía en las manos una figura de cerámica que, a pesar de la advertencia, imaginé decorando mi biblioteca. El charlatán me clavó su mirada y quiso refunfuñar, aunque sus palabras sonaron cordiales.

"Amigo, déjeme decirle que es usted transparente. Esta vez ha elegido la pieza por su estética y lo ha hecho imaginando un amor irreal. No se sonroje, mucha gente actúa así y no es reprochable. Pero yo le estoy ofreciendo algo más elevado que todo eso, yo le estoy otorgando poder, magia, vudú. Quizá no está usted familiarizado con esta jerga pero ya lo entenderá, se lo aseguro. Asuma que la desgracia de unos hace feliz a otros, que si alguien llora en algún lugar del mundo el mismo mundo se compensa con la risa de otro. Permítame vaciar mi bolsa en su mostrador y encuentre el objeto que verdaderamente desea ser encontrado por usted. Es su tercer y último intento, no lo desaproveche".

Parece mentira lo claras que recuerdo hoy las frases de aquel desconocido. El amplio mostrador de mi tienda quedó casi desbordado con todo lo que cabía en aquella bolsa fosforescente. Me tomé mi tiempo, no sé si por hacerle caso o por seguirle el juego a aquel hombre. Necesité varios minutos y reconozco que llegué a ponerme nervioso. Docenas de objetos preciosos, horribles, exquisitos, recorrieron mis dedos. Cerré los ojos y dejé la elección al tacto. Los abrí con una talla de madera en las manos, miré al vendedor y tuve la impresión de que él estaba más sorprendido que yo. Rompí el silencio que súbitamente se había apoderado de mi tienda mientras él se apresuraba en recoger su mercancía.

"Ha dicho que era mi último intento, me quedo con esta figura, ¿qué le parece?". Él titubeó antes de hablar. "Ha, ha hecho usted una excelente elección. Excelente. Su precio le va a parecer excesivo, cuesta 819 pesetas, aunque no se preocupe, no ponga esa cara, yo se la regalo. Nunca creí que alguien elegiría ese trozo de samán, el árbol de la lluvia, que pliega sus hojas cuando el cielo amenaza agua. Recuerde los consejos que le he dado, cuide su acierto como un tesoro y disfrútelo".

Masculló una despedida que apenas salió de sus dientes y desapareció. Tardé un rato en volver a pensar en él, metí el trozo de madera en un bolsillo del pantalón y dejé que llegase la hora del cierre de una jornada con poco trabajo. Anochecía. Di un breve paseo desde la tienda hasta la barandilla de la playa y respiré profundamente los aromas de un mar Cantábrico enfurecido. Si no fueran tormentosos, estos días de otoño serían inigualables. Quizá son las tormentas las que dan a la ciudad tanto encanto los meses de octubre. La cabeza me traicionó y volví a sentirme solo, como casi siempre desde hace ya tantos años, más de veintidós, cuando aquel lamentable 29 de agosto de 1946 ella murió en mis brazos. Ella perdió su vida, y yo, que sólo la tenía a ella, llevo arruinados la mitad de mis cuarenta y cuatro. Y los que queden, puedo hoy exclamar desde aquí. El amor pasó de largo en mi biografía, pasó de largo y por eso elegí una diosa de mentira para que gobernara mi mundo. Brigitte Bardot, BB, mi Brigitte, la mujer que me mantiene cuerdo sabiendo que pisa el mismo planeta que yo, la mujer que me mantiene vivo con su simple existencia en mi mismo tiempo.

Reparé en la madera de mi bolsillo. Metí la mano en el pantalón y jugueteé unos segundos. Recordé entonces los ojos de aquel vendedor, más bien su mirada fija, y repasé mentalmente algunas de sus palabras; aquella palabrería sobre el vudú, la sangre, los enemigos, el poder, la matanza de México. ¿Los Juegos Olímpicos? Yo he detestado el deporte desde que entendí mi torpeza, desde que comprendí la limitación de mi cuerpo, quizá lo aborrezco desde la cuna. Ni sé ni quiero saber nada de toda esa bazofia que estará celebrándose en México. Y volví a sentir que aquel hombre me miraba y, con el viento y el sonido del mar en mis oídos, recapacité sobre el mundo al revés que me habían planteado. Un desconocido entra en mi negocio y en vez de comprar viene a vender... y lo consigue. ¿819 pesetas? A quién se le ocurre semejante estupidez. Menos mal que decidió no cobrarme y en vez de volverse el mundo del revés la escena quedó como algo parecido a una broma absurda. Maldita broma.

Saqué la talla del bolsillo y por primera vez me fijé en ella. Tenía en las manos un objeto negro, alargado, ligero, fibroso. Se asemejaba a una pequeña flauta aunque uno de sus extremos estaba cortado en dos hasta la mitad. Llegué a vislumbrar una figura antropomorfa pero era un trozo de madera demasiado simple. Pensé si el precio (si es que era real) tendría relación con la calidad de la madera. ¿Árbol de la lluvia? El rumor del mar volvió a sacudirme y Brigitte Bardot se mezcló de nuevo con mis pensamientos. Bendije una vez más aquel 25 de abril de hace once años en el que fui hechizado en una sala de cine en Burdeos. El cine me regaló "Y Dios creó la mujer", la vida al otro lado de la pantalla me regaló a Brigitte Bardot y sus labios me regalaron la frase que tanto ha retumbado en mi cabeza: "El problema con el futuro es que siempre arruina el presente". Mi vida reflejada en el espejo de un enunciado de película.

Ahora es fácil plantearme si cometí algún error, alguna imperdonable herejía que volvió contra mí el poder y la magia prometidos. Me duele el cerebro al pensar así desde mi escepticismo, pero he sufrido tanto desde el jueves que ya no sé a qué razón sujetarme.

"Elija pensando en el amor o pensando en la sangre", habían sido sus palabras. Brigitte volvió a mi mente. Sentí el impulso de hacer caso al charlatán y decidí esculpir las iniciales de mi fantasía en la madera que me había regalado. Busqué en la chaqueta una pequeña navaja y con ella cincelé, pausada y profundamente, mis letras mágicas: BB. Evoqué el flechazo de Burdeos y también grabé la fecha: 254. ¿Profanación? Ay.

Profanación. Hoy lo veo probable, sí, porque un escalofrío me recorrió la espalda y empezaron a sudarme las manos. ¿Acaso no pensé en el amor? Mi salud siempre ha sido buena y no di importancia a estas primeras alteraciones que iniciaron mi caída en el abismo que me ha traído hasta esta cama de hospital. Sospecho que no habría podido hacer nada contra ellas. Mientras caminaba hacia casa tarareé sin cesar el "La, la, la" de Massiel en vez de saborear las melodías de Otis Redding , los Temptations, los Beatles o tantos otros, la música con la que me embriago en mis viajes de negocio a Francia, tan poco difundida aquí. Sí, algo distinto a lo normal corría ya por mis venas cuando llegué a mi piso de la calle Hernán Cortés 8, 9ºA.

Tomaba el aire junto a la ventana del salón mientras comprobaba en la enciclopedia la existencia del samán cuando varias punzadas en la tripa me cortaron la respiración. Supongo que palidecí como una hoja de papel y asumí un principio de enfermedad. Las manos me ardían. Un súbito mareo me hizo caer de rodillas y sollocé sin motivo. Junté algunas fuerzas para recorrer el pasillo y llegar hasta el dormitorio. Agotado, me tumbé en la cama con la corbata, la camisa y el pantalón puestos. Urgía dormir. Por fin quedaba atrás el jueves 17 de octubre. Ingenuo de mí, no podía sospechar que me encontraba al borde de un precipicio de varias horas de trances y amarguras atroces.

La habitación entera daba vueltas a mi alrededor a una velocidad vertiginosa. Dudo de si aquello estaba dentro o fuera de mi cabeza. O dentro y fuera. Algo ilusorio debía de haber porque no había luz y yo veía mejor que en pleno día. Cerraba los ojos y la claridad seguía envolviéndome. Las alucinaciones eran ya evidentes. ¿Alucinaciones? Una terrible desazón recorrió mi garganta, mi respiración se encrespó y los estertores me quemaban los pulmones. Mi cuerpo se agitó como un caballo loco y vomité. Qué pudo ser aquella pestilencia que salió de mi boca si no había comido nada desde el mediodía. Un hedor repugnante se sumó a los delirios. Con terribles dolores me quité la corbata y con ella traté de apartar el vómito. En pleno calvario me quedaban recursos para pensar en la tienda y en si podría abrir el negocio por la mañana. ¿Acaso era todo real o se me mezclaban las ideas? Con la viscosidad extendida asquerosamente por la almohada y el cabezal de la cama empezaron las voces. Voces que me llamaban por mi nombre. Sentí tanto miedo que noté cada átomo de mi cuerpo explotarme hacia dentro.

"Por qué, Roberto, por qué..."

"Quién eres tú, Roberto..."

"¿Eres tú tu peor enemigo?"


Aquí, en el hospital, me siento hoy a salvo. Pero cómo entender lo de las voces. Todas ellas eran diferentes y todas igual de nítidas. Sentí pánico, terror, cómo no sentirlo. No sé cómo se llama lo que sentí.

"La sangre siempre acude a la sangre"


¡Esa frase la había dicho el charlatán! Después de temblar no sé cuánto tiempo, emití algo similar a un chillido y se me aflojó tanto el cuerpo que me cagué y me meé encima. Las voces no cesaban, yo no podía hablar, no podía defenderme y el olor era fétido, nauseabundo, extremo. Como mi miedo, como mi enajenación.

Encharcado en mis excrementos y sacudido por el terror, intentaba gritar pero mi garganta estaba encogida. La saliva tenía gusto a sangre. Los dolores eran insoportables tanto si me agitaba como si permanecía inmóvil. Hasta dónde llegó mi tortura. Las voces pasaron a ser sólidas, a tener ojos y extremidades. Me susurraban, me gritaban, me abrazaban y abofeteaban. Temblores, patéticos temblores me sacudían el cuerpo y las entrañas cuando notaba a flor de piel los gélidos abrazos de aquellas presencias cada vez más físicas.

En el límite del desmayo llegó el primer viaje. Mi capacidad de asombro seguía ensanchándose. No eran alucinaciones, no podían serlo. Me vi de cuerpo presente en México, en la Plaza de las Tres Culturas en el momento que empezó la matanza de la que había hablado el vendedor ambulante. No sé cómo lo sabía pero lo sabía. Envuelto en los empujones, las carreras, los disparos, el olor a pólvora; los gritos de desesperación, la sangre tiñendo el asfalto y las aceras. Corría y lloraba con la marea humana hasta que caí al suelo y fui pisoteado por la marabunta. Seguía vivo. Enjugué mis lágrimas y me incorporé torpemente. Estaba en Praga, en el aeropuerto de Rucyné. Aviones, paracaidistas. Parpadeaba y cambiaba de lugar. Tanques, atrocidades, muerte. Me perseguía la sangre, con sus voces y amenazas.

Llegó la claustrofobia. Yo corría por una sala de máquinas. Militares de todos los rangos corrían también. No necesitaba entender porque las respuestas llegaban a mi mente. Estaba dentro un submarino nuclear, el USS Scorpion. Nos hundíamos sin remedio. Viví, vivimos la atrocidad de la muerte segura. Algunos cantaban, otros reían. Rezos, suicidios. El miedo en una de sus variables más perversas.

Regresé a la realidad pútrida de la cama. La desesperación, los dolores, el asco y el pánico me impedían cualquier acto racional. Si hubiera podido moverme yo también habría intentado poner fin a tanto sufrimiento, pero aquellas voces y sus fríos brazos espectrales me retenían e incrementaban su fiesta aterradora. Comprendí que me estaban obligando a recorrer algunas de las desgracias de los últimos meses y caí en la posibilidad de que en otro lugar o en otro tiempo mi situación debía estar haciendo muy feliz a otro ser humano.

Sonó un disparo y el Dr. Martin Luther King cayó al suelo en un charco de su propia sangre con el rostro destrozado. Corrí hacia él, trataba de alcanzar el balcón del segundo piso donde agonizaba pero al llegar me encontré en My Lai, envuelto en la más atroz y sanguinaria matanza de civiles en la guerra que está devastando el Vietnam. Violaciones de mujeres y niñas, destrucción a fuego, ejecuciones a sangre fría. Y yo allí en medio. Volví a vomitarme encima y no sé si abrí o cerré los ojos pero repetí la congoja virulenta de encontrar la muerte en el hundimiento de un submarino. En el submarino Dakar del ejército israelí aprendí que todas las muertes se parecen a la misma muerte.

El vómito me recorría la cara y se me metía por los oídos. Encontré alguna energía para sacudirme y vi en el reloj de la mesilla que eran más de las nueve y media. No podía ser, no había luz en el pasillo. Descifré que no eran las nueve y media de la mañana sino de la noche, llevaba más de veinticuatro horas en el filo de la locura. Diez menos veinticinco. Yo no era yo, el miedo y los dolores seguían acechándome aunque las voces, sus ojos y sus abrazos estremecedores habían cesado. Me sangraban la nariz y la garganta. La sensación de la ropa pegada al cuerpo y el cuerpo aglutinado a la cama eran repugnantes; la pestilencia de la habitación iba más allá de lo tolerable. Tenía que escapar de allí, de aquella situación repulsiva; que el 18 de octubre no fuera un día perdido. Me fallaron las fuerzas pero conseguí moverme. Eran las diez menos veinte. Noté que se me clavaba algo en el muslo y entendí que se trataba del trozo de samán que había ultrajado. Lo saqué del bolsillo y comprobé con un nuevo espanto que de las letras y números que yo había grabado rezumaba un líquido pestilente. Intuí mi pecado y sospeché por vez primera la culpa del objeto en todo lo que me había sucedido. Al final del pasillo estaba la ventana del salón y consideré que la víspera se había quedado abierta. Mi meta en la vida pasó a ser arrojar a la calle la diabólica pieza de madera.

Me dejé caer de la cama al suelo y me arrastré hasta el pasillo. En el otro extremo vi la ventana abierta de par en par. Un pasillo, tan sólo unos metros me separaban del objetivo. Eran las diez menos cuarto. Cerré los ojos, me concentré, respiré profundamente y busqué en lo más remoto de mi alma los recursos necesarios para tomar impulso. Junté todo el asco, el terror, la desesperanza y el dolor por todas las muertes que había presenciado y mi cuerpo reaccionó. El pasillo me pareció más largo de lo habitual pero conseguí correr hacia la ventana con un ímpetu en el que tampoco me reconocí. Lancé la talla de samán con tantísima fuerza que yo mismo despegué los pies del suelo y salté al vacío.

El maldito cachivache se volatilizó en el aire, lo vi con mis propios ojos, creo, y yo volé los nueve pisos que me separaban del suelo sintiéndome en paz conmigo mismo. No recuerdo el impacto.

Hoy los médicos se preguntan cómo es posible que esté vivo. Hace unos minutos, sin saber que yo les oía, comentaban su sorpresa. Al parecer, en una primera auscultación contabilizaron 890 fracturas pero ante la incredulidad general el siguiente recuento ha llegado a 804, lo que debe de ser mucho más normal. Yo no entiendo de medicina pero también creo que tengo la suerte de seguir vivo, y no me refiero al vuelo o a las fracturas.

Se abre la puerta, alguien está entrando. El perfume me dice que es una mujer pero no puedo moverme para comprobarlo.

- Hola, Bob Vimon, ¿puedes hablar? Mi nombre es Viviana y voy a ser tu enfermera particular.

- Pue, puedo hablar, pero yo no me llamo Bob, me llamo Roberto.

- ¿Roberto? ¡Tú no sabes qué cosas están pasando en el mundo! Espera a leer los periódicos y ya verás qué gracia te hace. A partir de ayer no habrá nadie que no te llame Bob.




DMSR'2008




Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: Ernesto en 07 Abril 2009, 18:00:41
me ha encantado lo que he leido :)
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: mecky en 09 Abril 2009, 17:41:41
Qué maravilla, pero se me ha hecho tan corto y me queda la duda de...qué sería de Bob después de aquello?
Gracias DMSR
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: tototote en 17 Mayo 2009, 11:12:04
Cita de: DMSR en 18 Marzo 2009, 18:41:02

Dedicado a Tototote, mi hermano sevillano, y sus niñas. Pinchando en la foto:
Perdón por el retraso, pero es que no había visto. Y menos mal, porque es una preciosidad. Como siempre, GRACIAS por ser bastante más que un gran amigo.
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: DMSR en 06 Junio 2010, 04:56:26

GENARO CASTAÑEDA vs. JUST MY IMAGINATION (http://www.youtube.com/watch?v=--58ixi1TOA#)

Encontrado en este relato (http://blogs.diariovasco.com/index.php/airelibre/2010/06/06/los_milagros_del_doctor_martinez_laguna_12)  :deal2:
Título: Re: DMSR (textos)
Publicado por: mecky en 06 Junio 2010, 11:05:28
 :thumbsup:
Gracias por este relato, no es que entienda de atletismo, no, pero me ha gustado la imaginación y creatividad que plasmas en él.  ;)